error – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 13 Sep 2024 18:37:22 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Hoy pude ver mi error https://www.reinadelcielo.org/hoy-pude-ver-mi-error/ https://www.reinadelcielo.org/hoy-pude-ver-mi-error/#comments Fri, 13 Sep 2024 10:28:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=411 ]]> Sí, hoy pude ver mi error, error de muchos años, casi una vida. El evento que me obligó a reflexionar ocurrió durante una jornada en que participé, donde algo así como ciento cincuenta jóvenes se unieron para compartir un día escuchando y aprendiendo las cosas del Señor. Sin embargo, lo que tocó mi alma fue ver a un grupo de unos veinte adultos sirviendo y asistiendo la jornada de modo totalmente desinteresado y con una notable dedicación y esfuerzo.

En realidad, yo era uno más de esos veinte adultos, y feliz corría de un lado para el otro apoyando, cuidando, moviendo cosas. En un momento estaba almorzando con un grupo de sacerdotes y seminaristas que nos vinieron a acompañar y ser parte de la jornada, y una señora muy conocida por mí vino a la mesa a limpiar los restos, a servir bebidas, a traer más comida. Ella lo hizo una y otra vez con una sonrisa que era notable, reflejando una alegría inocultable.

¿Qué tenía de raro eso? Pues que la señora tiene una muy buena posición económica y social y pudiendo estar siendo servida ella misma en su casa o en cualquier otro lugar, eligió estar allí, sirviendo. Empecé a mirar a mi alrededor y vi que había muchas personas con distintos roles en el mundo, pero todos tenían la misma actitud. ¿Por qué ellos estaban tan felices allí en lugar de estar en sus cosas, su vida, sus distracciones, sus familias? Evidentemente esta gente había descubierto un tesoro y lo disfrutaban a sonrisa abierta. De hecho, yo mismo estaba en ese grupo, gozando a cada instante también.

Me senté a reflexionar y a poco de ello caí en la cuenta de mi error, un gran error. Dios me ha llamado varios años atrás, y desde entonces me he preguntado una y otra vez por qué. Por qué teniendo tantas otras personas me había buscado de modo tan ostensible a mí para que trabaje para él. Esta se ha transformado a lo largo de los años en la más fundamental pregunta de mi vida.

sembrar talentos

He pensado qué talento ha puesto Él en mí que sea necesario para el bien de Su Obra. Que elemento de mi vida es parte de Su Plan para esta humanidad, en particular para estos tiempos de oscuridad en que vivimos. Una y otra vez he tratado de comprender cual es el rol de este engranaje que soy, en el diseño que es el plan que Dios ha trazado alrededor de mi vida. Convencido de que algo misterioso se esconde detrás de esta pregunta, me he puesto a orar una y otra vez pidiéndole al Señor me ayude a discernir cual es el propósito de mi existencia, a la luz de lo que Él espera de mí.

Y ayer pude ver cuál ha sido y es mi error. Dios no me necesita, no a mí en particular, para llevar adelante Sus propósitos. Ese pensamiento ha sido una muestra más de mi egocentrismo y soberbia. No. El me ha llamado porque quiere salvarme, a mí, en modo personal. El vio que estaba perdido en las aguas del mundo, sumergido en vanidades y regodeos de poder y dinero, que son los engranajes con que se mueve esa horrenda maquinaria que es el mundo. Él vio claramente que estaba a riesgo de perderme, de condenarme, por toda la eternidad.

Así, Dios quiso llamarme para tenderme una Mano Salvadora, Su Mano. Todas estas cosas que Él me permite hacer como miembro de Su Obra, son nada más que las formas, los vehículos que Él me entrega amorosamente para que evite mi propia condenación, para que me salve. Cuánta vanidad y soberbia la de pensar que Él me llamó porque necesita usar mis talentos, porque necesita mi ayuda. Inflado como un sapo, me he pasado años tratando de dilucidar la pregunta correcta, pero planteada del modo equivocado.

En esa gente que entregaba su día, su sonrisa, su esfuerzo, para mezclarse más allá de edades, clases sociales o educación, trabajando humildemente en lavar vasos, armar mesas, mover equipos y pegar carteles, en esa gente he comprendido el tesoro escondido en el llamado que Dios me hizo. Es un llamado personal, puedo contestar sí o no, en mi está la respuesta. Pero en cualquier caso, lo que está en juego no es cuanto se beneficia Dios de mi cooperación, sino si salvo mi alma, o me condeno eternamente en medio del egocentrismo y vanidad que me amenazan a cada momento. Esas personas me dieron una lección, en nombre de Dios, que fue el que las utilizó para que comprenda.

Camino

Y a ti, mi amigo, mi amiga, que estás leyendo este texto, espero estas palabras lleguen a tu corazón también, para que empieces a luchar contra tu egocentrismo, tu vanidad, tu ambición, tu envidia, tus anhelos de mundo que sobrepasan de modo gigantesco tus anhelos de Cielo. No eres más que nadie, ninguno de nosotros es más que ningún otro. Si no nos vemos reflejados en la humildad del Maestro que lavó los pies de Sus discípulos, ¿por qué creemos que podríamos llegar a salvarnos?

He vivido en el error. Perdón Señor por ser tan ciego. Extiende por favor Tu Mano una vez más, y ayúdame a matar mi vanidad. Ayúdame a ser sencillo como vos, para poder disfrutar así de la verdadera pobreza de corazón, como es que Tú la predicas en Tu Palabra. Pobreza que está más allá de nuestra cultura, dinero, o inteligencia, que son todos dones que Tú nos das. Tu pobreza de Corazón tiene en realidad mucho que ver con lo que hacemos con Tus Dones, si es que los usamos para nuestra condenación, o para nuestra salvación.

El Señor le dijo hace muchísimo tiempo al Profeta Isaías: “Tus caminos no son Mis Caminos”. Ahora comprendo cabalmente por qué se lo dijo.


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El baile de los ciegos https://www.reinadelcielo.org/el-baile-de-los-ciegos/ Fri, 24 May 2024 10:52:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=19423 ]]> Vivimos en una generación en la que todo el mundo opina y aconseja, pero muy pocos saben realmente de lo que hablan. Como jamás ocurrió en la historia del mundo, estamos absolutamente interconectados por la tecnología y podemos acceder a literalmente todo el conocimiento acumulado en miles de años de historia del hombre, simplemente interrogando a nuestro teléfono. Y sin embargo, en medio de semejante ruido y bombardeo de información, es muy difícil discernir donde está la verdad, donde está el bien, la justicia, el amor verdadero.

Todos aconsejan y opinan, pero muy pocos saben realmente de lo que hablan, aunque multitudes de voces informan y predican con tremenda convicción, mientras otras multitudes los escuchan con atención y dan crédito a todo lo que dicen. Es como un gigantesco baile de ciegos, donde todos danzan con entusiasmo, mientras se empujan y pisotean unos a otros pretendiendo que todo está bien, que nada anormal está ocurriendo allí.

La era digital ha dotado al hombre de algo extraordinario, pero como suele ocurrir, nuestra generación ha permitido que la tecnología se transforme en una herramienta de difusión del mal, un modo muy efectivo de ocultar la verdad en medio de multitudes predicando y difundiendo el error. Generación insensata, como pocas otras. Sin embargo, esta estrategia del enemigo responde al viejo y conocido teorema que dice que la mejor forma de ocultar un elefante es en medio de una manada de elefantes. La verdad y el bien están allí, ocultos en medio de toneladas de palabras equivocadas, de errores escritos y dichos.

Padres e hijos (ft img)

El peligro para nuestros jóvenes es muy evidente, porque viven en medio de este baile de ciegos y ellos mismos encuentran dificultades para discernir a quien escuchar, a quien creer, y a quien no. Y ellos, confundidos, acuden a soluciones extremas, o creen absolutamente todo lo que leen y escuchan, o no creen absolutamente nada. Un ejemplo de creer todo es escuchar a jugadores de fútbol opinando como modelos de éxito en la vida, o actrices de televisión dándonos cátedra sobre cómo terminar con la vida de un niño no nacido para proteger la salud mental de la madre de ese bebé. Y un ejemplo de no creer en nada es estar convencido que el hombre no llegó a la luna en 1969, sino que fue algo creado en Hollywood, cosa de la que se escribe con convicción en múltiples foros digitales.

Abunda la confusión, la difusión del error, y en medio de todo esto enfrentamos la crisis moral más profunda que la humanidad experimentara en miles de años. Sin dudas que estamos tan mal como se lee en los relatos bíblicos de Sodoma, o los tiempos de Noé. Vivimos una era de tremenda confusión moral y espiritual, disfrutando de enormes progresos en nuestra calidad de vida, y sin embargo el mundo es como ese gigantesco baile de ciegos donde las multitudes disfrutan al compás de la música, sin poder realmente comprender la tragedia que ocurre a su alrededor. Generación insensata y ciega.

En esta realidad oscura y tormentosa, se difunden abiertamente y con escasa oposición ideologías y filosofías que apuntan al corazón del mundo que Dios creó: la familia. El objetivo es muy claro, es la destrucción de los pilares sobre los que la familia está construida, esto es el rol inequívocamente distinto de la mujer y el hombre en la construcción del matrimonio, la formación de niños en un ambiente sano y alejado de toda perversión, el respeto de la unión del hombre y la mujer como acto supremo de Co-Creación con Dios mismo, de una nueva vida desde la concepción. La confusión busca quitarnos el derecho de educar a nuestros hijos, de decidir qué valores darles desde su nacimiento, de alejarlos del error y la perversión. Como dije antes, muy similar a otras épocas desafortunadas de la historia de la humanidad.

En este baile de ciegos tenemos que abrir nuestros ojos, y abrir los ojos de nuestros hijos, y de todos los que podamos acercar a nosotros, para que vean realmente lo que ocurre a nuestro alrededor. La música que se está ejecutando no es conveniente para nuestras almas, y es veneno que nos arrastra al mismo error de todos aquellos que hablan con convicción sin saber lo que dicen, y de los que escuchan y aceptan sin intentar discernir lo bueno de lo malo, lo santo de lo profano.

Recemos a Dios para que esta generación a la que pertenecemos encuentre el camino fuera de la oscuridad en que se ha introducido. El Señor escucha nuestras oraciones, y no nos dejará sin auxilio si es que nos mantenemos fieles a Él y buscamos la puerta de salida, en medio de la noche espiritual en que nos encontramos envueltos.

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Autor: Reina del Cielo


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Olvidar, Don de Dios https://www.reinadelcielo.org/olvidar-don-de-dios/ Fri, 12 Oct 2018 14:00:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=280 ]]> Mientras miraba una pequeña herida que me hice hace pocos días en mi mano, observaba como el daño en mi piel iba hora a hora desapareciendo, borrándose. Las células de a poco se iban regenerando para dejar mi piel exactamente como era antes del corte. ¿Acaso alguien puede dudar de la existencia de Dios, al observar como se suelda un hueso quebrado, o se cicatriza una herida?. Los médicos, testigos cotidianos de tantos milagros de sanación, debieran ser los primeros evangelizadores, como lo fue San Lucas. ¿Qué extraña fuerza interior puede producir la recomposición de las fibras, la regeneración de lo lastimado, si no es Dios?.

Hoy, meditando con inmenso dolor en muchas cosas no muy buenas que he hecho en mi pasado, he pensado que el poder olvidar es también un Don de Dios, es el equivalente a la cicatrización de las heridas. Es una forma que El nos concede de sanarnos interiormente, para poder seguir viviendo pese a los golpes que sufrimos en el transcurso de los años. Cuando el dolor o la culpa nos arrasan el alma, castigando nuestra mente con recuerdos dolorosos, sentimos una conmoción interior, una necesidad de apretar los dientes, una sacudida que nos dice, nos grita, ¡qué me ha pasado, qué he hecho!. Cuando estas arremetidas del pasado asaltan mi alma, suelo gritarle al Señor en mi interior: ¡piedad, Hijo de David!. Una y otra vez, le pido piedad a Jesús. Siento que estoy a la vera del camino de la vieja Palestina, mientras mi Señor pasa junto a mí, y le grito otra vez, ¡piedad, Hijo de David!. Sé que el dolor es parte de la sanación, pero cuando el Señor nos ha perdonado los pecados en el Sacramento de la Confesión, ¡El si que los ha olvidado!.

olvidarCómo nos cuesta entender y creer que Jesús realmente perdona y olvida nuestros pecados. Solemos confesar una y otra vez el mismo pecado cometido años atrás, demostrando falta de fe en nuestro Dios, que ya ha dado vuelta la página y nos ha lavado con el agua de Su Misericordia. Sin embargo, nosotros, seguimos volviendo a sentir esa espada que atraviesa nuestro corazón con ese recuerdo. Es en ese momento que debemos pedirle a Dios el Don de olvidar, de dejar atrás esa mancha oscura de nuestra alma, borrarla totalmente. Que hermoso es conocer gente que tiene ese Don, esa capacidad de levantarse pese a las más profundas caídas, y puede mirar una vez más el futuro con optimismo y esperanza. ¡Dejando el pasado totalmente enterrado detrás de sí!. Y viviendo la alegría de los hijos de Dios, que se saben perdonados, y acogidos nuevamente en los brazos amorosos de María, nuestra Madre Misericordiosa.

El Señor nos ha dado todo lo que somos, ha impregnado nuestra naturaleza humana de dones, herramientas que debemos llevar por la vida como sostén de nuestro cuerpo y alma. El poder olvidar, dar vuelta la página de las etapas más dolorosas de nuestra vida, es también una herramienta que El nos concede. El poder olvidar es abrir las puertas a la cicatrización de las heridas del pasado, aceptando con fe, esperanza y alegría el perdón de nuestro Buen Dios.

Jesús, como el Gran Médico de las almas, quiere que vivamos de cara al futuro, con esperanza, confiados en Su perdón, felices de tenerlo como Dios y Amigo. Sé que tienes dolores, que los recuerdos te asaltan como un ladrón en la noche, cuando menos los esperas. Que quisieras volver al pasado, y cambiar tu historia. No quisiste vivir tanto dolor, es demasiado fuerte para poder soportarlo. ¡Pero se ha ido!. Mira la luz, mira el día, mira a la Madre de Jesús que te invita a amarla, que te ofrece sus brazos amorosos para cobijarte, para tenerte allí, junto a Ella, como lo hizo Jesús. ¿Acaso no te ha perdonado tu Dios?. Da vuelta la página, ilumina tu rostro con una hermosa sonrisa, para que Jesús pueda mirarte, sonreír, y decirte:

¡Abrázame, dame tu amor, tu amistad, tu afecto, deseo tenerte en Mi, porque te quiero feliz de saber que te amo!


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De la potencia al acto https://www.reinadelcielo.org/de-la-potencia-al-acto/ Fri, 15 Jun 2018 13:32:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=565 ]]> ¿Cómo nos ve Dios? Él tiene una visión santa de nosotros, tal cual como nos creó. En cambio nosotros tenemos una visión humana, poco espiritual. La santidad consiste en hacer converger ambas visiones, hacia la que Dios tiene de nosotros.

Esta divergencia entre la visión que el Creador tiene de nuestras almas y la que nosotros normalmente poseemos, se puede resumir como la brecha entre nuestro potencial, como personas, y lo que hacemos de nuestra vida en realidad. Dios ve lo que en potencia podemos hacer, lo que nuestras condiciones y talentos permiten brindarle mientras estemos en éste mundo. Y nosotros, con ese potencial, realizamos actos y ejercemos nuestra voluntad de tal modo que generalmente producimos mucho menos de lo que Dios espera de nuestras almas.

¡De la potencia al acto hay mucha distancia!. De lo que somos capaces de hacer a lo que en la vida cotidiana hacemos hay gran brecha, mis queridos hermanos. Y es que Dios nos invita permanentemente a entregar más, a ser más, a poder más. Mientras tanto, nosotros, nos autolimitamos, nos cercenamos en nuestro desarrollo potencial.

¿Cuál es ese potencial, cual es la expectativa de Dios hacia nosotros?. Pues es simple: El sabe que nos ha dado lo suficiente para ser santos, para vivir una vida de santidad. Para eso nos ha creado, nos ha dado lo necesario, a cada cual según su misión en la vida, como está expresado en la parábola de los talentos. A quien más se da, más se pide. Pero todos tenemos la obligación de sacar el máximo provecho espiritual, como fruto de santidad, a aquellos talentos y dones que Dios nos da. El Señor nos mira en relación a lo que, en potencia, podemos hacer de nuestra vida.

Deseo de Dios¿Y qué hacemos nosotros mientras tanto?. En nuestros actos, si bien en potencia podemos ser santos, nos transformamos en pecadores, en transgresores del Plan que Dios trazó para cada uno de nosotros. Por supuesto que esto ocurre en distinta medida para cada alma. Las habrá que se alejan en medida extrema de lo que Dios espera de ellas, haciendo que la brecha entre su potencial de santidad y la realidad de sus actos sea gigantesca. Y las habrá, para gloria de Dios, que cierran esa brecha y acercan la realidad de su vida, de sus actos, a lo que en potencia Dios espera de ellas. ¡Son los santos!.

Si uno estudia la vida de los santos, verá que su principal característica es haber llevado los dones recibido por Dios, lo que en potencia son capaces de hacer, a una práctica cotidiana real, a una sucesión de actos de amor que funden la expectativa de Dios en ellos, con su propia vida. ¡Que enorme alegría para Dios!.

Cerrar la brecha entre la potencia y el acto, entre lo posible y lo real, entre nuestro deber y nuestra respuesta, es fundir nuestra propia voluntad con la Voluntad de Dios. La Voluntad de Dios expresa lo que El espera de nosotros, y esto es exactamente lo que en potencia podemos hacer. Al fundir nuestra voluntad, eliminándola y reemplazándola por la de Dios, hacemos de la Voluntad Divina nuestra propia vida. La potencia, entonces, se transforma en acto.

En nosotros está hacer lo correcto. Los males del mundo se explican por la negativa de los hombres a hacer la voluntad de Dios. En potencia, este mundo debiera ser el paraíso terrenal. Sin embargo, fueron los actos del hombre los que lo transformaron en el sitio del dolor, el trabajo y la enfermedad. Dios siempre nos mira con la esperanza de que volquemos nuestros actos hacia El, que hagamos Su Santa Voluntad, así en la tierra como en el Cielo.


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Tocar tu corazón https://www.reinadelcielo.org/tocar-tu-corazon/ Fri, 28 Jul 2017 17:16:26 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=9097 Descubre el poder del perdón en este video.]]>

A menudo perdemos horas, días, años, y hasta una vida, perdiendo preciosos momentos, sólo porque nos olvidamos de perdonar. El perdón te hace libre. Y sólo a través del perdón se pueden restaurar las relaciones más importantes…


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