España – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Wed, 13 Nov 2024 10:04:44 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 San Leandro de Sevilla https://www.reinadelcielo.org/san-leandro-de-sevilla/ Wed, 13 Nov 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=10578

En Sevilla, en Hispania, san Leandro, obispo, hermano de los santos Isidoro, Fulgencio y Florentina, que con su predicación y diligencia convirtió, contando con la ayuda de su rey Recaredo, a los visigodos de la herejía arriana a la fe católica (c. 600).

¿Qué secreto poseía aquella familia de Cartagena que supo poner en los altares a sus tres hijos?

Porque no hay duda de la influencia de los padres en la vida de sus hijos tanto para bien como para mal. Eso no quiere decir que los hijos que han nacido en buena y cristiana familia tengan una póliza de seguro que les garantice la fidelidad a los principios que mamaron ni tampoco que quienes conocieron a unos padres mediocres estén condenados irreparablemente a la desgracia moral. No. Pero, hechas las salvedades y sabiendo que el uso de la libertad es privado y personal, no cabe duda -es testigo la historia- de la impronta que deja en los retoños el estilo de quienes los engendraron y educaron. En este caso, Leandro tuvo otros dos hermanos que están como él en los altares, Isidoro que le sucedió en el arzobispado de Sevilla, y santa Florentina.

san leandro de sevilla 2

Su nacimiento fue en torno al 535. La familia emigra a Sevilla y, cuando tiene la edad, Leandro entra el un monasterio. Es nombrado metropolitano de Sevilla. Funda una escuela de artes y ciencia que la concibe como instrumento para difundir la doctrina ortodoxa en medio de una España que está inficcionada de arrianismo, particularmente en la corte visigoda. Dos hijos del rey arriano Leovigildo están formándose en su escuela, Hermenegildo y Recaredo.

Leovigildo asienta en Toledo la capital del reino visigodo. Su hijo Hermenegildo será su igual en la Bética y residirá en Sevilla; por su ciencia, bondad y celo Hermenegildo se convierte a la fe nicena con el ejemplo y apoyo de su esposa Igunda. Pero en Toledo hay reales aires de grandeza; el rey piensa que el principio de unidad y estabilidad está en la religión arriana; se enciende la persecución contra la fe católica con fuego y espada, incluidos los territorios de la Bética, en la que su propio hijo Hermenegildo morirá mártir.

Leandro ha sido obligado a abandonar su Iglesia y su patria. Aprovecha el destierro para pedir ayuda al emperador de Bizancio. En Constantinopla se encuentra con Gregorio, que ha sido enviado por el papa Pelagio -lo sucederá luego en la Sede romana- con quien traba una gran amistad; le anima a poner por escrito los libros Morales -comentario al libro de Job- que influirán de un modo decisivo en la ascética de todo el Medievo.

Vuelve a Sevilla su Arzobispo al disminuir la tensión del rey Leovigildo y lo verá morir. Leandro, en el 589, convoca el III Concilio de Toledo donde Recaredo, que ha sucedido a su padre en el trono, abjura de los errores arrianos y hace profesión de fe católica lográndose la unidad del reino visigodo y la paz. Sobreviene como esperada consecuencia una renovación en la vida religiosa, un resurgir de las letras y una fresca ganancia en el terreno de las artes.

La conversión paulatina a la fe católica de los arrianos visigodos del reino es sincera y la deseada unidad ha encontrado el vínculo de cohesión en la unidad de la fe. Lo que intuyó el rey Leovigildo, pero con signo contrario; en esta ocasión, triunfó la verdad.

Ahora y hasta su muerte en el año 600, el sabio y santo Arzobispo deja de ser un hombre influyente en la política del reino. Le ocupa el alma el ansia de hacer el bien. Mucha oración, atención a las obligaciones pastorales, estudio de la Sagrada Escritura, penitencia por los pecados de su vida, y la carta que escribe a su hermana Florentina que llega a servir de pauta para la vida monástica femenina hasta el punto de ser llamada «la regla de San Alejandro» le llenaron su tiempo.

Sevilla tiene motivos para mostrar orgullo con un santo así ¿verdad? Hay quien afirma que los santos pertenecen a todos y posiblemente no les falte razón, pero ¿no podrán pertenecer a algunos un poco más?

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Fuente: Catholic.net


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Virgen de la Almudena https://www.reinadelcielo.org/virgen-de-la-almudena/ Fri, 08 Nov 2024 06:25:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=5610 ]]> El origen de la imagen de la Virgen, que con el tiempo pasó a llamarse Santa María la Real de la Almudena, llega según la tradición, hasta la generación apostólica; y con ella la devoción que siempre ha tenido entre los madrileños.

Virgen del a Almudena

Cuenta la leyenda que fue llevada a España por el apóstol Santiago, cuando fue a predicar el Evangelio, y dicen que la pintó san Lucas y la talló Nicodemus. Lo que si es cierto es que en la pequeña villa que luego habría de ser capital de España, se veneró desde siempre como Patrona una imagen de la Madre de Dios denominada “Santa María de la Vega” o de “La Concepción Admirable”.

Cuenta la tradición que a comienzos del siglo VIII, ante la inminencia de la invasión sarracena ocurrida entre los años 711 a 714, los cristianos de la villa para evitar la profanación de la imagen, escondieron a la Señora en un cubo de la muralla; en 1083-1085 siendo papa Gregorio VII, al conquistar Magerit el rey Alfonso VI, convocó una procesión encabezada por él mismo, y al llegar junto al cubo de la muralla cercano a la Almudayna unas piedras se derrumbaron y en el hueco estaba la imagen de la Virgen con los dos cirios encendidos. Era el 9 de noviembre del año 1085.

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Fuente: Catholic.net

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Santa Teresa de Jesús https://www.reinadelcielo.org/santa-teresa-de-jesus/ Tue, 15 Oct 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=5389 ]]>

“Nada te turbe, nada te espante.
Todo se pasa. Dios no se muda.
La paciencia todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene, nada le falta.
Sólo Dios basta”.

Santa Teresa de Jesús fue reformadora del Carmelo, Madre de las Carmelitas Descalzas y de los Carmelitas Descalzos; “mater spiritualium” (título debajo de su estatua en la basílica vaticana); patrona de los escritores católicos y Doctora de la Iglesia (1970): La primera mujer que, junto a Santa Catalina de Siena, recibe este título.

Vida de Santa Teresa

Santa Teresa de Jesús (Ft img)

Nació en Ávila, España, el 28 de marzo de 1515. Su nombre, Teresa de Cepeda y Ahumada, hija de Alonso Sánchez de Cepeda y Beatriz Dávila Ahumada. En su casa eran 12 hijos. Tres del primer matrimonio de Don Alonso y nueve del segundo, entre estos últimos, Teresa. Escribe en su autobiografía: “Por la gracia de Dios, todos mis hermanos y medios hermanos se asemejaban en la virtud a mis buenos padres, menos yo“.

De niños, ella y Rodrigo, su hermano, eran muy aficionados a leer vidas de santos, y se emocionaron al saber que los que ofrecen su vida por amor a Cristo reciben un gran premio en el cielo. Así que dispusieronse irse a tierras de mahometanos a declararse amigos de Jesús y así ser martirizados para conseguir un buen puesto en el cielo. Afortunadamente, por el camino se encontraron con un tío suyo que los regresó a su hogar. Entonces dispusieronse construir una celda en el solar de la casa e irse a rezar allá de vez en cuando, sin que nadie los molestara ni los distrajese.

La mamá de Teresa murió cuando la joven tenía apenas 14 años. Ella misma cuenta en su autobiografía: “Cuando empecé a caer en la cuenta de la pérdida tan grande que había tenido, comencé a entristecerme sobremanera. Entonces me arrodillé delante de una imagen de la Santísima Virgen y le rogué con muchas lágrimas que me aceptara como hija suya y que quisiera ser Ella mi madre en adelante. Y lo ha hecho maravillosamente bien”.

Sigue diciendo ella: “Por aquel tiempo me aficioné a leer novelas. Aquellas lecturas enfriaron mi fervor y me hicieron caer en otras faltas. Comencé a pintarme y a buscar a parecer y a ser coqueta. Ya no estaba contenta sino cuando tenía una novela entre mis manos. Pero esas lecturas me dejaban tristeza y desilusión”.

Afortunadamente el papá se dio cuenta del cambio de su hija y la llevó a los 15 años, a estudiar interna en el colegio de hermanas Agustinas de Ávila. Allí, después de año y medio de estudios enfermó y tuvo que volver a casa.

Providencialmente una persona piadosa puso en sus manos “Las Cartas de San Jerónimo”, y allí supo por boca de tan grande santo, cuán peligrosa es la vida del mundo y cuán provechoso es para la santidad el retirarse a la vida religiosa en un convento. Desde entonces se propuso que un día sería religiosa.

Comunicó a su padre el deseo que tenía de entrar en un convento

Él, que la quería muchísimo, le respondió: “Lo harás, pero cuando yo ya me haya muerto”. La joven sabía que el esperar mucho tiempo y quedarse en el mundo podría hacerla desistir de su propósito de hacerse religiosa. Y entonces se fugó de la casa. Dice en sus recuerdos: “Aquel día, al abandonar mi hogar sentía tan terrible angustia, que llegué a pensar que la agonía y la muerte no podían ser peores de lo que experimentaba yo en aquel momento. El amor de Dios no era suficientemente grande en mí para ahogar el amor que profesaba a mi padre y a mis amigos”.

La santa determinó quedarse de monja en el convento de Ávila. Su padre al verla tan resuelta a seguir su vocación, cesó de oponerse. Ella tenía 20 años. Un año más tarde hizo sus tres juramentos o votos de castidad, pobreza y obediencia y entró a pertenecer a la Comunidad de hermanas Carmelitas.

Poco después de empezar a pertenecer a la comunidad carmelitana, se agravó de un mal que la molestaba. Quizá una fiebre palúdica. Los médicos no lograban atajar el mal y éste se agravaba. Su padre la llevó a su casa y fue quedando casi paralizada. Pero esta enfermedad le consiguió un gran bien, y fue que tuvo oportunidad de leer un librito que iba a cambiar su vida. Se llamaba “El alfabeto espiritual”, por Osuna, y siguiendo las instrucciones de aquel librito empezó a practicar la oración mental y a meditar. Estas enseñanzas le van a ser de inmensa utilidad durante toda su vida. Ella decía después que si en este tiempo no hizo mayores progresos fue porque todavía no tenía un director espiritual, y sin esta ayuda no se puede llegar a verdaderas alturas en la oración.

A los tres años de estar enferma encomendó a San José que le consiguiera la gracia de la curación, y de la manera más inesperada recobró la salud. En adelante toda su vida será una gran propagadora de la devoción a San José, Y todos los conventos que fundará los consagrará a este gran santo.

Habitación de Santa Teresa en el Convento-Casa Natal de Santa Teresa, en Ávila

Teresa tenía un gran encanto personal, una simpatía impresionante, una alegría contagiosa, y una especie de instinto innato de agradecimiento que la llevaba a corresponder a todas las amabilidades. Con esto se ganaba la estima de todos los que la rodeaban. Empezar a tratar con ella y empezar a sentir una inmensa simpatía hacia su persona, eran una misma cosa.

En aquellos tiempos había en los conventos de España la dañosa costumbre de que las religiosas gastaban mucho tiempo en la sala recibiendo visitas y charlando en la sala con las muchas personas que iban a gozar de su conversación. Y esto le quitaba el fervor en la oración y no las dejaba concentrarse en la meditación y se llegó a convencer de que ella no podía dedicarse a tener verdadera oración con Dios porque era muy disipada. Y que debía dejar de orar tanto.

A ella le gustaban los Cristos bien chorreantes de sangre. Y un día al detenerse ante un crucifijo muy sangrante le preguntó: “Señor, ¿quién te puso así?”, y le pareció que una voz le decía: “Tus charlas en la sala de visitas, esas fueron las que me pusieron así, Teresa”. Ella se echó a llorar y quedó terriblemente impresionada. Pero desde ese día ya no vuelve a perder tiempo en charlas inútiles y en amistades que no llevan a la santidad. Y Dios en cambio le concederá enormes progresos en la oración y unas amistades formidables que le ayudarán a llegar a la santidad.

Teresa tuvo dos ayudas formidables para crecer en santidad: su gran inclinación a escuchar sermones, aunque fueran largos y cansones y su devoción por grandes personajes celestiales. Además de su inmensa devoción por la Santísima Virgen y su fe total en el poder de intercesión de san José, ella rezaba frecuentemente a dos grandes convertidos: San Agustín y María Magdalena. Para imitar a esta santa que tanto amó a Jesús, se propuso meditar cada día en la Pasión y Muerte de Jesús, y esto la hizo crecer mucho en santidad. Y en honor de San Agustín leyó el libro más famoso del gran santo “las Confesiones”, y su lectura le hizo enorme bien.

Como las sequedades de espíritu le hacían repugnante la oración y el enemigo del alma le aconsejaba que dejara de rezar y de meditar porque todo eso le producía aburrimiento, su confesor le avisó que dejar de rezar y de meditar sería entregarse incondicionalmente al poder de Satanás y un padre jesuita le recomendó que para orar con más amor y fervor eligiera como “maestro de oración” al Espíritu Santo y que rezara cada día el Himno “Ven Creador Espíritu”. Ella dirá después: “El Espíritu Santo como fuerte huracán hace adelantar más en una hora la navecilla de nuestra alma hacia la santidad, que lo que nosotros habíamos conseguido en meses y años remando con nuestras solas fuerzas”.

Y el Divino Espíritu empezó a concederle Visiones Celestiales

Al principio se asustó porque había oído hablar de varias mujeres a las cuales el demonio engañó con visiones imaginarias. Pero hizo confesión general de toda su vida con un santo sacerdotes y le consultó el caso de sus visiones, y este le dijo que se trataba de gracias de Dios.

Nuestro Señor le aconsejó en una de sus visiones: “No te dediques tanto a hablar con gente de este mundo. Dedícate más bien a comunicarte con el mundo sobrenatural”. En algunos de sus éxtasis se elevaba hasta un metro por los aires (Éxtasis es un estado de contemplación y meditación tan profundo que se suspenden los sentidos y se tienen visiones sobrenaturales). Cada visión le dejaba un intenso deseo de ir al cielo. “Desde entonces – dice ella – dejé de tener medio a la muerte, cosa que antes me atormentaba mucho”. Después de una de aquellas visiones escribió la bella poesía que dice: “Tan alta vida espero que muero porque no muero”.

Santa Teresa corazón traspasado

Teresa quería que los favores que Dios le concedía permanecieran en secreto, pero varias personas de las que la rodeaban empezaron a contar todo esto a la gente y las noticias corrían por la ciudad. Unos la creían loca y otros la acusaban de hipócrita, de orgullo y presunción.

San Pedro Alcántara, uno de los santos más famosos de ese tiempo, después de charlar con la famosa carmelita, declaró que el Espíritu de Dios guiaba a Teresa.

La transverberación. Esta palabra significa: atravesarlo a uno con una gran herida. Dice ella: “Vi un ángel que venía del tronco de Dios, con una espada de oro que ardía al rojo vivo como una brasa encendida, y clavó esa espada en mi corazón. Desde ese momento sentí en mi alma el más grande amor a Dios”.

Desde entonces para Teresa ya no hay sino un solo motivo para vivir: demostrar a Dios con obras, palabras, sufrimientos y pensamientos que lo ama con todo su corazón. Y obtener que otros lo amen también.

Al hacer la autopsia del cadáver de la santa encontraron en su corazón una cicatriz larga y profunda.

Para corresponder a esta gracia la santa hizo el voto o juramento de hacer siempre lo que más perfecto le pareciera y lo que creyera que le era más agradable a Dios. Y lo cumplió a la perfección. Un juramento de estos no lo pueden hacer sino personas extraordinariamente santas.

En aquella época del 1500 las comunidades religiosas habían decaído de su antiguo fervor. Las comunidades eran demasiado numerosas lo cual ayudaba mucho a la relajación. Por ejemplo el convento de las carmelitas de Ávila tenía 140 religiosas. Santa Teresa exclamaba: “La experiencia me ha demostrado lo que es una casa llena de mujeres. Dios me libre de semejante calamidad”.

Un día una sobrina de la santa le dijo: “Lo mejor sería fundar una comunidad en que cada casa tuviera pocas hermanas”. Santa Teresa consideró esta idea como venida del cielo y se propuso fundar un nuevo convento, con pocas hermanas pero bien fervorosas. Ella llevaba ya 25 años en el convento. Una viuda rica le ofreció una pequeña casa para ello. San Pedro de Alcántara, San Luis Beltrán y el obispo de la ciudad apoyaron la idea. El Provincial de los Carmelitas concedió el permiso.

Sin embargo la noticia produjo el más terrible descontento general y el superior tuvo que retirar el permiso concedido. Pero Teresa no era mujer débil como para dejarse derrotar fácilmente. Se consiguió amigos en el palacio del emperador y obtuvo una entrevista con Felipe II y este quedó encantado de la personalidad de la santa y de las ideas tan luminosas que ella tenía y ordenó que no la persiguieran más. Y así fue llenando España de sus nuevos conventos de “Carmelitas Descalzas”, poquitas y muy pobres en cada casa, pero fervorosas y dedicadas a conseguir la santidad propia y la de los demás.

Se ganó para su causa a San Juan de la Cruz, y con él fundó los Carmelitas descalzos. Las carmelitas descalzas son ahora 14,000 en 835 conventos en el mundo. Y los carmelitas descalzos son 3,800 en 490 conventos.

Por orden expresa de sus superiores Santa Teresa escribió unas obras que se han hecho famosas. Su autobiografía titulada “El libro de la vida”; “El libro de las Moradas” o Castillo interior; texto importantísimo para poder llegar a la vida mística. Y “Las fundaciones: o historia de cómo fue creciendo su comunidad. Estas obras las escribió en medio de mareos y dolores de cabeza. Va narrando con claridad impresionante sus experiencias espirituales. Tenía pocos libros para consultar y no había hecho estudios especiales. Sin embrago sus escritos son considerados como textos clásicos en la literatura española y se han vuelto famosos en todo el mundo.

Santa Teresa murió el 4 de octubre de 1582 y la enterraron al día siguiente, el 15 de octubre. ¿Por qué esto? Porque en ese día entró en vigor la reforma gregoriana del calendario, que suprimió diez días, para corregir un error de cálculo en el mismo que llevaba arrastrándose ya por años.

Poesía de Santa Teresa

Muero porque no muero

Vivo sin vivir en mí
Y tan alta vida espero
Que muero porque no muero.

 

Vivo ya fuera de mí
Después que muero de amor,
Porque vivo en el Señor
Que me quiso para Sí.
Cuando el corazón le di
Puso en él este letrero:
Que muero porque no muero.

Esta divina prisión
Del amor con que yo vivo
Ha hecho a Dios mi cautivo
Y libre mi corazón;
Y causa en mí tal pasión
Ver a Dios mi prisionero,
Que muero porque no muero.

¡Ay, que larga es esta vida,
Qué duros estos destierros,
Esta cárcel y estos hierros
En que el alma esta metida!
Sólo esperar la salida
Me causa dolor tan fiero,
Que muero porque no muero.

iAy, que vida tan amarga
Do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
No lo es la esperanza larga:
Quíteme Dios esta carga
Más pesada que el acero,
Que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
Vivo de que he de morir,
Porque muriendo el vivir
Me asegura mi esperanza.
Muerte do el vivir se alcanza,
No te tardes, que te espero,
Que muero porque no muero.

 

Mira que el amor es fuerte;
Vida, no me seas molesta,
Mira que sólo te resta,
Para ganarte, perderte;
Venga ya la dulce muerte,
Venga el morir muy ligero,
Que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba,
Que es la vida verdadera,
Hasta que esta vida muera
No se goza estando viva.
Muerte, no seas esquiva;
Viva muriendo primero,
Que muero porque no muero.

Vida, ¿que puedo yo darle
A mi Dios que vive en mí,
Si no es perderte a ti
Para mejor a El gozarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
Pues a El solo es al que quiero.
Que muero porque no muero.

 

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Fuente: EWTN y Corazones.org


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Nuestra Señora de Montserrat https://www.reinadelcielo.org/nuestra-senora-de-montserrat/ Fri, 26 Apr 2024 06:11:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=22019 La montaña de Montserrat, en Cataluña, famosa entre las montañas por su rara configuración, ha sido desde tiempos remotos uno de los lugares escogidos por la Santísima Virgen para manifestar su maternal presencia entre los hombres. Bajo la advocación plurisecular de Santa María de Montserrat, la Madre de Dios y Madre de la Iglesia ha dispensado sus bendiciones sobre los devotos de todo el mundo que a Ella han acudido a través de los siglos. Pero su maternidad se ha dejado sentir más particularmente, desde los pequeños orígenes de la devoción y en todas las épocas de su desarrollo, sobre las tierras presididas por la montaña que levanta su extraordinaria mole en el mismo corazón geográfico de Cataluña. Con razón, pues, la Iglesia, por boca de León XIII, ratificando una realidad afirmada por la historia de numerosas generaciones, proclamó a Nuestra Señora de Montserrat como Patrona de las diócesis catalanas, señalando. asimismo una especial solemnidad litúrgica para honrar a la Santísima Virgen y darle gracias por todos sus beneficios bajo esta su peculiar advocación.

Aunque la devoción a la Virgen Santísima en Montserrat sea, con toda verosimilitud, bastante más antigua, consta, por lo menos, históricamente que en el siglo IX existía en la montaña una ermita dedicada a Santa María. El padre de la patria Wifredo el Velloso la cede, junto con otras tres ermitas de Montserrat, al monasterio de Santa María de Ripoll. Será un gran prelado de este monasterio, figura señera de la Iglesia de su tiempo, el abad Oliva, quien siglo y medio después, estableciendo una pequeña comunidad monástica junto a la ermita de Santa María, dará a la devoción el impulso que la habrá de llevar a la gran expansión futura.

El culto a Santa María en Montserrat queda concretado bien pronto en una imagen. La misma que veneramos hoy. La leyenda dice que San Lucas la labró con los instrumentos del taller de San José, teniendo como modelo a la misma Madre de Jesús, y que San Pedro la trasladó a Barcelona. Escondida por los cristianos, ante la invasión de los moros, en una cueva de la montaña de Montserrat, fue milagrosamente hallada en los primeros tiempos de la Reconquista y también maravillosamente dio origen a la iglesia y monasterio que se erigieron para cobijarla. En realidad, Santa María de Montserrat es una hermosa talla románica del siglo XII. Dorada y policromada, se presenta sentada sobre un pequeño trono en actitud hierática de realeza, teniendo al Niño sobre sus rodillas, protegido por su mano izquierda, mientras en la derecha sostiene una esfera. El Niño levanta la diestra en acto de bendecir y en su izquierda sostiene una piña. Rostro y manos de las dos figuras ofrecen la particularidad de su color negro, debido en buena parte, según opinión de los historiadores, al humo de las velas y lámparas ofrecidas por los devotos en el transcurso de varios siglos. Así es como la Virgen de Montserrat se cuenta entre las más señaladas Vírgenes negras y recibe de los devotos el apelativo cariñoso de Moreneta.

Presidida por esta imagen, la devoción a Santa María de Montserrat se extendió rápidamente por las tierras de Cataluña y, llevada por la fama de los milagros que se obraban en la montaña, alcanzó bien pronto a otros puntos de la Península y se divulgó por el centro de Europa. Las conquistas de la corona catalano-aragonesa la difunden hacia Oriente, estableciéndola sobre todo firmemente en Italia, en donde pasan de ciento cincuenta las iglesias y capillas que se dedicaron a la Virgen negra. Más tarde el descubrimiento de América y el apogeo del imperio hispánico la extienden y consolidan en el mundo entonces conocido. No sólo se dedican a Nuestra Señora de Montserrat las primeras iglesias del Nuevo Mundo, no sólo se multiplican allí los templos, altares, monasterios e incluso poblaciones a Ella dedicados, sino que la advocación mariana de la montaña sigue también los grandes caminos de Europa y llega, por ejemplo, hasta presidir la capilla palatina de la corte vienesa del emperador. Si para España, en los momentos de su plenitud histórica, la Virgen morena de Montserrat es la Virgen imperial que preside sus empresas y centra sus fervores marianos, la misma advocación de Santa María de Montserrat. se presenta en la historia de la piedad mariana como la primera advocación de origen geográfico que alcanza, con las proporciones de la época, un renombre universal.

Es interminable la sucesión de personalidades señaladas por la devoción a Santa María de Montserrat. Los santos la visitan en su santuario: San Juan de Mata, San Pedro Nolasco, San Raimundo de Peñafort, San Vicente Ferrer, San Luis Gonzaga, San Francisco de Borja, San José de Calasanz, San Benito Labre, el Beato Diego de Cádiz, San Antonio María Claret, y sobre todo San Ignacio de Loyola, convertido en capitán del espíritu a los pies de la Virgen negra. Los monarcas y los poderosos suben también a honrarla en su montaña: después del paso de todos los reyes de la corona catalano-aragonesa, con sus dignatarios y con sus casas nobles, el emperador Carlos V visita Montserrat no menos de nueve veces y Felipe II, igualmente devoto de Santa María, se complace en la conversación con sus monjes y sus ermitaños. Es conocida la muerte de ambos monarcas sosteniendo en su mano vacilante la vela bendecida de Nuestra Señora de Montserrat. Los papas se sienten atraídos por la fama de los milagros y el fervor de las multitudes y colman de privilegios al santuario y a su Cofradía. Esa agrupación devota, instituida ya en el siglo XIII para prolongar con sus vínculos espirituales la permanencia de los fieles en Montserrat, constituye uno de los principales medios para la difusión del culto a la Virgen negra de la montaña, hasta llegar a la recobrada pujanza de nuestros días. Las más diversas poblaciones tienen actualmente sus iglesias, capillas o altares dedicados a Nuestra Señora de Montserrat, desde Roma a Manila o Tokio, por ejemplo, pasando al azar por París, Lourdes, Buenos Aires, Jerusalén, Bombay, Nueva York, Florencia, Tánger, Praga, Montevideo o Viena. Los poetas y literatos de todos los tiempos forman también en la sucesión de devotos de Santa María de Montserrat: Alfonso el Sabio la dedica varias cantigas, el canciller de Ayala, Cervantes, Lope de Vega, Goethe, Schiller, Mistral, con los escritores catalanes en su totalidad, cantan las glorias de la Moreneta, de su santuario, de su montaña. Familias distinguidas y humildes devotos se honran en ofrecer sus donativos a la Virgen, para sostener la tradicional magnificencia de su culto, atendido desde los orígenes por los monjes benedictinos, y para cooperar al crecimiento y esplendor de la devoción. Es ésta una bella constante de la historia de Montserrat, desde las antiguas donaciones consignadas en los documentos más primitivos, pasando por el trono de catorce arrobas de plata ofrendado por la familia de los Cardona y el retablo policromado del altar mayor que costeó la munificencia de Felipe II, hasta el trono y la campana mayor de nuestros días, sufragados por fervorosa suscripción popular. También las familias devotas de todas las épocas han tenido un verdadero honor en que sus hijos consagraran los años de la niñez al servicio de Santa María, encuadrados en la famosa Escolanía o agrupación de niños cantores consagrados al culto, importante asimismo por la escuela tradicional de canto y composición que forman sus maestros, existente ya con seguridad en el siglo XIII y probablemente tan antigua como el santuario. Con sus actuaciones musicales, siempre tan admiradas, en la liturgia de Montserrat esos niños constituyen una de las notas más típicas e inseparables de la devoción a la Virgen negra, a cuya imagen aparecen íntimamente unidos en la realidad de su propia vida como en el sencillo simbolismo de las antiguas estampas y las modernas pinturas de Nuestra Señora de Montserrat.

A lo largo de más de mil años de historia, en el despliegue de un conjunto tan singular como el que forma la montaña con la ermita inicial, con el santuario y con el monasterio, la Santísima Virgen, en su advocación de Montserrat, ha recibido el culto de las generaciones y ha dispensado sus gracias, sensibles o tal vez ocultas, a quienes la han invocado con fervor. Hoy como nunca suben numerosas multitudes a Montserrat. Peregrinos en su mayoría, pero también no pocos movidos por respetuosa curiosidad. El lugar exige un viaje ex profeso, pero las estadísticas hablan de cifras que cada vez se acercan más al millón anual y que en un solo día pueden redondear fácilmente los diez o doce mil, con un porcentaje siempre acentuado de visitantes extranjeros. En Montserrat encuentran una montaña sorprendente, maravillosa por su configuración peculiar. Encuentran un santuario que les ofrece ciertos tesoros artísticos y humildes valores de espiritualidad humana y sobrenatural. Encuentran la magnificencia del culto litúrgico de la Iglesia, servido por una comunidad de más de ciento cincuenta monjes que consagran su vida a la búsqueda de Dios, a la asistencia de los mismos fieles, a la labor científica y cultural, a los trabajos artísticos. Hijos de San Benito, esos monjes oran, trabajan y se santifican santificando, esforzándose por corresponder a las justas exigencias del pueblo fiel, que confía en su intercesión y busca en ellos una orientación para la vida espiritual y también humana. Por su unión íntima con el monasterio, en fin, el santuario aparece caracterizado como el santuario del culto solemne, del canto de los monjes y especialmente de los niños; pero sobre todo como el santuario de la participación viva de los fieles en la liturgia, o, resumiendo la idea con frase expresiva, como el santuario del misal.

Todo esto encuentra el peregrino en Montserrat. Pero por encima de todas esas manifestaciones, y en el fondo de todas ellas, encuentra a la Santísima Virgen, la cual, como en tantos otros lugares de la tierra, aunque siempre con un matiz particular y distinto, ha querido hacerse presente en Montserrat.

En 1881 fue coronada canónicamente la imagen de Nuestra Señora de Montserrat. Era la primera en España que recibía esta distinción. El mismo León XIII la señalaba como Patrona de las diócesis catalanas y concedía a su culto una especial solemnidad con misa y oficio propios. Hasta entonces la fiesta principal del santuario había sido la de la Natividad de Nuestra Señora, el 8 de septiembre. En realidad, esta solemne fiesta no debía perder su tradicional significación. Todavía hoy conserva su carácter como de fiesta mayor, popular, del santuario. Pero una nueva festividad, con característica de patronal, venía a honrar expresamente a la Santísima Virgen en su advocación de Montserrat. Es la fiesta que no puede dejar de celebrar hoy todo buen devoto de la Virgen negra. Situada al principio como fiesta variable en el mes de abril, después de una breve fluctuación quedó fijada para el día 27 de abril. El misterio que la preside es el de la Visitación. En verdad, la Santísima Virgen visita en la montaña a los que acuden a venerarla y, como pide la oración de la solemnidad, les dispone para llegar a la Montaña que es Jesucristo.

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Fuente: Catholic.net


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La Expectación del Parto https://www.reinadelcielo.org/la-expectacion-del-parto/ Tue, 19 Dec 2023 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=27653

El gozo esperanzado que poseyó Santa María por el futuro próximo de su parto.

Cuando se espera algún acontecimiento importante que trae consigo tristeza y pena la reacción espontánea de la persona normal es de temor acompañado a veces por la congoja y angustia que tiende a aumentarse por la fantasía ante la consideración de los males futuros previsibles. Cuando por el contrario se prevé la llegada de un bien que tiene una entidad considerable se vive en una espera atenta y presurosa que va desde el anhelo y la ansiedad hasta la euforia acompañada de una prisa impaciente. A mayor mal futuro, más miedo; a mejor bien futuro, más esperanza gozosa.

Algo de esto pasó al Pueblo de Israel que conocía su carácter de transitoriedad funcional, al menos en los círculos más creyentes o especializados en la espiritualidad premesiánica. El convencimiento de que la llegada del Mesías Salvador era inminente hizo que muchos judíos piadosos vivieran en una tensión de anhelo creciente —basta pensar en el anciano Simeón— hasta poder descubrir en Jesús al Mesías que se había prometido a la humanidad desde los primeros tiempos posteriores al Pecado. Era todo un Adviento.

Y como el Mesías llega por la Madre Virgen, es imposible preparar la Navidad prescindiendo de la contemplación del indecible gozo esperanzado que poseyó Santa María por el futuro próximo inmediato de su parto. Eso es lo que se quiere expresar con “La Expectación del Parto”, o “El día de Santa María” como se le llamó también en otro tiempo, o “Nuestra Señora de la O” como popularmente también se le denomina hoy.

Fue en España, concretamente en Toledo, en el décimo concilio que se celebró en el año 656, siendo S. Eugenio III el obispo de aquella sede y que posteriormente un muy devoto de la Virgen María —San Ildefonso- se tomó bastante en serio propagar.

La intuición del pueblo denominando a la expectante Doncella joven “Virgen de la O” está basada en la directa contemplación de las obras pictóricas o esculturales que presentan piadosamente la natural redondez abultada de la Virgen grávida.

El origen del título es no obstante más espiritual, más fino, más litúrgico y menos somático. Tiene su origen en que las antífonas marianas del rezo de vísperas comienzan con la O: O Sapientia, O Adonai, O Enmanuel… veni!

Se me ocurre advertir una vez más que tienen un notable valor catequético las dignas representaciones de los misterios de la fe, y que, en ocasiones, enseñan al pueblo sencillo más que los libros y la misma liturgia. Es bueno tenerlo en cuenta a la hora de atender las peticiones de las modas iconoclastas que a temporadas van vienen por las iglesias.

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Fuente: Catholic.net


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San Fermín https://www.reinadelcielo.org/san-fermin/ Fri, 07 Jul 2023 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=24772

San Fermín, obispo de Pamplona. El obispo de Tolosa San Saturnino le envió a predicar el Evangelio a Pamplona, le consagró por su primer obispo y, vuelto después de algunos años a las Galias, predicó el Evangelio en el norte de Francia, muriendo en Amiéns, s. II.

Etimológicamente: Fermín = Aquel que es constante, firme, recio, valeroso y sólido, es de origen latino.

Vida de San Fermín

Este Santo es el famoso patrono de las “Corridas de San Fermín” en España, aunque en su vida ni los toros ni la fiesta brava tuvieron presencia alguna.

San Fermín de Amiens, nacio -según su leyenda- en Pamplona alrededor del año 272, murió en Amiens el 25 de septiembre de 303 fue un misionero cristiano, primer obispo de Amiens, cuya iglesia construyó. Fue decapitado cuando tenía unos 31 años. Es patrón de Amiens, Lesaca, y co-patrón de Navarra junto con San Francisco Javier.

Nacido en Pompaelo (la actual Pamplona), hijo de un senador pagano de nombre Firmo, un alto funcionario de la administración romana que gobernó Pamplona en el siglo III. La predicación de san Honesto, quien había marchado a la península tras ser milagrosamente liberado de su prisión en Carcassonne, conmovió a sus padres, quienes sin embargo no se convirtieron hasta oír a san Saturnino de Toulose. El santo habría bautizado a Fermín y a sus padres en el lugar que hoy se llama popularmente pocico de San Cernin.

Bajo la tutela de Honesto el joven Fermín aprendió la religión y el arte de la prédica. A los 18 años fue enviado a Tolosa, donde sería ordenado. Tras predicar en Navarra, marchó a Francia, donde se asentó en Amiens. Habiendo organizado la construcción de la iglesia local, fue nombrado obispo a los 24 años. La oposición oficial a la doctrina cristiana le granjeó la cárcel, donde, tras negarse a cesar su prédica, fue decapitado.

En 1186 el obispo Pedro de París llevó de Amiens a Pamplona una reliquia de la cabeza de Fermín.

Actualmente su santoral se celebra el 7 de julio. En Pamplona se conmemora con unas fiestas de fama internacional, los Sanfermines, en las que destacan los encierros de toros.

Es además patrono de las cofradías de boteros, vinateros y panaderos.

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Fuente: Catholic.net


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Nuestra Señora Madre de la Divina Providencia https://www.reinadelcielo.org/nuestra-senora-madre-de-la-divina-providencia/ Fri, 22 Apr 2022 08:54:28 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=10645 Origen de la Devoción

El nombre y culto de Nuestra Señora de la Divina Providencia se originó en Italia en el siglo XIII. Era una devoción muy popular que luego pasó a España, en donde se le construyó un santuario en Tarragona. Cuando Monseñor Gil Esteve Tomás, nacido en Cataluña (España) fue nombrado obispo de Puerto Rico, trajo consigo esta devoción que adquirió durante sus años en el seminario. El obispo tuvo que poner a sus diócesis en manos de la Divina Providencia pues encontró la catedral casi en ruinas y las finanzas de la diócesis en números rojos. La confianza y esfuerzos del obispo dieron fruto rápidamente; en menos de cinco años la iglesia catedral fue restaurada e inmediatamente se estableció allí el culto de la Virgen de la Divina Providencia.

La imagen original, venerada por los Siervos de María y otras órdenes religiosas italianas, era una hermosa pintura al óleo en la que se observa a la Virgen María con el Divino Niño que duerme apaciblemente en sus brazos.

Nuestra Señora de la Divina Providencia

El título “de la Divina Providencia” se ha atribuido a San Felipe Benicio, quinto superior de los Siervos de María pues un día, cuando sus frailes no tenían nada que comer, después de invocar la ayuda de la Virgen, encontró a la puerta del convento, dos cestos llenos de comida cuyo origen no pudo averiguarse. La imagen que Don Gil Esteve ordenó fue tallada en Barcelona según el gusto de la época. Es una bella figura sentada, hecha para ser vestida, pero al celebrar los 67 años de la Catedral, en 1920, se la reemplazó por una magnífica talla toda en madera y que es la imagen de Nuestra Señora de la Divina Providencia más familiar y mejor conocida para la mayoría de las comunidades de Puerto Rico. La Virgen María se inclina sobre el Niño quien, en una actitud de confianza absoluta, duerme apaciblemente en su regazo. Las manos de la Virgen se juntan en oración mientras toma suavemente la mano izquierda de su Hijo. La talla entera inspira ternura, confianza, devoción y paz.

El Papa Pablo VI, en un decreto firmado el 19 de noviembre de 1969, declaró a Nuestra Señora Madre de la Divina Providencia, patrona principal de la isla de Puerto Rico. En este documento se decreta también que la solemnidad de la Virgen se transfiera del 2 de enero al 19 de noviembre, día en el que la isla fue descubierta. La intención es juntar los dos grandes amores de los puertorriqueños: el amor por su primorosa isla y el amor por la Madre de Dios.

La talla más antigua, fechada en 1853, fue la elegida para ser solemnemente coronada durante el Concilio de Obispos Latinoamericanos (CELAM) que tuvo lugar en San Juan de Puerto Rico el 5 de noviembre de 1976. La víspera de este evento, la imagen fue brutalmente quemada en la Parroquia de Santa Teresita en Santurce . Y, en ese estado, la imagen fue coronada en medio de la emoción y lágrimas de miles de sus hijos y en presencia de cardenales, arzobispos y obispos de toda la América Latina.

Oración a la Virgen de la Divina Providencia

Virgen María Inmaculada, Madre de la Divina Providencia, protege mi alma con la plenitud de tu gracia; gobierna mi vida y dirígela por el camino de la virtud al cumplimiento de la voluntad divina.

Alcánzame el perdón de mis culpas. Sé mi refugio, mi protección, mi defensa y mi guía en la peregrinación por este mundo. Consuélame en mis aflicciones, rígeme en los peligros, y en la tempestades de mi adversidad, ofréceme tu segura tutela.

Alcánzame, ¡Oh Maria!, la renovación interior de mi corazón para que se convierta en morada santa de tu divino Jesús. Aleja de mi que soy débil, toda suerte de pecado, de descuido, de pereza, de debilidad y de respeto humano.

¡Oh, dulcísima Madre de la Divina Providencia! Dirige hacia mí tu mirada maternal y si por fragilidad o por malicia he provocado las amenazas del eterno juez, y he amargado el corazón sacratísimo de mi amado Jesús, cúbreme con el manto de tu protección y seré salvo.

Tú eres madre misericordiosa; tú, la virgen del perdón; tú, mi esperanza en la tierra. Haz que pueda yo tenerte por madre en la gloria del cielo.

Amén.

Himno a la Virgen de la Divina Providencia

Virgen Santa de la Providencia
Madre de Clemencia,
Honor del Caribe.
Protectora, Borinquen te aclama.
Patrona te llama y a tu amparo vive.

Los Boricuas, tus hijos amados,
llegan confiados a buscar los bienes,
que les brinda con todo el cariño,
por tu mano, el niño,
que en tus brazos tienes.

Ese niño que reposa en calma,
despierto en el alma
en Borinquen sueña.
Y se alegra de que hayas querido
por trono escogido, tierra Borinqueña.

Puerto Rico, te tiende su brazo,
solo en tu regazo, descansar añora,
y te pide, que sigas constante,
siendo en cada instante
su fiel protectora.

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Fuente: Web Católico de Javier


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Sor Lucía y la aparición del Niño Jesús en Pontevedra https://www.reinadelcielo.org/sor-lucia-y-la-aparicion-del-nino-jesus-en-pontevedra/ Fri, 11 Mar 2022 19:26:19 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=26373 El 15 de febrero de 1926, hace ya 96 años, el Niño Jesús se aparecía a sor Lucía, una de las videntes de Fátima, en un convento de Pontevedra (España) en el que se encontraba como novicia Dorotea y que desde entonces lleva por nombre Santuario de las Apariciones.

Apenas unas semanas antes, el 10 de diciembre de 1925, la Virgen se apareció también a la joven religiosa pidiéndole que extendiera la devoción de los cinco primeros sábados del mes.

Unos meses más tarde de la aparición del Niño Jesús la joven novicia fue trasladada a Tuy, localidad gallega fronteriza con Portugal, donde tendría una nueva aparición, en este caso de la Santísima Trinidad y también de la Virgen, en este caso con su Inmaculado Corazón, en el que insistía en la devoción de los cinco primeros sábados del mes.

Ya en 1948, sor Lucía volvió a Portugal para ingresar en un convento carmelita de Coimbra, donde murió en 2005 a los 97 años.

Pese a la importancia de las apariciones a sor Lucía en España, estas son a día de hoy bastante desconocidas por los católicos en España, y en general en todo el orbe. Su contenido es relevante y más cuando la aparición del Niño Jesús es única en el entorno de las apariciones relacionadas con Fátima.

La aparición de 1926 en Pontevedra no se entiende sin explicar que desde hacía unos meses se encontraba con un niño en las cercanías del convento. Y entonces, el 15 de febrero, sor Lucía volvió a encontrarse con el pequeño y le preguntó si se había aprendido las oraciones que en otras ocasiones le había ido enseñando.

“¿Y tú has propagado por el mundo aquello que la Madre del Cielo te pedía?”, le contestó el niño. En aquel instante supo que se trataba del Niño Jesús.

El Niño pidió a sor Lucía que hiciera lo que su Madre le había pedido en su aparición: extender la devoción de los cinco primeros sábados de mes. Esta petición se hizo porque muchas personas comenzaban esta devoción, pero pocas la terminaban.

Al igual que la aparición anterior de la Virgen semanas antes, de nuevo sor Lucía habló con su confesor en Pontevedra sobre esta aparición. Para cerciorarse, el sacerdote le hizo varias preguntas, entre ellas, por qué debían ser cinco sábados.

Sor Lucía pidió una respuesta al Señor y éste le contestó que “la devoción de los cinco sábados se debe a que hay cinco tipos de ofensas y blasfemias contra el Inmaculado Corazón de María”.

Las blasfemias son estas:
-Contra su Inmaculada Concepción.
-Contra su Virginidad Perpetua.
-Contra su Divina Maternidad al rechazar reconocerla como Madre de todos los hombres.
-Las ofensas de aquellos que tratan de sembrar públicamente en los corazones de los niños indiferencia o incluso odio a la Virgen.
-Las ofensas de quienes la ultrajan en sus santas imágenes.

Así se encuentra el santuario de las Apariciones en Pontevedra, en el que urge una rehabilitación

Una rehabilitación urgente

Esta fue la segunda y última aparición que tuvo la vidente de Fátima en el Santuario de las Apariciones. Sin embargo, este edificio donde se produjeron mensajes de gran transcendencia para los católicos se encuentra en estos momentos en un estado ruinoso.

Requiere de una reconstrucción de gran alcance. Allí viven hoy unas religiosas de Nuestra Señora de Matará (de la familia del Verbo Encarnado) que custodian el lugar y requieren ayuda para hacerlo accesible y visitable.

Con motivo del próximo centenario de las apariciones se ha convocado a una gran recaudación de fondos mundial para que en 2025 se pueda celebrar la efeméride con el santuario rehabilitado.

Hay varias entidades impulsando la reconstrucción de este santuario, que necesita una inversión importante y muchos donativos generosos. La Fundación Cari Filii colabora. Uno de los impulsores del proyecto es el sacerdote Javier Siegrist, con parroquianos de la Parroquia Santo Cristo de la Misericordia, de Boadilla del Monte (Madrid). El padre Siegrist explica que este lugar es fundamental para el catolicismo español pues “es uno de los sitios donde ha habido una presencia más fuerte y más real de la Virgen. No podemos permitir que se lo lleve por delante la ruina”.

El coste de la primera fase de la reforma supera los 400.000 euros. Incluye el cambio de cubierta y arreglo de todo el piso superior, donde se produjo la aparición. Además, la última licencia del edificio es de 1927, han cambiado las leyes y las exigencias que se requieren en un gran edificio, y ponerlo al día requiere importantes reformas.

“Entre todos podemos reconstruir el Fátima español, donde el Cielo se hizo presente en la tierra y culminó el mensaje de Fátima”, exhortan los impulsores.

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Fuente: Cari Filiii


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¿Sabías que la Virgen María con el Niño se apareció en Jaén? https://www.reinadelcielo.org/sabias-que-la-virgen-maria-con-el-nino-se-aparecio-en-jaen/ Fri, 21 May 2021 18:47:55 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=25699 La aparición de la Virgen María en Jaén (España) en 1430 no se parece mucho a otras apariciones medievales ni posteriores, y se parece más bien a un cortejo de elfos, blancos y brillantes, de El Señor de los Anillos, paseando por el bosque (véase aquí en YouTube a partir del minuto 2:30). Pero no sucedió en el bosque, sino en la ciudad y en los archivos de la catedral se guardó el nombre de tres testigos, aunque hubo más. Otra diferencia es que los elfos (los de Tolkien y los del folclore) suelen brillar suavemente, como con luz de estrellas, mientras que aquí los testigos hablan de una luz fuerte, como de sol, a medianoche.

Como no hubo mensajes ni palabras y sucedió en entorno urbano, se parece más bien a los hechos de Knock en Irlanda, pero 450 años antes.

Doscientos años después de la aparición de Jaén, en 1628, un funcionario de la Inquisición tomó nota de lo que encontraba en los documentos catedralicios, con la meticulosidad propia del Barroco. No lo hacía por imitar a otros milagros con notario de ese siglo, porque fue anterior.

Lo escribía 5 años antes del milagro de San Juan de Lagos en México, 12 años antes del Milagro del Cojo de Calanda, 15 años antes de la aparición de la Virgen de los Lirios de Alcoy, 42 años antes de tomar vida la imagen de Cléry-Saint-André y 49 años antes de la multiplicación del vino en Alcobendas, por citar otras actas notariales de ese siglo que recogen milagros.

Los testigos habrían declarado en el siglo XV que en la noche del 10 al 11 de junio de 1430, un populoso cortejo que debía ser celestial, con una gran Dama alta vestida de blanco que brillaba y llevaba a un Niño en brazos procesionó desde la Catedral hasta la iglesia del arrabal de San Ildefonso.

Así lo recoge Bartolomé Ximenez Patón, Secretario del Santo Oficio, en su libro publicado en 1628 «Historia de la Antigua y Continuada Nobleza de la Ciudad de Jaén»:

“En la muy famosa, muy noble, y muy leal Ciudad de Jaén, guarda y defendimiento de los Reynos de España. Sábado en la noche a diez días del mes de junio de 1430 años, siendo Obispo de esta Ciudad y Capitán de Este Reino Don Gonzalo de Astuñiga (que hoy decimos Zúñiga) ante su provisor y vicario general Juan Rodríguez, Bachiller en derechos, se probó haber pasado, real y verdaderamente lo que se refería: Que a la hora de medianoche el sábado dicho iba una gran procesión de gente muy lucida y con muchas luces, y en ella siete personas que parecían hombres, que llevaban siete cruces; iban uno detrás de otro, y que las cruces parecían a las de las parroquias de ésta Ciudad, y los hombres que las llevaban iban vestidos de blanco o con albas largas hasta los pies. Iban más otras treinta personas también con vestidos Blancos, en dos hilos, acompañando las Cruces”.

“En lo último desta procesión iba una Señora más alta que las otras personas, vestida de ropas blancas con una falda de más de dos varas y media; y iba distinta de los demás la última, y no iba cerca della otra persona, de cuyo rostro salía gran resplandor, que alumbraba más que el Sol, porque con él se veían todas las cosas alrededor, y contorno, y las tejas de los tejados como si fuera amedio día el Sol muy claro, y era tanto lo que resplandecía, que le quitaba la vista de los ojos, como el sol cuando le miran en hito. Esta Señora llevaba en sus brazos un niño pequeño también vestido de blanco, y el niño iba sobre el brazo derecho”.

“Detrás desta Señora venían hasta trescientas personas, hombres y mujeres, éstas cerca de la falda de la Señora, y ellos algo mas atrás. Estos hombres y mujeres no hacían procesión sino de montón; iban las mujeres delante y los hombres atrás, y todos vestidos de blanco, y sonaban como que iban armados. La cual procesión iba hacia la capilla de San Ildefonso, y habían salido de la Santa Iglesia mayor. Esto afirmaron con juramento Pedro, hijo de Juan Sánchez; Juan, hijo de Vzenda Gómez; Juana Hernández, mujer de Aparicio Martínez; y otros testigos, cuyos dichos y deposiciones están en el archivo desta Iglesia, y capilla”.

Una capilla que le da nombre

En la iglesia del arrabal donde terminó la procesión celestial se construyó una capilla. La gente, en vez de ponerle un nombre evocador como ‘la Madre del Blanco Cortejo’ o ‘la Dama de la Blanca Procesión’, le llamó, simplemente, la Virgen de la Capilla, algo que ha colaborado en hacer que esta aparición haya pasado desapercibida fuera de Jaén, confundida con muchas otras vírgenes en capillas, como si fuera una virgen encontrada más.

En 1950, el Papa Pio XII respondió a una petición de los jienenses y proclamó a la Virgen de la Capilla como patrona principal de Jaén. Por su parte, el Ayuntamiento de Jaén, le concedió los honores de Alcaldesa Mayor de la ciudad el 29 de septiembre de 1967.

Dos peligros para esta devoción

En el digital La Contra de Jaén habla sobre esta devoción Joaquín María Cruz Quintás (Jaén, 1981), doctorando en Filología Hispánica, profesor de Secundaria y académico de la Bibliográfica Mariana Virgen de la Capilla, que está ultimando el pregón que proclamará en las fiestas de la Virgen.

Él cree que esta devoción mariana se fue debilitando por dos causas: se fue dejando para personas más mayores, alejándolo de los niños (“elitización”, lo llama) y al mismo tiempo se perdió conciencia de la base histórica de los hechos.

“Mi relación viene desde chiquitillo, desde que mi abuela me llevaba a la ofrenda floral. No he sido cofrade hasta mucho más adelante, pero siempre he tenido devoción. Ya con dieciocho o diecinueve años me hice cofrade y empecé a participar en la procesión como horquillero”, explica. “El año pasado regresé a Jaén después de diez años viviendo fuera, y que me nombraran pregonero me llenó de ilusión”.

Cruz Quintás pide fomentar y recuperar esta devoción, una de las tres mayores de la ciudad, “junto con el Santo Rostro y Nuestro Padre Jesús”. En las últimas décadas esta devoción mariana concreta se ha debilitado.

“La Virgen de la Capilla fue una de las primeras de Andalucía en ser coronadas, tenía una gran devoción popular, que se ha perdido y ha sufrido, durante la segunda mitad del siglo XX, un proceso de elitización, como si fuera algo de gente mayor. Entre la generación de mis abuelos y la de mis padres se produjo una ruptura de ese eslabón de la cadena, y ahí es donde está el problema. También hubo un desprestigio del milagro del descenso, como si fuera un cuento de niños chicos, como si otros milagros que se cuentan no fueran del mismo tipo, no sé por qué este no…”

“Se va descafeinando la historia, se trivializa el relato del descenso y se va abandonando, como todo, como pasó con el Santo Rostro. Ese desprestigio del milagro sumado a esa elitización…”, señala como causas.

Cruz Quintás cree que es posible recuperar esta devoción “atrayendo a la gente joven. ¿Cómo? Primero por la estética y luego, por la ética”. Adelanta que pronunciará el pregón vestido de chaqué, como se hacía en épocas anteriores.

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Fuente: Cari Filii


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Año Jubilar de Guadalupe (España), lugar de sanación https://www.reinadelcielo.org/ano-jubilar-de-guadalupe-espana-lugar-de-sanacion/ Fri, 31 Jul 2020 18:52:55 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=24857 El domingo 2 de agosto se inicia el Año Jubilar de la Virgen de Guadalupe en España, que tiene su santuario en la diócesis de Toledo pero dentro de la región de Extremadura. La Virgen de Guadalupe es patrona de Extremadura, y tiene también el título de Reina de la Hispanidad, por decreto de Pío XI en 1928.

El arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, y los obispos de las 3 diócesis extremeñas (Mérida, Plasencia y Coria-Cáceres) han firmado una carta pastoral conjunta en la que explican esta devoción que ha ido creciendo en importancia con los siglos, a través de su salto a América, pero también con la devoción de extremeños y toledanos. Lo titulan “Guadalupe, hogar de María, casa de sanación”.

El Año Jubilar Guadalupense 2020-2021 se iniciará con la apertura de la Puerta Santa en el santuario, algo que los obispos señalan como “un acontecimiento eclesial de primer orden”, celebrando también los 25 años de la declaración del monasterio como Patrimonio de la Humanidad.

La leyenda de la aparición de la imagen

La imagen sin revestir: parece ser
una talla románica del siglo XII

Según la leyenda que recuerdan la carta de los obispos, la Virgen María se apareció a un pastor llamado Gil Cordero en la Edad Media, indicándolo dónde encontrar una imagen suya escondida en el río Guadalupe (en árabe, “Río Escondido”) para protegerla de la invasión musulmana.

Allí el pastor levantó una ermita que en 1330, el Rey Alfonso XI mandó ampliar, con hospitales y albergues para peregrinos y devotos. En 1389 el rey Juan I entregaría el santuario a la Orden de los Jerónimos, con el consentimiento del arzobispo de Toledo, Pedro Tenorio, autor de un impresionante puente sobre el Tajo para facilitar el paso de los peregrinos. Durante cuatro siglos la Orden Jerónima hizo de Guadalupe uno de los más importantes santuarios de España, y reyes y nobles lo enriquecieron con obras de grandes artistas como Zurbarán o Luca Giordano.

Guadalupe en tiempos modernos

En 1835, “con los tristes acontecimientos de la exclaustración y desamortización”, pasó el enclave de nuevo a ser una parroquia del arzobispado de Toledo. En 1907, Nuestra Señora de Guadalupe fue declarada Patrona de Extremadura. En 1908, bajo el pontificado del beato cardenal Sancha, la Orden Franciscana se hizo cargo del monasterio y del santuario. El cardenal primado Pedro Segura pudo declarar a Nuestra Señora de Guadalupe Reina de las Españas el 12 de octubre de 1928, por encargo del Papa Pío IX y el rey Alfonso XIII. Exhortaban a ello la revista “Iris de paz” (dedicada al Corazón de María) y “Guadalupe” (de los franciscanos).

Capilla de las reliquias: un ejemplo de los signos de devoción popular hacia esta advocación

Película de la coronación de la Virgen en 1928

Guadalupe con América y la Historia Universal

La relación con América empezó cuando en 1496 se bautizaron en el monasterio varios indios traídos por Cristóbal Colón, quien a su vez visitó en diversas ocasiones el santuario y puso el nombre de Guadalupe a una de las islas que encontró en su segundo viaje (hoy pertenece a Francia, con casi 400.000 habitantes).

El arzobispo Cerro y los obispos extremeños escriben en su carta: “Nada de la historia humana, sea humilde, sea grandiosa, sea a través de un sencillo pastor, de un rey, o de un papa, ha ocurrido porque sí, por las habilidades estratégicas de los hombres, sino que la mano de la Virgen María ha estado siempre presente; su amor maternal ha unido a los hijos de la Iglesia; a través de Ella se han acercado al torrente de gracia que la Iglesia continuamente nos ofrece a través de los sacramentos y mucho más en estos lugares tocados por las manos de Nuestra Madre y del Señor”.

Los obispos recuerdan lo que dice el Directorio sobre la Piedad Popular respecto a “la importancia que tienen los santuarios, especialmente los santuarios marianos”. Así, un santuario mariano es:

– lugar de celebraciones cultuales (nn. 265-273),
– lugar de evangelización (n. 274),
– lugar de la caridad (n. 275),
– lugar de cultura (n. 276),
– lugar de compromiso ecuménico (nn. 277-278).

“No podemos dejar de tener presente que muchas vocaciones sacerdotales y religiosas han nacido de las innumerables peregrinaciones de jóvenes que las distintas diócesis de España han hecho al santuario”, señala la carta de los obispos.

San Juan Pablo II en Guadalupe en 1982

Juan Pablo II en la Guadalupe de Extremadura

También Juan Pablo II, cuando visitó Guadalupe en 1982, predicó sobre la vocación internacional de esta advocación. «Junto con los hombres, junto con las generaciones de esta tierra extremeña y de España, caminaba también María, la Madre de Cristo. En los nuevos lugares de habitación Ella saludaba, en el poder del Espíritu Santo, a los nuevos pueblos, que respondían con la fe y la veneración a la Madre de Dios. De esta manera, la promesa mesiánica hecha a Abraham se difundía en el Nuevo Mundo y en Filipinas. ¿No es significativo que hoy nos encontremos en el santuario mariano de Guadalupe de la tierra española, y que contemporáneamente el santuario homónimo de México se haya convertido en el lugar de peregrinación para toda Hispanoamérica?”

Y añadió: «Es indiscutible la estima tan grande que le tengo a la Virgen de Guadalupe de México. Pero me doy cuenta de que aquí están sus orígenes. Antes de haber ido a la Basílica del Tepeyac, debería haber venido aquí para comprender mejor la devoción mexicana».

Peregrinar buscando sanación 

Los obispos proponen también a la Virgen como “la Enfermera celestial que aplicará en todas las heridas el bálsamo de la misericordia prescrito por el Médico divino de nuestras almas, Jesucristo vivo y resucitado”.

Presentan al santuario guadalupano como “la Betania de Extremadura”, un lugar para descansar escuchando a Jesús. “El santuario de Nuestra Señora de Guadalupe debería convertirse en una nueva Betania, en un centro de espiritualidad, donde todos podamos acudir para descansar con el Señor y con la Santísima Virgen; donde pudiéramos escuchar, meditar y orar sosegadamente; comer y beber la Vida a través de la Eucaristía; donde pudiéramos curar todas las heridas, grandes y pequeñas, que a lo largo del camino de la vida hemos padecido y aún llevamos soportando; donde pudiéramos abrir el frasco del corazón ante el Señor, para gustar la fragancia del nardo de la misericordia, que se desprende cuando los corazones aman con humildad y sencillez al Señor y a la Virgen“, exhorta la carta.

En el santuario, invitan a todos a dejarse “acariciar por las manos de la Madre, Nuestra Señora de Guadalupe, que maternalmente nos abre las puertas de la Casa del Padre, nos lava los pies sucios por el polvo del camino y nos prepara para el encuentro con el Señor, nos acerca a la túnica nueva del perdón y nos prepara la mesa con el pan caliente y el mejor vino nupcial para celebrar con su Hijo la Eucaristía. Vivir esta impactante experiencia de sanación y liberación, nos empujará a regresar a nuestros hogares, iglesias domésticas, para hacer lo mismo que el Señor y la Santísima Virgen han hecho con nosotros”.

Invitan a celebrar jornadas en el santuario

Los obispos invitan “a las instituciones civiles que programan y celebran jornadas para grupos que viven de una manera especial las limitaciones y fragilidades personales (por ejemplo: grupos que celebran el Día internacional de las Personas con Discapacidad, el Día de la Eliminación de la Discriminación Racial, el Día mundial de los Refugiados, el Día internacional de las Personas Mayores, el Día internacional de las Mujeres Rurales, etc.) a que se unan a nosotros en la celebración de este Año Santo Guadalupense y acepten la invitación de hacer, de este lugar y su santuario, un espacio de encuentro, sanación y acogida”.

Las diócesis implicadas han preparado materiales “para vivir el Año Jubilar Guadalupense” y “preparar la peregrinación antes, durante y después de esta experiencia mariana. Son cuatro catequesis en torno a la Virgen María y una lectio divina que se puede llevar a cabo estando ya ante la sagrada imagen de Nuestra Señora de Guadalupe o ante el Santísimo Sacramento expuesto solemnemente para la adoración larga y tranquila”.

1. Primera catequesis: La Virgen María, modelo de nuestra Fe
2. Segunda catequesis: La Virgen María y los Sacramentos de la Iglesia
3. Tercera catequesis: La Virgen María, Nuestra Madre
4. Cuarta catequesis: Somos peregrinos a Guadalupe
5. Lectio divina: Guadalupe: hogar de María, casa de sanación

Además, anuncian que “los obispos de la Provincia eclesiástica de Mérida-Badajoz, junto con el arzobispo de Toledo, hemos constituido una Comisión interdiocesana que coordine las iniciativas que surjan con motivo de este Año Jubilar”.

A las comunidades contemplativas les recuerdan el lema de este año para la Jornada Pro Orantibus: «Con María en el corazón de la Iglesia». “Vosotros sois el corazón ardiente de la Iglesia que con María vive en el cenáculo del monasterio en continua oración y ofrenda de la vida”, reconocen los obispos.

Los ya fallecidos nos acompañan

Y sobre los que han fallecido en la pandemia, especialmente ancianos, dicen:“nos saludan desde la Casa del Padre junto con María, desde el cielo. Ellos nos tienen en su corazón junto al Señor y nos envían desde el cielo el beso y el abrazo que no pudieron darnos antes de cruzar la última Puerta Santa de sus vidas, para sentarse a los pies de Jesús y de María, curados, sanados y purificados por el amor misericordioso. No olvidéis cuando caminéis a Guadalupe que todos ellos están presentes, están con nosotros animándonos”.

La carta pastoral finaliza con una oración que San Juan Pablo II oró ante la Virgen de Guadalupe, aunque “adaptándola a nuestros tiempos y a nuestra tierra”.

María santísima, Madre de nuestra tierra,
por la predicación del Evangelio
nuestros pueblos conocen que son hermanos
y que tú eres la Purísima y llena de gracia.

Con certeza filial sabemos
que en tu oído está el anuncio del ángel;
en tus labios, el cántico de alabanza;
en tus brazos, Dios hecho niño;
en tu corazón, la cruz del Gólgota;
en tu frente, la luz y el fuego del Espíritu;
y bajo tus pies, la serpiente derrotada.

Madre nuestra santísima
en esta hora de la Nueva Evangelización,
ruega por nosotros al Redentor del hombre;
que él nos rescate del pecado
y de cuanto nos esclaviza;
que nos una con el vínculo de la fidelidad
a la Iglesia y a los pastores que la guían.
Muestra tu amor de madre a los pobres,
a los que sufren y a cuantos buscan el reino de tu Hijo.
Alienta nuestro esfuerzo por construir
nuestro país con una esperanza solidaria,
en la verdad, la justicia y el amor.

Agradecemos profundamente el don de la fe
Y glorificamos contigo al Padre de las misericordias,
Por tu Hijo Jesús, en el Espíritu Santo. Amén

La carta completa se puede leer aquí

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Fuente: Cari Filii


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