esperanza – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 06 Dec 2024 19:10:45 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Oraciones para Adviento y Navidad https://www.reinadelcielo.org/oraciones-para-adviento-y-navidad/ Fri, 06 Dec 2024 09:50:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=10771 ]]>

Nuestra forma de preparar el corazón, para encontrarnos con Dios hecho un niño, es ponernos en oración y dejar que Él, con su presencia, ilumine nuestras vidas.

Aquí encontrarás una forma adecuada para meditar la Palabra de Dios, reflexionar y orar.

También puedes descargarte las oraciones en formato PDF, aquí


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La muerte no es el final https://www.reinadelcielo.org/la-muerte-no-es-el-final/ Wed, 23 Aug 2023 11:56:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=10545 Esta hermosa reflexión de San Agustín, sobre la muerte, nos puede ayudar a reflexión sobre este gran tema que siempre ha preocupado a la humanidad.

La muerte no es nada, sólo he pasado a la
habitación de al lado. Yo soy yo, ustedes
son ustedes. Lo que somos unos para los
otros seguimos siéndolo.

Denme el nombre que siempre me han dado.
Hablen de mi como siempre lo han hecho.
No usen un tono diferente.
No tomen un aire solemne y triste.

Sigan riendo de lo que nos hacía reír juntos.
Recen, sonrían, piensen en mí.

Que mi nombre sea pronunciado como siempre
lo ha sido, sin énfasis de ninguna clase, sin
señal de sombra. La vida es lo que siempre
ha sido. El hilo no se ha cortado.

¿Por qué estaría yo fuera de su mente?
¿Simplemente porque estoy fuera de su vista?
Los espero. No estoy lejos, sólo al otro lado del camino.

¿Ven? Todo está bien. No lloren si me amaban.
¡Si conocieran el don de Dios y loque es el Cielo!
¡Si pudieran oír el cánticode los Ángeles y verme en medio de ellos!
¡Si pudieran ver con sus ojos los horizontes,
los campos eternos y los nuevos senderos
que atravieso! ¡Si por un instante pudieran
contemplar como yo la belleza ante la cual
todas las bellezas palidecen!

Créanme: Cuando la muerte venga a romper sus
ligaduras como ha roto las que a mí me
encadenaban y, cuando un día que Dios ha
fijado y conoce, su alma venga a este Cielo
en el que los ha precedido la mía, ese día
volverán a ver a aquel que los amaba y que
siempre los ama, y encontraran su corazón
con todas sus ternuras purificadas.

Volverán a verme, pero transfigurado y feliz,
no ya esperando la muerte, sino avanzando con
ustedes por los senderos nuevos de la Luz
y de la Vida, bebiendo con embriaguez a
los pies de Dios un néctar del cual nadie
se saciará jamás.

AMÉN

Nada está perdido…

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Fuente: Benditas Almas


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Flores en el desierto https://www.reinadelcielo.org/flores-en-el-desierto/ Fri, 26 May 2023 09:58:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=522 El Señor no deja de mostrarme aquello a lo que debo prestar atención para mi propio crecimiento espiritual, pero también para ser compartido con otros. En esta oportunidad me llevó a Polonia, nuestra querida nación que diera a luz a Juan Pablo II durante el turbulento siglo XX. Y en esta tierra tan sufrida, un pueblo que fuera arrasado alternativamente desde el oeste y el este por naciones vecinas, encontré los extremos más distantes que uno pueda imaginar, entre el bien y el mal.

Déjenme empezar por el extremo de la oscuridad, de tal modo de poder culminar mi escrito con una luz de esperanza, un llamado al bien. Cerca de la ciudad de Cracovia pude visitar lo que fueran los campos de concentración nazis de Auschwitz I y II (este último también conocido como Birkenau). Allí fueron asesinadas criminalmente un millón doscientas mil personas entre 1942 y 1945, principalmente gente perteneciente a la religión judía, pero también gitanos o polacos, rusos, húngaros, entre muchos otros. Y hubo otros campos donde se hizo lo mismo, para llegar a la aterradora cifra de seis millones de muertes.

Una cosa es haber oído o visto fotos de lo que allí ocurrió, pero créanme que nada se compara a verlo en persona. Visitar la inmensa máquina de asesinar que con gran meticulosidad y sentido de perfección fue diseñada y puesta a funcionar allí, sacude el alma. El testimonio es tan directo y conmovedor que deja a uno pensando en aquellos que decidieron y ejecutaron semejante crueldad. Produce terror el meditar a qué extremos puede llegar el ser humano cuando se lanza sin límites en la carrera del odio y la destrucción.

Caminé por los andenes de tren donde se separaba a los recién llegados, entre aquellos que servían para trabajar por unas semanas o meses, de los que serían enviados de inmediato a las dos gigantescas cámaras de gas que los aguardaban una a cada lado de las vías del tren, con las chimeneas de los hornos crematorios aullando y lanzando fuego y humo al firmamento. Lo que vi allí, no lo olvidaré jamás. Una montaña de latas vacías portadoras de los cristales que producían el gas venenoso, testigos mudos que señalan el punto en la historia donde millones de personas murieron del modo más cruel.

San Maximilano Kolbe

Allí, en medio de tanto horror, pude visitar el pabellón 11 también llamado “el lugar de la muerte”. Nadie que entraba allí salía vivo. En los sótanos de este edificio estaban las celdas especiales, destinadas a prisioneros que “merecían” un castigo o una muerte particularmente cruel. Allí pude ver el lugar donde murió San Maximiliano Kolbe, aquel sacerdote que ofreció su vida a cambio de la de un prisionero inocentemente condenado a muerte. Sin dudas que esta flor en este desierto me hizo pensar en todas las personas que murieron allí encontrando una oportunidad para reconciliarse con Dios en el dolor de semejante tragedia. Historias que sólo Dios conoce, pero que se pueden intuir al caminar por los interminables recorridos de ésta maquina de matar.

Dios vio el dolor que invadió mi alma, por eso hizo que a pocos kilómetros de allí pueda asistir a una maravillosa Misa dominical en el Santuario de la Divina Misericordia, en Cracovia. Y que luego, como gracia inmerecida, pueda visitar el convento donde Santa Faustina Kowalska tuviera las visiones de Jesús que originaron la devoción al Jesús Misericordioso. Su dormitorio, la Capilla donde ella acompañaba a Jesús Eucarístico, sus reliquias que pude besar como signo de unión en Cristo, todo olía a Dios. El Cielo baja a la tierra cuando uno comprende la trascendencia de lo que esta sencilla mujer vivió en ese lugar tan bendecido por Dios.

Con una diferencia de pocas horas, pude dar testimonio del más horroroso acto de maldad del que el ser humano es capaz, y en el otro extremo, de cuanto es Dios capaz cuando encuentra almas pequeñas y sencillas dispuestas a dejarse cubrir por Su Gracia. Faustina murió en 1938, los nazis terminaron su crimen en 1945. Con pocos años de diferencia, y en el mismo lugar, Dios quiso cubrir a la sufrida Polonia de muestras de Su Amor, para compensar el baño de sangre que allí ocurriría.

Sepamos que cada uno de nosotros, o nuestros hijos, en forma individual y personal, es en potencia tanto un santo como un criminal. Nada nos impide ser tan puros y comprometidos en el amor como lo fueron Faustina y Maximiliano, dos flores en el desierto. Y nada nos detiene si nos dejamos arrastrar por el sendero del odio y la maldad. En ambos casos tenemos el libre albedrío como don supremo que el Señor nos legó, para hacer de nuestra vida un canto a la Creación.

Faustina y Maximiliano están hoy en los altares de la Iglesia como signo de santidad, orientándonos nada más ni nada menos que al misterio de la Misericordia de Dios. Mientras tanto, el crimen de Auschwitz ha quedado grabado en la retina de la historia de la humanidad como una gigantesca mancha de sangre que no desaparece. Hoy quiero dar mi testimonio de ambas cosas, porque Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida.

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Autor: Reina del Cielo


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Enfrentar la enfermedad https://www.reinadelcielo.org/enfrentar-la-enfermedad/ Fri, 10 Mar 2023 16:23:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=334 Conocemos mucha gente que sufre enfermedades a nuestro alrededor, y casi todos hemos enfrentado en un punto de la vida un momento de preocupación por la salud física. ¿Cómo reaccionamos cuando llegan estas épocas de prueba?

Dios en su infinito amor quiere nuestro bien, y en ese plan permite que nos acose la enfermedad. ¿Por qué?

Vidas

El Señor sabe muy bien que cuando nos regala prosperidad, gracias y progreso personal y familiar, solemos alejarnos de El. En esos momentos nos llenamos de soberbia y vanidad, creemos que el mérito de lo obtenido es nuestro y no de Dios. No agradecemos, no nos volvemos a El. En resumen: no aprovechamos la oportunidad para cimentar un camino de conversión basado en el agradecimiento y reconocimiento de que fue Dios el artífice de lo logrado. ¡Pero qué ciegos somos!. Nada bueno en este mundo proviene de alguien que no sea el propio Dios. Nuestras virtudes, nuestras aptitudes, lo aprendido, los bienes recibidos, todo proviene de Dios. Y si usamos para el bien esas habilidades naturales o adquiridas, si se transforman en buenas obras: también esas obras provienen de Dios, porque son el resultado de dones recibidos conjugados con el amor por los demás. ¡Reconozcamos de este modo que Jesús está vivo y actúa entre nosotros a través de todo lo bueno que acontece en nuestro día!.

En cambio, cuando Dios permite que la enfermedad u otras tribulaciones se ciernan sobre nuestra vida, pone grandes esperanzas en que eso sirva para nuestra conversión. Y la verdad es que es mucho más frecuente encontrar conversiones profundas originadas en la enfermedad, que en la prosperidad. Es que el reconocerse enfermo obliga a darse cuenta que no somos nada, es un camino a la humildad. Y de este modo, por el sendero de la pequeñez, se nos abre el corazón para poder pedir ayuda al Señor. También es cierto que la enfermedad suele provocar el efecto contrario: que la persona se enoje con Dios, y se aleje aún más de lo que estaba. Pero este es un riesgo que Dios toma, porque siempre es nuestra la opción, nuestro el libre albedrío. El pone las llamadas y los signos en nuestra vida, somos nosotros los que debemos reconocerlos y torcer el rumbo de nuestro destino.

Cruz

De este modo, quienes sufren enfermedad tienen en el sufrimiento un camino de purificar no sólo las propias faltas, sino las de muchas otras almas también. Son Cruces que, si se llevan con entrega al Señor y no con enojo hacia El, son tomadas por Dios como un regalo que agrada a Su Corazón amante. El Beato Don Orione solía rezar de este modo: “Señor, envíame más Cruces, quiero sufrir más en expiación de la poca disposición de los hombres a llevar Tu Cruz”. En realidad todos los grandes santos tuvieron esta actitud de entrega al sufrimiento, a las tribulaciones que Dios permitía en sus vidas.

El entendimiento humano sobre lo que es bueno o malo para nuestra vida es bien distinto del pensamiento de Dios: El sabe perfectamente qué es bueno para nosotros. Entreguemos, entonces, mansamente nuestra voluntad a la Divina Providencia. Quien encuentra en la enfermedad una vía de llegar a la salvación del alma, no podrá negar luego que Dios le ha hecho un gran bien, cuando se encuentre con El en el Reino. Viviendo aún en este mundo, en esta vida, ¿cómo podemos tratar de entender lo que es bueno o malo para nosotros?.

Veamos en la enfermedad propia o en la de quienes amamos un llamado a la conversión o a la profundización de la conversión. ¡O lisa y llanamente un llamado a la santidad!.

Oremos así:

“Señor, me entrego a Tu Voluntad. Tú sabes lo que es mejor para mi, yo no entiendo, ni pretendo entender. Sé que mi enfermedad es para mi bien, porque sana mi alma, y quizás, sólo quizás, tu querrás sanar mi cuerpo también. Pero eso lo dejo en Ti, Señor, con humildad y entrega. Y te agradezco también todo lo que haces por mi, para que finalmente mi corazón se empequeñezca y se abra, y deje paso a que sea Tu Divina Voluntad la que haga mi día”.


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Este es el secreto de Fátima del que nadie habla https://www.reinadelcielo.org/este-es-el-secreto-de-fatima-del-que-nadie-habla/ Thu, 14 Jul 2022 13:31:04 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=26625 ¿Por qué la mayoría de la gente ignora el primero y el segundo de los tres secretos dados por Nuestra Señora en Fátima en julio de 2017? El primero es sobre el infierno. ¿Realmente deseamos prestar atención a esto? La respuesta parece ser no. La respuesta viene en la dirección que ha tomado el mundo, especialmente en los últimos años.

Primer secreto

En julio de 1941, Sor Lucía reveló los dos primeros secretos en sus memorias escritas, por orden de su obispo. Ella dijo: “El secreto se compone de tres partes distintas, dos de las cuales voy a revelar ahora. La primera parte es la visión del infierno.”

Lucía continuó con la descripción. “Nuestra Señora nos mostró un gran mar de fuego que parecía estar debajo de la tierra. Sumergidos en este fuego estaban demonios y almas en forma humana, como brasas transparentes, todo bronce ennegrecido o bruñido, flotando en la conflagración, ahora levantadas en el aire por las llamas que salían de su interior junto con grandes nubes de humo, cayendo por todos lados como chispas en un gran fuego, sin peso ni equilibrio, y entre gritos y gemidos de dolor y desesperación, que nos horrorizaban y nos hacían temblar de miedo. Los demonios se distinguían por su aterradora y repelente semejanza con temibles y desconocidos animales, todos negros y transparentes. Esta visión duró sólo un instante.”

¡Una vista horrible para cualquiera!

Mirando hacia atrás, Lucía explicó: “¿Cómo podemos estar lo suficientemente agradecidos con nuestra bondadosa Madre celestial, que ya nos había preparado prometiendo, en la primera Aparición, llevarnos al Cielo? De lo contrario, creo que nos habríamos muerto de miedo y terror.

“Luego miramos a Nuestra Señora, quien nos dijo con tanta bondad y tristeza: Vosotros habéis visto el infierno donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlos, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón”.

Allí mismo Nuestra Señora dio el remedio, el medio de seguridad, el camino seguro para evitar la conflagración eterna.

Aunque queremos centrarnos en esta parte del primer secreto, veamos lo que Nuestra Señora continuó diciendo en ese momento. Ella continuó:

Si se hace lo que os digo, muchas almas se salvarán y habrá paz. La guerra va a terminar: pero si la gente no deja de ofender a Dios, se desatará una peor durante el pontificado de Pío Xl. Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que esta es la gran señal que os da Dios que va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, el hambre y las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre.
Para evitarlo, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Corazón Inmaculado y la Comunión reparadora de los Primeros Sábados. Si se escuchan mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, provocando guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados; el Santo Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas. Al final, mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, y ella se convertirá, y se concederá al mundo un período de paz.
Si bien hoy en día muchos no quieren “asustar” a los adultos con la idea o la palabra “infierno”, nuestro Señor no se avergonzó de usarla (consulte los Evangelios), y tampoco su Madre, todo para nuestro bien y triunfo final. en llegar al cielo.

Recuerde, estos videntes eran niños en ese momento. Lucía tenía 10 años, San Francisco 9 y Santa Jacinta 6.

Más tarde en el convento, Lucía le escribió a su obispo que la gente, “incluso los devotos… a veces tienen miedo de hablar del infierno a los niños para que no los asusten, pero Dios no dudó en mostrárselo a tres niños… sabiendo bien que se horrorizarían. hasta el punto de, casi me atrevería a decir, marchitarse de miedo.” Sin embargo, ¿cuántos adultos nunca se enteran?

Santa Jacinta responde

Tan conmovida estaba la niña, Jacinta, que respondió de inmediato.

“¡Lo siento mucho por los pecadores! ¡Si tan solo pudiera mostrarles el infierno! Ella exclamo. Ella agarraba a Lucía y le decía: “Yo me voy al Cielo, pero tú te quedas aquí. Si Nuestra Señora te lo permite, dile a todos cómo es el infierno, para que no cometan más pecados y no vayan al infierno”.

Otras veces, después de pensar un rato, decía: “¡Tanta gente cayendo al infierno! ¡Tanta gente en el infierno!”

Para calmarla, Lucía dijo: “¡No tengas miedo! vas al cielo”.

“Sí, lo tengo”, respondió Jacinta con calma, “¡pero yo quiero que toda esa gente vaya allí también!”.

Ella seguiría lo que Nuestra Señora pidió para ayudar a convertir a los pecadores y salvarlos del infierno. Por ejemplo, aunque estaba muy enferma, todavía asistía a Misa entre semana. Cuando Lucía le dijo con insistencia: “¡Jacinta, no vengas! No puedes, no eres capaz”. Su prima respondió: “¡Eso no importa! Voy por los pecadores que no van los domingos”.

Lucía creía que Dios le había dado a su joven prima una gracia especial a través del Inmaculado Corazón de María en este sentido. Jacinta “miraba el infierno, y había visto la ruina de las almas que en él caían”. La llevó a menudo a sentarse pensativa y exclamar: “¡Oh, diablos! ¡Infierno! ¡Cuánto lo siento por las almas que van al infierno! ¡Y la gente allá abajo, ardiendo viva, como leña en el fuego!

Cuando Lucía la veía muchas veces pensativa y le preguntaba qué estaba pensando, Jacinta respondía muchas veces: “¡De la guerra que se avecina, y de toda la gente que se va a morir y se va al infierno! ¡Qué terrible! ¡Si tan solo dejaran de ofender a Dios, entonces no habría ninguna guerra y no irían al infierno!”

Los pecados de la carne son los que más ofenden a Dios, dijo Jacinta.

Sin embargo, Jacinta siempre hizo algo sobre los temores de los pecadores para salvarlos. Se arrodillaba y rezaba la oración que Nuestra Señora enseñó a los niños: Oh Jesús mío, perdónanos nuestros pecados; Sálvanos de los fuegos del infierno; lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Lucía describió cómo Jacinta permanecía de rodillas por largos períodos de tiempo, rezando la misma oración una y otra vez.

Al rezar el Rosario, los niños nunca se olvidaron de incluir después de cada decena la oración que Nuestra Señora también quiere que agreguemos después de cada decena del Rosario.

Mucho tiempo después, en una carta escrita en 1941, Lucía afirmaba a su obispo: “Ahora comprenderá Vuestra Excelencia cómo fue mi propia impresión que las palabras finales de esta oración se refieren a las almas en mayor peligro de condenación, o las que están más cerca de ella .”

Jacinta mostró la mayor compasión, especialmente por algún pecador, diciendo: “¡Debemos orar y ofrecer sacrificios a Nuestro Señor, para que se convierta y no vaya al infierno, pobre hombre!”

Incitaría a su prima y a su hermano Francisco a orar con ella por los pecadores. “¡Debemos orar mucho, para salvar almas del infierno!” ella repetiría. “¡Tantos van allí! ¡Tantos!”

Ella estaba siguiendo la directiva y recomendación de Nuestra Señora de Fátima de usar la práctica de la mortificación, diciendo: “Orad, orad mucho y haced sacrificios por los pecadores; porque muchas almas van al infierno, porque no hay quien se sacrifique y ore por ellas.”

En los momentos en que Jacinta estaba particularmente preocupada, su hermano Francisco le decía: “¡No pienses tanto en el infierno! En su lugar, piensa en Nuestro Señor y Nuestra Señora. No pienso en el infierno, para no tener miedo”.

No temía por sí misma, por supuesto, sino por los pecadores. Su actitud constante era: “Jesús mío, perdónalos y conviértelos. ¡Ciertamente no saben que están ofendiendo a Dios con todo esto! ¡Qué pena, Jesús mío! Rezaré por ellos”. Enseguida repitió la oración que la Virgen le había enseñado: “Oh, Jesús mío, perdónanos nuestros pecados…”

Sabemos que otro santo tomó todo esto en serio. Mons. Paola Carta recordando los pedidos de Nuestra Señora en Fátima y dijo: “La preocupación maternal del Inmaculado Corazón de María por las almas que van al infierno había invadido profunda y completamente el corazón del Padre Pío, quien hizo de su vida entera un gran sacrificio para nuestro Señor para arrebatar las almas de la condenación eterna”.

El obispo señala que en Fátima Nuestra Señora pidió especialmente el rezo del Rosario. “¿Y quién podría contar las horas que el Padre Pío pasó en oración por la conversión y salvación de los pecadores?”

Luego hubo devociones del primer sábado y “practicarlo toda nuestra vida por el bien de las almas de nuestros vecinos, así como la nuestra. Nuestra Señora nos dijo que las almas se pierden en el infierno porque no hay quien las repare por sus pecados. Ella nos implora en su nombre. ¿Cómo podemos negarla?

El Presidente Internacional del Apostolado Mundial de Fátima, Américo Pablo López-Ortiz, reveló que los videntes de Fátima descubrieron “el océano infinito de amor y misericordia que es Dios”, y a través del corazón de María, descubrieron “la misericordia infinita de Dios con los pobres pecadores y la terrible amenaza que enfrentan, la existencia del infierno, creado para aquellos que orgullosamente no aceptan la misericordia de Dios”.

El autor y escultor, el padre Thomas McGlynn, que estuvo en Fátima, creía: “La enormidad de la rebelión de la humanidad contra Dios y la aversión infinita de Dios por el pecado forman la base del mensaje de Fátima. Entonces Él da esperanza al pecador en la revelación de que Él aceptará el arrepentimiento hecho a través del Inmaculado Corazón de María. Fátima manifiesta el más incomprendido de los atributos divinos: la justicia y la misericordia”. Nuestra Señora “¡vino a decirnos cómo mantenernos fuera del infierno!”

¿Cuántos escuchan a Nuestra Señora?

Esperanza de evitar el infierno

Después de revelar este primer secreto, Lucía reveló el segundo al obispo, que es para todos nosotros. El segundo secreto ofrece una gran esperanza porque nos muestra el camino al cielo.

Lucía escribió: “La segunda parte se refiere a la devoción al Inmaculado Corazón de María”.

Recordando que “La Señora dijo que su Corazón Inmaculado será tu refugio y el camino que te llevará a Dios”, dijo Jacinta a Lucía. “¿No te encanta eso? ¡Su Corazón es tan bueno! ¡Cómo me encanta!”

Cuando Jacinta recogía flores silvestres, cantaba: “¡Dulce Corazón de María, sé mi salvación! ¡Inmaculado Corazón de María, convierte a los pecadores, salva las almas del infierno!”

Lucía le dijo al obispo: “Nuestra Señora nos dijo, en el secreto de julio, que Dios deseaba establecer en el mundo la devoción a su Inmaculado Corazón: Yo estaré contigo siempre, y mi Inmaculado Corazón será tu consuelo y el camino que te llevará. conducirte a Dios. Y Nuestra Señora garantizó, Al final mi Inmaculado Corazón triunfará.

Eso nos dará la vuelta y nos asegurará de que estamos en el camino al cielo.

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Fuente: National Catholic Register


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Hermosa imagen del Sagrado Corazón https://www.reinadelcielo.org/hermosa-imagen-del-sagrado-corazon/ Fri, 03 Jun 2022 08:32:44 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=24873 ]]> Una misionera de nuestro grupo, de Misioneros de Nuestra Señora del Cielo, tuvo la inspiración de pintar, después de muchos años de no hacerlo.

Florencia Campili no es una artista profesional, por lo que la obra que salió de sus manos tiene doble mérito.

Este retrato del Sagrado Corazón de Jesús tiene algo especial. Nos da una alegría inmensa el verlo, nos cambia el estado de animo, nos da la certeza de que El es nuestro amigo.

Les presentamos esta hermosa obra, y el testimonio de Flor, quien tuvo la Gracia de ver surgír de sus manos al Mismo Señor.
(Click en la imagen para agrandar)

Jesús Misericordioso

Testimonio de la pintora, Florencia Campili

A principios de la pandemia teníamos pocas certezas, pero estaba claro que algo se venía, y que íbamos a tener que dar batalla.

En esos días recibí un envío de Reina del Cielo que hablaba del “Détente”, la devoción al Sagrado Corazón de Jesús que ya nos ha salvado de pandemias a través de la historia.

Realmente ante una plaga, absolutamente inexplicable (inclusive meses después) ¿Qué mejor que el Sagrado Corazón de Jesús para refugiarnos?

Como en casa no teníamos impresora encargué unos detentes de tela online, pero tenían un mes de demora y yo a Jesús lo quería en casa YA. Esa urgencia me trajo la idea de fabricarlos nosotros mismos, y con mi hijo preparamos en la cocina hojas y lápices para dibujarlo.

Y no se lo que pasó, porque hacía mas de 8 años que no tocaba un pincel, que se me ocurrió ir a la baulera y agarrar una tela que tenia desde no sabemos hace cuantos años esperando con su plástico puesto que recordara agarrarla.

Miré mi caja de pinturas, mis viejos pinceles, y llevé todo a la cocina. Decidida, como si fuera una tarea sencilla. Iba a hacer un detente, no me importaba cómo, pero el Corazón de Jesús iba a estar en casa.

Pero claro, la tela era enorme, y hacer un corazón enorme era extraño, además, qué hermoso sería si además del corazón pudiera ver el rostro de Nuestro Señor. ¿Cuánto mejor no?

Y aquí la locura del amor, porque cómo se me va a ocurrir a mi, que pasé 8 años sin pintar, casi sin formación mas que algunos talleres y 3 materias cursadas y abandonadas de Bellas Artes, que podría pintar a Nuestro Señor incluyendo no solo Su Santo Rostro sino también Sus Santas Manos enllagadas, Su Santa Herida, Su Sagrado Corazón.

Si lo hubiera pensado un segundo, hubiera dicho que no. Si me hubiera importado lo feo que me iba a quedar, hubiera dejado todo tirado. Pero nada de eso me importó porque lo que me movió fue la urgencia de estar con Él. Cara a cara, aunque sea a través de un retrato mal hecho, pero desde el fondo de mi corazón. Si la Pintura de un niño nos conmueve, aunque es imperfecta ¿por qué a Él no lo conmovería el mejor esfuerzo de una hija que solo quiere amarlo más?

Entonces le pedí que por favor me ayudara, que los santos del cielo en especial Santa Margarita de Alacoque -que es mi santa del año- me guiaran. Ellos que lo ven todo el tiempo, que me soplaran y guiaran las manos para hacerlo lo más hermoso que pudiera. Le pedí a mi abuelo que era artista y ahora si Dios quiere está en el cielo, a mi ángel de la guarda, al Espíritu Santo y le dije las palabras que me trajeron grandes desvelos: si me ayudás a hacerte hermoso prometo que no se lo muestro a nadie.

En menos de unas horas tenia el rostro del Señor. Lo vi y me derretí de amor, y es gracioso hablar así de algo que pinté yo, pero es verdad. Lo miré y supe que lo que tenia enfrente mío era de Dios. Todo el lienzo estaba blanco, y Su Rostro iluminado.

Hice todo lo que me enseñaron en mi corta formación que no hay que hacer. Siempre me decían: “No empieces por los detalles, hacé todo y vas perfeccionando de a poco.” Pero no, imposible. ¿Cómo no quedarse en los detalles cuando estás descubriendo el Santo Rostro del Señor?

A partir de ese día todo fue seguir largas horas intentando que lo demás acompañara dignamente al rostro. Su manto, Sus manos, Su Sagrado Corazón. Las manos al principio eran diminutas, después enormes, tardes enteras que terminaban en una mancha borroneada, llena de frustración y enojo. Tardes de fin de semana, y largas horas que me reprochaba no dedicar a mi hijo después de una semana de arduo trabajo. Pero El me seguía mirando, y la urgencia seguía quemando mi corazón así que detenerme no era opción.

Yo quería que Sus manos sean hermosas. Eran las manos de Dios. ¿Cómo bajar la exigencia cuando se trata del Señor? Nunca había pintado manos, mas que una o dos y de niños y que nunca me habían quedado bien. Busqué en todos los modelos de imágenes del Sagrado Corazón que hay en internet, pero ninguna era como yo me la imaginaba. Así que le pedí a mi marido que me ayudara con la postura. Vi tutoriales de internet para ver còmo se hacían las manos, pero todo esfuerzo parecía en vano. De pronto, no se cómo, se resolvieron.

En general, cuando lo miro, todo me resulta imposible.

Se acercaba su fiesta el 19 de junio, nunca pensé que iba a llegar a esa fecha así, porque siempre que pinté años atrás mis proyectos no duraban más que una semana. Pintaba a los apurones como queriéndome sacar de encima un cuadro para empezar con otro. Pero esto era distinto. Cada instante que pasaba frente a El, me llenaba el corazón. No era para mostrárselo a nadie, sino que era un secreto entre Dios y yo.

Pero quedaba poco tiempo y empecé a tener pesadillas, insomnio todas las noches, y mucha angustia. De pronto empezó la novena al Sagrado Corazón de Jesús que empezaron a enviar también de Reina del Cielo, la empecé a recibir por celular y era como si cada imagen del día, que era una representación diferente, me diera una respuesta o un impulso a completar alguna parte que me faltaba: un pliegue del manto, el fuego…

El fuego llegó a menos de una semana de la fiesta. Me había vuelto loca igual que con las manos. Y otra vez pensaba: ¡qué incapaz soy de pintar fuego! ¡Quién me manda a hacer fuego! ¿Cómo hacer un fuego santo sin que se vea infernal? Soñé una noche entera con el fuego, hasta que recibí ese envío. ¡Era perfecto! Parecía un rompecabezas que se iba armando a medida que iban llegando las piezas.

Llegó la fiesta del Sagrado Corazón, y en casa fue una verdadera fiesta, ¡con torta, velita y todo! ¡Tenerlo en casa es para nosotros un regalo tan grande!

Que realmente sentí que me excedía. Si bien yo le dije que no lo iba a mostrar, algo adentro mío empezó a dudar.

¿Por qué no compartir? ¿Está bien que lo guarde para mi?

Consulté con mi gran faro espiritual Oscar, y me convenció de mostrarlo. Con sentimientos encontrados, con gran miedo de decepcionar a Mi Señor, pero con esa misma urgencia en el corazón que tuve para traerlo a casa de compartirlo con otros.

Dudé mucho de si solo yo veía esa mirada amorosa, ese gesto de “Ven y sígueme”, y de si me había vuelto completamente loca.

Pero la esencia de la devoción al Sagrado Corazón es difundirla y compartir Su Santo Amor. Así que aquí estoy… rogando al Cielo no decepcionar a mi Señor.

Deseando que muchos otros sientan esta misma locura que yo.
¡Loca por Su amor!


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El milagro que hizo Santo a Pablo VI, el Papa https://www.reinadelcielo.org/el-milagro-que-hizo-santo-a-pablo-vi-el-papa/ Fri, 27 May 2022 10:08:15 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=11654 ]]> Todo comienza con una cuna y un test prenatal invasivo que causa la rotura de la membrana. Después, los cuidados, inútiles, y la tentación del aborto: para la pequeña no había esperanza. Hasta que Vanna Pinorato y Alberto Tagliaferro se arrodillan ante la estatua de Montini, del que nunca habían oído hablar…

Ésta es nuestra historia de salvación y conversión, en la que todas las piezas han sido movidas por hilos invisibles”, explica Vanna, la madre de la pequeña Amanda, a Andrea Zambrano en La Nuova Bussola Quotidiana:

Papa Pablo VI

Se llama Amanda, que en latín significa “la que debe ser amada/digna de amor”. Así, con ese gerundivo que, en la gramática latina, indica un deber de necesidad. De hecho, Amanda, según la mentalidad común que excluye a los más pequeños entre los pequeños como obstáculos a la realización de los nuevos derechos, no debía ser amada. En cambio, para alguien en el Cielo y para sus padres, Vanna y Alberto, amar a Amanda se ha convertido en un deber moral, contra todo y contra todos: la ciencia, las conveniencias, los miedos.

Hoy, Amanda es una niña de tres años que rebosa salud y que aún no sabe que su vida es el reflejo de un milagro que la Iglesia ha verificado con la autoridad de un reconocimiento papal. Porque ha sido la intercesión, desde el Cielo, de un futuro santo, el beato Pablo VI, lo que ha hecho que ella pueda vivir aquí, en la tierra.

A Pablo VI, entonces simple candidato a los altares, se dirigen en 2014 Vanna y Alberto, de Villa Bartolomea, en la provincia de Verona, cuando la pequeña, en el vientre de su madre, no tenía esperanza de vivir. Cuando estaba en la semana 13 de embarazo a Vanna se le rompieron las membranas que envuelven el líquido amniótico y la supervivencia de la pequeña era una vana ilusión. En cambio…

En cambio, Amanda vive, está sana como una manzana y en las fotografías sopla las velas del pastel de su madre. Su caso es el que ha sido estudiado por la Congregación para las Causas de los Santos que ha afirmado, ante el orbe católico, que el Papa Pablo VI, el Papa que clausuró el Concilio Vaticano II, el Papa de la contestada encíclica Humanae Vitae, es santo. ¿Una broma del destino? Lo que llevará a Giovanni Battista Montini a los altares será un milagro vinculado a una vida que no tenía que nacer, una vida que rescata las innumerables existencias que son descartadas hoy con el aborto voluntario y que no llegan a formarse a causa de la anticoncepción. Precisamente él, que con la Humanae Vitae afirmó el carácter sagrado de la vida desde la concepción.

La niña del milagro

El teléfono del hogar de la familia Tagliaferro echa chispas. El Papa Francisco ha firmado el día anterior el decreto sobre el milagro, en el que se afirma solemnemente y con el lenguaje áulico de las grandes ocasiones que el nacimiento de Amanda constat de supernaturalitate (“consta la sobrenaturalidad”): “Es la cuarta petición de entrevista de un periodista -dice Vanna, mientras le da vueltas al ragù, que corre el riesgo continuo de quemarse-. Lo único que puedo hacer es contar mi historia”. He aquí su historia, que la madre relata a La Nuova Bussola Quotidiana sin esconder el dolor, las dudas y las esperanzas de esos días en los que el Cielo se acercó tanto a la tierra que hizo que un embarazo, destinado a una clara interrupción prosiguiera hasta la semana 26.

—Vanna, se han mantenido fieles a la promesa de no contar lo que había sucedido hasta que la Iglesia no asumiera la tarea de verificar el milagro. El momento ya ha llegado.
—Sí, estamos emocionados y agradecidos. Es algo indescriptible y demasiado grande para nosotros.

—¿Cómo se ha llegado a conocer la historia de Amanda?
—Gracias al periódico L’Arena di Verona. Tras el nacimiento de Amanda y siguiendo la sugerencia de una amiga que me aconsejaba que contara nuestra historia, cogí papel y bolígrafo. Escribí una carta cuando cumplió su primer año para agradecer a Pablo VI su intercesión…

—¿Así, sin más?
—Sí, así sin más. El periódico la publicó y a los pocos días recibimos una llamada telefónica desde la curia de Verona. Querían información, comprender qué había sucedido. A partir de ese momento todo ha ido con gran celeridad: se abrió la investigación diocesana y, después, la causa, instituida por el obispo. Seguidamente, el resultado conclusivo fue enviado a la Congregación.

—La historia ha dado la vuelta al mundo: la rotura de las membranas, el pronóstico mortal, a pesar de que en su recorrido han encontrado médicos dispuestos a utilizar todas las técnicas a disposición hoy en día… Y, después, la prosecución del embarazo hasta el parto. Pero, ¿cuándo empieza realmente esta historia?
—Empieza con la compra de una cuna de segunda mano.

—¿Una cuna?
—Una cuna. Había respondido a un anuncio para comprar una cuna de segunda mano; acababa de saber que estaba embarazada de mi segundo hijo. Tras ponerme de acuerdo con la propietaria de la cuna, fui a su casa para concluir la compra y la cargué en el coche. Vi que estaba sin estrenar y le pregunté el porqué.

—¿Qué le respondió?
—Me respondió que su hija no había dormido nunca en ella. Ingenuamente, pensé que era uno de esos casos en los que los recién nacidos no quieren dormir solos y duermen con los padres. Pero su respuesta me dejó helada.

—¿Por qué?
—Porque me dijo que su hija había muerto pocos meses después de nacer. Tenía el síndrome de Patau [o síndrome del par 13]. Me enseñó fotos que me conmocionaron. Esta noticia me asustó.

—¿Volvió a casa?
—Me hice muchas preguntas, estaba conmocionada. Empecé a pensar que nunca habría podido llevar adelante un embarazo en esas condiciones y el miedo a que mi hija no fuera sana me hizo tomar la decisión drástica de realizar, unos días más tarde, un test prenatal invasivo. Pero la biopsia de corion fue fatal.

—¿Le diagnosticaron una malformación?
—No. Dos días después se rompieron las membranas, causando la pérdida de líquido amniótico.

—¿Considera que esta rotura fue causada por la biopsia de corion?
—Sí. Entré en un estado de gran abatimiento. Todo parecía estar acabado. No podía en absoluto intuir que todo estaba a punto de empezar.

—¿Qué hizo?
—Me dieron antibióticos, empecé a ir de un hospital al otro, pero la membrana difícilmente cicatriza y cuando lo hace, es sólo en un 10%. En el hospital de Borgo Roma no me dieron ninguna esperanza sobre la supervivencia de Amanda. Me hablaron de la solución del aborto “terapéutico”, detallando que no habría habido problemas porque de todas formas su corazón, en un determinado momento, dejaría de latir. Pero esto no sucedió: su corazón latía.

—Sin embargo, existen técnicas innovadoras que inyectan líquido amniótico…
—Efectivamente. Desde el Hospital Gemelli de Roma fui a Monza, al Hospital San Gerardo, donde la jefa de servicio, la doctora Patrizia Vergani, me realizó ciclos de amnioinyecciones con solución fisiológica. Me explicaron que se trata de técnicas que no salvan al feto, pero que pueden dar la posibilidad de que siga desarrollándose. Pero tras la segunda tanda, la doctora abandonó diciéndome: “Será un designio divino”.

—En ese momento, entonces, la vía terapéutica ya no era posible.
—Pensé seriamente en interrumpir el embarazo. Pero no sabía qué hacer. Sentía dentro de mí un combate, me sentía desgarrada por dentro. Un día pensaba en abortar; al día siguiente renunciaba a esta idea. Seguí en este estado de incertidumbre y abatimiento durante días, hasta que entré en la semana 23ª de embarazo.

—El término legal para abortar.
—Exacto. Pero entonces sucedió algo increíble.

—¿El qué?
—De repente, me sentí serena; impotente, pero serena. Le decía continuamente a Amanda: ahora tu destino ya no depende de mí; yo ya no podía elegir nada en su lugar. En este estado de abandono descubrimos la oración, que fue el consuelo decisivo durante el resto del embarazo.

—Y es cuando entra en escena el Papa Montini.
—No teníamos ni idea de quién era. Pero ya nos estaba esperando.

—¿Dónde?
—En el Santuario de las Gracias, en Brescia, donde Alberto y yo fuimos en peregrinación sin tan siquiera saber el porqué, sin comprender la necesidad de pedir una gracia.

—Si no lo conocían, ¿cómo le descubrieron?
—Soy enfermera en Legnago. Un compañero de trabajo, ginecólogo, el doctor Paolo Martinelli, me dijo: “¿Por qué no vais a rezar al santuario de Pablo VI? Ha sido proclamado beato por un milagro realizado en un niño aún no nacido”.

—¿Y fueron?
—Era el 29 de octubre de 2014 y ni siquiera sabíamos que se pudiera pedir una gracia. Tampoco sabíamos qué cara tenía Pablo VI, no se me ocurrió mirarlo por internet. Cuando estuve ante su estatua de bronce, me quedé asombrada: “Entonces, ¿tú eres del que nos han hablado?”.

—¿Qué hicieron?
—Nos arrodillamos llorando. A una cierta distancia, en un banco del santuario, encontramos una estampa con su imagen y, en el dorso, una oración de intercesión. La recitamos y cuando llegamos al espacio vacío en el que hay que poner el nombre de la persona para la que se pide la gracia, rezamos por ella, por Amanda.

—¿Sabe qué significa Amanda?
—Lo supe después. Habíamos elegido el nombre leyendo uno de esos libros que se venden para madres embarazadas y que tienen listas de nombres. Me pareció un nombre original, pero supe su significado muchos meses después: persona que debe ser amada/digna de amor. Pero lo más sorprendente es otra cosa.

—¿Qué?
—Su onomástica es el 6 de febrero, memoria de San Amando, obispo de Estrasburgo.

—¿Y?
—¡Es el día de mi cumpleaños! Ese nombre estuvo siempre presente en las conversaciones y los desahogos entre mi marido y yo. Hasta que Alberto dijo: “Vanna, si ella no cede, tampoco nosotros podemos ceder”.

—¿A partir de este momento empezaron a amarla con verdadera conciencia?
—Sí. Aunque es algo que no se puede explicar si no se experimenta. Cuando pensaba en abortar, recuerdo que me desahogué con una doctora de Borgo Roma. Me atormentaba: “Pero no quiero abortar, la sola idea me aterroriza”, le decía.

—¿Qué le respondió?
—Me dijo impasible: “No consigues hacerlo porque eres una madre”.

—¿Cuándo llega el final feliz?
—En la semana 26, a las seis de la mañana del día de Navidad de 2014. Pesaba poco más de 800 gramos, pero no presentaba ningún síntoma de complicación. Para niños prematuros tan graves los problemas pueden ser muchos: respiratorios, cardíacos, oculares, neurológicos. Amanda no tenía nada. Nada.

—El resto de la historia ya la conocemos. ¿Quién es hoy, para ustedes, Pablo VI?
—Es una presencia constante y diaria en nuestro hogar. Cada día rezamos por él y pensamos en él.

—La Iglesia ha verificado que lo es, pero usted ¿consigue llamarlo milagro?
—Sí. Es una historia extraña en la que todas las piezas han sido movidas por hilos invisibles que no nos pertenecen.

—¿Qué le contará a Amanda?
—Todo, incluido mi gran sentido de culpa por haberme hecho la biopsia de corion. Cada vez que se lo cuente añadiré algo. Podremos decirle que fue amada, que teníamos que amarla, pero que antes de todo fue amada en el Cielo. Cuando hago estas entrevistas me preguntan qué espero de su vida.

—¿En el sentido de cómo se la imagina de mayor?
—Sí, pero no me espero nada. El hecho que esté viva es el regalo más grande que podamos hacerle: no importa si vivirá en el anonimato aquí, en la tierra, porque estamos seguros que en el Cielo no es en absoluto anónima.

—¿Cómo ha vivido esta experiencia su hijo mayor, Riccardo, que hoy tiene seis años?
—Ha echado de menos a su madre, pero hoy comprende, sabe todo lo que su edad le permite comprender. Es feliz y es consciente de que ha sucedido algo extraordinario.

—¿Sabe que Jesús, en realidad, hacía milagros para suscitar la fe?
—¡Cuánta hemos sentido nosotros! Mi fe, nuestra fe, ha cambiado radicalmente; ha sucedido un milagro dentro del milagro, sabiendo que el primer milagro es la conversión.

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Fuente: Religión en Libertad
Traducción de Helena Faccia Serrano.


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Don Bosco – La película https://www.reinadelcielo.org/don-bosco-la-pelicula/ Fri, 29 Jan 2021 16:17:33 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=1712 Juan Melchor Bosco Occhiena más conocido como Don Bosco, nacido el 16 de agosto de 1815, fue un hombre de fe, decidido en sus convicciones, que logró transmitir un mensaje de “razón, religión y cariño” a miles de muchachos abandonados. Aquellos eran atraídos por su afabilidad y su familiaridad con Dios.

Esta es la película que nos transmite cómo, en tiempos de luchas políticas, tensiones religiosas y revoluciones culturales, Don Bosco abre un camino de esperanza para muchos que no veían un futuro muy prometedor. Con Dios todo es posible…


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Reír, sonreir y amar https://www.reinadelcielo.org/re%ee%b2%ac-sonreir-y-amar/ Thu, 06 Aug 2020 17:41:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=332 Dios nos quiere felices, alegres, optimistas y esperanzados. ¿Qué duda cabe?

Es conocido el buen ánimo y humor de muchos santos, como el de San Pío de Pietrelcina. Tener una actitud que estimule un clima alegre es parte fundamental del amor que debemos emanar hacia los demás. El humor sano, sencillo e infantil une a todos en la inocencia de descubrirnos pequeños hijos de Dios.

Un chiste dicho respecto de nuestras propias debilidades agrada y abre al amor de los hermanos. Cuando somos capaces de reírnos de nuestras miserias hacemos aflorar la humildad, y eso invita a los demás a no temernos, a confiar. Que agradable es poder presentarnos al mundo como falibles, sencillos y entregados, con las manos abiertas. Esa actitud nos muestra dispuestos a cambiar de opinión, a compartir, a ser nosotros mismos no importando lo que tengamos que aceptar del mundo.

Jesús riendo

Sin embargo, muchas veces usamos el humor para expresar aquello que no nos atrevemos a decir con seriedad, aquello que bulle dentro nuestro y no tenemos el coraje de expresar a solas, con ánimo de resolver nuestras diferencias o temores. En la vida real demasiadas veces nuestras bromas hieren a alguien, haciendo que algunos rían, mientras otro se queda con un dolor y una herida en el alma. Y esas heridas se van acumulando interiormente hasta generar llagas difíciles de sanar, que suelen llevar a conflictos o complejos que lastiman el alma.

El humor que emane de nosotros es una muestra de nuestra caridad, de nuestra capacidad de dar amor a nuestro prójimo. Una sonrisa puesta en nuestro rostro invita al amor, abre los corazones. Muchos santos, nuestros modelos, tenían una sonrisa presentada al mundo como ofrenda de esperanza y optimismo.

Y cuando tenemos algo serio que decir, que por justicia consideramos indispensable expresar, lo hacemos a solas y con delicadeza. O callamos, que suele ser también una forma muy efectiva de ser caritativo. El tiempo y el silencio tienden a acomodar todo, a hacer que la verdad aflore, cuando hay un verdadero problema para afrontar.

Demos alegría al mundo, demos esperanza y optimismo también. Y hagamos que nuestras sonrisas, nuestras palabras o nuestros silencios hagan crecer a quienes nos rodean. La felicidad es crecer espiritualmente, con sobriedad y mesura. La alegría vendrá entonces como resultado de sentir los Corazones felices de Jesús y María sonriendo ante la paz que invade nuestra alma, paz que es felicidad y gozo.


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Jóvenes, escuchen https://www.reinadelcielo.org/jovenes-escuchen/ Fri, 31 Jul 2020 11:23:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=413 Siento una emoción especial cuando pienso en mi querido Juan Pablo II. Es tan fuerte la unión espiritual con él, que no puedo dejar de meditar en el Buen Dios que tenemos, que nos regaló semejante Papa. El Amor en su recuerdo nos impregna del deseo de que él estuviera aún entre nosotros, con su sonrisa eterna, sus ocurrencias, sus consejos que nadie sensato podría ignorar, su mano firme al timón de la Iglesia. El mismo Papa Benedicto XVI debe extrañar a Juan Pablo cada día, como grandes amigos y compañeros de apostolado que fueron.

JUAN PABLO II

Hay una anécdota de la vida de Karol Wojtyla a la que quiero referirme hoy, porque describe de modo contundente a una espina clavada de modo particular en las Sienes de Nuestro Señor. Ocurrió en Santiago de Chile durante una de las visitas que él hizo allí, en los años en que aún joven y fuerte recorría el mundo como si fuera un San Pablo moderno.

Era una jornada especialmente convocada para los jóvenes en el estadio nacional. Los jóvenes de todo el mundo amaban a Juan Pablo, porque su estilo y palabra eran frescos, renovadores, sin demasiados protocolos. Una unión especial se producía en cada oportunidad en que Karol hablaba como si fuera un joven más, a las multitudes que lo aclamaban.

Ese día habían estado las chicas y chicos chilenos expresando una y otra vez su amor por Juan Pablo, y él quiso explicarles entonces por qué lo amaban. Era simplemente porque veían reflejado a Jesús en su figura. Sin Jesús, bien sabía Juan Pablo que él no era nada, absolutamente nada, y para hacer más claro el mensaje, les mostró ese día una gran imagen de Jesús y les dijo que no debían tener miedo de amarlo.

La multitud respondió con una fervorosa aclamación, gritando que amaban a Jesús y que estaban dispuestos a seguirlo. Juan Pablo se estremeció de alegría. ¡Quien podría no haberse estremecido al ver a decenas de miles de jóvenes gritando su amor por Jesús!

Juan Pablo vio entonces la oportunidad, y dobló la apuesta. Le preguntó a la multitud de jóvenes si estaban dispuestos a renunciar al sexo fuera del matrimonio, por seguirlo a Jesús. La respuesta no se hizo esperar, fue un ensordecedor no.

Juan Pablo II - abrazo de cruz-

Juan Pablo se quedó abatido, largo rato, con un rostro que mostraba el dolor del hombre que sólo quiere el bien de las almas y se encuentra con un muro que obstruye su camino. No hago más que meditar en qué cosas habrán cruzado por su mente en ese momento, el fuerte deseo de irse a un rincón, a llorar a solas. También qué pensamientos habrán cruzado por las mentes y los corazones de los miles y miles de asistentes a esa jornada. Creo que el episodio habrá marcado sus vidas, y vuelto una y otra vez a la memoria. De hecho, esta historia fue referida a mí por alguien que siendo aún joven, asistió aquel día al estadio nacional en Chile.

Este triste episodio en la vida de Juan Pablo II ocurrió varios años atrás, y creo que el mundo lejos de mejorar, ha venido empeorando. Yo creo que hay una conexión entre el derrumbe social y moral que se advierte en todas partes, y lo que ocurrió aquel día a la generación de los que hoy somos adultos. Pareciera que los países van de mal en peor, porque cada día hay peores gobiernos, cada día vemos surgir peores leyes, cada día percibimos más oscuras perspectivas de cara al futuro.

En la raíz de todo mal está el pecado, y si los jóvenes de una generación no son capaces de reconocer y abrazar la virtud, pues esa generación cae luego en problemas serios. Los lideres de toda sociedad fueron una vez jóvenes, y es en esa juventud donde forjan la conciencia con la que guiarán a otros. Es por eso que una juventud sin virtud hoy, pronostica nubes de tormenta para mañana. Esta es una realidad impregnada de un fuerte contenido moral y social, pero es fundamentalmente una realidad espiritual, porque como dije antes ?en la raíz de todo mal está el pecado?.

Necesitamos una generación de jóvenes que abracen el anhelo de la santidad, de la virtud, de amar a Dios no importando los sacrificios. Juan Pablo se entristeció aquel día, porque supo cuan mala era la respuesta que obtuvo a tan fundamental pregunta, y las consecuencias que eso traería a esa generación.

¡Jóvenes de hoy, en sus manos está la esperanza!


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