desesperación – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 27 May 2022 17:46:46 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 El milagro que hizo Santo a Pablo VI, el Papa https://www.reinadelcielo.org/el-milagro-que-hizo-santo-a-pablo-vi-el-papa/ Fri, 27 May 2022 10:08:15 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=11654 ]]> Todo comienza con una cuna y un test prenatal invasivo que causa la rotura de la membrana. Después, los cuidados, inútiles, y la tentación del aborto: para la pequeña no había esperanza. Hasta que Vanna Pinorato y Alberto Tagliaferro se arrodillan ante la estatua de Montini, del que nunca habían oído hablar…

Ésta es nuestra historia de salvación y conversión, en la que todas las piezas han sido movidas por hilos invisibles”, explica Vanna, la madre de la pequeña Amanda, a Andrea Zambrano en La Nuova Bussola Quotidiana:

Papa Pablo VI

Se llama Amanda, que en latín significa “la que debe ser amada/digna de amor”. Así, con ese gerundivo que, en la gramática latina, indica un deber de necesidad. De hecho, Amanda, según la mentalidad común que excluye a los más pequeños entre los pequeños como obstáculos a la realización de los nuevos derechos, no debía ser amada. En cambio, para alguien en el Cielo y para sus padres, Vanna y Alberto, amar a Amanda se ha convertido en un deber moral, contra todo y contra todos: la ciencia, las conveniencias, los miedos.

Hoy, Amanda es una niña de tres años que rebosa salud y que aún no sabe que su vida es el reflejo de un milagro que la Iglesia ha verificado con la autoridad de un reconocimiento papal. Porque ha sido la intercesión, desde el Cielo, de un futuro santo, el beato Pablo VI, lo que ha hecho que ella pueda vivir aquí, en la tierra.

A Pablo VI, entonces simple candidato a los altares, se dirigen en 2014 Vanna y Alberto, de Villa Bartolomea, en la provincia de Verona, cuando la pequeña, en el vientre de su madre, no tenía esperanza de vivir. Cuando estaba en la semana 13 de embarazo a Vanna se le rompieron las membranas que envuelven el líquido amniótico y la supervivencia de la pequeña era una vana ilusión. En cambio…

En cambio, Amanda vive, está sana como una manzana y en las fotografías sopla las velas del pastel de su madre. Su caso es el que ha sido estudiado por la Congregación para las Causas de los Santos que ha afirmado, ante el orbe católico, que el Papa Pablo VI, el Papa que clausuró el Concilio Vaticano II, el Papa de la contestada encíclica Humanae Vitae, es santo. ¿Una broma del destino? Lo que llevará a Giovanni Battista Montini a los altares será un milagro vinculado a una vida que no tenía que nacer, una vida que rescata las innumerables existencias que son descartadas hoy con el aborto voluntario y que no llegan a formarse a causa de la anticoncepción. Precisamente él, que con la Humanae Vitae afirmó el carácter sagrado de la vida desde la concepción.

La niña del milagro

El teléfono del hogar de la familia Tagliaferro echa chispas. El Papa Francisco ha firmado el día anterior el decreto sobre el milagro, en el que se afirma solemnemente y con el lenguaje áulico de las grandes ocasiones que el nacimiento de Amanda constat de supernaturalitate (“consta la sobrenaturalidad”): “Es la cuarta petición de entrevista de un periodista -dice Vanna, mientras le da vueltas al ragù, que corre el riesgo continuo de quemarse-. Lo único que puedo hacer es contar mi historia”. He aquí su historia, que la madre relata a La Nuova Bussola Quotidiana sin esconder el dolor, las dudas y las esperanzas de esos días en los que el Cielo se acercó tanto a la tierra que hizo que un embarazo, destinado a una clara interrupción prosiguiera hasta la semana 26.

—Vanna, se han mantenido fieles a la promesa de no contar lo que había sucedido hasta que la Iglesia no asumiera la tarea de verificar el milagro. El momento ya ha llegado.
—Sí, estamos emocionados y agradecidos. Es algo indescriptible y demasiado grande para nosotros.

—¿Cómo se ha llegado a conocer la historia de Amanda?
—Gracias al periódico L’Arena di Verona. Tras el nacimiento de Amanda y siguiendo la sugerencia de una amiga que me aconsejaba que contara nuestra historia, cogí papel y bolígrafo. Escribí una carta cuando cumplió su primer año para agradecer a Pablo VI su intercesión…

—¿Así, sin más?
—Sí, así sin más. El periódico la publicó y a los pocos días recibimos una llamada telefónica desde la curia de Verona. Querían información, comprender qué había sucedido. A partir de ese momento todo ha ido con gran celeridad: se abrió la investigación diocesana y, después, la causa, instituida por el obispo. Seguidamente, el resultado conclusivo fue enviado a la Congregación.

—La historia ha dado la vuelta al mundo: la rotura de las membranas, el pronóstico mortal, a pesar de que en su recorrido han encontrado médicos dispuestos a utilizar todas las técnicas a disposición hoy en día… Y, después, la prosecución del embarazo hasta el parto. Pero, ¿cuándo empieza realmente esta historia?
—Empieza con la compra de una cuna de segunda mano.

—¿Una cuna?
—Una cuna. Había respondido a un anuncio para comprar una cuna de segunda mano; acababa de saber que estaba embarazada de mi segundo hijo. Tras ponerme de acuerdo con la propietaria de la cuna, fui a su casa para concluir la compra y la cargué en el coche. Vi que estaba sin estrenar y le pregunté el porqué.

—¿Qué le respondió?
—Me respondió que su hija no había dormido nunca en ella. Ingenuamente, pensé que era uno de esos casos en los que los recién nacidos no quieren dormir solos y duermen con los padres. Pero su respuesta me dejó helada.

—¿Por qué?
—Porque me dijo que su hija había muerto pocos meses después de nacer. Tenía el síndrome de Patau [o síndrome del par 13]. Me enseñó fotos que me conmocionaron. Esta noticia me asustó.

—¿Volvió a casa?
—Me hice muchas preguntas, estaba conmocionada. Empecé a pensar que nunca habría podido llevar adelante un embarazo en esas condiciones y el miedo a que mi hija no fuera sana me hizo tomar la decisión drástica de realizar, unos días más tarde, un test prenatal invasivo. Pero la biopsia de corion fue fatal.

—¿Le diagnosticaron una malformación?
—No. Dos días después se rompieron las membranas, causando la pérdida de líquido amniótico.

—¿Considera que esta rotura fue causada por la biopsia de corion?
—Sí. Entré en un estado de gran abatimiento. Todo parecía estar acabado. No podía en absoluto intuir que todo estaba a punto de empezar.

—¿Qué hizo?
—Me dieron antibióticos, empecé a ir de un hospital al otro, pero la membrana difícilmente cicatriza y cuando lo hace, es sólo en un 10%. En el hospital de Borgo Roma no me dieron ninguna esperanza sobre la supervivencia de Amanda. Me hablaron de la solución del aborto “terapéutico”, detallando que no habría habido problemas porque de todas formas su corazón, en un determinado momento, dejaría de latir. Pero esto no sucedió: su corazón latía.

—Sin embargo, existen técnicas innovadoras que inyectan líquido amniótico…
—Efectivamente. Desde el Hospital Gemelli de Roma fui a Monza, al Hospital San Gerardo, donde la jefa de servicio, la doctora Patrizia Vergani, me realizó ciclos de amnioinyecciones con solución fisiológica. Me explicaron que se trata de técnicas que no salvan al feto, pero que pueden dar la posibilidad de que siga desarrollándose. Pero tras la segunda tanda, la doctora abandonó diciéndome: “Será un designio divino”.

—En ese momento, entonces, la vía terapéutica ya no era posible.
—Pensé seriamente en interrumpir el embarazo. Pero no sabía qué hacer. Sentía dentro de mí un combate, me sentía desgarrada por dentro. Un día pensaba en abortar; al día siguiente renunciaba a esta idea. Seguí en este estado de incertidumbre y abatimiento durante días, hasta que entré en la semana 23ª de embarazo.

—El término legal para abortar.
—Exacto. Pero entonces sucedió algo increíble.

—¿El qué?
—De repente, me sentí serena; impotente, pero serena. Le decía continuamente a Amanda: ahora tu destino ya no depende de mí; yo ya no podía elegir nada en su lugar. En este estado de abandono descubrimos la oración, que fue el consuelo decisivo durante el resto del embarazo.

—Y es cuando entra en escena el Papa Montini.
—No teníamos ni idea de quién era. Pero ya nos estaba esperando.

—¿Dónde?
—En el Santuario de las Gracias, en Brescia, donde Alberto y yo fuimos en peregrinación sin tan siquiera saber el porqué, sin comprender la necesidad de pedir una gracia.

—Si no lo conocían, ¿cómo le descubrieron?
—Soy enfermera en Legnago. Un compañero de trabajo, ginecólogo, el doctor Paolo Martinelli, me dijo: “¿Por qué no vais a rezar al santuario de Pablo VI? Ha sido proclamado beato por un milagro realizado en un niño aún no nacido”.

—¿Y fueron?
—Era el 29 de octubre de 2014 y ni siquiera sabíamos que se pudiera pedir una gracia. Tampoco sabíamos qué cara tenía Pablo VI, no se me ocurrió mirarlo por internet. Cuando estuve ante su estatua de bronce, me quedé asombrada: “Entonces, ¿tú eres del que nos han hablado?”.

—¿Qué hicieron?
—Nos arrodillamos llorando. A una cierta distancia, en un banco del santuario, encontramos una estampa con su imagen y, en el dorso, una oración de intercesión. La recitamos y cuando llegamos al espacio vacío en el que hay que poner el nombre de la persona para la que se pide la gracia, rezamos por ella, por Amanda.

—¿Sabe qué significa Amanda?
—Lo supe después. Habíamos elegido el nombre leyendo uno de esos libros que se venden para madres embarazadas y que tienen listas de nombres. Me pareció un nombre original, pero supe su significado muchos meses después: persona que debe ser amada/digna de amor. Pero lo más sorprendente es otra cosa.

—¿Qué?
—Su onomástica es el 6 de febrero, memoria de San Amando, obispo de Estrasburgo.

—¿Y?
—¡Es el día de mi cumpleaños! Ese nombre estuvo siempre presente en las conversaciones y los desahogos entre mi marido y yo. Hasta que Alberto dijo: “Vanna, si ella no cede, tampoco nosotros podemos ceder”.

—¿A partir de este momento empezaron a amarla con verdadera conciencia?
—Sí. Aunque es algo que no se puede explicar si no se experimenta. Cuando pensaba en abortar, recuerdo que me desahogué con una doctora de Borgo Roma. Me atormentaba: “Pero no quiero abortar, la sola idea me aterroriza”, le decía.

—¿Qué le respondió?
—Me dijo impasible: “No consigues hacerlo porque eres una madre”.

—¿Cuándo llega el final feliz?
—En la semana 26, a las seis de la mañana del día de Navidad de 2014. Pesaba poco más de 800 gramos, pero no presentaba ningún síntoma de complicación. Para niños prematuros tan graves los problemas pueden ser muchos: respiratorios, cardíacos, oculares, neurológicos. Amanda no tenía nada. Nada.

—El resto de la historia ya la conocemos. ¿Quién es hoy, para ustedes, Pablo VI?
—Es una presencia constante y diaria en nuestro hogar. Cada día rezamos por él y pensamos en él.

—La Iglesia ha verificado que lo es, pero usted ¿consigue llamarlo milagro?
—Sí. Es una historia extraña en la que todas las piezas han sido movidas por hilos invisibles que no nos pertenecen.

—¿Qué le contará a Amanda?
—Todo, incluido mi gran sentido de culpa por haberme hecho la biopsia de corion. Cada vez que se lo cuente añadiré algo. Podremos decirle que fue amada, que teníamos que amarla, pero que antes de todo fue amada en el Cielo. Cuando hago estas entrevistas me preguntan qué espero de su vida.

—¿En el sentido de cómo se la imagina de mayor?
—Sí, pero no me espero nada. El hecho que esté viva es el regalo más grande que podamos hacerle: no importa si vivirá en el anonimato aquí, en la tierra, porque estamos seguros que en el Cielo no es en absoluto anónima.

—¿Cómo ha vivido esta experiencia su hijo mayor, Riccardo, que hoy tiene seis años?
—Ha echado de menos a su madre, pero hoy comprende, sabe todo lo que su edad le permite comprender. Es feliz y es consciente de que ha sucedido algo extraordinario.

—¿Sabe que Jesús, en realidad, hacía milagros para suscitar la fe?
—¡Cuánta hemos sentido nosotros! Mi fe, nuestra fe, ha cambiado radicalmente; ha sucedido un milagro dentro del milagro, sabiendo que el primer milagro es la conversión.

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Fuente: Religión en Libertad
Traducción de Helena Faccia Serrano.


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Del ocultismo, drogas y sectas a una Vida Nueva con Dios https://www.reinadelcielo.org/del-ocultismo-drogas-y-sectas-a-una-vida-nueva-con-dios/ Fri, 20 Jul 2018 19:43:42 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=15301 La historia de Joel y Vane

Sentado en Faith Tattoo, el estudio donde esta joven pareja diseña y dibuja semana tras semana, puedes llegar a comprender porque estos artistas están tan solicitados y porque nunca les faltan clientes. Joel y Vane comenzaron Faith Tattoo hace tres años y su moderna perspectiva del arte parece encajar perfectamente con el ambiente contemporáneo que el centro de la ciudad, un barrio lleno de estudiantes de Nueva Córdoba, destila.

Me senté con Joel y Vane en un día soleado de otoño, junto a una mesa de billar de color rojo brillante que se encuentra en el centro del estudio. Antes de que Joel comenzara a contar su historia, me preguntó si estaba preparado para escuchar todo lo que él estaba a punto de decir, añadiendo que tal vez pueda sorprenderme su pasado oscuro y anticristiano que tenía antes de probar Alpha.

Joel nació en una familia cristiana, pero explica que su familia no se tomaba en serio la fe, para él ir a misa los domingos era un verdadero suplicio. Sus padres nunca estuvieron cerca de él y nunca tuvieron una buena relación entre ellos.

Entrando en el ocultismo

Joel y VaneA los dieciséis años, Joel comenzó a salir con una chica cuya madre estaba involucrada con el ocultismo. ‘Empecé a interiorizar estas experiencias paranormales y comencé a vivir cosas verdaderamente extrañas, entrando cada vez más en el mundo del ocultismo”

Al mismo tiempo, empezó a meterse en el mundo de las drogas, las cuales utilizaba con regularidad, pero por mucho que intentara disfrazar el exterior, interiormente sentía que había comenzado a destruirse a sí mismo, poco a poco.

‘Para mí no se trataba de aprender o hacer algo incorrecto, sino de experimentar nuevas sensaciones y pronto me vi involucrado en una especie de secta, incluso asistí a sus reuniones unas cuatro o cinco veces.’

“‘Dentro de esta secta, lo vendían todo bien, como si fuera algo necesario. Tenía algo que me hacía permanecer. Estaba viviendo una vida que me hacía sentir bien, una vida que no todo el mundo entendía, pero que era muy cómoda y cada vez más interesante.’”

Alucinaciones y desesperación

Todo esto ocurrió antes del cumpleaños número 21 de Joel y recuerda que comenzó a darse cuenta que las experiencias que tenía con el ocultismo y drogas ilegales se habían vuelto cada vez más graves – a menudo tenía alucinaciones que hacían pensar a diversos doctores que tenía alguna enfermedad mental. Fue una etapa de mucha desesperación en la vida de Joel.

También fue el tiempo en el que conoció a Vane.

“Era extraño ver una fe activa dentro de la familia de Vane, verlos ir juntos a la iglesia, era algo que nunca había experimentado.”

Vane había crecido en una familia cristiana en un pueblo llamado Río Tercero, no muy lejos de la ciudad de Córdoba. Me contó que nunca había abandonado su fe a pesar de seguir un camino muy estructurado y religioso.

Una familia de fe activa

Joel describe lo extraño que fue ver una ‘fe activa’ dentro de la familia de Vane, verlos ir juntos a la iglesia y bendecir los alimentos. Eran situaciones que nunca había visto o experimentado.

“Después de todo lo que había vivido yo estaba aún muy lejos de creer que el cristianismo tenía una solución para mí, pero decidí darle una oportunidad, quería ver cómo era y cómo funcionaba.”

Joel dejó los grupos en los que estaba involucrado y renunció a las drogas, pero todavía sentía un vacío en el interior que no se satisfacía con nada, aun así siguió investigando sobre el cristianismo.

joel_y_Vane

Del mismo modo, Vane siempre sintió que le hacía falta algo. “No podía encontrar ningún sentido a mi vida y a los trece años estaba en un viaje existencial en búsqueda de llenar aquel vacío”. Joel comenzó a asistir a la iglesia, anhelando la liberación de lo que el llamaba sus problemas mentales y espirituales.

“Dios, si existes, necesito que me ayudes…”

Joel y Vane 3Vane y su familia lo llevaron a un retiro de una semana. “Yo estaba hasta el límite, como si mi vida ya no tuviera sentido con toda la locura que había experimentado. Pero, el día en que le dije a Dios, “si realmente existes, necesito que me ayudes porque mi vida no tiene sentido.” En ese momento, algo extraño sucedió mientras oraban por mí: una experiencia que podríamos decir que fue verdaderamente liberadora, y sentí como me quitaba un peso de encima..”.

Poco después, Joel y Vane se casaron, pero no fue tan fácil. ‘Yo sabía que algo me había ayudado, pero no era algo que lograba entender por completo. Para mí, aquel momento en el que oraron por mí, fue como si una enorme aspirina espiritual me hubiera calmado el dolor de cabeza. La duda quedó en el interior y yo estaba buscando el siguiente paso, para algo más”.

Joel describe como todavía sentía que el cristianismo era incapaz de dar respuesta a todos sus problemas. ‘Siempre había tenido curiosidad por descubrir nuevas cosas pero todavía veía a la iglesia como algo extraño. Yo pensaba, ¿por qué iría a la iglesia siendo quien soy? Yo sabía que Dios había hecho algo en mí, pero yo no sabía por qué o cómo reaccionar”.

Alpha: un espacio para explorar preguntas

Un amigo, Juan, el cual había conocido años atrás cuando estaba metido en la vida nocturna de Córdoba, invitó a la pareja a probar Alpha. Juan les contó todos los cambios que había tenido en su vida, y pensaron ¿por qué no? Alpha le proporcionó un espacio para hacerse preguntas, y explorar las respuestas al vació que le perseguía desde hace mucho tiempo. “Fue una experiencia increíble, una experiencia que estaba hecha a mi medida y a lo que buscaba. Necesitaba respuestas y fue gracias a Alpha que las obtuve”.

Joel describe su último día en Alpha como si hubiera sido golpeado con un bate de béisbol, ‘Me di cuenta que todo lo que había vivido y experimentado estaba en la dirección equivocada y me pregunté a mí mismo: ¿por qué ha pasado todo esto? A partir de entonces, mi vida dió un giro de 180º y encontré un propósito, una razón para vivir. Algo había llenado los huecos. “Ese día, experimenté paz, entendí cómo funcionaban la gracia y el perdón y mi vida nunca ha vuelto a ser la misma. Fue una experiencia tranquilizadora”.

“Me sentí cómoda, gente maravillosa, aprendí cosas…”

Vane no vivió Alpha al mismo tiempo que Joel. Había oído hablar antes de Alpha y tenía curiosidad, pero su resistencia era más fuerte que la confianza que podía tener para asistir. ‘El año pasado, finalmente me decidí a ir, sobre todo porque mis amigos serían anfitriones de los grupos pequeños. Al principio yo me decía: vengo de un hogar cristiano, de una escuela religiosa con padres practicantes, ellos no van a decirme algo que yo no sepa, pero vayamos, vamos a darle una oportunidad.’

‘Soy muy tímida, por lo que estar en un grupo grande de personas en Alpha realmente era aterrador,’ explicaba Vane, ‘pero me sentí cómoda cuando entré al lugar, además tuvimos un tiempo increíble con personas maravillosas y comida deliciosa, aprendí cosas que no conocía antes.’

Sin embargo, lo que ella describe como lo más importante es el comienzo de una relación completamente diferente con Dios, algo que nunca antes había experimentado.

Para Vane, Alpha había roto la imagen de un Dios duro y contundente, con el que había crecido. ‘No existe un momento específico que yo pueda decir Él entró a mi vida, creo que siempre estuvo ahí, sólo no me había dado cuenta. Por fin pude dejar atrás toda mi culpa.’

“Recuperamos nuestro matrimonio: Dios es nuestra gasolina”

‘Es increíble como Dios trabaja en nosotros individualmente,’ explica Joel ‘y ahora nos usa juntos. Recuperamos nuestro matrimonio y ahora podemos embarcarnos los dos en esta aventura. Él se ha vuelto la gasolina de nuestra vida. Ahora somos personas completamente diferentes, como el día y la noche se podría decir, yo creo que Dios es universal y que es para todos. Dios nos unió de nuevo.’

Vane está de acuerdo: ‘A pesar de que, como pareja venimos de un oscuro pasado con fuertes batallas internas, nos casamos por la iglesia, hicimos las promesas delante de Dios y creo que nos acompañó a través de muchos de los tiempos difíciles.’ Su estudio de tatuajes se llama Faith, por esa razón, ‘porque necesitábamos fe y fe era todo lo que teníamos.’

Joel ahora tiene veintisiete años, es un tatuador profesional y junto con Vane son dueños de un estudio de tatuajes, un estudio que les da la oportunidad de conocer personas, contar su historia a personas que han tenido experiencias similares.

‘Cuando puedo, con cuidado y sensibilidad, simplemente les cuento mi historia y que realmente hay una salida. Lo único que necesitas son las ganas y reconocer que no puedes hacerlo por ti mismo. Vane probó Alpha poco después que yo y ahora como matrimonio, queremos vivir esta gran aventura con Dios.’

‘No estoy orgulloso de mi historia y aún es difícil contar todos los detalles, pero me he dado cuenta y he aprendido que es mi historia y que con ella puedo ayudar a las personas que ahora se encuentran en la misma situación en la que yo me encontraba.’

Con el salmo 23 tatuado

Vane tiene tatuado el salmo 23 en Latín en su brazo (“el Señor es mi pastor, nada me falta…”). Lo que por muchos años sólo era arte ahora ha tomado un mayor significado no sólo para ella sino para sus clientes también. ‘Honestamente nuestro trabajo es único ya que nos ha dado la oportunidad de acercarnos y conocer personas, conocerlos de una manera significativa y especial.‘

“Para nosotros ese es el reto, llevar el nombre de Jesús hasta el último rincón del mapa, llevarlo a los lugares más oscuros. Eso es lo que hacemos en Faith Tattoo, cumplir con la misión.”

‘Conocemos a mucha gente que se ha quedado sin habla cuando se enteran que somos cristianos porque sabemos que los prejuicios que la gente tiene al respecto; que aquel artista que hace tatuajes es visto como alguien místico y oscuro. Sin embargo, todo lo que hemos logrado ha sido para Dios y con Él.’

Hablar de Dios a quien no va a la iglesia

‘La idea de que Dios nos está usando es increíble, no hay nada en este mundo que se pueda comparar con ver a alguien conocer a Dios por primera vez. Tenemos la oportunidad, de una u otra forma, de conocer gente que nunca iría a la iglesia, que nunca ha escuchado hablar sobre Dios y poder compartir nuestras con vidas con ellos.’

Antes de que dejara a Joel y Vane les pregunté cómo Jesús había cambiado sus vidas. Sin dudar respondieron: ‘Tenemos una paz y amor extraordinario. Estas dos cosas simplemente no existían antes. Cuando se llega a experimentar esta clase de amor, no hay manera que no lo puedas compartir y realmente se ha convertido en el centro de nuestras vidas.’ Vane me miró y mientas sonreía me dijo: ‘Dios nos ha devuelto nuestras vidas.’

Uno de los vídeos del Curso Alpha, con el testimonio de conversión de Nicky Gumble, su coordinador e impulsor

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Fuente: Religión en Libertad


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