La parte humana de la iglesia es la visible, la que percibimos con nuestros ojos y nuestros sentidos. Y la parte espiritual es la invisible, pero que inspirada por el Espíritu Santo. (ver artículo)
Dentro de nosotros hay un mundo extraordinario donde vive nuestra alma... donde encontramos al Espíritu Santo que quiere habitar en nuestro corazón. (ver artículo)