Devoción – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Wed, 19 Mar 2025 12:08:58 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 San José, Casto Esposo de la Virgen María https://www.reinadelcielo.org/san-jose-casto-esposo-de-la-virgen-maria/ Wed, 19 Mar 2025 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=9039 En el Plan Reconciliador de Dios, San José tuvo un papel esencial: Dios le encomendó la gran responsabilidad y privilegio de ser el padre adoptivo del Niño Jesús y de ser esposo virginal de la Virgen María. San José, el santo custodio de la Sagrada Familia, es el santo que más cerca está de Jesús y de la Santísima de la Virgen María. 
Su fiesta es el 19 de marzo.

San Mateo (1,16) llama a San José el hijo de Jacob; según San Lucas (3,23), su padre era Helí. Probablemente nació en Belén, la ciudad de David del que era descendiente. Al comienzo de la historia de los Evangelios (poco antes de la Anunciación), San José vivía en Nazaret.

Según San Mateo 13,55 y Marcos 6,3, San José era un “tekton”. La palabra significa en particular que era carpintero o albañil. San Justino lo confirma, y la tradición ha aceptado esta interpretación.
Nuestro Señor Jesús fue llamado “Hijo de José”, “el carpintero” (Jn 1,45; 6,42; Lc 4,22).

Como sabemos no era el padre natural de Jesús, quién fue engendrado en el vientre virginal de la Virgen María por obra del Espíritu Santo y es Hijo de Dios, pero José lo adoptó amorosamente y Jesús se sometió a él como un buen hijo ante su padre. ¡Cuánto influenció José en el desarrollo humano del niño Jesús! ¡Qué perfecta unión existió en su ejemplar matrimonio con María!

Modelo de silencio y de humildad

maria y jose (ft img)

Las principales fuentes de información sobre la vida de San José son los primeros capítulos del evangelio de Mateo y de Lucas. En los relatos no conocemos palabras expresadas por él, tan sólo conocemos sus obras, sus actos de fe, amor y de protección como padre responsable del bienestar de su amadísima esposa y de su excepcional Hijo. Es un caso excepcional en la Biblia: un santo al que no se le escucha ni una sola palabra. Es, pues, el “Santo del silencio”.

Su santidad se irradiaba desde antes de los desposorios. Es un “escogido” de Dios; desde el principio recibió la gracia de discernir los mandatos del Señor. No es que haya sido uno de esos seres que no pronunciaban palabra, fue un hombre que cumplió aquel mandato del profeta antiguo: “sean pocas tus palabras”. Es decir, su vida sencilla y humilde se entrecruzaban con su silencio integral, que no significa mero mutismo, sino el mantener todo su ser encauzado a cumplir el Plan de Dios. San José, patrono de la vida interior, nos enseña con su propia vida a orar, a amar, a sufrir, a actuar rectamente y a dar gloria a Dios con toda nuestra vida.

Vida virtuosa

Su libre cooperación con la gracia divina hizo posible que su respuesta sea total y eficaz. Dios le dio la gracia especial según su particular vocación y, al mismo tiempo, la misión divina excepcional que Dios le confió requirió de una santidad proporcionada.

Se ha tratado de definir muchas veces las virtudes de San José: “Brillan en el, sobre todo las virtudes de la vida oculta: la virginidad, la humildad, la pobreza, la paciencia, la prudencia, la fidelidad que no puede ser quebrantada por ningún peligro, la sencillez y la fe; la confianza en Dios y la mas perfecta caridad. Guardo con amor y entrega total, el deposito que se le confiara con una fidelidad propia al valor del tesoro que se le deposito en sus manos.”

San José es también modelo incomparable, después de Jesús, de la santificación del trabajo corporal. Por eso la Iglesia ha instituido la fiesta de S. José Obrero, celebrada el 1 de mayo, presentándole como modelo sublime de los trabajadores manuales.

Amor virginal

San José Obrero (ft img)

La concepción del Verbo divino en las entrañas virginales de María se hizo en virtud de una acción milagrosa del Espíritu Santo, sin intervención alguna de San José. Este hecho es narrado por el Evangelio y constituye uno de los dogmas fundamentales de nuestra fe católica: la virginidad perpetua de María. En virtud a ello, San José a recibido diversos títulos: padre nutricio, padre adoptivo, padre legal, padre virginal; pero ninguna en si encierra la plenitud de la misión de San José en la vida de Jesús.

San José ejerció sobre Jesús la función y los derechos que corresponden a un verdadero padre, del mismo modo que ejerció sobre María, virginalmente, las funciones y derechos de verdadero esposo. Ambas funciones constan en el Evangelio. Al encontrar al Niño en el Templo, la Virgen reclama a Jesús: “Hijo, porque has obrado así con nosotros? Mira que tu padre y yo, apenados, te buscábamos”. María nombra a San José dándole el título de padre, prueba evidente de que él era llamado así por el propio Jesús, pues miraba en José un reflejo y una representación auténtica de su Padre Celestial.

La relación de esposos que sostuvo San José y Virgen María es ejemplo para todo matrimonio; ellos nos enseñan que el fundamento de la unión conyugal está en la comunión de corazones en el amor divino. Para los esposos, la unión de cuerpos debe ser una expresión de ese amor y por ende un don de Dios. San José y María Santísima, sin embargo, permanecieron vírgenes por razón de su privilegiada misión en relación a Jesús. La virginidad, como donación total a Dios, nunca es una carencia; abre las puertas para comunicar el amor divino en la forma mas pura y sublime. Dios habitaba siempre en aquellos corazones puros y ellos compartían entre sí los frutos del amor que recibían de Dios.

Dolor y Alegría

San José y Jesús (Ft img)

Desde su unión matrimonial con María, San José supo vivir con esperanza en Dios la alegría-dolor fruto de los sucesos de la vida diaria.

En Belén tuvo que sufrir con la Virgen la carencia de albergue hasta tener que tomar refugio en un establo. Allí nació el Jesús, Hijo de Dios. El atendía a los dos como si fuese el verdadero padre. Cual sería su estado de admiración a la llegada de los pastores, los ángeles y mas tarde los magos de Oriente. Referente a la Presentación de Jesús en el Templo, San Lucas nos dice: “Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él”.(Lc 2,33).

Después de la visita de los magos de Oriente, Herodes el tirano, lleno de envidia y obsesionado con su poder, quiso matar al niño. San José escuchó el mensaje de Dios transmitido por un ángel: “Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle” (Mt 2,13). San José obedeció y tomo responsabilidad por la familia que Dios le había confiado.

San José tuvo que vivir unos años con la Virgen y el Niño en el exilio de Egipto.
Esto representaba dificultades muy grandes: la Sagrada familia, siendo extranjera, no hablaba el idioma, no tenían el apoyo de familiares o amigos, serían víctimas de prejuicios, dificultades para encontrar empleo y la consecuente pobreza. San José aceptó todo eso por amor sin exigir nada, siendo modelo ejemplar de esa amorosa obediencia que como hijo debe a su Padre en el cielo.

Lo mas probable es que San José haya muerto antes del comienzo de la vida pública de Jesús ya que no estaba presente en las bodas de Canaá ni se habla mas de él. De estar vivo, San José hubiese estado sin duda al pie de la Cruz con María. La entrega que hace Jesús de su Madre a San Juan da también a entender que ya San José estaba muerto.

Según San Epifanius, San José murió en sus 90 años y el Venerable Beda dice que fue enterrado en el Valle de Josafat.

Patrono de la Iglesia Universal

El Papa Pío IX, atendiendo a las innumerables peticiones que recibió de los fieles católicos del mundo entero, y, sobre todo, al ruego de los obispos reunidos en el concilio Vaticano I, declaró y constituyó a San José Patrono Universal de la Iglesia, el 8 de diciembre de 1870.

¿Que guardián o que patrón va a darle Dios a su Iglesia? pues el que fue el protector del Niño Jesús y de María.

Cuando Dios decidió fundar la familia divina en la tierra, eligió a San José para que sea el protector y custodio de su Hijo; para cuando se quiso que esta familia continuase en el mundo, esto es, de fundar, de extender y de conservar la Iglesia, a San José se le encomienda el mismo oficio. Un corazón que es capaz de amar a Dios como a hijo y a la Madre de Dios como a esposa, es capaz de abarcar en su amor y tomar bajo su protección a la Iglesia entera, de la cual Jesús es cabeza y María es Madre.

Devoción a San José

Una de las mas fervientes propagadoras de la devoción a San José fue Santa Teresa de Ávila. En el capítulo sexto de su vida, escribió uno de los relatos mas bellos que se han escrito en honor a este santo:

“Tomé por abogado y protector al glorioso San José, y encomiéndeme mucho a el. Vi claro que así de esta necesidad, como de otras mayores, este padre y señor mío me saco con mas bien de lo que yo le sabia pedir. No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa tan grande las maravillosas mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo, de los peligros que me ha librado, así de cuerpo como de alma; de este santo tengo experiencia que socorre en todas las necesidades, y es que quiere el Señor darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra, que como tenia nombre de padre, y le podía mandar, así en el cielo hace cuanto le pide. Querría yo persuadir a todos que fuesen devotos de este glorioso santo por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios”.

Otros santos que también propagaron la devoción a San José fueron San Vicente Ferrer, Santa Brígida, San Bernardino de Siena (que escribió en su honor muy hermosos sermones) y San Francisco de Sales, que predicó muchas veces recomendando la devoción al Santo Custodio.


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Novena a San José https://www.reinadelcielo.org/novena-a-san-jose/ Thu, 13 Mar 2025 06:05:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=6197 Te invitamos a rezar esta novena.]]>

Puedes leer la Novena, o escucharla en el audio que hemos preparado,
haciendo click en el link de audio de cada día.

Comienza la novena

  1. Señal de la Cruz.
  2. Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en Ti espero, adoro y Os amo.
  3. Señor y Dios Nuestro ilumina nuestro camino para ser dignos hijos y muéstranos en Tu Santo hijo José, el dulce y puro camino hacia Ti. Amén.

Primer Día: San José, enséñame a tener fe

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Novena a San José – Día 1

Querido San José, vos que sos mi amigo, que fuiste de Jesús, su Papá adoptivo, enséñame a tener una radiante fe. Vos sabés cuán difícil es a veces creer, cuán fácil para mí es caer. Los miedos, la razón, mi conveniencia, el mundo es para mí como granizo que me alejan de Jesús y Sus designios. Sabés cuántas cosas no comprendo, y podés leer en mi corazón cuando me oscurezco. Dame una fe viva, una fe que solo entienda que el Señor es mi Maestro, y que corrió por mí todos los riesgos hasta morir en el Madero. Que vuelva a creer, que le sea fiel y que persevere en Él. Amén.

Padre Nuestro, Avemaría y Gloria

Segundo Día: Dame, San José, la pureza que ilumina y guía

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Novena a San José – Día 2

Querido hermano, San José, ayúdame con este gran don, el don de los elegidos del Señor. Vos que la pureza supiste guardar, y fuiste digno de tal confianza que el mismo Dios  te dio a Su Esposa Amada, María. Yo puedo comprender cuánto latía tu corazón por aquella Mujer Purísima, a la que te supiste entregar en corazón, alma y vida. Ella que era tan preciosa por su presencia, lo era más aún por su santidad. Vos la supiste cuidar y amar de verdad como tierno y puro esposo. Custodia mi alma para que tenga pureza de pensamiento, palabra y obras. Amén.

Padre Nuestro, Avemaría y Gloria

Tercer Día: San José, dame el don de la fortaleza

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Novena a San José – Día 3

Querido San José, dame el don de la fortaleza. Enséñame que no hay adversidad que con Dios no se pueda alejar o cambiar. Dame la fortaleza de ánimo y de espíritu, para hacer frente a los peligros de esta vida y saberlos llevar con la alegría de los que en Dios confían. Enséñame que cada obstáculo no es una amenaza sino una enseñanza. Que aunque a veces la cruz es pesada, Jesús junto a mí la arrastra y que unidos venceremos. Porque si Dios está conmigo a qué temo, qué cosas no puedo. El camina conmigo en el Huerto y en el desierto, y juntos vamos al Cielo. Hazme fuerte en mis batallas, para que yo sea a Su semejanza y deje en esta tierra Su Huella Santa. Y como vos en Nazaret, Belén, Egipto y Jerusalén haz que con mi cruz pueda yo vencer. Amén.

Padre Nuestro, Avemaría y Gloria

Cuarto Día: Enséñame, San José, a comprender

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Novena a San José – Día 4

San José, enséñame a los designios de Dios comprender, aún aquellos a los que mi corazón dice “no sé”. Quita de mi alma esas dudas que producen amargura. Y haz que como un hijo confiado le entregue a Jesús mi vida, mi amor y mi trabajo. Para sentirme liberado. Y así como vos con fe comprendiste a María, haz que pueda comprender y me entregue a la Voluntad de Dios en mi vida. Y lo que yo diga “no sé” también se lo entregue a Él, porque Él quiere tan solo mi bien. Amén.

Padre Nuestro, Avemaría y Gloria

Quinto Día: San José, dame el don de la prudencia

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Novena a San José – Día 5

San José, vos sabes cuánto me cuestan mis modos… y también conocer los tiempos…  San José, aquieta mi alma para que tenga prudencia, que conozca y actúe del modo y en el tiempo necesario para que mis obras alcancen un buen fin. Que tenga un corazón prudente, para ordenar mi vida y otras vidas. Que mis miedos, enojos y ansiedades no ahoguen esta gracia. Haz que las contradicciones del mundo sean sanadas por este don, pues la prudencia es pariente de la fe y la esperanza que todo lo alcanzan y mueven   montañas. San José enséñame a “prudentemente” mover montañas… Amén.

Padre Nuestro, Avemaría y Gloria

Sexto Día: San José, haz que triunfe en mi corazón el amor

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Novena a San José – Día 6

San José, vos que amaste y que tanto lloraste, pero supiste ver en la tribulación y el dolor de tus días la Gracia de las Manos de Dios que te abrazan y levantan. San José, que tantas penumbras, trabajos, miedos y riesgos soportaste en tu corazón. Que tantas preocupaciones te aquejaban: tu familia, el trabajo, los parientes, amigos y vecinos. También aquellos que los sabías tus enemigos. Pero que con el escudo del amor y la  espada de la Verdad, enfrentaste y ganaste. Haznos un corazón amoroso, donde el  servicio, la bondad y la verdad brillen con alegría en nuestras vidas. Amén.

Padre Nuestro, Avemaría y Gloria

Séptimo Día: San José, dame un corazón paciente

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Novena a San José – Día 7

San José, dame un corazón paciente. La paciencia es la virtud de los Santos, porque nos hace abandonarnos en el Corazón de Jesús que es la protección y omnipotencia de Dios que se regala a los hombres. En medio de la adversidad es entregar. Dame paciencia San José, para saber esperar contra toda esperanza; para poder perseverar en medio de las tormentas; dame paciencia cuando a Dios no vea, para poder hallar Su paz y entregar. Porque Él siempre está y Su amor no me va a dejar. Él me vino a llamar y a buscar, Él me quiere de verdad  y me va a ayudar. Dame paz para aceptar y cumplir Su Voluntad. Amén.

Padre Nuestro, Avemaría y Gloria

Octavo día: San José, enséñame a ser humilde

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Novena a San José – Día 8

San José, vos sí que fuiste un hombre humilde. No por ser carpintero, pues ese oficio te hacia sabio. No por tus manos de trabajo, ni por tus logros humanos. Sino porque sentiste de lo Alto el “llamado” y respondiste. Te vestiste siempre de “tu nada” frente  a la Palabra en la que descansaba tu alma y a La que amabas. Llevaste una vida casta y solo en Dios depositabas tu mirada, para “escuchar” lo que Él te enseñaba, y quitar también toda cizaña. Haz San José que yo también Le entregue “mi nada”, para depositar mi corazón en Su Corazón Precioso, ese Corazón Amante de los hombres, que es Corazón de Padre, Hijo y Esposo y que nos llama a todos para entregarnos el Tesoro escondido, ese Tesoro que es el mismo Cristo y que nos lleva al Cielo prometido. San José hazme humilde, siempre humilde. Amén.

Padre Nuestro, Avemaría y Gloria

Noveno Día: San José, enséñame los dones de la  alegría y la oración

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Novena a San José – Día 9

San José enséñame tu alegría. Y cómo no vas a tener alegría si tu esposa es la Virgen María y tu hijo, Jesús, Dios, Rey y Señor de nuestras vidas. Cómo no vas a tener alegría al tener al Niño Jesús en tus  brazos y mimarlo, sentir sus abrazos y enseñarle, y morir en Sus Brazos… Cómo no vas a tener alegría si tu vida era confianza infinita a la Voluntad Divina, si por Ella hacías y deshacías y por Ella tu alma ardía. Enséname a orar para confiar y vencer en mi debilidad, para amar de verdad y cumplir siempre la Santa Voluntad. San José fiel custodio de Jesús y María custodia mi alma y mi hogar, y haz que mi alma se encienda en gozo de tenerte a vos como patrono. Amén

Padre Nuestro. Avemaría y Gloria

San José ¡Ruega por nosotros!

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Asociación de Fieles
Misioneros de Nuestra Señora del Cielo
nuestrasenoradelcielo.net


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El origen y la devoción de Lourdes https://www.reinadelcielo.org/el-origen-y-la-devocion-de-lourdes/ Fri, 14 Feb 2025 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=15539 ]]>

El germen del origen y la devoción de Lourdes se basa en una persona y unos hechos: Bernardita Soubirous y las apariciones de la Virgen.

En el siglo XIX Lourdes era una pequeña aldea de 4.000 habitantes en la que se mezclaban cualificados profesionales (abogados, médicos, notarios…) con oficios más humildes (obreros, canteros, artesanos, molineros…). Los molinos eran muy numerosos, ubicados dentro y fuera de la ciudad, al lado del río Gave.

Virgen de Lourdes 2 (ft img)

En uno de estos molinos, en el Molino de Boly, nació Bernardita Soubirous el 7 de enero de 1844. Durante 10 años, ella y su familia residieron y trabajaron allí. A partir de 1854, una serie de acontecimientos van a poner a prueba la moral de la familia. El padre, Francisco, pierde un ojo en accidente de trabajo. Luego, será acusado de haber robado sacos de harina. Esto le costaría ocho días de cárcel. Más tarde, la sequía castiga a la región durante dos años. La falta continua de cosechas de trigo hace que los molinos se paren totalmente y el negocio acabe en la ruina.

Por aquellas fechas, una epidemia de cólera asola Lourdes, causando varios muertos y centenares de afectados, entre ellas Bernardita, que sufrirá las consecuencias del cólera y la tuberculosis durante toda su vida.

La familia Soubirous, sumida en la miseria, se ve obligada a abandonar el molino y trasladarse a una dependencia de una antigua cárcel (“le cachot” o calabozo).

En 1858, cuando Bernardita tenía 14 años, la Virgen se le apareció en 18 ocasiones. La primera fue el 11 de febrero. Bernardita y otras dos niñas fueron a recoger leña. De repente, en la gruta donde se encontraba, vio una luz con forma de una joven. La Aparición y Bernardita no intercambian palabra alguna, hacen la señal de la cruz. La segunda fue el 14 de febrero. La Señora le sonríe, pero sigue sin hablar. En la tercera, el 18 de febrero, Bernardita le pregunta su nombre. La Aparición no se lo dice de momento y le propone una cita diaria durante quince días. Del 19 al 23 de febrero tienen lugar las apariciones cuarta, quinta, sexta y séptima. La Señora y Bernardita se hablan, son citas de confidencias. Mientras, las autoridades acusan a la pequeña joven de perturbar el orden público y la amenazan con la cárcel. Del 24 de febrero al 1 de marzo se producen las siguientes apariciones, de la octava a la doceava.

Es aquí donde Bernardita, guiada por la Señora, descubre en la gruta la fuente donde beber y lavarse. Al principio es agua fangosa, pero pronto sale clara y limpia. Del 2 al 4 de marzo se producen las tres siguientes, en donde la Señora le dice a Bernardita que vaya y diga a los sacerdotes que se construya una capilla para que la gente venga en procesión. El 25 de marzo se produce la decimosexta aparición, en la cual la Señora le revela su nombre, la Inmaculada Concepción. El 7 de abril es la decimoséptima aparición, en la que Bernardita recibe a la Virgen con una vela, la luz de Pascua. El 16 de julio tiene lugar la última aparición, la despedida. Bernardita ya sabe que esta es la última vez que va a ver a la Inmaculada Concepción.

Estos hechos dieron lugar a las primeras peregrinaciones y al posterior levantamiento de una capilla, que finalmente se convertiría en el actual santuario. La Gruta de las Apariciones y la Basílica de la Inmaculada Concepción constituyen el original santuario. Posteriormente, se fueron añadiendo iglesias y edificios hasta completar lo que es hoy, pero siempre teniendo como referencia la Gruta y la basílica. Hoy en día, el Santuario de Lourdes es uno de los que más peregrinos y visitas recibe. Gentes de cualquier raza y lengua, de cualquier creencia y cultura acuden a la llamada del Mensaje de Lourdes.

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Fuente: Catholic.net

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El Santísimo Nombre de Jesús https://www.reinadelcielo.org/el-santisimo-nombre-de-jesus/ Fri, 03 Jan 2025 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=10951

Honramos el Nombre de Jesús no porque creamos que existe un poder intrínseco escondido en las letras que lo componen, sino porque el nombre de Jesús nos recuerda todas las bendiciones que recibimos a través de Nuestro Santo Redentor. Para agradecer estas bendiciones reverenciamos el Santo Nombre, así como honramos la Pasión de Cristo honrando Su Cruz (Colvenerius, “De festo SS. Nominis”, ix). Descubrimos nuestras cabezas y doblamos nuestras rodillas ante el Santísimo Nombre de Jesús; Él da sentido a todos nuestros afanes, como indicaba el emperador Justiniano en su libro de leyes: “En el Nombre de Nuestro Señor Jesús empezamos todas nuestras deliberaciones“. El Nombre de Jesús, invocado con confianza:

  • Brinda ayuda a necesidades corporales, según la promesa de Cristo: “En mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien” (Marcos 16, 17-18). En el Nombre de Jesús los Apóstoles dieron fuerza a los lisiados (Hechos 3, 6; 9, 34) y vida a los muertos (Hechos 9, 40).
  • Da consuelo en las aflicciones espirituales. El Nombre de Jesús le recuerda al pecador al padre del Hijo Pródigo y del Buen Samaritano; le recuerda al justo el sufrimiento y la muerte del inocente Cordero de Dios.
  • Nos protege de Satanás y sus engaños, ya que el Demonio teme el Nombre de Jesús, Quien lo ha vencido en la Cruz.
  • En el nombre de Jesús obtenemos toda bendición y gracia en el tiempo y la eternidad, pues Cristo dijo: “lo que pidáis al Padre os lo dará en mi nombre.” (Juan 16, 23). Por eso la Iglesia concluye todas sus plegarias con las palabras: “Por Jesucristo Nuestro Señor”, etc.

Así se cumple la palabra de San Pablo: “Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos.” (Fil 2, 10).

Rostro de Jesús (ft img) 2

Un especial devoto del Santísimo Nombre fue San Bernardo, quien habla de él con especial ardor en muchos de sus sermones. Pero los promotores más destacados de esta devoción fueron San Bernardino de Siena y San Juan Capistrano. Llevaron consigo en sus misiones en las turbulentas ciudades de Italia una copia del monograma del Santísimo Nombre, rodeado de rayos, pintado en una tabla de madera, con el cual bendecían a los enfermos y obraban grandes milagros. Al finalizar sus sermones mostraban el emblema a los fieles y les pedían que se postraran a adorar al Redentor de la humanidad. Les recomendaban que tuviesen el monograma de Jesús ubicado sobre las puertas de sus ciudades y sobre las puertas de sus viviendas (cf. Seeberger, “Key to the Spiritual Treasures”, 1897, 102). Debido a que la manera en que San Bernardino predicaba esta devoción era nueva, fue acusado por sus enemigos y llevado al tribunal del Papa Martín V. Pero San Juan Capistrano defendió a su maestro tan exitosamente que el papa no sólo permitió la adoración del Santísimo Nombre, sino que asistió a una procesión en la que se llevaba el Santo Monograma. La tabla usada por San Bernardino es venerada en Santa María en Ara Coeli en Roma.

El emblema o monograma que representa el Santísimo Nombre de Jesús consiste de las tres letras: IHS. En la mal llamada Edad Media el Nombre de Jesús se escribía: IHESUS; el monograma contiene la primera y la última letra del Santísimo Nombre. Se encuentra por primera vez en una moneda de oro del siglo VIII: DN IHS CHS REX REGNANTIUM (El Señor Jesucristo, Rey de Reyes). Algunos equivocadamente sostienen que las tres letras son las iniciales de “Jesús Hominum Salvator” (Jesús Salvador de los Hombres). Los jesuitas hicieron de este monograma el emblema de su Sociedad, añadiéndole una cruz sobre la H y tres clavos bajo ella. Consecuentemente se inventó una nueva explicación del emblema, pretendiendo explicar que los clavos eran originalmente una “V”, y que el monograma significaba “In Hoc Signo Vinces” (En Esta Señal deben Conquistar), palabras que, de acuerdo a un registro muy antiguo, vio Constantino en los cielos bajo el signo de la Cruz antes de la batalla en el puente Milvian (312).

También se sostiene que Urbano IV y Juan XXII concedieron una indulgencia de treinta días a aquellos que añadieran el nombre de Jesús al Ave María o se hincaran, o por lo menos hicieran una venia con las cabezas al escuchar el Nombre de Jesús (Alanus, “Psal. Christi et Mariae”, i, 13, and iv, 25, 33; Michael ab Insulis, “Quodlibet”, v; Colvenerius, “De festo SS. Nominis”, x). Esta afirmación puede ser cierta; pero fue gracias a los esfuerzos de San Bernardino que la costumbre de añadir el Nombre de Jesús al Ave María fue difundida en Italia, y de ahí a la Iglesia Universal. Pero hasta el siglo XVI era desconocida en Bélgica (Colven., op. Cit., x), mientras que en Bavaria y Austria los fieles aún añaden al Ave María las palabras: “Jesús Christus” (ventris tui, Jesús Christus). Sixto V (2 de julio de 1587) concedió una indulgencia de cincuenta días a la jaculatoria: “¡Bendito sea el Nombre del Señor!” con la respuesta “Ahora y por siempre”, o “Amén”. En el sur de Alemania los campesinos se saludan entre ellos con esta fórmula piadosa. Sixto V y Benedicto XIII concedieron una indulgencia de cincuenta días para todo aquél que pronuncie el Nombre de Jesús reverentemente, y una indulgencia plenaria al momento de la muerte. Estas dos indulgencias fueron confirmadas por Clemente XIII, el 5 de setiembre de 1759. Tantas veces como invoquemos el Nombre de Jesús y de María (“¡Jesu!”, “Maria”!) podremos ganar una indulgencia de 300 días, por decreto de Pío X, el 10 de octubre de 1904. Es también necesario, para ganar la indulgencia papal al momento de la muerte, pronunciar aunque sea mentalmente el Nombre de Jesús.

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Fuente: Catholic.net


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Oraciones a la Epifanía del Señor y a los Reyes Magos https://www.reinadelcielo.org/oraciones-a-la-epifania-del-senor-y-a-los-reyes-magos/ Thu, 02 Jan 2025 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=8559 Oración I

Señor Jesús: que a imitación de los Magos de Oriente
vayamos también nosotros frecuentemente
a adorarte en tu Casa que es el Templo
y no vayamos jamás con las manos vacías.
Que te llevemos el oro de nuestras ofrendas,
el incienso de nuestra oración fervorosa,
y la mirra de los sacrificios que hacemos para permanecer fieles a Ti,
y que te encontremos siempre junto a tu Madre Santísima María,
a quien queremos honrar y venerar siempre
como Madre Tuya y Madre nuestra.
Amén.

Oración II

¡Oh Santos Reyes que desde el oriente
supisteis encontrar en el cielo el camino de Belén!,
alcanzadnos de aquel Niño Divino que adorasteis primero,
el vernos libres de las hechicerías de la falsa ciencia,
para que, a través del conocimiento de los cielos,
los mares y la tierra,
y de todo lo que hay en ellos,
alcancemos al que lo creó todo de la nada,
para facilitar el camino de la salvación a todos,
y así poder ofrecer el fruto de nuestro saber,
como oro al Rey de reyes
y como incienso
y mirra al Dios
y hombre verdadero.
Amén.

Oración a la Epifanía del Señor

por Alvin Peña

Adoración

adoración al niño Dios

Te adoramos, oh Cristo Eucarístico, oh Pan de Vida, Tú que te has manifestado como el Mesías. Te adoramos unidos a la adoración de los reyes magos. Tú eres nuestro Dios y Señor, y tú mereces todo nuestro respecto, porque tú has venido del Padre para mostrarnos Su amor. Tú has venido para salvarnos, reconciliándonos con Dios. Te adoramos oh Divino Niño. En tu apariencia de Niño se esconde tu naturaleza divina, tú que eres Niño y eres nuestro Dios. Y en tu apariencia de pan se esconde tu naturaleza humana y divina, donde ya no es un pan, sino nuestro Dios, su cuerpo, sangre, alma, y divinidad. Bendito seas, oh Jesús, porque por nosotros tú has nacido. Tú eres digno de ser alabado y bendecido por siempre, porque tu bondad es grande, y tu gloria es inmensa. Te adoro, oh Dulce Dios, mi Salvador, tú que eres Hijo de Dios y Salvador del mundo. Reconocemos que tú eres nuestro Dios y que no hay Dios fuera de ti.

Acción de Gracias

Te damos gracias, oh Rey de los judíos, oh rey de las naciones, porque por nosotros tú has nacido, y que siendo Dios y vestido de gloria en el cielo, te vestiste de pobreza haciéndote niño, y esto con mucho amor. Te damos gracias, porque tú te has manifestado no a los que se creían santos primero, sino a los que más te necesitaban y te necesitan. Gracias, oh Jesús, por darte conocer a nosotros. Gracias por tu bondad, manifestada en tu llegada a nosotros. Gracias por tu dulce misericordia, pues tu viste como vivíamos, y por eso llegaste a nosotros. Santo es Tu Nombre! Gracias, oh Niño Dios, presente en la Eucaristía, por revelarte a nosotros. Gracias por darnos la fe de creer que tú estás en medio de nosotros. Gracias, oh Hijo de Dios, e Hijo de María, por tu amor, por tu ternura, por mirarnos con ojos de niño, siempre con delicadeza y atención. Gracias por enseñarnos un nuevo camino, un camino mejor. Gracias por la Luz que brilla desde tu trono, el Espíritu Santo, quién se entrega con más plenitud a aquellos que te aman y se entregan a tu amor en el Santísimo Sacramento del Altar. Gracias mi buen Jesús por estar en medio de nosotros.

Propiciación

Oh Jesús, Niño de Belén, no somos dignos de tanta bondad. No somos dignos de que tú vengas con tanto deseo a nosotros. El conocerte es un don demasiado para nosotros. No merecemos ver tu gran manifestación. Muchas veces hemos rechazado tu invitación de ir a donde ti en Tu Santuario. Muchas veces no fuimos a Tu banquete celestial, que es la Santa Misa. Señor, ten compasión de nosotros. Sabemos Señor, que pidiéndote dar más de nuestro tiempo, no lo hemos hecho. Tú que viniste a salvarnos, míranos con ojos tiernos de amor y misericordia. Tú que has nacido por nosotros, ten piedad de nosotros, oh Cordero de Dios, y perdónanos por no recibirte con más frecuencia. Tú que te has manifestado a nosotros como nuestro Mesías, oh Cordero de Dios, ten piedad de nosotros y perdónanos por las veces que no te hemos buscado a ti en el Santísimo, en la oración, en la Sagrada Escritura, en nuestros hermanos y nuestros enemigos. Tú que viniste a salvarnos, oh Cordero de Dios, ten piedad de nosotros y de las veces que no hemos hecho el esfuerzo de conocer más el amor de nuestro Padre que tu viniste a relevarnos.

Unión y Petición

reyes magos de oriente 3

Queremos estar Contigo, oh Jesús, tú que perdonas al de corazón contrito y humillado. Contigo está la felicidad que tuvo la Virgen María, San José, y los reyes magos, al contemplarte, adorarte y conocerte. Queremos ser uno Contigo en el amor. Te ofrecemos Señor, no oro, ni incienso ni mirra, sino, nuestra mente, nuestro corazón, nuestra alma, y nuestro espíritu. También te ofrecemos nuestro cuerpo, para que sea tu templo. Te ofrecemos todo nuestro amor, todo nuestro ser. Tu eres, oh Jesús, lo mejor, y el Mejor. Te amamos Jesús, y nos entregamos a ti con sencillez de corazón. Danos los signos de tu amor. Danos la sanación, la sanación de nuestros cuerpos, nuestros dolores, nuestras enfermedades. Danos la sanación de nuestros sufrimientos, de nuestros rencores y falta de perdón. Danos la sanación de nuestra mente, de nuestras memorias, de nuestras tentaciones de pensamiento. Danos la sanación de nuestros corazones, nuestras heridas y falta de amor, sanando nuestro interior. Danos la sanación de nuestros malos deseos. Danos la salvación, ¡oh Salvador! Salva a nuestros parientes, a nuestros familiares, a nuestras amistades, a nuestros vecinos, a nuestros enemigos, y a nuestros asociados. Danos la libertad, para ser completamente tuyos oh Cordero de Dios! Danos tu amor y tu gracia. Convierte a los pecadores, Señor y Niño Dios. Concédenos la paz, oh Príncipe de Paz, y la paz en todos los países y lugares del mundo, oh Jesús Sacramentado. Bendice a los pobres, tristes, hambrientos, desamparados y encarcelados a través de tu gente buena, oh Cristo Libertador. Dales consuelo y fortaleza a todos los que lo necesitan en este momento, especialmente los moribundos. Y a las almas del purgatorio, derrama una gota de tu preciosa sangre cada vez que se hace memoria de tu pasión, muerte y resurrección, durante la Misa en la consagración y al partir el pan. Todo esto te lo pedimos, adorándote, dándote gracias, pidiéndote perdón, y suplicándote, en tu Santo Nombre, Jesús, tú que eres el Mesías, el Hijo y el Cordero de Dios, y que vives y reina con el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

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Fuente: Foros de la Virgen


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San Francisco Javier https://www.reinadelcielo.org/san-francisco-javier/ Tue, 03 Dec 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=5776

San Francisco Javier, presbítero de la Compañía de Jesús, evangelizador de la India, nacido en Navarra. Fue uno de los primeros compañeros de san Ignacio que, movido por el ardor de difundir el Evangelio, anunció diligentemente a Cristo a innumerables pueblos en la India, en las Molucas y otras islas, y después en el Japón, convirtiendo a muchos a la fe. Murió en la isla de San Xon, en China, consumido por la enfermedad y tantos años de trabajos intensos.

Etimología: Francisco = “el abanderado”, es de origen germano.

Javier = “aquel que vive en casa nueva”, es de origen eusquera (lengua autóctona hablada en el País Vasco).

Francisco de Jasu y Xavier (nacido en el castillo de Xavier, en España, en 1506), correspondiendo a las esperanzas de sus padres, se graduó en la famosa universidad de París. En estos años tuvo la fortuna de vivir codo a codo, compartiendo inclusive la habitación de la pensión, con Pedro Fabro, que será como él jesuita y luego beato, y con un extraño estudiante, ya bastante entrado en años para sentarse en los bancos de escuela, llamado Ignacio de Loyola.

San Francisco Javier 2

Ignacio comprendió muy bien esa alma: “Un corazón tan grande y un alma tan noble” -le dijo- “no pueden contentarse con los efímeros honores terrenos. Tu ambición debe ser la gloria que brilla eternamente”. El día de la Asunción de 1534, en la cripta de la iglesia de Montmartre, Francisco Javier, Ignacio de Loyola y otros cinco compañeros se consagraron a Dios haciendo voto de absoluta pobreza, y resolvieron ir a Tierra Santa para comenzar desde allí su obra misionera, poniéndose a la total dependencia del Papa.

Ordenados sacerdotes en Venecia y abandonada la perspectiva de la Tierra Santa, emprendieron camino hacia Roma, en donde Francisco colaboró con Ignacio en la redacción de las Constituciones de la Compañía de Jesús. Sin embargo, fue a los 35 años de edad cuando comenzó su gran aventura misionera. Por invitación del rey de Portugal, fue escogido como misionero y delegado pontificio para las colonias portuguesas en las Indias Orientales. Goa fue el centro de su intensísima actividad misionera, que se irradió por un área tan vasta que hoy sería excepcional aun con los actuales medios de comunicación social: en diez años recorrió India, Malasia, las Molucas y las islas en estado todavía salvaje. “Si no encuentro una barca, iré nadando” decía Francisco, y luego comentaba: “Si en esas islas hubiera minas de oro, los cristianos se precipitarían allá. Pero no hay sino almas para salvar”.

Después de cuatro años de actividad misionera en estas islas, separado del mundo civilizado, se embarcó en una rústica barca hacia el Japón, en donde, entre dificultades inmensas, formó el primer centro de cristianos. Su celo no conocía descansos: desde Japón ya miraba hacia China. Se embarcó nuevamente, llegó a Singapur y estuvo a 150 kilómetros de Cantón, el gran puerto chino. En la isla de Shangchuan, en espera de una embarcación que lo llevara a China, cayó gravemente enfermo. Murió a orillas del mar el 3 de diciembre de 1552, a los 46 años de edad.

Fue canonizado el 12 de marzo de 1622 junto con Ignacio de Loyola, Felipe Neri,Teresa de Jesús y el santo de Madrid, Isidro. ¡Buen grupo formado por cuarteto español y solista italiano!

Es patrono de las misiones en Oriente y comparte el patronato universal de las misiones católicas con Teresa de Lisieux.

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Fuente: Catholic.net


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Novena a la Inmaculada Concepción https://www.reinadelcielo.org/novena-a-la-inmaculada-concepcion/ Mon, 02 Dec 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=8258 ]]> LA novena comienza el 30 de noviembre

PARA CONOCER NUESTRA NOVENA A LA INMACULADA, HAZ CLICK AQUI

Sólo a Ella Dios le concedió el privilegio de haber sido preservada del pecado original, como un regalo especial para la mujer que sería la Madre de Jesús y madre Nuestra. Ella, desde el momento en que fue concebida por sus padres, por gracia y privilegios únicos que Dios le concedió, fue preservada de toda mancha.

Aquí puedes rezar la novena en honor a la Virgen del Carmen.

Inicio de la Novena

Comenzamos rezando: Por la señal de la Santa Cruz…

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Oraciones comunes para todos los días

Postrado humildemente con una firme esperanza en Dios, y en la poderosa protección de la Santísima Virgen, comenzara diciendo: Por la señal de la Santa Cruz, etcétera.

ACTO DE CONTRICIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Señor mío Jesucristo, Dios Hombre verdadero, Creador y Redentor mío. Por ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar; apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta, restituir y satisfacer, si algo debiere. Ofrézcoos mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados. Y como os suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, me los perdonaréis por los merecimientos de vuestra preciosa sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida por Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu Concepción: así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que por la gracia de Dios has sido elegida para ser Madre del nuevo pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.

A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta novena, para rogarte que nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado.

Acordaos, Virgen Santísima, que habéis sido hecha Madre de Dios, no sólo para vuestra dignidad y gloría, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acordaos que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a vuestra protección e implorado vuestro socorro, haya sido desamparado. No me dejéis, pues, a mi tampoco, porque si me dejáis me perderé; que yo tampoco quiero dejaros a vos, antes bien, cada día quiero crecer más en vuestra verdadera devoción.

Y alcanzadme principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un grande aprecio de la virtud cristiana, y la tercera, una buena muerte. Además, dadme la gracia particular que os pido en esta novena (hacer aquí la petición que se desea obtener)

Rezar a continuación la oración del día que corresponda.

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ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DÍAS

Oración final

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial Princesa, Virgen sagrada María, te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Rezar tres Avemarías.

Tu Inmaculada Concepción, oh Virgen Madre de Dios, anunció alegría al universo mundo.

ORACIÓN. Oh Dios mío, que por la Inmaculada Concepción de la Virgen, preparaste digna habitación a tu Hijo: te rogamos que, así como por la previsión de la muerte de tu Hijo libraste a ella de toda mancha, así a nosotros nos concedas por su intercesión llegar a ti limpios de pecado. Por el mismo Señor nuestro Jesucristo. Amén.

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Día Primero

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN.

Inmaculada concepción (ft img)

Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como preservaste a María del pecado, original en su Inmaculada Concepción, y a nosotros nos hiciste el gran beneficio de libramos de él por medio de tu santo bautismo, así te rogamos humildemente nos concedas la gracia de portarnos siempre como buenos cristianos, regenerados en ti, Padre nuestro Santísimo.

Meditar y rezar la oración final.

Día Segundo

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN.

Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como preservaste a María de todo pecado mortal en toda su vida y a nosotros nos das gracia para evitarlo y el sacramento de la confesión para remediarlo, así te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de no cometer nunca pecado mortal, y si incurrimos en tan terrible desgracia, la de salir de él cuanto antes por medio de una buena confesión.

Meditar y rezar la oración final.

Día Tercero

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN.

Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como preservaste a María de todo pecado venial en toda su vida, y a nosotros nos pides que purifiquemos más y más nuestras almas para ser dignos de ti, así te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de evitar los pecados veniales y la de procurar y obtener cada día más pureza y delicadeza de conciencia.

Meditar y rezar la oración final.

Día Cuarto

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN.

Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como libraste a María de la inclinación al pecado y le diste dominio perfecto sobre todas sus pasiones, así te rogamos humildemente, por intercesión de María Inmaculada, nos concedas la gracia de ir domando nuestras pasiones y destruyendo nuestras malas inclinaciones, para que te podamos servir, con verdadera libertad de espíritu, sin imperfección ninguna.

Meditar y rezar la oración final.

Día Quinto

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN.

María Inmaculada (ft img)

Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como, desde el primer instante de su Concepción, diste a María más gracia que a todos los santos y ángeles del cielo, así te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos inspires un aprecio singular de la divina gracia que tú nos adquiriste con tu sangre, y nos concedas el aumentarla más y más con nuestras buenas obras y con la recepción de tus Santos Sacramentos, especialmente el de la Comunión.

Meditar y rezar la oración final.

Día Sexto

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN.

Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como, desde el primer momento, infundiste en María, con toda plenitud, las virtudes sobrenaturales y los dones del Espíritu Santo, así te suplicamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas a nosotros la abundancia de estos mismos dones y virtudes, para que podamos vencer todas las tentaciones y hagamos muchos actos de virtud dignos de nuestra profesión de cristianos.

Meditar y rezar la oración final.

Día Séptimo

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN.

Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como diste a María, entre las demás virtudes, una pureza y castidad eximía, por la cual es llamada Virgen de las vírgenes, así te suplicamos, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la dificilísima virtud de la castidad, que tantos han conservado mediante la devoción de la Virgen y tu protección.

Meditar y rezar la oración final.

Día Octavo

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN.

Inmaculada Concepción 2 (ft img)

Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como diste a María la gracia de una ardentísima caridad y amor de Dios sobre todas las cosas, así te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas un amor sincero de ti, ¡oh Dios Señor nuestro!, nuestro verdadero bien, nuestro bienhechor, nuestro padre, y que antes queramos perder todas las cosas que ofenderte con un solo pecado.

Meditar y rezar la oración final.

Día Noveno

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN.

Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como has concedido a María la gracia de ir al cielo y de ser en él colocada en el primer lugar después de Ti, te suplicamos humildemente, por intercesión de María Inmaculada, nos concedas una buena muerte, que recibamos bien los últimos Sacramentos, que expiremos sin mancha ninguna de pecado en la conciencia y vayamos al cielo, para siempre gozar, en tu compañía y la de nuestra Madre, con todos los que se han salvado por ella.

Meditar y rezar la oración final.

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Fuente: Devocionario Católico


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Presentación de la Virgen María https://www.reinadelcielo.org/presentacion-de-la-virgen-maria/ Thu, 21 Nov 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=5699

La Virgen es presentada en el Templo de Jerusalén por sus padres Joaquín y Ana.

En este día, en que se recuerda la dedicación, el año 543, de la iglesia de Santa María la Nueva, construida cerca del templo de Jerusalén, celebramos, junto con los cristianos de la Iglesia oriental, la “dedicación” que María hizo de sí misma a Dios, ya desde su infancia, movida por el Espíritu Santo, de cuya gracia estaba llena desde su concepción inmaculada.

La Fiesta

Según la tradición, sus padres llevaron a la Virgen María al Templo a la edad de tres años para que formase parte de las doncellas que allí eran consagradas a Dios e instruidas en la piedad.

Ya se celebraba en el siglo VI en el Oriente. En el 1372, el Papa Gregorio XI, informado por el canciller de la corte de Chipre sobre la gran celebración que en Grecia se hacía para esta fiesta el 21 de noviembre, la introdujo en Aviñón. Sixto V promulgó la fiesta para la Iglesia universal.

La Beata Ana Catalina Emmerick escribe místicamente de revelaciones que incluyen la presentación de María en el Templo.

Nos dice San Agustín

Os pido que atendáis a lo que dijo Cristo, el Señor, extendiendo la mano sobre sus discípulos: Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre, que me ha enviado, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre. ¿Por ventura no cumplió la voluntad del Padre la Virgen María, ella, que dio fe al mensaje divino, que concibió por su fe, que fue elegida para que ella naciera entre los hombres el que había de ser nuestra salvación, que fue creada por Cristo antes que Cristo fuera creado en ella?

Oración de la Virgen (ft img)

Ciertamente, cumplió santa María, con toda perfección, la voluntad del Padre, y, por esto, es más importante su condición de discípula de Cristo que la de madre de Cristo, es más dichosa por ser discípula de Cristo que por ser madre de Cristo. Por esto, María fue bienaventurada, porque, antes de dar a luz a su maestro, lo llevó en su seno.

Mira si no es tal como digo. Pasando el Señor, seguido de las multitudes y realizando milagros, dijo una mujer: Dichoso el vientre que te llevó. Y el Señor, para enseñarnos que no hay que buscar la felicidad en las realidades de orden material, ¿qué es lo que respondió?: Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen. De ahí que María es dichosa también porque escuchó la palabra de Dios y la cumplió; llevó en su seno el cuerpo de Cristo, pero más aún guardó en su mente la verdad de Cristo. Cristo es la verdad, Cristo tuvo un cuerpo: en la mente de María estuvo Cristo, la verdad; en su seno estuvo Cristo hecho carne, un cuerpo. Y es más importante lo que está en la mente que lo que lleva en el seno.

María fue santa, María fue dichosa, pero más importante es la Iglesia que la misma Virgen María. ¿En qué sentido? En cuanto que María es parte de la Iglesia, un miembro santo, un miembro excelente, un miembro supereminente, pero un miembro de la totalidad del cuerpo. Ella es parte de la totalidad del cuerpo, y el cuerpo entero es más que uno de sus miembros. La cabeza de este cuerpo es el Señor, y el Cristo total lo constituyen la cabeza y el cuerpo. ¿Qué más diremos? Tenemos, en el cuerpo de la Iglesia, una cabeza divina, tenemos al mismo Dios por cabeza.

Por tanto, amadísimos hermanos, atended a vosotros mismos: también vosotros sois miembros de Cristo, cuerpo de Cristo. Así lo afirma el Señor, de manera equivalente, cuando dice: Estos son mi madre y mis hermanos. ¿Cómo seréis madre de Cristo? El que escucha y cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre. Podemos entender lo que significa aquí el calificativo que nos da Cristo de «hermanos» y «hermanas»: la herencia celestial es única, y, por tanto, Cristo, que siendo único no quiso estar solo, quiso que fuéramos herederos del Padre y coherederos suyos.
(De los Sermones de San Agustín, Sermón 25, 7-8: PL 46, 937-938)

Oración

Te rogamos, Señor, que a cuantos hoy honramos la gloriosa memoria de la santísima Virgen María, nos concedas, por su intercesión, participar, como ella, de la plenitud de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.


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Catalina Laboure, vidente de la Medalla Milagrosa https://www.reinadelcielo.org/nuestra-senora-de-la-medalla-milagrosa/ Fri, 15 Nov 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=3487 Catalina Labouré, novicia de las Hijas de la Caridad, el 27 de noviembre de 1830, en París, vio a la Santísima Virgen, y de ella aprendió la siguiente jaculatoria: “Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti”. Pequeña oración que nosotros también podemos repetir a diario.

Anteriormente, en el mes de julio de aquél mismo año, la novicia ya había visto a la Virgen, por primera vez. En aquél momento Nuestra Señora le presentó sobre el altar de la capilla dos tableros que presentaban las dos caras de una medalla. Catalina, la novicia, tenía la misión de hacer acuñar una medalla igual a ese modelo. Con la promesa de la Virgen, que dice: “Todas las personas que la lleven con confianza, colgada al cuello, recibirán grandes gracias”.

Descubre esta hermosa historia en el video que te presentamos a continuación:

Nota: Si el video no se reproduce correctamente, aparecerá un mensaje que te invita a verlo directamente en YouTube.

Fuente: www.aleteia.org

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San Martín de Tours https://www.reinadelcielo.org/san-martin-de-tours/ Mon, 11 Nov 2024 06:03:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=5645 ]]>

Obispo conocido también como San Martín Caballero

Martín de Tours es uno de aquellos hombres que han hecho hablar de sí a muchas generaciones, por haber sido protagonista de episodios aptos para despertar la fantasía popular. Es frecuente la narración del episodio de San Martín que, cabalgando envuelto en su amplio manto de guardia imperial, encontró a un pobre que tiritaba de frío, con gesto generoso cortó su manto y le dio la mitad al pobre. Por la noche, en sueños, vio a Jesús envuelto en la mitad de su manto, sonriéndole agradecido.

Martín, hijo de un tribuno romano, nació en Sabaria, en Panonia, hacia el 315. A los quince años ya vestía el uniforme militar. El episodio del manto hay que colocarlo en este periodo, porque a los 18 años recibió el bautismo y abandonó la milicia para seguir a San Hilario de Poitiers, su maestro. Después de un breve noviciado de vida eremítica en la Isle Galinaria, Martín fundo dos monasterios: El Monasterio de Ligugé, el más antiguo de Europa, y el Monasterio de Marmoutier, que se convertiría en un gran centro de vida religiosa.

Después del paréntesis contemplativo, siguió el activo: Martín, elegido obispo de Tours, se convirtió en el grande evangelizador de Francia. Había sido, como se dice, soldado sin quererlo, monje por elección y obispo por deber. En los 27 años de vida episcopal se ganó el amor entusiasta de los pobres, de los necesitados y de cuantos sufrían injusticias, pero no era bien visto por los de su clero que querían vivir tranquilamente. De hecho fue acusado por un sacerdote llamado Bricio. Su respuesta fue proverbial: “¿Si Cristo soportó a Judas, por qué no debería yo soportar a Bricio?”

Historia del manto y vida de santidad

La mitad del manto que – según la leyenda – San Martín compartió con el pobre de Amiens, se conserva celosamente en una capilla. Al custodio de la capilla se llama “capellán”, sin ser lo, porque es el protector de la “capa” del Obispo de Tours.

San Martín de Tours

Cuando contaba con 21 años, un frío día de invierno entra la tropa romana a la ciudad de Amiens, Francia, y Martín encuentra cerca de la puerta de la ciudad a un mendigo tiritando de frío, a quien da la mitad de su capa, pues la otra mitad pertenece al ejército romano. En la noche siguiente, Cristo se le aparece vestido con la media capa para agradecerle su gesto, diciéndole: “Hoy me cubriste con tu manto”.

Martín decide entonces dejar el ejército romano y servir a Dios, lo cual no puede hacer de inmediato, al negarle su licencia de retiro el emperador, el César Juliano. Cuando las legiones romanas se alistaban para entrar en combate contra los invasores bárbaros, Juliano pasaba delante de las legiones alineadas en perfecto orden, dando un incentivo económico a cada soldado. Aproximándose a Juliano, Martín le dijo: “Hasta ahora, César, he luchado por ti; permite que ahora luche por Dios. El que tenga intención de continuar siendo soldado que acepte tu donativo; yo soy soldado de Cristo, no me es lícito seguir en el ejército”.

Juliano no permitiría entre sus tropas ni la deserción ni la disensión. Lo podría mandar a ejecutar, pero Martín era apreciado por los soldados y hacerlo bajaría la moral y ocasionaría descontento en la tropa en la víspera de la batalla, por lo que prefirió desacreditar a Martín diciéndole con voz potente: “Los bárbaros nos atacarán mañana y hemos de responder con contundencia, la seguridad del Imperio peligra. Tu actitud, querido Martín, parece que está más motivada por el miedo que por tus convicciones religiosas. Dices ser cristiano, es decir, cobarde. Tienes miedo de enfrentarte al enemigo”.

Lleno del Espíritu de Dios, Martín respondió: “Mañana, al amanecer, cuando sitúes tus legiones en orden de combate, déjame en primera línea, sin armas, sin escudo y sin casco y me internaré tranquilo en las filas enemigas. Así te probaré mi valor y mi fidelidad y te demostraré que el miedo que tengo no es a morir, sino a derramar la sangre de otros hombres”.

Así se acordó. Increíblemente, por la mañana los bárbaros pidieron la paz y se rindieron. Las crónicas oficiales anotaron que los bárbaros no se atrevieron a enfrentarse a la pericia militar de Juliano. Pero algunos legionarios afirmaron que lo que realmente les espantó fue el haber sabido, gracias a sus espías, que los romanos estaban tan seguros de la victoria que había soldados que acudirían al combate sin armas. Juliano no tuvo más remedio que permitirle a Martín dejar la vida militar.

Inmediatamente después, Martín se bautiza y se une a los discípulos de San Hilario en la ciudad de Poitiers. Al cabo de unos años se retiró a una pequeña isla cerca de Génova, llevando una vida de silencio, oración, estudio de las Sagradas Escrituras, meditación y austeridad, como ermitaño. Pero San Hilario le pidió que regresara a Poitiers y allí San Martín fundó el primer monasterio que hubo en Francia, en la localidad de Ligugé.

Los habitantes de los alrededores consiguieron por sus oraciones y bendiciones, muchas curaciones y prodigios. Cuando después le preguntaban qué profesiones había ejercido respondía: “fui soldado por obligación y por deber, y monje por inclinación y para salvar mi alma”.

San Martín de Tours y ganso

Un día fue invitado a Tours con el pretexto de que lo necesitaba un enfermo grave, pero era que el pueblo quería elegirlo obispo. Apenas estuvo en la catedral toda la multitud lo aclamó como obispo de Tours, pero Martín, por humildad, se escapó y se ocultó en un escondrijo, pero fue delatado por el ruido de un ganso que no paraba de dar graznidos. Allí lo encontraron y por más que él se declarara indigno de recibir ese cargo, lo obligaron a aceptar. Por eso en algunas estampas se representa un ganso al lado del santo. Así, en el año 370 es consagrado obispo de Tours (Francia).

Uno de sus primeros actos fue fundar otro monasterio, el de Marmoutiers, que rápidamente contó con 80 monjes. Durante su ministerio en Tours luchó contra el paganismo, la adoración a falsos ídolos y contribuyó especialmente en la divulgación de la fe cristiana, aunque esto no siempre le fue fácil.

Recorrió todo el territorio de su diócesis dejando en cada pueblo un sacerdote. Él fue fundador de las parroquias rurales en Francia. Dice San Sulpicio, su biógrafo y discípulo, que la gente se admiraba al ver a Martín siempre de buen genio, alegre y amable. Que en su trato empleaba la más exquisita bondad con todos.

En los 27 años que fue obispo se ganó el cariño de todo su pueblo, y su caridad era inagotable con los necesitados. Los únicos que no lo querían eran ciertos tipos que querían seguir viviendo con sus vicios, pero el santo no los dejaba. De uno de ellos, que inventaba toda clase de cuentos contra San Martín, porque éste le criticaba sus malas costumbres, dijo el santo cuando le aconsejaron que lo debía hacer castigar: “Si Cristo soportó a Judas, ¿por qué no he de soportar yo a este que me traiciona?”.

Con varios empleados oficiales tuvo fuertes discusiones, porque torturaban a los prisioneros para que declararan sus delitos. Nuestro santo se oponía totalmente a esto, y aunque por ello se ganó la enemistad de altos funcionarios, no permitía la tortura.

Martín supo por revelación cuándo le iba a llegar la muerte y comunicó la noticia a sus numerosos discípulos. Estos se reunieron junto a su lecho de enfermo y le suplicaban llorando: “¿Te alejas padre de nosotros, y nos dejas huérfanos y solos y desamparados?”. En respuesta, el santo mira hacia el cielo y ora: “Señor, si en algo puedo ser útil todavía, no rehuso ni rechazo cualquier trabajo y ocupación que me quieras mandar”.

Pero Dios decidió que ya había trabajado y sufrido bastante y se lo llevó a que recibiera en el cielo el premio por sus grandes labores en la tierra. Falleció en Candes, Francia, en el año 397, a la edad de 81.

Murió el 8 de noviembre del 397 en Candes, durante una visita pastoral. Sus funerales, que tuvieron lugar tres días después, fueron una verdadera apoteosis; en ese día, el 11, se conmemora su memoria. Se puede considerar como el primer santo no mártir con fiesta litúrgica. Esa fecha quedó también como punto de referencia en los contratos de arrendamientos, de terrenos, de compraventas, en el mundo agrícola: “el nuevo vino se bebe en San Martín”, se dice todavía hoy en muchas regiones de Italia y de Francia.

Conoce la Catedral de Tours, Francia

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Fuente: Catholic.net y Parroquia San Martín de Tours


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