Gracia de Dios – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 18 Oct 2024 18:56:08 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Tiempo de valientes https://www.reinadelcielo.org/tiempo-de-valientes/ Fri, 18 Oct 2024 11:12:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=512 ]]> Es hermoso disfrutar de una obra de Dios cuando esta ya está terminada, pulida. Así ocurre con las Ordenes Religiosas, las Advocaciones Marianas, las Devociones que provienen de los Santos, con los lugares de peregrinación. Uno acude confiado en la legitimidad, en la aprobación que Dios ha dado a aquello que se sigue como culto enriquecedor para el alma. Pero, ¿han nacido de ese modo esas obras?

Definitivamente no, todo lo que es de Dios ha surgido enfrentando toda clase de adversidad y negación, controversia y escándalo, en muchas oportunidades. Es que el mundo no le hace fáciles las cosas a aquellos que quieren ayudar a Dios, sea ahora, o siglos atrás. Sin embargo, aquello que es de Dios se sostiene pese a toda adversidad, y finalmente prospera, mientras que lo que no es de Dios, puede alcanzar un brillo circunstancial, pero cae.

Peregrinos Medjugorje

Así podemos recordar la prohibición y proscripción oficial de todo lo relacionado con Sor Faustina Kowalska, hasta que un Sacerdote Polaco que supo defender la obra en medio del conflicto, la llevó a los altares. Ese Sacerdote fue Karol Wojtila, y la obra fue el Jesús de la Misericordia, y la canonización de Santa Faustina. También los Pastorcitos de Fátima la pasaron muy mal, con amenazas de ser hervidos en un caldero de aceite, interrogatorios de lo más violentos, y toda clase de tribulaciones. Sin embargo, la Virgen supo apoyar a los suyos, a través del gran milagro del 13 de octubre de 1917 que despejó muchas de las dudas y pavimentó la difusión y aprobación de la devoción a Nuestra Señora de Fátima.

En el milagro de la Virgen de Guadalupe, vimos como alguna gente llegaba a negar la existencia del propio indio Juan Diego, testigo del milagro. Sin embargo, almas fieles perseveraron investigando y documentando hechos y milagros, impulsando la obra que culminó en la Canonización de San Juan Diego. El pobre Padre Pio de Pietrelcina tuvo prohibición de dar misas en público, y de escribir texto alguno, durante literalmente décadas. Sin embargo, los milagros que Dios producía a su alrededor movieron a las multitudes a seguirlo, movimiento que finalmente floreció como una obra gigantesca de nuestros tiempos, San Pio de Pietrelcina.

Presencia de Dios

En tiempos más cercanos, vimos como Medjugorje tuvo controversia entre sectores que apoyaban la obra, básicamente los Franciscanos, y otros que la enfrentaban. El propio Juan Pablo II dijo: “Si no fuera Pontífice estaría en Medjugorje”. La obra, en el impulso de la Reina de la Paz, avanza a paso firme. También en nuestros tiempos, la obra que la Virgen promueve a través del Movimiento Sacerdotal Mariano genera gente que apoya, y otros que no creen en los mensajes de la Virgen en el libro que Ella inspirara al Padre Steffano Gobbi. Sin embargo, multitudes de sacerdotes, obispos y cardenales, y por supuesto laicos, forman parte y siguen al Movimiento.Lo que hoy queremos resaltar es la valentía de aquellos que, en los momentos de oscuridad, mantienen su apoyo a estas obras, sin desfallecer. Por más que el mundo y el error de los hombres cercena y pone a riesgo las viñas que Dios inspira y promueve, estos valientes desconocidos mantienen su apoyo y compromiso. Ellos son los ignorados artífices de muchas obras de Dios, que luego de años o siglos mueven a multitudes. Veamos hoy en estas almas el coraje que tuvieron, y que tienen, y agradezcamos su compromiso, y su cruz.

Hoy tenemos muchas obras que están en fase de desarrollo, quiere esto decir que no están todavía totalmente consolidadas o aprobadas por la Iglesia. Miremos muy bien para advertir la Gracia de Dios sobre ellas, y no demos las espaldas simplemente porque aún no tienen aprobación oficial, ni siquiera porque presentan controversia. Recordemos que todo lo que es de Dios debe resistir grandes pruebas antes de emerger victorioso. Pero Dios mismo espera tener esas almas valientes que lo ayuden, y comprometan su nombre, tiempo y esfuerzo, para que la Luz del Señor brille y alumbre una nueva Viña, para regocijo del Cielo todo.


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Novena a Nuestra Señora del Cielo https://www.reinadelcielo.org/novena-a-nuestra-senora-del-cielo/ Thu, 12 Sep 2024 06:05:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=25013 ]]>

Presentación

El 15 de septiembre de 1999, cercana a la ciudad de Belén de Escobar, Provincia de Buenos Aires, República Argentina, un pequeñísimo grupo de tres misioneros dan inicio a la veneración de Nuestra Santísima Madre, bajo la advocación de Nuestra Señora del Cielo.

Hoy, miles de personas se sienten atraídas por Ella.
¿Por qué? Porque son cientos los testimonios de conversión y sanación, testimonios que se van multiplicando ante la presencia y devoción a Nuestra Hermosa Señora.

Día a día como pequeños que se cobijan junto a Su Madre crece también el número de misioneros. De aquella mamá y sus dos niños que iniciaron este camino, hoy son cientos de misioneros trabajando en esta gran Obra del Señor y Su Madre.

Esta Novena, ofrece la posibilidad de introducirnos en la espiritualidad de esta Misión. Conforme la vamos rezando, apoyados en la Santa Palabra, las meditaciones, las oraciones, de la Mano Purísima de María, Intercesora y Abogada Nuestra iremos caminando hacia Jesús. 

¿Cómo rezarla? 

Sugerimos: empezar todos los días 6 de cada mes para terminar el día 15 con una hora de Adoración ante Jesús Sacramentado y la Santa Misa, de ser posible. Conmemorando el 15 de septiembre, su aniversario.
Se puede rezar de manera individual o en los Grupos de Oración.

  1. Señal de la Cruz
  2. Invocación al Espíritu Santo: 
    Ven Espíritu Santo, ven, por medio de la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María, tu Amadísima Esposa, Ven. (Tres veces)
  3. Oración Inicial para todos los días pidiendo la intercesión de Nuestra Señora del Cielo. 
  4. Lectura de la Santa Palabra siguiendo el Evangelio del día.
  5. Meditación para cada día.
  6. 1 Padre Nuestro, 1 Ave María, Gloria
  7. Oración Final para todos los días: El Magníficat

Oración Inicial

Madre María, Nuestra Señora del Cielo, hoy me consagro para la noche y el día, en una palabra, para toda mi vida, pues solo tuyo soy y todo lo espero de vos y de Tu Amado Hijo, Jesús. Pues me consagro y te pido la Gracia que tanto necesito (Se pide la Gracia…………..) y también te pido que tu Inmaculado Corazón derrame todas sus gracias sobre mí y todos mis hermanos, para que lleguemos a la Gloria de la Resurrección, por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Oración Final

El Magnificat: La mayor alabanza al Unico y Trino Dios
El Magníficat, el canto de María (Lucas 1, 46-55)

Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi Espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque Él miró con bondad la pequeñez de tu servidora.

En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡Su Nombre es Santo

Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de Su Brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.

Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, Su servidor, acordándose de Su Misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre.
Amén.

Día 1

  • Señal de la Cruz
  • Invocación al Espíritu Santo: 
    Ven Espíritu Santo, ven, por medio de la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María, tu Amadísima Esposa, Ven. (Tres veces).
  • Meditación

María, Señora mía, dame fuerza en mis caídas e ilumina mi vida. Tú que eres Madre de esperanza, dame fortaleza y templanza en mis duras batallas, y cuando mi alma caiga levántala con la fe que supiste vos tener para que nuevamente pueda ver y seguir a Jesús, Nuestro Rey. Amén.

Oración

Mi Buen Dios, los días “7” te pedimos, por medio de la reparación al Corazón Inmaculado de María, por los que no creen, te lo pedimos ¡Oh Señor! Amén, Amén.

Oración Final 

1 Padre Nuestro, 1 Ave María, Gloria

Día 2

  • Señal de la Cruz
  • Invocación al Espíritu Santo: 
    Ven Espíritu Santo, ven, por medio de la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María, tu Amadísima Esposa, Ven. (Tres veces).

Meditación

Dulce Señora y Soberana mía, ayúdame para que sepa hacer oración que cimiente mi camino. Haz que mi alma sea un castillo de fe y esperanza, y que en tu amor siempre arda. Amén.

Oración

¡Oh! Mi Amado y Dulce Señor, el Portal de Mi Amor, entrad en mi corazón para lavarlo y guardadlo sólo Vos, mi Dios. Amén.

1 Padre Nuestro, 1 Ave María, Gloria

Oración Final 

Día 3

  • Señal de la Cruz
  • Invocación al Espíritu Santo: 
    Ven Espíritu Santo, ven, por medio de la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María, tu Amadísima Esposa, Ven. (Tres veces).

Meditación

Nuestra Señora del Cielo, Madre de Jesús y Madre nuestra, que nos acaricias permanentemente con tu delicado amor, haz que permanezcamos en vos, como Seguro Refugio que nos regala Dios. Y auméntanos a través de los Inmaculados Latidos de Tu Corazón la confianza en Jesús, Nuestro Señor. Amén.

Oración

Mi Divino Sagrado Corazón, hacedme un corazón nuevo para amarte con fervor y encontrar ese Gran Dulzor que escondéis en Vuestro Interior. Fortaléceme, cuídame y hazme conforme a lo que Vos solo queréis. 
Amén

1 Padre Nuestro, 1 Ave María, Gloria

Oración Final 

Día 4

  • Señal de la Cruz
  • Invocación al Espíritu Santo: 
    Ven Espíritu Santo, ven, por medio de la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María, tu Amadísima Esposa, Ven. (Tres veces).

Meditación

María, la Preciosa Madre de Belén, haz que la oración se transforme en el canto de mi corazón para alabar a Jesús, Mi Salvador. Y que con esperanza y gozo clame al Señor diciendo: ¡Ven Jesús, ven! 
Amén.

Oración

Devoción a la Reina del Cielo:
La luz de mi Soberana que llene todas mis mañanas y que en ellas yo haga gala de quien cubre mi alma. Salve Reina del Cielo, Salve mi Bella María, sé tú mi única guía a través de mi vida que ofrezco a Ti, Madre Divina.
Amén.

1 Padre Nuestro, 1 Ave María, Gloria

Oración Final 

Dia 5

  • Señal de la Cruz
  • Invocación al Espíritu Santo: 
    Ven Espíritu Santo, ven, por medio de la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María, tu Amadísima Esposa, Ven. (Tres veces).

Meditación

Madre de los pequeños, Madre de los que no tienen consuelo haz que la pureza, la oración y el amor verdadero sean la fortaleza que cubra el corazón de jóvenes y niños. Guárdalos en Tu Inmaculado Corazón para sean sanos de cuerpo y alma, y felices en Cristo.
Amén.

Oración

Espíritu Santo, dame los siete Dones para no caer en la tentación.
Amén.

1 Padre Nuestro, 1 Ave María, Gloria

Oración Final 

Día 6

  • Señal de la Cruz
  • Invocación al Espíritu Santo: 
    Ven Espíritu Santo, ven, por medio de la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María, tu Amadísima Esposa, Ven. (Tres veces).

Meditación

Madre de la Palabra, Nuestra Señora del Cielo, tú que ves nuestro esfuerzo, haz que vivamos la Santa Palabra y vistamos nuestro corazón de Fiesta pues Cristo Reina. Que sepamos amasar nuestra alma, convirtiéndola en pan que se brinde a los demás.
Amén

Oración

Oración al Divino Niño en acto de súplica ¡Oh! Divino Niño, escucha mi súplica para que llegue hasta Tu Corazón y me renueve siempre en El. Te pido que tengas piedad de nosotros y que nos lleves a una vida de santidad.
Amén 

1 Padre Nuestro, 1 Ave María, Gloria

Oración Final 

Día 7

  • Señal de la Cruz
  • Invocación al Espíritu Santo: 
    Ven Espíritu Santo, ven, por medio de la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María, tu Amadísima Esposa, Ven. (Tres veces).

Meditación

Nuestra Señora del Cielo, Mujer vestida de Sol, que llevas en tu santo seno, al Dios del Amor, llámanos cuando perdamos el camino, socórrenos en nuestra debilidad para que a través tuyo el Niño Dios nos pueda cuidar.
Amén

Oración

Virgen Dulcísima, me atrevo a prometerte hacer todo el esfuerzo en no ofenderte más. Yo, ________________ te ofrezco todos mis dolores y penas que tenga en este día y en todos los días de mi vida, hasta el de la hora de mi muerte. Y termino pidiéndote conocerte más, saber amarte más y sentirte más para llegar a una vida de santidad.
Amén 

1 Padre Nuestro, 1 Ave María, Gloria

Oración Final 

Día 8

  • Señal de la Cruz
  • Invocación al Espíritu Santo: 
    Ven Espíritu Santo, ven, por medio de la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María, tu Amadísima Esposa, Ven. (Tres veces).

Meditación

“Sagrado Corazón de Jesús, en Vos Confió”. María Mujer Pura y Fiel, que este sea el canto que repitan siempre mis labios. Ayúdame a amar a Jesús como lo amaste tú, ayúdame a creer en Jesús como creíste tú y ayúdame a espera en Jesús como esperaste tú.
Amén

Oración

Dios Mío, siempre cuídame hasta que llegue al Cielo. ¡Cuídame! 
Amén 

1 Padre Nuestro, 1 Ave María, Gloria

Oración Final 

Día 9

  • Señal de la Cruz
  • Invocación al Espíritu Santo: 
    Ven Espíritu Santo, ven, por medio de la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María, tu Amadísima Esposa, Ven. (Tres veces).

Meditación

Nuestra Señora del Cielo, Madre del esfuerzo ayúdame a mejorar cada día siguiendo tus preciosos pasos y que así llegue a ser santo. Que la Eucaristía y la confesión fortalezcan y limpien mi corazón, para que Dios habite en mi interior.
Amén

Oración

¡Oh! mi Buen Dios, mi Rey y Salvador, hoy te pido perdón, pero sé que de Tu Corazón no solo brota el agua del perdón, sino la otra luz que es de la Victoria por Tu Sangre que derramaste en la Pasión. Es la Sangre de la Victoria, del Único, Trino y mismo Dios.
Amén 

1 Padre Nuestro, 1 Ave María, Gloria

Oración Final

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Fuente: Nuestra Señora del Cielo


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Vida de San Luis María Grignion de Montfort https://www.reinadelcielo.org/vida-de-san-luis-maria-grignion-de-montfort/ Fri, 28 Apr 2023 06:36:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=6798 ]]>

La Divina Providencia preparó a este gran santo y lo dio al mundo, desde final del siglo XVII hasta principios del siglo XVIII.

San Luis María Grignion de Montfort, presbítero, que evangelizó las regiones occidentales de Francia, anunciando el misterio de la Sabiduría Eterna, y fundó dos congregaciones. Predicó y escribió acerca de la Cruz de Cristo y de la verdadera devoción hacia la Santísima Virgen, y, después de convertir a muchos, descansó de su peregrinación terrena en la aldea francesa de Saint-Laurent-sur-Sévre. ( 1716)

Nacido en 1673 en Francia, recibe su educación en uno de los Colegios de la Compañía de Jesús y en 1700 se ordena sacerdote.

Morirá en 1716, habiendo realizado en tan corta carrera cantidad de misiones populares, echado los cimientos de dos congregaciones religiosas (que no llegó a ver en vida), restaurado templos de la Virgen ruinosos o abandonados y, sobre todo, arrancando las almas de las garras del jansenismo para devolverlas al amor ardiente de Dios, mediante la contemplación tierna de Jesús Crucificado y la verdadera devoción a María Santísima.

San Luis María Grignon de Montfort (Ft img)

El jansenismo apartaba a las almas de la intimidad con Dios, de la relación sencilla y confiada característica del espíritu de filiación que es fruto del Espíritu Santo y la presencia de María en la vida del cristiano, acentuando en forma desmedida la Majestad y Santidad Infinita de Dios y nuestra indignidad.

De ahí la obsesión por interminables preparaciones, exámenes de conciencia más que escrupulosos, vueltas y revueltas sobre sí mismo, como si uno tuviera que lograr cierto grado de perfección previa para recibir los Sacramentos… ¡que son los que, en realidad, nos curan y nos perfeccionan..!

La gracia sería (dentro de este esquema), más bien un premio al propio esfuerzo, tal como Jesús nos lo ilustra en la parábola del fariseo y el publicano, que muchos no comprenden todavía…

Y aún nosotros mismos, cada vez que tememos acercarnos al sacramento de la Confesión ‘’porque tengo demasiadas culpas…’’. ¿Y para qué está el Sacramento? Precisamente porque tenemos demasiadas culpas, necesitamos confesarnos con frecuencia y comulgar, porque sólo Jesucristo nos lava de nuestras culpas y nos fortalece para que las recaídas se vayan extinguiendo, poco a poco.

Luis María Grignion de Montfort reacciona con santa violencia ante el estrago que semejante postura causaba dentro de la Iglesia en ese momento, y ante la difusión de una falsa sabiduría en el ambiente intelectual cristiano, que desdibuja la radicalidad del Evangelio y huye del Camino de la Cruz.

Tanto en sus misiones populares como en sus escritos, planta firmemente a Cristo Crucificado (cumbre de la verdadera sabiduría, la sabiduría Divina), y la devoción a María como medio insustituible y necesario para que Cristo se forme realmente en cada alma bautizada.

El desarrollo de estas ideas lo realiza en su primera obra: ‘’El Amor de la Sabiduría Eterna’’ (1703-1704). El capítulo XVII de este libro es ya un anticipo de lo que explicará largamente acerca del papel de María Santísima en nuestra santificación, en el célebre ‘’Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen’’ (1712, aprox.). Valiosísimos consejos de orden práctico para vivir la dependencia total de María nos son dados en su otra obra: ‘’El Secreto de María’’, como resumen y complemento del ‘’Tratado…’’.

El Hijo de Dios, 2da. Persona de la Santísima Trinidad (o también ‘’Verbo’’, o ‘’Sabiduría Eterna’’), ha querido salvarnos y glorificar al Padre haciéndose hombre y muriendo en la Cruz. Y todo esto lo realizó Por María, Con María, En María y Para María, porque a Ella se entregó primero y para Ella en primer lugar derramó su Sangre Preciosa. No ha querido venir a nosotros directamente, sino a través de María.

Y así lo sigue haciendo, porque ha hecho de su Madre verdadera Madre nuestra, ‘’Mater Gratiae’’, Madre de la Gracia en nuestras almas. El Espíritu Santo realiza cada día el milagro de formar a Cristo en el bautizado en unión con María, tal como lo hizo desde el principio.

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Fuente: Catholic.net

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Novena a María Auxiliadora https://www.reinadelcielo.org/novena-a-maria-auxiliadora/ Wed, 13 May 2020 07:56:54 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=24542 Maria Auxilium Christianorum, es una advocación de la Virgen María y que lleva su nombre desde el año 345 cuando Juan Crisóstomo, tomó fuerza con el Papa Pío V en el siglo XVI y fue definitivamente popularizada con el desarrollo de las obras educativas y apostólicas de Don Bosco y María Mazzarello en el siglo XIX.

Aquí puedes rezar la novena en honor a la Virgen del Carmen.

Inicio de la Novena

Comenzamos rezando: Por la señal de la Santa Cruz…

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Oraciones comunes para todos los días

ACTO DE CONTRICIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío: porque sois la Infinita Bondad, os amo, Señor, más que a todas las cosas y más que a mí mismo. Me pesa entrañablemente de haberos ofendido; y por vuestro amor, y porque así lo queréis y me lo mandáis, perdono de todo corazón a todos mis enemigos, para que Vos, Señor, uséis conmigo de perdón y misericordia y olvidéis mis pasadas ofensas. Os ofrezco mi vida, mis obras y mis trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Concédeme la gracia de perseverar en vuestro amor y servicio hasta la muerte. Amén.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh María Auxiliadora, vengo a postrarme humildemente a tus plantas, para tributarte mi homenaje de amor y gratitud! Indigno soy de recibir nuevos favores de tu mano amorosísima, pues no he correspondido a las innumerables gracias que me has dispensado a cada paso. Olvidando mi ingratitud y no pensando más que en tu amor y benignidad, vengo a implorar nuevamente tus auxilios. Concédeme la gracia que deseo…, si no es contraria a la Voluntad de Dios. No me desampares, Madre mía, robustece mi voluntad para que no me aparte del verdadero camino de la virtud; ilumina mi entendimiento para que comprenda cuánto me amas, y santifícame para que logre, mediante tu valiosísimo socorro, alabarte por toda la eternidad. Así sea.

Rezar a continuación la oración del día que corresponda.

………………..

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

¡Dios te salve Reina, Madre de misericorida y auxilio de los cristianos! Pobre hijo de Eva, a quién me dirigiré en este valle de llanto sino a Tí que eres vida, dulzura y esperanza nuestra! A Tí se eleva mi grito: A TI CLAMAMOS!, a tus pies deposito el peso de mis afanes: A TI SUSPIRAMOS!… Ea, pues, Señora, manifiéstate como lo fuiste siempre, poderosa Abogada: inclina tus ojos maternales sobre mí que te amo tanto, ¡Oh Madre!, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y de tu santo auxilio…! ¡Ah! vuelve hacia mí esos ojos tan misericordiosos y quedaré contento… Es verdad, yo soy culpable, pero Tú eres Santa: ¡Oh CLEMENTE! Yo soy ingrato, pero Tú eres buena! ¡OH PIADOSA! Yo soy rebelde, pero Tú eres dulce! ¡Oh DULCE VIRGEN MARIA! No mires mis culpas y pecados y acuérdate sólo de tu bondad: ¡MUESTRATE QUE ERES MADRE! Yo me abandono y entrego a Tí como un niño se abandona confiado en los brazos de su madre.

María, Auxilio de los Cristianos
Ruega por nosotros

En el nombre del Padre, …

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Día Primero

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh Soberana Señora del Cielo y poderosa Auxiliadora de los cristianos!, por aquella profundísima humildad con que fuiste a servir a Santa Isabel siendo ya, realmente, Madre de Dios, ayúdame a copiar y grabar en mi alma tan bella virtud y a conseguir de tu Divino Hijo la gracia que te pido… Las culpas que he cometido, mis infidelidades y malas tendencias, la incertidumbre de perseverar en la amistad de Dios, no son, por desgracia, suficientes motivos para inspirarme un bajo concepto de mí mismo; pero Tú ayúdame, oh Madre, y haz que siendo pospuesto, no me resienta; olvidado, me goce; alabado, no me ensoberbezca; a fin de que pueda obtener lo que te imploro, representarte dignamente en la tierra y ser tu corona en el Cielo. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías, un Gloria y terminar con la oración final.

Día Segundo

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh dulcísima Auxiliadora!, que por nuestra salvación sufriste al pie de la Cruz angustias mortales, concédeme la gracia que te pido… y dígnate hablar a mi alma el lenguaje del amor y del sacrificio. Ya lo ves, oh Madre, por pequeño que sea todo trabajo me espanta; la más leve aflicción me fastidia, y casi me resisto a persuadirme de que la paciencia nos es a todos necesaria y de que sólo por el camino de la tribulación se va al Paraíso.— ¡Ah! querida Madre mía, infunde en mi alma una viva compasión por tus dolores, y ayúdame a abrazar voluntariamente la cruz de cada día en descuento de mis pecados y para merecer el reino de los Santos. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías, un Gloria y terminar con la oración final.

Día Tercero

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh clementísima Reina y Auxiliadora de los cristianos! Con las más ardientes súplicas vengo a pedirte la gracia que necesito… y me concedas además la santa dulzura, que es el ropaje de la humildad y la virtud predilecta del Sacratísimo Corazón de Jesús. Débil y orgulloso como soy, jamás llegaría a revestir mi alma de este encantador ropaje sin tu misericordia. Ayúdame a ser cortés en el trato, dulce en el sentir y en el hablar, bueno con todos y especialmente con quien se me manifieste frío y maligno, a fin de procurarte una complaclencia a Tí y a tu dulcísimo Jesús. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías, un Gloria y terminar con la oración final.

Día Cuarto

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh María Auxiliadora! Virgen purísima, espejo sin mancha, vivo reflejo de la luz de Dios! ¡ Ah! concédeme la gracia que te imploro… e inspírame el más grande amor hacia la bella virtud de los Angeles. Y puesto que para conservarla es vano todo propósito sin la fuga de las ocasiones, te suplico, oh dulce Madre mía, me socorras diariamente con tu santo auxilio para que huya de toda ocasión de pecado. Entretanto me ofrezco todo a Tí, y Tú oh Inmaculada Auxilliadora, haz que viviendo yo en la mortificación, en la humildad y en la oración, sea como un ángel en la tierra y goce un día con ellos en la gloria del Paraíso. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías, un Gloria y terminar con la oración final.

Día Quinto

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh María Auxiliadora, gloriosa Madre de Dios! Por aquella unión que tu alma santísima tuvo con el Señor desde el primer instante de tu Inmaculada Concepción, ¡ah!, concédeme la gracia que te pido… y haz que yo empiece, a lo menos desde este instante, a amar de veras a Jesús con amor generoso, puro y constante. Y por aquel solemne mandato que Jesús nos dió de amarnos alcánzame una sincera caridad para con mi prójimo tanto que me interese prácticamente por su bien y sea fácil en perdonarle, excusarle y también de prevenirle en sus necesidades del alma y del cuerpo, para hacerme siempre más digno de Tí, Auxiliadora de los cristianos. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías, un Gloria y terminar con la oración final.

Día Sexto

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh Virge Auxiliadora, Madre de la verdadera Sabiduría, Esposa del Espíritu Santo!, Tú que eres esplendísimo faro de luz eterna, concédeme la gracia que te imploro…, y envía a mi alma un rayo de luz celestial. Sí; yo te pido, oh Madre, aquella ciencia divina que edifica, y que es compañera de la caridad y maestra de la humildad; aquella ciencia que hará que me conozca a fondo a mí mismo y que me eleva al amor de Dios; aquella ciencia que despierta la contricción en mi corazón y me excita a detestar mis culpas pasadas y presentes. ¡Oh María Auxiliadora!, obténme este don del Espíritu Santo, para que se perfeccione en mí la fe y yo camine seguro por la senda del Paraíso. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías, un Gloria y terminar con la oración final.

Día Séptimo

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh tiernísima Madre y Auxiliadora mía!, concededme la gracia que te pido… A pesar de que me veo lleno de pecados y miserias, al pensar en Jesús Sacramentado, siento en el alma un fuerte deseo del bien para agradarle; pero yo quisiera que este sentimiento no fuera homenaje de un instante solamente. Tú pues, Madre clementísima, que depués de la Ascención de Jesús encontraste en la Sagrada Eucaristía tu única delicia sobre la tierra, dame una fe viva, y enciéndeme en ardentísimo amor hacia este Divino Tesoro, para que lo tenga siempre en la mente y en el corazón, hasta el día que lo vea manifiesto en el Cielo. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías, un Gloria y terminar con la oración final.

Día Octavo

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh María Auxiliadora!, celestial Aurora que nos has anunciado a Jesús, Sol de Justicia, concédeme la gracia que te pido… y enséñame las íntimas y suaves finezas de la devoción al Sacratísimo Corazón de Tu Divino Hijo, devoción que eleva en seguida las almas a la más alta perfección, que es el mejor modo de consolar a Aquél que ha amado a los hombres y que es de ellos tan poco amado. Sí, Madre mía, enséñame a conocerle, a amarle y a nunca más ofenderle. Alcánzame su amor, y no me queda otra cosa que desear. Eternamente te agradeceré este favor. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías, un Gloria y terminar con la oración final.

Día Noveno

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN. ¡Oh Virgen incomparable! que por la asombrosa victoria de Lepanto, resplandeciste con el nuevo título de Auxiliadora… Oh Madre benigna, poderoso auxilio de los cristianos, concédeme la gracia que te pido… y vuelve a tus antiguas victorias en estos tiempos de osada impiedad. Guarda piadosamente al Vicario de Jesucristo en la tierra, santifica a los Eclesiásticos y a los Religiosos, y apresura la hora de la misericordia para todos y del triunfo de la Iglesia Católica, a fin de que todo el mundo te aclame a Tí, su Madre y su Reina, y a tu Jesús, su Rey y Salvador. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías, un Gloria y terminar con la oración final.

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Fuente: ACI Prensa


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¿Qué tienes para ofrecerle a Dios? https://www.reinadelcielo.org/que-tienes-para-ofrecerle-a-dios/ Fri, 20 Dec 2019 11:43:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=604 ]]> Nuestro tiempo, nuestra inteligencia, nuestro esfuerzo, nuestros talentos, nuestro dinero, nuestra salud y vitalidad, nuestro amor. ¿Acaso algo de esto es nuestro? No, nada, absolutamente nada. Todo es de Dios, proviene de Dios. Nosotros mismos no somos nada, sin Dios. No perduramos un instante sin Su Voluntad de que sigamos vivos. Pongámoslo en claro, si Dios no contuviera la acción del mal sobre nosotros bajo la forma de enfermedad y penurias de todo tipo, pues nada seríamos. Todo lo que tenemos pertenece a Dios, que es el Creador y Único dueño de todo lo que vemos, de todo lo que somos.

De este modo, la pregunta en realidad debiera ser ¿Qué tienes para devolverle a Dios? Porque de El provienen todas las Gracias, materiales y espirituales, todo lo bueno que somos o tenemos. Cuando desarrollamos un talento, con esfuerzo, no hacemos más que sacar a la luz algo que Dios puso en nosotros mismos, como potencial. Cuando tenemos éxito laboral o profesional, y acumulamos dinero y bienes, gozamos de la Gracia de Dios que recompensa de éste modo el trabajo digno, bien hecho, con honestidad. Cuando caminamos y vivimos lozanamente, con salud y vitalidad, gozamos de la bondad del Señor que quiere que seamos parte de la maravillosa obra que El creó, en armonía y perfección.

Y sin embargo, qué miserables que somos. Empezando con nuestro tiempo: lo desperdiciamos en mil cosas vanas, como reuniones sociales, o simple distracción frente a un televisor o una revista. Y cuando dedicamos un minuto a nuestro Jesús, nos sentimos como si El hubiera arrancado una parte importante de nuestra vida. Medimos cada minuto que dedicamos a Dios, ya sea a través de la caridad y ayuda a los demás, como a la oración, o a estudiar y crecer en el conocimiento de Sus cosas. Y humanamente nos ufanamos de lo hecho, queremos crédito y reconocimiento, como si Jesús no mereciera le donemos toda nuestra vida, en agradecimiento por tanto amor recibido.

Monedas en la mano

También somos miserables con nuestro dinero: lo malgastamos en mil cosas vanas, ropas, salidas, cigarrillos, artefactos electrónicos de la más moderna y reciente tecnología, adornos y construcciones pasajeras. Mientras tanto, si ponemos un peso en la caridad lo miramos como si fuera un millón. ¡Cómo voy a poner tanto! No medimos con la misma vara el dinero que derrochamos, que el que donamos al Señor y a Sus hermanos, los que lo necesitan. Cuando viene a nuestra alma la idea de hacer alguna obra de caridad, estalla la pregunta en nuestro interior: ¿cómo voy a gastar tanto? Las dudas afloran de inmediato: mi esposo jamás justificaría que regale este dinero, mientras compramos ropas y zapatos carísimos sin musitar, o gastamos nuestro dinero en costosos cortes o teñidos de cabello. O también: mi esposa pensará que estoy loco si derrocho este dinero en obras de caridad, mientras fumamos como sapos o compramos finos zapatos o ropas sport. ¡Que grandes miserias anidan en nuestra alma!

Y nuestro esfuerzo: no somos capaces de dedicar nuestro sudor a ayudar a tantos niños necesitados, pero sí a nuestros propios hijos, por los que damos todo. Para unos si, para otros no. Un regalo de Navidad, un juguete, es para nuestros hijos la obligación de que sea lo mejor. Para otros niños pobres y humildes, con algo hecho o comprado así nomás, es suficiente. ¿Qué saben estos niños, de todos modos, de lo que es bueno, de lo que es perfecto o costoso? Ponernos a trabajar, para dar algo bueno a los demás, parece tiempo y esfuerzo desperdiciado. ¿Cómo voy a perderme tantas horas, o noches hasta tarde, si estoy tan ocupado u ocupada? Quizás pienso esto, mientras contamino mi alma mirando televisión o caminando por decimonovena vez por el corredor del mismo shopping mall.

¿Qué puedo devolverle al Señor, de todo lo que El me ha dado? Esa es la pregunta. No sólo de lo que nos sobre, sino de aquello que nos cuesta, de lo que no tenemos en abundancia. Nos debiera dar vergüenza el tener tanto pero tanto, comparado con otros, y disfrutarlo sin más. Sin pensar en agradecer, en devolver, en compartir. ¡Qué egoístas que somos! El Señor sufre con nuestros corazones que están tan cerrados. Miremos hacia arriba, hacia el Cielo, y veamos Sus Ojos húmedos, que suplicantes nos piden:

Dame tu amor, dáselo a los que no tienen, comparte Mis Gracias, sé un ejemplo de Mi infinita Bondad, Mi entrega, Mi Misericordia. ¿Acaso no ves cómo te amo?


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Novena a San Juan Bosco https://www.reinadelcielo.org/novena-a-san-juan-bosco/ Fri, 19 Jan 2018 13:29:27 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=8691 Reseña biográfica

Tuvo una niñez muy dura. Una vez ordenado sacerdote, empleó todas sus energías en la educación de los jóvenes. Sus grandes amores que fundamentan su espiritualidad: La Eucaristía, la Virgen María, la Iglesia, la fidelidad al Santo Padre, la juventud.

Fundador de la Congregación de los Salesianos, comunidad religiosa con rama masculina y femenina, dedicados a la educación de los jóvenes, en especial los pobres. Les enseñaba la vida cristiana y diversos oficios. Atrajo y sigue atrayendo a multitudes de jóvenes a Cristo. La Congregación toma su nombre de San Francisco de Sales.

Famoso por sus sueños proféticos, ¡se conocen 159 de ellos! Quizás el mas famoso es el de la Nave de Pedro, que explicaremos mas adelante.

San Juan Bosco escribió también algunos opúsculos en defensa de la religión.

Gran constructor de iglesias, entre ellas la Basílica de San Juan Evangelista, la Basílica de María Auxiliadora y la Iglesia del Sagrado Corazón en Roma donde celebró su última misa.

Aquí puedes rezar la novena en honor a San Juan Bosco.

Inicio de la Novena

Comenzamos rezando: Por la señal de la Santa Cruz…

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Oraciones comunes para todos los días

ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

Don Bosco sueño (ft imgTe damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás presente como origen, fuente y meta de todo.

Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos como Juan Bosco. Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida, para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de Dios cercano, de Dios amigo.

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, profeta de la educación en los tiempos nuevos, amigo entrañable de los jóvenes, que decía: “Me basta que seáis jóvenes para que os quiera”. Bastan testigos así para que muchos creamos que Tú eres el Dios del amor. Amén.

Rezar a continuación la oración del día que corresponda.

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ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DÍAS PARA PEDIR UNA GRACIA

Oh Don Bosco Santo, cuando estabas en esta tierra no había nadie que acudiendo a ti, no fuera, por ti mismo, benignamente recibido, consolado y ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder tu gran corazón en amor hacia los necesitados! Mira, pues, mis presentes necesidades y ayúdame obteniéndome del Señor… (Pídase la gracia).

También tú has experimentado durante la vida las privaciones, las enfermedades, las contradicciones, la incertidumbre del porvenir, las ingratitudes, las afrentas, las calumnias, las persecuciones y sabes qué cosa es sufrir.

Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una santa muerte. Amén..

ORACIÓN A SAN JUAN BOSCO

“Padre y Maestro de la juventud,
San Juan Bosco,
que, dócil a los dones del Espíritu y abierto a las realidades de tu tiempo
fuiste para los jóvenes, sobre todo para los pequeños y los pobres,
signo del amor y de la predilección de Dios.
Se nuestro guía en el camino de amistad con el Señor Jesús,
de modo que descubramos en Él y en su Evangelio
el sentido de nuestra vida
y la fuente de la verdadera felicidad.
Ayúdanos a responder con generosidad
a la vocación que hemos recibido de Dios,
para ser en la vida cotidiana
constructores de comunión,
y colaborar con entusiasmo,
en comunión con toda la Iglesia,
en la edificación de la civilización del amor.
Obtennos la gracia de la perseverancia
al vivir una cota alta de vida cristiana,
según el espíritu de las bienaventuranzas;
y haz que, guiados por María Auxiliadora,
podamos encontrarnos un día contigo
en la gran familia del cielo. Amén”.

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Día Primero

Comenzar con las oraciones comunes para todos los días.

¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor ardiente que tuviste a Jesús Sacramentado y por el celo con que propagaste su culto, sobretodo con la asistencia a la Santa Misa, con la Comunión frecuente y con la visita cotidiana; alcánzanos la gracia de crecer cada vez más en el amor y práctica de tan santas devociones, y de terminar nuestros días fortalecidos y confortados por el celestial alimento de la Divina Eucaristía.

Padrenuestro, avemaría y gloria.

Terminar con las oraciones finales.

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Día Segundo

Comenzar con las oraciones comunes para todos los días.

¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor ternísimo que tuviste a María Auxiliadora, vuestra Madre y Maestra; alcánzanos una verdadera y constante devoción a tan dulcísima Madre, a fin de que, como hijos suyos devotísimos, podamos merecer su valioso patrocinio en esta vida y de un modo especial en la hora de nuestra muerte.

Padrenuestro, avemaría y gloria.

Terminar con las oraciones finales.

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Día Tercero

Comenzar con las oraciones comunes para todos los días.

¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor filial que tuviste a la Santa Iglesia y al Sumo Pontífice, a quien defendiste constantemente; alcánzanos la gracia de ser siempre dignos hijos de la Iglesia Católica, y de amar al Papa y venerar en él al Infalible Vicario de Nuestro Señor Jesucristo.

Padrenuestro, avemaría y gloria.

Terminar con las oraciones finales.
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Día Cuarto

Comenzar con las oraciones comunes para todos los días.

¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor grande con que amaste a la Juventud y le hiciste de Padre y Maestro, y por los heroicos sacrificios que sobrellevaste por su salvación; haz que también nosotros amemos con un amor santo y generoso a esta porción elegida del Sagrado Corazón de Jesús, y que en todo joven contemplemos la persona adorable de nuestro divino Salvador.

Padrenuestro, avemaría y gloria.

Terminar con las oraciones finales.
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Día Quinto

Comenzar con las oraciones comunes para todos los días.

¡Oh Don Bosco Santo! Tú que a fin de continuar y extender siempre más tu santo apostolado, fundaste la Sociedad Salesiana y el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora; haz que los miembros de estas dos Familias Religiosas estén siempre llenos de tu espíritu y sean fieles imitadores de tus heroicas virtudes.

Padrenuestro, avemaría y gloria.

Terminar con las oraciones finales.
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Día Sexto

Comenzar con las oraciones comunes para todos los días.

¡Oh Don Bosco Santo! Tú que a fin de obtener en el mundo más abundantes frutos de fe práctica y ternísima caridad, instituiste la Unión de los Cooperadores Salesianos; haz que éstos sean siempre modelos de las virtudes cristianas y providenciales ayudantes de tus obras.

Padrenuestro, avemaría y gloria.
Terminar con las oraciones finales.
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Día Séptimo

Comenzar con las oraciones comunes para todos los días.

¡Oh Don Bosco Santo! Tú que amaste con amor inefable a todas las almas, y que para salvarlas enviaste a tus hijos hasta los últimos confines de la tierra; haz que también nosotros pensemos continuamente en la salvación de nuestras almas y cooperemos con todos los medios posibles a salvar tantos pobres hermanos nuestros.

Padrenuestro, avemaría y gloria.

Terminar con las oraciones finales.
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Día Octavo

Comenzar con las oraciones comunes para todos los días.

¡Oh Don Bosco Santo! Tú que amaste con un amor de predilección la bella virtud de la pureza, y la inculcaste con el ejemplo, con la palabra y con los escritos; haz que también nosotros, enamorados de tan indispensable virtud, la practiquemos constantemente y la difundamos con todas nuestras fuerzas.

Padrenuestro, avemaría y gloria.

Terminar con las oraciones finales.
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Día Noveno

Comenzar con las oraciones comunes para todos los días.

¡Oh Don Bosco Santo! Tú que fuiste siempre tan compasivo hacia las humanas desventuras, dirige una mirada hacia nosotros tan necesitados de tu auxilio. Haz descender sobre nosotros y sobre nuestras familias las maternales bendiciones de María Auxiliadora; alcánzanos todas aquellas gracias espirituales y temporales que necesitamos: intercede por nosotros en vida y en muerte, a fin de que podamos cantar eternamente las divinas misericordias en el Paraíso Celestial. Así sea.

Padrenuestro, avemaría y gloria.

Terminar con las oraciones finales.

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Fuente: Devocionario Católico y Corazones.org


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La Fe reforzada o constatación https://www.reinadelcielo.org/la-fe-reforzada-o-constatacion/ Fri, 05 May 2017 13:54:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=510 ]]> El misterio de la Fe. ¿Por qué algunos creen, y otros no? ¿Por qué para algunos es fácil, mientras para otros es tan difícil? Muchas personas me dicen, ¡como desearía creer como tú crees! Y mirando en mi interior, no se responder. La Fe es algo que nace y se fortalece, pero la persona no sabe cómo es que ese algo nuevo brota de modo tan firme y vigoroso.

Lo primero que debemos comprender es que la Fe es una Virtud Teologal, junto a la Esperanza y la Caridad. Eso quiere decir que estos tres sentimientos provienen directamente de Dios, que el Señor los da a unos o a otros en distinta medida por motivos inexplicables en nuestro débil entendimiento. Algunas veces provienen de la respuesta de Dios a la oración propia, o de otros. Y tantas otras veces es simplemente inexplicable. Pero en cualquier caso, es algo que debemos pedir a Dios en todo momento, que nos de y refuerce nuestra Fe, nuestra Esperanza y nuestra Caridad.

Niño que rezaSin embargo, tratando de comprender los misterios de Dios respecto de la Fe, he hablado con un sacerdote amigo que me preguntaba por el origen de mi propia Fe. Debo reconocer que yo no tenía prácticamente Fe, y sin embargo ella nació y se alimentó de una experiencia de vida que me dio testimonio directo de la existencia de Dios. Si, fue uno de esos hechos de los que se escucha aquí y allá, que se derraman sobre algunas personas sin que se vea en modo visible el criterio de selección utilizado por el Señor. Este sacerdote me dijo entonces, en forma muy clara, que Dios utiliza estas Gracias para brindarnos la constatación, la capacidad de constatar la existencia de Dios y Su mundo sobrenatural.

La constatación se produce a través de experiencias interiores muy profundas, pequeñas unas veces y grandes otras, que dan al alma la certeza de que Dios ha actuado. En muchos casos ocurren de tal modo de desafiar la razón y los sentidos, la naturaleza misma, a fuerza de impulsar en el alma que las experimenta la convicción interior de que Dios se hizo Presente. No hay posibilidad de que alguien confirme o no lo que ocurrió, ni necesidad de que otros opinen. La persona sabe, en su interior, lo que ha ocurrido. Vistos de este modo, los momentos de constatación de la Divinidad de Dios sirven para dar fuerza a una Fe que a partir de allí se apoya en el recuerdo de lo vivido.

¿Por qué hace Dios esto? La constatación es como un puente entre el Cielo y la tierra, es como un relámpago por el cual el alma cruza las fronteras de la humanidad y se encuentra inmersa en los albores de la Divinidad, a los Pies del Trono de Dios. Un pedacito de Cielo se derrama entonces sobre el alma de estas personas en estos breves instantes de cercanía con lo Divino.

Espíritu Santo (feature img)Es evidente que Dios hace una gran inversión cuando elige a estas almas. Como lo dijo en la parábola de los talentos, Jesús espera mucho rédito de todo don recibido, y la constatación es algo muy grande a los ojos del Señor. Estas personas, que tienen una Fe reforzada por Gracia de Dios, tienen a partir de allí la posibilidad de confirmar a otros en su Fe. Es la obligación de estos bendecidos por el Espíritu Santo el dar a otros de ese alimento recibido, haciendo que su Fe crezca y se fortalezca a partir de la seguridad que ellos manifiestan en su actuar y hablar. Estas personas tienen la opción, y la obligación, de cambiar su vida de tal modo que los demás digan: ?no se si es verdad lo que manifiesta, pero su vida ha cambiado de tal modo que tengo que creer que Dios ha pasado a su lado?.

El maravilloso puente de la constatación se ilumina frente a las almas que se aproximan, y ellas quieren tocarlo, escuchar su testimonio. La experiencia de haber vivido un hecho próximo al mundo de Dios se refleja en las palabras, los gestos, la forma de vida. Quienes creen, tienen en ello un modo de reforzar la propia Fe, es una constatación indirecta la que se ofrece a ellos, una confirmación en la Fe a partir del testimonio de otra alma.

Dios tiene muchos modos de ayudarnos a reforzar nuestra Fe en Su Presencia. A veces Sus modos son sutiles, otras veces impetuosos y sorprendentes. En todos los casos, Jesús se ajusta a las necesidades y las posibilidades de las almas, a lo que El considera mejor para nosotros. La respuesta, es siempre nuestra. La constatación de la Fe no cambia a un alma, sino que la coloca en una obligación muy grande frente al don recibido. Si no se responde, mejor hubiera sido no haber recibido nada. Pero si se responde, se da a Dios una felicidad muy grande, la de ver que Su Semilla se reproduce de modo vigoroso, vital y genuino.


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El gimnasio espiritual https://www.reinadelcielo.org/el-gimnasio-espiritual/ Fri, 24 Feb 2017 17:31:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=566 Así como vemos transformarse nuestro cuerpo como respuesta al ejercicio físico, y como vemos a los gimnastas mejorar su rendimiento ante la disciplina del gimnasio, así es la reacción de nuestra alma ante la disciplina del gimnasio espiritual, ante la oración practicada de modo ordenado, perseverante y consistente.

Pero ustedes dirán que a las cosas de Dios no les aplican las mismas reglas que a una disciplina deportiva, que el alma requiere otro enfoque, más cercano al corazón. Y tienen razón al decirlo, pero déjenme exponerles el punto de unión entre ambos conceptos, del modo que mi corazón lo ve.

La disciplina, la perseverancia y la constancia representan la necesaria parte humana, representan nuestra voluntad de hacer algo. Y sin dudas que es muy importante aportar este condimento a la formula, porque así como el deportista necesita el esfuerzo y la rutina del entrenamiento para progresar, el crecimiento espiritual necesita el esfuerzo de rezar, de leer y aprender sobre las cosas de Dios, la meditación de la Palabra Divina. No hay demasiado misterio en esta parte, somos nosotros los que tenemos que remontar la cuesta y sudar en el gimnasio espiritual. Cuando veo a esos atletas olímpicos hacer proezas en sus distintas disciplinas, pienso cuantas miles de horas de entrenamiento hay detrás de esa perfección. Horas de silencio, de frustración muchas veces, de repetir el ejercicio una y otra vez, de sudar y correr, de intentar hasta que los resultados vayan surgiendo, poco a poco. Igual ocurre en el gimnasio espiritual: si queremos resultados, tenemos que poner nuestra parte, nuestro esfuerzo.

Espíritu Santo (2)Sin embargo, a esta necesaria parte humana que debemos aportar, en el gimnasio espiritual se agrega algo fundamental, algo que no proviene de nosotros: Dios, cuando ve nuestro esfuerzo, cuando ve nuestra perseverancia, aporta Su Gracia. Cuando la parte humana se esfuerza, el Señor abre las puertas a Su Gracia, derrama Sus dones de modo visible y generoso sobre nosotros.

La formula es entonces simple, es una sociedad perfecta: la parte humana se esfuerza, y abre las puertas a la Gracia que Dios derrama abundantemente sobre el alma que trabaja. Personalmente he visto cómo la alabanza a Dios (por ejemplo), hecha con amor y voluntad, abre el Corazón de Dios y provoca el derramamiento del Espíritu Santo de un modo especial. ¡Cómo podría Dios dejar a Sus hijos abandonados cuando ellos elevan sus voces y ojos al cielo buscando Su mirada!. Pero hay que hacerlo, hay que mover nuestro ser, nuestra voz, nuestra mente, nuestro cuerpo, y buscar al Señor. Su respuesta no se hará esperar, de ningún modo. Así como el deportista sabe que la respuesta al entrenamiento es la mejora en el rendimiento de su físico, así nosotros debemos tener la fe necesaria para saber que en nuestro gimnasio espiritual, la respuesta a nuestro esfuerzo son las Gracias de Dios derramadas sobre nosotros.

Y qué hermoso es sentirse amado por Dios, cómo cambia nuestro interior cuando El nos sonríe. Aunque a veces pretendemos que Dios se haga presente en nuestro corazón con Sus consuelos y caricias, sin esfuerzo de nuestra parte. Pero el Señor, sabiendo cómo somos, qué débiles nos manifestamos frente a la necesaria perseverancia y fortaleza en la oración, busca atraernos con Sus sensibles respuestas a nuestro esfuerzo, por pequeño que sea. Como ocurre en el gimnasio real, donde la reacción al entrenamiento es la mejora en el rendimiento físico, en el gimnasio espiritual la respuesta al esfuerzo que nosotros ponemos de nuestro lado es una mayor y más marcada respuesta de Dios a nuestros llamados, a nuestros pedidos. De este modo, en el gimnasio espiritual se ora, se medita, se lee la Palabra, sabiendo que la respuesta será una mayor Presencia Divina en nuestra vida.

¡Es una mezcla perfecta entre transpiración e inspiración!

Jesús quiere que pongamos nuestra parte, que manifestemos nuestro compromiso personal con Su obra, con Sus expectativas de amor sobre nosotros. El nos acompaña a diario, en cada momento de nuestra vida. Cuando humanamente nos ponemos a Su disposición, trabajando o alabando, orando o meditando, Jesús se acerca a nuestro corazón y lo llena de Su Amor, de Su calor.

 


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Acompañar a un hijo al Cielo https://www.reinadelcielo.org/acompanar-a-un-hijo-al-cielo/ Fri, 23 Dec 2016 13:19:42 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=8445 ]]> Compartir esta historia y testimonio de vida que, Robert y María Victoria, nos dejan después de la experiencia de dolor, amor y presencia de Dios infinita, nos llena el alma de esperanza y valor, para vivir sin miedo.
Originalmente publicado en “Mi mundo entre líneas


Secreto sencillo a la vez que asombroso: la muerte tiene un antagonista, y no se trata simplemente de la vida. Tampoco se trata del coraje, ni de la ciencia, ni de la medicina, ni de la voluntad humana… sino de lo contrario a la muerte: el Amor. Y no el amor físico, que solo atrae, sino un amor verdadero, de esos sin condiciones, de esos de para siempre. ¿Cómo había podido pasarlo por alto? ¿Cómo podía alguien obviarlo? El amor es nuestra única arma. Solo el amor puede convertir una simple vida en un milagro y a la vez, extraer un valioso significado del sufrimiento, del miedo y de las contradicciones.

¿Quieres libertad? Ama
¿Quieres felicidad? Ama
¿Quieres algo? Ama
¿Quieres todo? Ama
¿Qué quieres? Primero, ama

Y es que no nacimos por casualidad: por Amor vinimos, por Amor nos vamos.

Busca el Amor. Cuando lo encuentres no te separarás, te lo prometo.

¿Y por qué digo esto? Pues porque hace unos días me enteré de la historia de Mª Victoria, una niña que ha vivido 30 minutos. ¿30 minutos? Si, y no os imagináis lo que puede pasar y lo que somos capaces de hacer en 30 minutos. Y si, 30 minutos son suficientes para amar y ser amado. Quería contaros esto primero antes de dejaros con la carta de los padres, carta que dice así…

Imagen Maria VictoriaOs escribo estas líneas llena de vergüenza y rodeada de respetos humanos, sé que es políticamente incorrecto lo que estoy haciendo y que hoy en día no está bien visto demostrar los sentimientos. Sin embargo, siento la necesidad de contaros lo que hemos vivido estos días, pues en aquella habitación del hospital, no estábamos Robert y yo solos. Estabais todos allí con nosotros acompañándoos. Mi ejército de oración.
No os podéis imaginar la cantidad de mensajes y cariño que hemos recibido en estas horas. Noche y día. En plena madrugada, sonaba el móvil y miraba el mensaje: “No te creas que nos hemos dormido, seguimos a tu lado”. Tantas otras que no han mandado mensajes pero que sé han estado acompañándonos con su oración constante. Gente a la que ni siquiera conocemos a la que se les ha dicho tengo una amiga en esta situación, encomiéndala.

Pues bien, la gracia que Dios nos ha hecho vivir estos días también debe ser compartida, pues no es solo nuestra, es también vuestra y ese es el motivo por el que al final me atrevo a escribir.

Cuando nos dijeron que Mª Victoria venía malita, puse en mi perfil. “No tengáis miedo”. No penséis que porque soy una heroína, más bien lo contrario, porque estaba aterrorizada ante lo que se nos venía encima y era una manera de recordarme a mí misma que no hay que tener miedo ante la gracia de Dios. Él nos pedía mucho, pero como me recordaba una amiga constantemente: “Dios no se deja ganar en generosidad, y te devolverá mucho más de lo que te pide.”

Una monjita, íntima amiga de la familia, me decía, “Totoya, ¿te das cuenta de que has dado a luz a cuatro hijos a este mundo, pero que esta vez vas a dar a luz a un hijo al Cielo? Estas palabras las he guardado en mi corazón todos estos meses. Mi pequeña Mª Victoria estaba llamada a nacer directamente a la Vida Eterna. ¿Cómo no íbamos a acompañarla con inmenso amor a la Felicidad Eterna? Esa es mi misión de madre con los que ya tengo, que sean felices y que lleguen al Cielo. Esta vez, era distinto porque sabía que ella alcanzaría el premio eterno en pocos minutos, sin luchas, ni sufrimientos.

Durante las 42 horas de parto mi gran ilusión era que naciera viva, que la pudiéramos bautizar y darle mil besos y achuchones, y poderle decir despacito cuanto la queremos y que la queremos como es, con sus orejitas bajas, sus puñitos cerrados y su corazoncito enfermo. Aunque nos dieran a elegir mil veces, ella sería la elegida, malita como nos llegaba, así ha sido amada desde su concepción.

Esas largas horas, fueron inmensamente duras, no tanto por los dolores físicos, que se llevan mejor, sino por los dolores morales. Desde el principio los médicos nos dejaron claro que como ella no podría sobrevivir en mi parto sólo les importaba una persona, y esa era yo. No pondrían mi vida en riesgo pues nuestra gordita no tenía ninguna opción de supervivencia. “¿No ves que las demás tienen dos monitores, el de la madre y el hijo y tú solo tienes uno? Eso es porque en los demás partos estamos preocupados por dos personas. En el tuyo, al ser un caso especial, solo nos preocupas tú” Era un dolor tan intenso en el alma oír aquellas palabras cuando cada fibra de mi ser me decía que ella era mi prioridad absoluta. Como madre yo pensaba en ella primero y después en mí.

ángel de la guarda (ft img)Entonces ahí estáis todos vosotros, mi ejercito de oración, yo cerraba los ojos y pensaba donde no llega la medicina, llega la gracia de Dios. No temas Totoya, tienes un ejército rezando para que nazca viva, y ahí me confiaba y la fe me daba fuerzas. Sabía que aunque teníamos que desafiar a la medicina que decía que un parto tan largo es casi imposible que lo supere un niño normal, cuanto menos lo iba a superar nuestra Totoyita con un corazón tan enfermo. Además venía de nalgas y tuvieron que girarla para ponerla en cefálica, maniobra difícil en la que podía haber dejado de latir su corazón. Sin embargo, cuando pedíamos oír el monitor para saber si seguía con nosotros, la respuesta era siempre la misma, ese sonido tan hermoso de su corazoncito galopando, el canto de la vida. Esa era mi niña, mi campeona. Tan pequeña, tan débil y tan fuerte que nos demostraba que también quería nacer, para recibir todo nuestro cariño antes de irse a los brazos del Padre.
Y así llegó el momento del parto. Ya habíamos avisado para que el sacerdote bajara a partitorio a bautizarla. Y allí estábamos todos. Robert de mi mano, al que hoy quiero más que nunca, no me dejó sola ni un segundo, sin comer, sin beber, sin dormir. Los médicos, las matronas, las enfermeras, los celadores y por supuesto, el sacerdote que iba a convertir en hija de Dios a nuestra gordita. Dos empujones y allí estaba nuestra princesa, tan pequeña, tan bonita, tan frágil. Todo había merecido la pena.

Me la pusieron encima sin cortar aun el cordón y allí desnudita sobre mi pecho cubierta con una toalla caliente, rodeada de las caricias y besos de Robert y míos la bautizó el sacerdote. Lo que vivimos en aquellos momentos es imposible de explicar con palabras. Para mí es como si no hubiese techo y el cielo y la tierra estuviesen unidos por unos breves momentos. Había 18 o 20 personas en el paritorio y un silencio absoluto, caras de respeto, de asombro, de admiración, y una presencia muy especial, era un ambiente completamente sobrenatural. Nunca he vivido nada igual y no creo que lo vuelva hacer. El amor lo envolvía todo. Mi niña ya era hija de Dios y su fragilidad humana se había vuelto fortaleza divina. Ahora sí era de verdad una princesa, hija del Rey y la Reina del universo. Nuestra Madre que al igual que hizo con su Hijo al pie de la Cruz, allí estuvo a nuestro lado en todo momento. Cuando terminó el bautizo el sacerdote nos dijo: “En 20 años de sacerdocio no he vivido nada tan bonito como lo que he vivido esta noche”.
Nos pasaron a la sala de dilatación donde dejaron pasar a nuestros hijos cuya máxima ilusión era conocer y dar un beso a su hermanita. Nunca sabrán en el hospital lo agradecidos que estamos. Y allí, rodeada del amor de todos los que desde el primer momento la acompañamos en su corta existencia, su abuelo, sus tíos, prima, padres y hermanos, nos dejó para partir al Cielo. Paso de mis brazos a los de la Virgen, a recibir los más bellos besos y abrazos que cualquier ser humano pueda desear.

Todo el sufrimiento y dolor que puede sentir el corazón de unos padres cuando pierden a su hija, se veía dulcificado. No era un dolor que deja un vacío, una desesperación, la devastación y la nada. Sino que era un dolor inmenso, el mayor que hemos pasado en nuestras vidas, pero era sereno, lleno de paz, de aceptación, de amor, de esperanza, de alegría (aunque esto pueda escandalizar). Teníamos una hija en el Cielo, y el Señor nos dejó acompañarla de la mano hasta el final. Una santa en la familia. Nuestra Santa. Santa Mª Victoria y para nuestra familia Santa Totoyita.

Antes de irse en ese ratito de intimidad que tuvimos no podía olvidarme de vosotros que estuvisteis ahí noche y día acompañándonos. Le dimos una misión para el Cielo. “Preciosa mía, has tenido un ejército rezando para que nacieras, nos han acompañado hasta aquí, y ahora tú cuando llegues a los brazos del Padre tienes que hablar bien de ellos, pedirles a Jesús y a la Virgen por todos y cada uno de ellos y sus familias. Como decía Santa Teresita del Niño Jesús, tienes que pasar tu eternidad haciendo bien sobre la tierra y mandándonos una lluvia de pétalos, de gracias. Pide por tus padres y hermanos. Por tus tíos y primos, por tus padrinos, por tus abuelos, que te hemos querido con locura, como eres, desde el momento de tu concepción. Te encomiendo muy especialmente a nuestros colegios, y a todas sus familias. Cuánto hemos recibido de ellos gratuitamente!!!! A todas las comunidades religiosas que nos han acompañado, y a todos aquellos que nos han tenido presentes en sus oraciones. Dale el beso más grande y lleno de ternura a nuestra querida Lelelita, (mi madre), que fue la que nos formó y nos enseñó que esta vida es un camino hacia el Cielo. Le debemos todo!!!!! Qué orgullo ser su hija!!!!

Tengo que decir, que el trato en el hospital, fue exquisito. Con que delicadeza y medida nos dieron la medicación para evitar que se nos fuera antes de tiempo, tantas guardias, médicos, matronas y enfermeras que conocimos todas aportando su cariño y profesionalidad. Respetando en todo momento nuestras decisiones y sabiendo entender cuánto amor había en el nacimiento de nuestra gordita. A todas les estaré eternamente agradecida y estarán en nuestras oraciones y las de Mª Victoria para siempre. Pero especialmente a las ginecólogas que nos ayudaron a que naciera, y a la matrona Laura, que fue como un ángel de la guarda durante las últimas horas.

Esta carta no es para hacer llorar, ni para llevar a sensiblerías humanas, que las detesto. Sino un testimonio de cómo la gracia de Dios transforma nuestras vidas y nos llena de amor y fortaleza en aquellos momentos más duros de nuestras vidas. (“No tengáis miedo”. San Juan Pablo II)

Un fuerte abrazo y gracias por acompañarnos en todo momento.

Robert y Mª Victoria.

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Fuente: Mi mundo entre líneas


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San Francisco y La Porciuncula – Indulgencia https://www.reinadelcielo.org/san-francisco-y-la-porciuncula/ Fri, 31 Jul 2015 16:11:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=33 —La indulgencia se gana el 2 de agosto—]]> Fiesta de Santa María de los Ángeles
Juan Pablo II en la reapertura de la Porciúncula

Por Jesús Marti Ballester

San Francisco de Asís pidió a Cristo, mediante la intercesión de la Reina de los Ángeles, el gran perdón o «indulgencia de la Porciúncula», confirmada por mi venerado predecesor el Papa Honorio III a partir del 2 de agosto de 1216. Desde entonces empezó la actividad misionera que llevo a Francisco y a sus frailes a algunos países musulmanes y a varias naciones de Europa. Allí por último, el Santo acogió cantando a <nuestra hermana la muerte corporal> (Cántico de las criaturas). De la experiencia del Poverello de Asís la iglesita de la Porciúncula conserva y difunde un mensaje y una gracia peculiares, que perduran todavía hoy y constituyen un fuerte llamamiento espiritual para cuantos se sienten atraídos por su ejemplo. A este propósito es significativo el testimonio de Simone Weil, hija de Israel fascinada por Cristo: <Mientras estaba sola en la capillita románica de Santa María de los Ángeles, incomparable milagro de pureza, donde san Francisco rezo tan a menudo, algo mas fuerte que yo me obligo, por primera vez en mi vida, a arrodillarme> (Autobiografía espiritual). La Porciúncula es uno de los lugares mas venerados del franciscanismo, no solo muy entrañable para la Orden de los Frailes Menores, sino también para todos los cristianos que allí, cautivados por la intensidad de las memorias históricas reciben luz y estimulo para una renovación de vida, con vistas a una fe mas enraizada y a un amor mas autentico. Por tanto, me complace subrayar el mensaje especifico que proviene de la Porciúncula y de la indulgencia vinculada a ella” Con estas palabras comenzaba el mensaje de Juan Pablo II en 1999, dirigido al Ministro General de la Orden Franciscana, en la reapertura de la Basílica y de la capilla de la Porciúncula.

¿Qué ocurrió en la Porciúncula?

Porciúncula

Cuenta Dona Emilia de Pardo Bazan en su “Vida de San Francisco” que una noche, en el monte cercano a la Porciúncula, ardía Francisco de Asís en ansias de la salvación de las almas. Un ángel le ordeno bajar del monte a su Santa Maria de los Angeles. Allí vio a Jesucristo, a su Madre y a multitud de espíritus. Oyó la voz de Jesus: – Pues tantos son tus afanes por la salvación de las almas, pide, Francisco, pide. Francisco pidió una indulgencia plenaria, que se ganase con solo entrar confesado y contrito en aquella capilla de los Angeles.- Mucho pides, Francisco, pero accedo contento. Acude a mi Vicario, que confirme mi gracia. Al alba, tomo el camino de Perusa, acompañado de Maseo de Marignano. Estaba en Perusa el Papa Honorio III. – Padre Santo -dijo Francisco, en honor de Maria he reparado una iglesia; hoy vengo a solicitar para ella indulgencia. Dime cuantos anos e indulgencias pides.- Padre Santo -replico Francisco-, lo que pido no son anos, sino almas. No puede conceder esto la Iglesia -objeto el Papa.- Señor -replico Francisco-, no soy yo, sino Jesucristo, quien os lo ruega. En esta frase hubo tal calor, que ablando el animo de Honorio, moviendole a decir: – Me place, me place, me place otorgar lo que deseas. Y llamo a Francisco: -Otorgo, pues, que cuantos entren confesados en Santa Maria de los Angeles sean absueltos de culpa y pena; esto todos los anos perpetuamente, mas solo en el espacio de un dia natural. Bajo Francisco la cabeza en señal de aprobación, y sin despegar los labios salió de la cámara. – ¿Adonde vas, hombre sencillo? -gritó el Papa-. Me basta -respondió Francisco- lo que oí; si la obra es divina, Dios se manifestara en ella. Sirva de escritura la Virgen, Cristo el notario y testigos los ángeles. Y se volvió de Perusa a Asís. Llegando a Collestrada, se desvió de sus compañeros para desahogar su corazón en ríos de lagrimas; al volver de aquel estado de plenitud y de gozo, llamo a Maseo a voces: ¡Maseo, hermano!

De parte de Dios te digo que la indulgencia que obtuve del Pontifice esta confirmada en los cielos.

Retraso

El tiempo corria el tiempo sin que Honorio autorizara la indulgencia; el retraso atribulaba a Francisco. En una fría noche de enero se encontraba abismado. Impensadamente pensó que obraba mal, que faltaba a su deber trasnochando y extenuandose a fuerza de vigilias, siendo un hombre cuya vida era tan esencial para el sostenimiento de su Orden. Pensó que tanta penitencia pararía en enflaquecer y perder su razon, y le entro congoja.

Para desechar esta tentación, nacida del cansancio de su cuerpo, se levanto, y se arrojo sobre una zarza, revolcándose en ella. Manaba sangre de su piel, y se cubría el zarzal de rosas, como las de mayo. Francisco se encontró rodeado de ángeles que cantaban a coro:- Ven a la iglesia; te aguardan Cristo y su Madre. Francisco se levanto transportado y camino luminoso. Sobre su cuerpo veía Francisco un vestido transparente como el cristal. Tomó de la zarza florida doce rosas blancas y doce rojas, y entro en la capilla. Allí estaban Cristo y su Madre, con innumerables ángeles.

Francisco cayo de rodillas. María se inclino hacia su hijo, y este hablo así:

– Por mi madre te otorgo lo que solicitas; y sea el día aquel en que mi apóstol Pedro, encarcelado por Herodes, vio milagrosamente caer sus cadenas (1 de agosto). Ve a Roma; notifica mi mandamiento a mi Vicario; llévale rosas de las que han brotado en la zarza; yo moveré su corazón.

Francisco se levanto, fue a Roma con Bernardo de Quintaval, Ángel de Rieti, Pedro Cataneo y fray León, la ovejuela de Dios.

Tres Rosas

Se presento al Papa llevando en sus manos tres rosas encarnadas y tres blancas de las del prodigio. Intimo a Honorio de parte de Cristo que la indulgencia había de ser en la fiesta de San Pedro ad Vincula. Le ofreció las rosas, frescas y fragantes. Se reunió el Consistorio, y ante las flores que representaban en enero la primavera, fue confirmada la indulgencia.

rosas blancas

Escribió el Papa a los obispos circunvecinos de la Porciúncula, citándoles para que se reunieran en Asís el primer día de Agosto, a fin de promulgar la indulgencia solemnemente. En el día convenido apareció Francisco en un palco con los siete obispos a su lado, y pronuncio una platica ferviente sobre la indulgencia. Los obispos se indignaron, y cuando el obispo de Asís se levanto resuelto a proclamar la indulgencia por diez anos solos, en vez de esto repitió las palabras de Francisco; unos después de otros, reprodujeron los obispos el primer anuncio.

La Porciúncula

Durante muchos anos, fue solo conocida oralmente la indulgencia de la Porciúncula. Medio siglo después del transito de Francisco hallamos el primer documento de Benito de Arezzo, que dice así: <En el nombre de Dios, Amen. Yo Fray Benito de Arezzo, que estuve con el beato Francisco mientras aun vivía, y que por auxilio de la gracia fui recibido en su Orden por el mismo Padre Santísimo; yo que fui compañero de sus compañeros, y con ellos estuve frecuentemente, ya mientras vivía el santo Padre nuestro, ya después que se partió de este mundo, y con los mismos conferencie frecuentemente de los secretos de la Orden, declaro haber oído repetidas veces a uno de los compañeros del beato Francisco, llamado Fray Maseo de Marignano, que estuvo con el hermano Francisco en Perusa, en presencia del papa Honorio, cuando el santo pidió la indulgencia de todos los pecados para los que, contritos y confesados, viniesen al lugar de Santa Maria de los Angeles (que por otro nombre se llama Porciúncula) el primer día de agosto, desde las vísperas de dicho día hasta las vísperas del día siguiente. La cual indulgencia, habiendo sido pedida por el beato Francisco, fue otorgada por el Sumo Pontífice, aunque el mismo dijo no ser costumbre en la Sede Apostólica conceder tales indulgencias> Del entusiasmo que en el pueblo despertaban las indulgencias podemos juzgar por las crónicas que refieren el acontecimiento que, estremeciendo hasta las ultimas fibras de la conciencia de Dante, dio por resultado la Divina Comedia. La multitud que acudía a Asís a lucrar la indulgencia era enorme. El jubileo determinaba una suspensión de discordias y luchas: la tregua de Dios.

Sitiado Asís por las tropas de Perusa, el día 2 de Agosto se interrumpió el ataque, para que los peregrinos pudieran entrar en la villa para obtener la indulgencia. Gregorio XV, hizo extensivo el jubileo de la Porciúncula a todas las iglesias franciscanas del mundo. Según Fray Panfilo de Magliano, la indulgencia fue concedida el ano 1216, y en 1217 la proclamación solemne de la Porciúncula por siete obispos. La víspera del solemne día llamaba a los fieles la Campana de la Predicación; se cubría el campo de toldos y enramadas y acampaban al raso los peregrinos. Al lucir el nuevo sol se verificaba la ceremonia de la absolución, descrita por el Dante, en el canto IX del Purgatorio.


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