drogas – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 10 Nov 2017 20:16:52 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 De consumir y vender drogas a catequista comprometido https://www.reinadelcielo.org/de-consumir-y-vender-drogas-a-catequista-comprometido/ Fri, 10 Nov 2017 20:15:48 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=10569 ]]>

Raúl Santiago nació y pasó us infancia en las montañas de la isla caribeña de Puerto Rico. “Allí todos éramos católicos por tradición, todos bautizados al nacer. Había respeto por Dios y los sacerdotes, pero había muy poca formación en la fe. Mi mamá me dice que estoy confirmado pero no lo recuerdo”, explica al contar su testimonio en el programa “Cambio de Agujas” de HM Televisión.

Cuando tenía 14 años su padre ganó un dinero en la lotería de EEUU y pudo llevar a su familia a Estados Unidos. A Raúl le costó integrarse. Le costó el cambio de campo a ciudad, y una escuela más estricta y en otro idioma: lo vivía como una prisión.

La marihuana, para tener valor y ser otro

Él hizo amistades callejeras para fumar, luego beber, luego robar pequeñas cosas. Y a partir de los 18 años “ya en el mundo de las drogas y el vicio”.

“Yo buscaba ser alguien que no podía ser estando sobrio. Mi papá era alcohólico, ya le venía de familia. Y empecé con el alcohol y la marihuana, que se volvió mi mundo”.

Él, que era en el fondo un niño tímido con miedo de hablar, desadaptado, fumando marihuana se sentía fuerte, capaz de todo, de hablarle a una chica, de hacer algo arriesgado, sin miedo. “Era una máscara, una forma de disfrazarme, podía ser un superhéroe con la droga”.

Vender drogas y probar el LSD

Vendía drogas para poder comprarlas. Daba dosis gratis para enganchar a más personas y convertirlas en clientes.

Después probó con “el ácido, me di unos viajes a otros mundos…”. Era LSD, una droga alucinógena que tomó en algunas ocasiones.

Fue una etapa breve pero intensa: unos dos años y medio de marihuana intensa diaria, desde la mañana.

Una noche de terror transformador

Raúl SantiagoCon 22 años iba con un compañero en coche, de pasajero. Esa noche no había tomado ácido (LSD). Y sin embargo sentía que algo le pasaba.

Entré en un mundo espiritual. Pero oscuro, de tinieblas. Tenía un pánico horrible, un miedo terrible que no sabía de donde venía”. Su amigo le preguntaba: “quieres que vayamos a tal sitio, o fumar, o ver a alguien…” Pero Raúl estaba aterrado y decía que no a todo. Pidió ir a casa.

El amigo le dejó delante de su casa. “Iba a tratar de entrar pero una voz me dio: ‘no estás listo para ir a tu casa, no puedes ir’. Sentía ese temor, ese pánico. Me puse a caminar por la calle y en mi mente aparecían cosas de cuando era niño, de mi preparación para la Primera Comunión, de cómo Adán y Eva tomaban la fruta prohibida, y pensé, ‘las drogas que estoy tomando son la fruta prohibida’. Y una voz me decía: ‘siempre vas a estar en un mundo bien pequeño’. Y es la realidad porque cuando uno toma drogas siempre está en la misma esquina con la misma gente”.

Seguía caminando. “Me quité la camisa, caminé como dos millas, ya habia autopistas y varios caminos. Y una voz me decía: ‘siempre vas a tener miedo al hombre de la esquina’, es decir, la policía”.

Ya volviendo hacia su casa “de repente me entró algo que decía que nadie me quería, que me faltaba el amor. Me sentí como un perrito abandonado al que le dan patadas”. Vio un hombre con maletas pesadas. Raúl se ofreció a ayudarle pero el hombre se asustó. “Ya ni para esto sirvo”, pensó Raúl.

Empapado, desnudo, nacer de nuevo

Y al acercarse a casa pensó en su Primera Comunión infantil, y se quitó los zapatos mientras se acercaba. Y llovía, y él sentía que de alguna manera “se limpiaba”. Se quitó después el pantalón y corrió a casa, y pensaba en Adán y Eva, también desnudos. Su madre le vio al entrar, desnudo y mojado y alocado. Lo envolvió en una sábana y lo arropó. “Y yo me sentí como un niño recién nacido. En inglés decimos, born again, nacer de nuevo. Mamá me llevó a la cama y yo saqué un libro pornográfico que leía y dije: ‘esto es lo que pierde al hombre’. Y lo tiré al piso. Mi mamá trataba de defenderme: ‘sí, ese amigo tuyo…’. Y dije: ‘no, mami, es tu hijo, que te ha engañado, que ha hecho esto, y esto otro…”

“Busca a alguien que sepa de religión”

Y el joven de 22 años dijo: “mami, busca alguien que sepa de religión, tú sabes, esos viejitos que vienen de vez en cuando”. Eran unas personas de la Legión de María, que a veces venían a casa y de los que él huía “como el diablo de la cruz”. “Es que se mudaron”. “Busca un sacerdote”

Raúl se asustó. “Yo pensaba que me iba a morir y me iba a ir al infierno. Mi mamá no iba a la iglesia, pero tenía un rosario, y lo tomó y lo empezó a rezar. Y me acostó en la cama y me quedé dormido; ahí me calmé”.

Al día siguiente salió a la calle. Los amigos sabían que le había pasado algo. Él no sabía como explicarlo. Caminaba como un zombi, como en una ensoñación. Llegó a una casa de droga, con chicos que sabían que él ahora estaba cambiado.

– “¿Y qué vas a hacer con la droga?”, le preguntaron.

– “No la quiero”, respondió rotundo.

Y un chico trajo de un cuarto un pañuelo con la imagen del rostro de Jesucristo y lo abrió ante su cara.

– ¿Por que no la cambias por esto?

“Y le dije que no”, recuerda apenado Raúl.

El expresidiario que le llevó a la iglesia

Raúl Santiago y su esposaAún le costaría un par de meses cambiar de rumbo. Conoció a un ex-presidiario, un joven que visitaba a amigos de Acción Católica porque estos lo habían visitado en prisión. “Y con ese chico empecé a ir a la iglesia. Antes solo iba en Navidad y en Pascua para ver niñas bien vestidas. Y ahora iba y me ponía muy atrás, arriba en el coro. El cura, peruano, hacía misas rápidas pero de sermones bien largos, de 40 minutos, pero a mí se me hacían cortos y quería más. Ahora tenía hambre, casi desespero, por las cosas de Dios”.

Empezó a acudir a Acción Católica y Legión de María y a más grupos y no se saciaba, quería saber más y más; acudió a Renovación Carismática, a Cursillos de Cristiandad, se apuntó a mil retiros en español y en inglés. ¡El tiempo que antes pasaba en las calles ahora estaba en retiros y encuentros! “Tenía un desespero por crecer en cosas de Dios”.

Unos años después conoció una chica cristiana, se casó y “ahora llevo más de 25 años como catequista llevando a los jóvenes hacia Cristo”.

Aceptar a la Iglesia como es, porque es de Cristo

Estudió teología en la Universidad Franciscana de Steubenville. Allí, en oración, en una etapa de dudas en que cuestionaba a la Iglesia, entendió que Dios le decía: “Yo te amo como eres, bueno y malo, ¿por qué tú no amas a mi Iglesia tal como es?” “Ahí me enamoré de la Iglesia: hay que amar al Cuerpo y a su Cabeza”.

Y aquella voz que había dicho ‘tu mundo es bien pequeño’… “hoy, con la Iglesia, he estado en tantos sitios y he conocido a tanta gente, en la Iglesia universal… y lo que vendrá después, en la otra vida”.

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Fuente: Religión en Libertad

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Angélica pasó del satanismo y la adicción a consagrarse a la Virgen María https://www.reinadelcielo.org/angelica-paso-del-satanismo-y-la-adiccion-a-consagrarse-a-la-virgen-maria/ Fri, 05 May 2017 14:45:01 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=9374

Angélica María Páez Gómez tiene 25 años, pero lleva a sus espaldas una historia de sufrimiento que sólo Dios ha conseguido curar. Depresiones, drogas, una sexualidad desordenada que le llevó al lesbianismo, decenas de piercings e incluso la influencia demoníaca. Esto es lo que ha vivido esta joven colombiana que ahora relata su testimonio y en el que la Virgen María y los sacramentos, especialmente la Eucaristía han hecho de ella una mujer nueva.

En una entrevista para Portaluz, esta joven afirma haber sufrido la persecución y los ataques del diablo desde niña. “A los siete años, mientras dormía, sentía que me presionaba el pecho; era una sensación de angustia y desespero. A raíz de estos ataques, comencé a dormir con mi mamá”, recuerda.

Sin embargo, en su entorno encontró más manifestaciones que ella atribuye al demonio. “Mi hermano tenía un amigo llamado John Arian, él era ocultista y satanista. Dormía en un ataúd, él sufrió una grave enfermedad. Una noche, en un sueño que tuve, lo vi envuelto en llamas suplicando y gritando: ayúdame, ayúdame. Desperté y ese mismo día a las diez de la mañana llamaron a casa informándonos que había muerto”.

Desde niña experimentó la influencia del demonio

Desde niña perdió la inocencia y se dejó llevar por el pecado. Angélica relata que a los nueve años empezó a masturbarse y a sentir atracción física por una vecina. Ya más adelante empezó a juntarse con los amigos de su hermano mayor y a introducirse en círculos de black metal, seducida por la mezcla que había de música satánica, alcohol, drogas…Y ahí conoció a una chica satanista que le enseñó una iglesia satánica sólo para mujeres.

“Escuchaba voces en mi oído que me decían: ‘tienes que hacer un trato conmigo, te lo daré todo, te lo daré todo”, afirma Angélica. Pero ella intentaba no escuchar demasiado estos mensajes y quiso marcar distancia con estos grupos satanistas. Aunque la solución por la que optó fuera igual de mala para su ser.

Una espiral autodestructiva

Angélica María Páez Gómez 3A esta joven le encantaba hacerse perforaciones en su cuerpo para colocarse decenas de piercings y empezó incluso a sentir gusto por el dolor que le provocaba dañarse el cuerpo o agujerear el de otras personas. Pero así tampoco era feliz y su insatisfacción crecía y crecía.

“Tuve una decaída anímica total, entonces empecé a sufrir de la nada ataques de pánico, depresión…Yo no soportaba ir a la universidad ni en autobús ni siquiera en taxi porque sentía que el mundo me iba a comer; empezaba a llorar, estaba en clase y tenía que salir porque me daban náuseas, estaba tres días encerrada en mi dormitorio llorando, golpeándome de manera horrible contra las paredes. Una depresión que yo misma me preguntaba, ‘pero, ¿por qué estoy así?’”.

La conversión previa de su madre

Angélica iba de mal en peor en una espiral de autodestrucción muy preocupante. Su madre veía su sufrimiento y rezaba por la conversión de su hija. Y fue la oración de su madre la que la sacó de este enorme agujero.

Precisamente fue la propia conversión de la madre de Angélica la que alimentó la suya propia puesto que antes ella también practicaba el ocultismo acudiendo a brujos y echando las cartas. “Ella empezó a ir a misa, rezar el Rosario, oraba y asistía a los congresos de Teleamiga y casa Belén. Un día me llevó y gracias a una confesión que hice con el padre Julio César mi vida empezó a cambiar”, cuenta esta joven, emocionada.

Las oraciones de liberación

Angélica María Páez Gómez 4Así fue como volvió a la Iglesia Católica, que en todo momento la acompañó en su situación. Dos sacerdotes realizaron en ella oraciones de liberación y ella afirma que “después de que el padre Gerardo Piñeros me impusiera las manos sentí el abrazo de Jesús diciéndome: ‘volviste, eres mía, siempre estuve aquí para ti, ya ha sido suficiente y ahora vas a estar conmigo y vamos a trabajar juntos’”.

El sacerdote recomendó a esta joven rezar el Rosario diario y acudir a los sacramentos. Fue así como esta práctica pasó de una recomendación a una necesidad para ella. Necesitaba el Espíritu Santo para resistir los envites del demonio.

Angélica se consagró al Inmaculado Corazón de María con la preparación que recomienda San Luis María Grignion de Montfort, se esmera por asistir a eucaristía todos los días, Adora al Santísimo, canta en su parroquia, compone canciones para Dios y siempre que puede da testimonio de lo vivido…

El consejo a otros jóvenes

“Cuando uno cae en la garras del enemigo ni se da cuenta que está con el enemigo… Mi cuerpo le pertenecía al diablo y hoy que pertenezco a Dios mi consejo a los jóvenes es que escuchen a los abuelitos, a sus padres, y estén atentos pues Dios se vale de todo para llegar al corazón. Dios se vale de su novio, novia, mamá, papá, se vale absolutamente de todo para decirte: Estoy aquí, te amo, no importa cuántas veces me crucifiques en tu corazón, no importa si tu pecado es color escarlata. Te amo y estoy para ti”.

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