dolor – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Tue, 20 Aug 2024 07:18:41 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 La Llaga del hombro de Jesús, el Padre Pio y San Bernardo de Claraval https://www.reinadelcielo.org/la-llaga-del-hombro-de-jesus-el-padre-pio-y-san-bernardo-de-claraval/ Tue, 20 Aug 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=6441

¿Qué tienen en común el místico medieval, San Bernardo de Claraval y el santo Padre Pio de Pietrelcina?

Bueno, los dos son santos, compartiendo la recompensa eterna que Dios ha preparado para ellos. pero además ambos tenían una devoción sincera a la “Llaga del hombro de Jesús”.

San Bernardo de Claraval, el místico francés que ayudó a renovar la Orden de los Cistercienses en el siglo XII, de acuerdo con los anales de Claraval, tuvo una conversación con nuestro Señor. El oró, preguntándole a Jesús cuál fue su mayor sufrimiento que no se recuerda; y el Señor le respondió:

Llaga del hombro de Cristo

“Tenía en mi hombro, mientras soporté Mi Cruz en el Camino de los Dolores, una herida grave que era más dolorosa que las demás, y que no es recordada por los hombres. Honra esta herida con tu devoción, y te daré todo lo que me pidas a través de su virtud y el mérito. Y en lo que se refiere a todos aquellos que veneren esta llaga, les perdonaré todos sus pecados veniales y no recordaré sus pecados mortales “.

San Pío de Pietrelcina, capuchino, sacerdote y místico, murió en 1968. El Padre Pío era conocido como confesor y hombre santo que, durante más de 50 años, soportó las Llagas de Cristo (los estigmas) en las manos y los pies.

En un libro publicado en lengua italiana por el convento de San Pio, titulado “Il Papa e Il Frate”, de Stefano Campanella, se publicó que el futuro San Pio, una vez, había tenido una conversación muy interesante con Karol Wojtyla, el futuro papa san Juan Pablo II .

Según Campanella, el padre Wojtyla le preguntó al Padre Pío cuál de sus heridas era la que le causaba el mayor de los dolores. El padre Wojtyla espera que el Padre Pio dijera que era su herida en el pecho, pero en cambio el Padre Pío contestó: “Es mi llaga en el hombro, que nadie conoce y nunca se ha curado o tratado”.

En 2008, cuarenta años después de la muerte del Padre Pío, Frank Rega escribió:

Camiseta del Padre Pio

Hubo un tiempo en que Padra [sic] había confiado al hermano Modestino Fucci, ahora el portero de convento del Padre Pío en San Giovanni Rotondo, Italia, que sus dolores más grandes se produjeron cuando cambió su camiseta. El hermano Modestino, como el padre Wojtyla, pensó que el Padre Pío se refería a los dolores de la herida en el pecho. Luego, el 4 de febrero de 1971, al hermano Modestino se le asignó la tarea de hacer un inventario de todos los elementos en la celda del padre fallecido en el convento, y también de sus pertenencias en los archivos. Ese día se descubrió que una de las camisetas del Padre Pio llevaba un círculo de manchas de sangre en la zona del hombro derecho.

Esa misma noche, el hermano Modestino pidió al Padre Pío en oración que lo ilumine sobre el significado de la camiseta manchada de sangre. Le pidió al Padre que le diera una señal, si realmente llevaba la “Llaga del hombro de Cristo”. Luego se fue a dormir, despertándose a la una de la mañana, con un terrible dolor, insoportable en su hombro, como si hubiera sido cortado con un cuchillo hasta el hueso del hombro. Sintió que moriría de dolor si continuaba, pero duró muy poco tiempo. A continuación, la sala se llenó con el aroma de un perfume celestial de flores —el signo de la presencia espiritual del Padre Pío— y oyó una voz que decía: “¡Esto es lo que tuve que sufrir!”

San Bernardo de Claraval, después de recibir el mensaje de Cristo en relación con el dolor que experimenta en su hombro, trató de fomentar la devoción a la Llaga del hombro de Cristo, y escribió esta oración:

Oración a la Llaga del hombro de Cristo

Oh amado Jesús, manso Cordero de Dios, a pesar de ser yo una criatura miserable y pecadora, te adoro y venero la llaga causada por el peso de vuestra cruz que abriendo vuestras carnes desnudo los huesos de vuestro hombro sagrado y de la cual vuestra Madre Dolorosa tanto se compadeció. También yo, oh carísimo Jesús, me compadezco de Vos y desde el fondo de mi corazón te glorifico y te agradezco por esta llaga dolorosa de vuestro hombro en la que quisiste cargar vuestra cruz por mi salvación. Ah! por los sufrimientos que padeciste y que aumentaron el enorme peso de vuestra cruz, ruégote con mucha humildad, ten piedad de mi pobre criatura pecadora, perdonad mis pecados y conducidme al cielo por el camino de la cruz. 



Se rezan siete Ave María y se agrega:

Madre santísima imprime en mi corazón las llagas de Jesucristo crucificado…
(Indulgencia de 300 días)
Oh dulcísimo Jesús, no seas mi juez sino mi salvador… (Indulgencia de 100 días)

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Fuente: Aleteia.org
Traducción: Admin de Reina del Cielo

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Las enseñanzas de San José https://www.reinadelcielo.org/las-ensenanzas-de-san-jose/ Fri, 15 Mar 2024 09:14:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=19509 ]]> San José es creado por Dios Padre y al mismo tiempo es padre adoptivo de Dios Hijo. Es el Hombre justo (hombre en quien Dios se complace). Elegido para participar en el misterio divino de la redención.

A José. Debido a la trascendencia de su misión. Dios le otorga virtudes teologales y humanas muy especiales. Desposado con María, la llena de gracia. Es al mismo tiempo padre legal de Jesucristo, quien es la fuente de toda gracia. Lo que se puede señalar de él son sólo pinceladas de su grandeza humana.

Este hombre que acunó amorosamente a Jesús desde su nacimiento, y siguió cuidadosamente sus pasos, forjando a su hijo en la fe y los valores, fue engalanado de virtudes grandes.
Algunas de sus enseñanzas:

San José y Jesús (Ft img)

Hombre de silencio y de oración. Permanece en diálogo constante con su Creador.

Hombre obediente, dispuesto a cambiar su voluntad y sujetarse a los planes divinos. Cumple los mandatos de Dios sin importar el cansancio, esfuerzo.

Hombre lleno de amor, compasión y misericordia. A pesar de su dolor al no entender la maternidad de María, busca proteger su honra, su vida y la del niño. Piensa repudiarla en secreto.

Hombre trabajador, protector, honesto. Vive del trabajo de sus manos con lo que sostiene a su esposa y a su hijo.

Formador. Consciente de su misión enseña a su hijo la fe, la oración, las virtudes teologales y humanas. Además de su oficio de carpintero.

Hombre sencillo y humilde. No busca protagonismos. Apenas aparece en momentos claves. Es del linaje de David, desposado con María, se le aparece un ángel en sueños para decirle que no tema recibir por esposa a María porque lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo. Más adelante para salvar al Niño Jesús, el ángel en sueños le ordena huir a Egipto, se le menciona en la presentación del niño en el templo cuando se dice que Jesús es hijo de José el carpintero.

Hombre de paz. Participa en el misterio, se asombra, lo contempla, lo medita. Y como María lo acepta con gozo y gran paz en su corazón.

Probado en el dolor como el gran sufrimiento moral al dudar sobre María, al no encontrar posada para que nazca su hijo, en la huida a Egipto, cuando lo pierden durante tres días y lo encuentran en el templo, en el empadronamiento en donde conocio el anunció de Simeón de que una espada atravesaría el corazón de María.

Hombre sabio. Con gracias especiales en atención a su misión como padre adoptivo de Jesús.

José y María son modelos de perfección. Tienen en común, al igual que su Hijo Jesús, un anhelo profundo de hacer la voluntad del Padre. Permitieron que la voluntad de Dios reinara en sus vidas y los elevara como personas.

Pidamos la gracia de poder decir de forma comprometida…” Venga tu Reino, para que Dios reine en el corazón y que la propia voluntad quede sujeta a él. De tal forma que se haga su voluntad así en la tierra como en el cielo”, Mt 6,10.

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Fuente: Catholic.net


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Un Dios agradecido https://www.reinadelcielo.org/un-dios-agradecido/ Fri, 12 Jan 2024 12:43:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=502 Millones de personas viven absolutamente alejadas de Dios, sin estar siquiera dispuestas a plantearse seriamente las verdades espirituales que el hombre ha venido teniendo como centro de su vida desde hace miles de años. Nuestra alma grita la presencia del espíritu, invitándonos a aprender a valorar esa parte invisible de nuestro ser, lugar donde habitan nuestros sueños más maravillosos. Nosotros no estuvimos en el paraíso, y sin embargo tenemos como un recuerdo, o un anhelo de estar allí.

Sí, Dios nos llama desde ese lugar solitario y penumbroso, rincón distante pero cercano, puerta que se entreabre por momentos para dejar filtrar la Luz de Su Presencia. Y El, en Su lenguaje sin palabras, nos transmite Sus deseos, Sus sueños, Su plan para nuestra vida. Sin dudas que nunca son fáciles de comprender las silenciosas Palabras de nuestro Dios, porque El habla con un lenguaje sugerido, invisible, desafiante para nuestra fe. Pero cuando empezamos a aceptar jugar Su juego, juego de dialogo silencioso, juego de sentimientos inacabados, es que se deja ver la maravillosa respuesta de nuestro Dios.

Orar

Tenemos un Dios agradecido, eso se puede advertir rápidamente si uno está dispuesto a prestar atención a Sus sutiles marcas en nuestro camino. Cuando hacemos algo por El, aunque sea pequeño, la respuesta viene de inmediato. Su agradecimiento tiene formas tan sutiles, que solo el alma beneficiada lo puede comprender. Son pequeños signos que trascienden lo que de modo regular ocurre en nuestra vida, un mojón que deja un mensaje muy claro: ?tu Señor ha estado aquí?. Y nosotros cruzamos ese hito, lo miramos admirados y nos decimos a nosotros mismos: ¡El se ha dignado mirarme! ¡El ha hecho esto porque yo le di un pequeño, un pequeñísimo trozo de mi vida!

Quizás sea esto lo que más nos enamora de nuestro Dios: esas sutiles muestras de agradecimiento nos sorprenden porque quizás pensamos que El, estaba distraído. Pensamos que somos tan pequeños, que El en realidad no presta demasiada atención a nuestros pasos. Sin embargo, de repente, el Dios de la Creación, el que se encarnó en Maria en aquella habitación solitaria, nos mira con atención. A mí, que nada valgo. A mí, que poco, muy poco, hago por El. Ese sentimiento de estar siendo no solo observados, sino mucho mas importante, amados por nuestro Dios, nos derrumba desde los cimientos. ¡Es que no lo esperábamos!

Y llenos del asombro del amor recién reconocido, empezamos a buscar que el dialogo sea más frecuente, invitando a nuestro comensal a sentarse más frecuentemente a la mesa donde tan sabrosos manjares se sirven sin medida. Nos llenamos, de gusto, de sentimientos compartidos con Aquel que puso Su tiempo, todo Su tiempo, a nuestra entera disposición. Le hacemos preguntas indiscretas, con palabras no dichas, y obtenemos como respuesta una sonrisa, una mirada silenciosa, un abrazo que enjuaga las lágrimas. El, conocedor de nuestras debilidades, da muestras de ser un verdadero Caballero, el Caballero más considerado que ningún escritor de historias de hidalgos personajes pueda jamás haber imaginado.

Gracia de Dios

El, es infinitamente agradecido, y premia el amor, con más amor. Cuando el alma plena de fe se recoge en diálogos sutiles, que crecen y se hacen oración, devuelve el mil por uno. No hay medida, para nuestro Dios. El es, verdaderamente, exagerado. Si, no me tomen a mal con lo que digo, tenemos un Dios exagerado. Cuando nuestro enamoramiento se desborda de sus cauces naturales y nos abrimos a dejar que El fluya por nuestros ríos interiores, allí, es que se puede ver que Su Amor no tiene medida. El nos colma de Gracias, de signos interiores, de consuelos, de sentimientos que nos hacen brotar lágrimas de origen inexplicable, de ganas de gritar, de correr. El lugar donde todo esto se manifiesta, es en nuestro pecho. Parece que nuestro corazón va a estallar de alegría, de felicidad por haber descubierto a mi Dios, El que está Todo para mí, a tiempo completo.

Y luego, como en un final de fiesta esperado, pero no deseado, todo vuelve a la normalidad. Tenemos que seguir viviendo, remontando las cuestas de nuestro camino. Sabemos lo difícil que será todo, porque nuestro Dios es un Dios de sacrificio, trabajo y dolor. Pero qué importa ahora, que sabemos que tenemos al Señor dispuesto a escucharnos. Un Dios agradecido, un Dios que espera nuestro gesto, nuestra mirada, para volver a encontrarnos, cuando menos lo esperemos, en ese distante rincón de nuestra alma.


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Darle valor al dolor https://www.reinadelcielo.org/darle-valor-al-dolor/ Fri, 24 Feb 2023 12:34:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=575 ]]> Es notable como la misma circunstancia en la vida de la misma persona, puesta en distintos planos espirituales, pueda tener significados tan diametralmente distintos. Déjenme explicarles qué es lo que trato de decir: mi cuadro se refiere a esos momentos en que el dolor oprime nuestro cuerpo o nuestra alma, bajo la forma de enfermedad, o angustia, o tantas otros modos de poner bajo una tonelada de concreto nuestra confianza en un futuro pleno de felicidad. Momentos de oscuridad, donde nos parece imposible que fuéramos felices en el pasado, o que tuviéramos la capacidad de tener una visión positiva encumbrada en nuestra alma.

En el Cielo, en ese momento, se produce un profundo silencio. Dios nos está mirando, a la expectativa de nuestra reacción. Y con El, todos los Ángeles y los santos miran extasiados el conmovedor momento que se puede contemplar: el Dios Creador y Omnipotente tiene puesta Su Mirada en una pequeña criatura allá abajo, con la esperanza de que ocurra algo maravilloso. La situación se transmite de corazón a corazón, todos esperan que esa alma tome el camino que Dios espera, que responda gloriosamente al momento de prueba.

Petición al cielo (ft img)

Pero, tristemente, en la mayor parte de las oportunidades fallamos y dejamos al Cielo todo con un rostro triste, empezando por nuestro amado Jesús. Sin comprender cual es el camino del amor, nos enojamos con Dios, o nos dejamos abrumar por la falta de esperanza, o buscamos soluciones humanas confiando en nuestras fortalezas personales, ignorando al que es el Único dueño de nuestras verdaderas fortalezas. Si simplemente fuéramos capaces de levantar la mirada al cielo y pedir ayuda a Dios, o elevar una oración. Dios, ante nuestro olvido de El, se vuelve triste a los suyos y encuentra consuelo en quienes están unidos a Su infinito Amor. El silencio envuelve ese instante, en que una oportunidad fue derrochada por un alma que no logra encontrar el camino correcto.

Pero, qué distinto es lo que ocurre cuando esa misma alma se despierta de su letargo, y envuelta en la humana oscuridad del miedo o el dolor, levanta la mirada y busca consuelo en Su Único Amor, nuestro Salvador. En ese instante una luz intensa ilumina el rostro de Jesús, que emocionado mira a Su Madre y la abraza. Ángeles y santos estallan en un único grito de alabanza a las glorias del Salvador, que tiene en ese instante una gota de la Sangre derramada en la Cruz, devuelta a Su Trono en forma del amor de Sus criaturas.

Pero una mayor alegría aún estalla en el Reino si esa misma alma sufriente entrega en ese instante su dolor a Dios en beneficio de las almas pecadoras, de las almas del purgatorio, de todos aquellos que necesitan de reparación y penitencia. Ese corazón, en lugar de orar para que el dolor se detenga, ofrece todo en ayuda de la obra de la Salvación, y así se transforma en alma corredentora.

Sin embardo, es el éxtasis supremo el que brota en el Cielo cuando esa alma agradece el dolor del Señor, y pide aún más dolor, porque sabe que se trata de un honor inmerecido el de compartir la Cruz de Jesús aunque más no sea un instante. Esas almas agradecen el dolor, y piden más, piden llevar la cruz con humildad y silencio. Se puede decir que han llegado a la esencia de la santidad, al punto en que el alma ha comprendido la misión de vida en el paso por la tierra.

El Cielo canta y se pone de fiesta cuando un alma pasa la prueba, la alegría se contagia de uno a otro, porque una oveja perdida del rebaño ha vuelto a casa, ha entrado en las verdes praderas que el Buen Pastor nos ha preparado. Esa alma tiene que conservar ahora ese tesoro, y multiplicarlo, para lograr llegar al término de la vida terrenal con la llave de entrada al lugar de las eternas delicias.

Cuanta sencillez forma el pensamiento de Dios, tan distinto a nuestras complejas madejas intelectuales, a nuestros modos tan humanos de justificar nuestra falta de amor. ¡Si es tan sencillo! Para amar, sólo hace falta estar dispuesto a dejar de lado todas las necesidades terrenales, humanas, cuando el Señor quiere hacernos socios de Su Dolor. Darle valor al dolor, a nuestros miedos y angustias, y hacer sonreír a Dios, es fundamentalmente hacerle un favor a nuestra alma, que purificada avanzará por esta vida con mayor sabiduría, por medio de la gracia que nos concede el Espíritu Santo.


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«One Small Step» Dios no se olvida del dolor https://www.reinadelcielo.org/one-small-step-dios-no-se-olvida-del-dolor/ Fri, 19 Oct 2018 18:58:11 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=16800 ]]> El dolor tiene su ciclo y hay que vivirlo

Así como nuestra protagonista, hay que romper posters y llorar. Ahora, el dolor puede ser inmenso, pero el consuelo es más grande. Una de las claves del cristianismo es que la historia de Cristo no acaba con Él en la cruz, sino con un Cristo que resucita y es más grande que la muerte.

El dolor para un cristiano tiene sentido, y es que es otro de los designios de los que Dios se vale para mostrarnos nuestro camino. «Dios nos susurra en nuestros placeres, nos habla en nuestra conciencia, pero grita en nuestro dolor», esta es una hermosa cita de C.S. Lewis que no puede estar más en lo cierto. En cada sufrimiento hay un llamado.

No es que Dios quiera el dolor en nuestra vida, el dolor es otra de las repercusiones del pecado y de las manifestaciones más claras de que existe el mal en el mundo. Lo grandioso de Dios es que es tanto más grande que el mal, que es capaz de abrirnos paso en medio de ese dolor que carece totalmente de sentido. A través del dolor nos llama a la reflexión y a veces a cambios muy concretos. La mejor elección que podemos hacer frente a situaciones de sufrimiento, es tomar el dolor como una oportunidad. Reconocer el nuevo camino que nos propone.

Comenzar de nuevo

La experiencia del dolor es un proceso y todo viene a su debido tiempo. Pero comenzar de nuevo, es lo mejor que se puede hacer. Podemos sentirnos aterrados, sin saber cuál es el punto de partida y sentir que caminamos por territorio totalmente desconocido. Y sí, es así. Esas circunstancias difíciles son parte de la vida de todos y son un trayecto que se nos propone recorrer para que podamos recoger grandes frutos. El final de nuestro video no lo puede dejar más claro, la contemplación del mundo desde el espacio, el sueño de nuestra protagonista hecho realidad.

Visto así, nos animamos ya a empezar a caminar, y al andar vamos reconociendo nuestro camino. No podremos ver dónde acaba ni cuál es el destino final, pero poco a poco el caminito irá subiendo, bajando y girando (¿derecha o izquierda?). Sin darnos cuenta estaremos nuevamente construyendo una vida, que tal vez no será la que estábamos pensando, pero que tiene y tendrá su encanto, su toque de aventura. Quién sabe si igual ese gran dolor era justo lo que necesitábamos…

¿Por qué hay que sufrir?

¿Debería ser más fácil? El dolor es un gran maestro, una vida que conoce el dolor profundo, se encuentra con que cultiva la habilidad de experimentar con la misma hondura la felicidad y la alegría. Uno de los grandes misterios de la vida.

En todo caso, gracias a Dios (valga la redundancia) Dios existe, y Él consigue que cualquier experiencia dolorosa conlleve un camino hacia una felicidad más plena. Prueba de esto son las tantas frases de sabiduría popular como «no hay mal que por bien no venga» o «cuando una puerta se cierra, una ventana se abre». Frases que vienen a recordarnos que Dios nos llama a un gran bien en medio de todo dolor, solo tenemos que estar dispuestos a descubrirlo.

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Fuente: Catholic-link


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El pasado es hoy https://www.reinadelcielo.org/el-pasado-es-hoy/ Fri, 21 Apr 2017 13:29:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=314 ]]> Cuando Jesús oró en el Getsemani, pudo ver y conocer todos los pecados del hombre, de todos los hombres, de todos los tiempos, pasados, presentes y futuros.Y esto fue posible porque el tiempo no es para Dios lo que es para nosotros. El Creador es en Si mismo la Eternidad, por lo tanto no ve las limitaciones temporales de nuestra vida terrena como las vemos nosotros. El Verbo existió siempre, sólo que tuvo que llegar el tiempo terrenal de la Redención para que se manifestara como Hombre-Dios, como el Cordero del Padre.

El entendimiento de los tiempos de Dios nos permite también darle otro sentido a la necesidad de que obremos en beneficio de la Obra Celestial. Nuestra curiosidad nos desvía a tratar de saber qué es lo que va a ocurrir y cuando, pero los tiempos de Dios no son nuestros tiempos: es mejor obrar en el presente y dejar que el futuro se desarrolle de acuerdo a los designios de la Divina Providencia.

Jesús - JerusalenPero, ¿y el pasado?. Tendemos a ver el pasado como un libro cerrado, algo que terminó. Pero si Jesús vio en el Getsemani los pecados de los hombres y mujeres del futuro, ¡quiere decir que nos estaba viendo a nosotros actuar hoy en día!. Nuestras buenas acciones de hoy son un consuelo para lo que Jesús tuvo que ver hace dos mil años, y eso, bajo los tiempos de Dios, está ocurriendo en este momento. También, tristemente, nuestras faltas de hoy engrosan el dolor de Jesús en aquel momento, porque para El, todo esto ocurre hoy en el chispazo que para el Creador representa la historia completa del hombre.

¡Que maravilla!. La historia la escribimos nosotros, a cada instante. Nunca es tarde, ni temprano. Para Dios, el tiempo es siempre el ahora: tiempo de reparar tantas faltas y ofensas a Su Santo Nombre. Si en este momento rezo o abro mi corazón a Cristo, le quito un poco del peso que siente en el Getsemani. Y digo “siente” porque bajo este concepto de tiempo Divino, el Getsemani es ahora, Jesús está viendo nuestra vida desde el huerto en este mismo momento. Y también Su paso con la Cruz a cuestas es en este momento, y Su Crucifixión, y Su Santa Muerte y Resurrección. Todo forma parte del mismo plano, a los Ojos de Dios. Es como si el Corazón de Dios fuera un enorme estanque, sin tiempo ni espacio, en el que se van volcando las acciones de la humanidad, a lo largo de toda su historia, desde el Génesis hasta el futuro Retorno del Señor en Gloria. Y ese estanque está permanentemente recibiendo gotas de Sangre y de Miel. Sangre por los pecados, Miel por el amor que emana de nuestras buenas acciones. El libre albedrío que Dios nos regaló nos permite optar entre hacer caer Sangre en el estanque, o miel que endulce el Corazón de Cristo, nuestro Cristo. Y si hacemos caer miel ahora, le damos a Jesús un motivo más para que El se consuele en el Getsemaní frente a la traición, Pasión y Muerte que está por enfrentar. Es como decirle:

¡Señor, claro que no es en vano, aquí también estoy yo junto a Ti compartiendo Tu momento de dolor!.

¿Sientes a Jesús en el Huerto en este momento, viendo tu corazón y mendigando un poco de dulce amor?. Si, ahora mismo, pidiéndote que hagas algo para compensar toda la Sangre que brota de Su Cuerpo ante la vista de tanto pecado, pasado, presente y futuro.

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Tim Guènard, más fuerte que el odio https://www.reinadelcielo.org/tim-guenard-mas-fuerte-que-el-odio/ Fri, 03 Mar 2017 13:46:13 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=8943 ]]> La dura historia de Tim Guènard comienza cuando a los tres años le abandona su madre y se queda a cargo de un padre que no ahorra en malos tratos. Este hombre le ató a un poste eléctrico y en una de las muchas palizas que le propinaba le rompió 55 huesos que le dejó casi tres años internado en un hospital.

Como sus padres no le querían entró en un orfanato a los siete años donde tampoco nadie lo quiso adoptar. Además, sufrió el maltrato de las personas encargadas de su cuidado y acabó en un hospital psiquiátrico por un error administrativo.

Tim Guènard niñoEl peor recuerdo de su infancia es haber estado tres años en la cama de un hospital por culpa de los golpes que le dió su padre. “Cuando bebía, no sabía lo que hacía y me pegaba sin darse cuenta. Lo que más me dolió es que durante ese tiempo de convalecencia, nunca tuve una visita”.

Durante su infancia vivió huidas, más maltratos físicos, una violación a los 15 años de edad y problemas con mafias de la prostitución. Pero su suerte comenzó a cambiar cuando, a los 16 años, una jueza fue la primera persona que realmente se ocupó de él: le consiguió un trabajo como aprendiz de escultor de gárgolas y Tim comenzó a ser alguien.

A partir de ahí, y tras descubrir la fe, comenzó a descubrir la otra cara de la vida. “En la vida real, cuando se escucha a la gente que se ha levantado después de vivir situaciones difíciles, uno se da cuenta de que nadie se levanta solo. Yo mismo he tenido personas en mi camino: el indigente que me enseñó a leer, papá Gaby (su padre adoptivo de los servicios sociales del Estado), la buena jueza y el padre Thomas. Todos son como regalos. El regalo más bonito en la vida son las personas que uno ha querido y quiere; y se necesita la vida entera para conocerlas”.

Hoy es un hombre que vive en el sudeste de Francia y que vive felizmente con su esposa y cuatro hijos, mientras acoge en su propia casa a personas con problemas, a las que orienta y da ánimos para que encuentren nuevos motivos para vivir. Escribió en 2003 un libro autobiográfico –Más fuerte que el odio- y ofrece conferencias por todo el mundo.

Mira su video testimonio

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Fuente: Okdiario


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Abortó y ayudó a abortar y se sentía una asesina https://www.reinadelcielo.org/aborto-y-ayudo-a-abortar-y-se-sentia-una-asesina/ Fri, 20 Jan 2017 13:02:21 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=8590

Patricia Sandoval creía firmemente en que las mujeres podían y debían hacer lo que quisieran con su cuerpo. Y así lo hizo ella durante años: se quedó embarazada en tres ocasiones y abortó en todas ellas. Sin embargo, el trabajo en una clínica abortiva de Planned Parenthood en California le abrió los ojos a la realidad.

El síndrome posaborto que sufría sin saberlo, unido a las mentiras con las que se anima a las mujeres a abortar, fueron calando en ella. Fue al ver los brazos y el rostro de un bebé abortado cuando todo cambió. Ahora, Patricia Sandoval es una de las principales activistas provida y recorre el mundo relatando una historia que nunca hubiera querido contar, en nombre de los tres hijos a los que no les permitió nacer y a quienes prometió que lucharía para que otros niños como ellos no fueran abortados.

“Todo empieza por la ignorancia. Vengo de una familia llena de amor, pero en la que no se hablaba de valores o de sexualidad. En el colegio, me hablaban de los anticonceptivos, del sexo seguro…”

Con diecinueve años, comenzó a salir con un chico cinco años mayor que ella; mantenían relaciones y ella se quedó embarazada. Decidieron que tendrían el bebé, pero una de sus amigas le dijo que estaba “cometiendo un grave error”, lo que le hizo cambiar de opinión. Sin que su novio supiera nada, concertó una cita en una clínica abortiva.

Estaba tremendamente asustada, pero la médica le dijo que ella había pasado por dos abortos, que le había practicado otros dos a su propia hija y que tan solo tardaría cinco minutos… Cuenta que, durante el aborto, se sintió como una traidora. Era consciente de que estaba haciendo algo horrible, pero, por otra parte, se sentía aliviada al librarse del ‘problema’. A su novio, simplemente, le dijo que había perdido al bebé.

Tan solo cinco meses después del primer aborto, Patricia descubrió que estaba de nuevo embarazada. No se lo dijo a nadie, tampoco a su novio, e inmediatamente concertó una cita en Planned Parenthood porque “era muy vergonzoso regresar a la primera clínica en la que acababa de tener mi primer aborto. El segundo aborto fue rápido y nadie supo de él”.
“Siempre que necesité cualquier tipo de anticonceptivo me lo daban gratuitamente en las clínicas de Planned Parenthood porque los pagaba el Gobierno. Por ello, yo había recibido la mejor de las impresiones de estas clínicas”, cuenta Sandoval.

Enterrar el dolor del aborto

Estaba decidida a autoconvencerse de que ese aborto nunca había sucedido. Nadie sabría jamás de él. Sin embargo, un peso tan tremendamente grande no es fácil de olvidar. “Después del segundo aborto, quería suicidarme, estaba desesperada. Tenía muchísima vergüenza, no quería que nadie se diera cuenta, por lo que decidí enterrarlo en lo más profundo de mi ser y no contárselo nunca a nadie. Sin embargo, cada año que pasaba, y todavía hoy lo sufro, recordaba que mis hijos cumplirían tal edad, se habrían graduado o sacado el carné de conducir. Estas pérdidas todavía me duelen”, explica.

La relación con su novio se iba deteriorando por la inestabilidad emocional en la que estaba sumida. Pero, pocos meses después, volvió a quedarse embarazada de nuevo. En esa ocasión sí se lo dijo a su pareja, quien se alegró muchísimo. Sin embargo, ella no quería al bebé y convenció a su novio para no tenerlo. Le obligó a que la acompañara a abortar; él estaba aterrorizado, lloraba. En ese momento, Patricia recordó que, aunque él no lo sabía, este era su tercer aborto. Asegura que se sintió como una asesina: “Mi novio también lo sufrió: estaba muy deprimido, tenía pesadillas en las que aparecían niños que lo llamaban ‘papá’”, recuerda.

“Después de mis tres abortos, sufrí muchísimo: padecía un grave síndrome posaborto con desórdenes mentales, sentimentales, físicos…, pero nunca lo relacioné con los abortos porque no sabía que tenían este tipo de con­secuencias. Me sentía vacía, triste, desanimada… situación que empeoraba tras cada aborto. Escuchaba a bebés llorando. Mi autoestima bajó muchísimo. Sufrí anorexia durante muchos años, tendencias suicidas… Pero todavía entonces tenía muy buen concepto de Planned Parenthood”, asegura.

“No era una bolsa de células”

Pocas semanas después de su tercer aborto, en el año 2000, Patricia dejó a su pareja, se mudó a otra ciudad y comenzó de cero. En aquel momento, decidió que quería “ayudar a las mujeres”, por lo que entró a trabajar en una clínica de Planned Parenthood. A pesar de no tener experiencia médica, fue contratada como asistenta sanitaria bilingüe, ya que muchas de las clientas eran de origen hispano. “Me pagaban muy bien, el sueldo era el triple que el de mi trabajo anterior”.
Le explicaron también que debía hacer de todo para convencer a las mujeres de que abortaran. Si tenían miedo, ella les daría seguridad para que no se echaran atrás. “Me entrenaron para engañar a las mujeres evitando las palabras mamá, papá. Pero, sobre todo, debía evitar la palabra bebé; les decía que era una bolsa de células, una cosa”.

“Así asistí a mi primer aborto como asistenta sanitaria. Era el de una joven que estaba de tres meses. Yo tenía que encontrar, después del aborto, las partes de los bebés”, recuerda. Cuando terminó la intervención, fue a la parte trasera del consultorio, donde contó las partes del cuerpo del bebé que habían extraído. Sin embargo, lo que ella esperaba que fuera una bolsita de células era un brazo perfectamente formado.

Entonces se dio cuenta de que había asesinado a sus tres hijos. Sin embargo, siguió trabajando unos días más, mientras su depresión empeoraba, hasta que, un día, decidió dejarlo.
“Todo es un engaño, es una mentira. Me decían: ‘No traigas fotos de familias porque la mujer se puede traumatizar si las ve, y si se traumatiza, no aborta, y, si no aborta, no hay dinero’. Es un mercado. Dicen que son profamilia y promujer pero en las reuniones de Planned Parenthood lo único que se mira es cómo sacar más dinero, y su manera de conseguirlo consiste en practicar más abortos. Por eso, promocionan el sexo seguro en los colegios y universidades, y como a los jóvenes les fallan, estos se ven obligados a abortar. Esa es su táctica”, asegura Sandoval.

Sin embargo, Patricia se encontraba sumida en un severo proceso depresivo. “Me sentía muy culpable, como una asesina. Había ayudado a mujeres a matar a sus hijos y yo había asesinado también a los míos”.

Con la autoestima por los suelos, comenzó a salir con un drogadicto que la inició en el consumo de cocaína, metanfetaminas y crack. Cuando terminó esa relación destructiva, se quedó en la calle, completamente sola y abandonada. Tenía 22 años.

Sanar el cuerpo y el alma

Mientras lloraba en una cuneta, una joven se acercó a ella y le dijo: “Jesús te ama”. Era la camarera de un bar cercano, que, después de invitarla a comer, se ofreció a llevarla a casa de su padre, a quien hacía más de tres años que no veía.

“Llegué a su casa. Mi padre abrió la puerta y me encontró hecha un esqueleto. Le pedí perdón y me acogió. En ese proceso de perdón, Patricia confesó sus abortos, pero aún sentía un profundo dolor por lo que había hecho. Había sanado su cuerpo al dejar atrás las adicciones, pero en su alma todavía no habían cicatrizado sus tres abortos. Finalmente, se decidió a participar en un retiro de Rachel’s Vineyard (Proyecto Raquel, en España), su momento de conversión. Cuenta que llegó al retiro sintiéndose una asesina que abortó a sus tres hijos y salió sabiéndose madre de tres hermosos bebés que Jesús y María cuidan mientras la esperan para encontrarse con ella, un día, en el Cielo. Entonces les prometió que, en su honor, haría todo lo posible para defender la vida. “Yo no tenía el plan de contar mi experiencia, porque todavía me da mucha vergüenza, pero con ella animo a muchas mujeres a sanar sus abortos y a prevenir a los jóvenes para que se respeten y se amen a ellos mismos y, sobre todo, para que valoren la vida”.

Proyecto Raquel

La iniciativa Rachel’s Vineyard (www.rachelsvineyard.org) comenzó en Estados Unidos en 1986 de la mano de Theresa Karminski Burke, fundadora del Centro para la Sanación Después del Aborto, quien, posteriormente, organizó unos grupos terapéuticos de apoyo a mujeres que habían abortado.
Esta iniciativa toma su nombre de un pasaje del libro de Jeremías, en el que se habla de Raquel, que se lamentaba por sus hijos. Se trata de retiros, de un fin de semana de duración, en los que se pretende “renovar, reconstruir y redimir los corazones rotos por el aborto”.

Es una terapia para el alma, ya que, según señalan ellos mismos, “las vidas se restauran; finalmente, se encuentra un sentido de fe y propósito para el futuro”. Rachel’s Vineyard está organizado por Sacerdotes por la Vida y se puede acudir en pareja. También existen encuentros dedicados exclusivamente a hombres. Actualmente, hay más de 650 retiros de Rachal’s Vineyard en 25 países del mundo. En España, el Proyecto Raquel (www.proyecto-raquel.com) es el que organiza estos retiros.

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Fuente: Revista “Misión”


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