depresión – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 10 Nov 2017 19:31:40 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Cómo curar la depresión, según santa Hildegarda https://www.reinadelcielo.org/como-curar-la-depresion-segun-santa-hildegarda/ Fri, 10 Nov 2017 19:30:45 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=10557

A la religiosa de clausura Hildegarda de Bigen le fue revelado hace 850 años las causas de las enfermedades y sus tratamientos. Hoy es santa y Doctora de la Iglesia.

Para muchas personas, el origen de esas enfermedades son un enigma que la ciencia médica no encuentra respuestas. Por eso Santa Hildegarda de Bigen propone la curación del ser humano en su totalidad citando cuatro ámbitos: el espiritual, el cósmico, el psíquico y el corporal. Santa Hildegarda consideraba que desde estas cuatro dimensiones fluyen las fuerzas curativas que ayudan al hombre a tener una buena salud.

La santa alemana señalaba que “en toda creación, en los animales, los reptiles, los pájaros y los peces, en las hierbas y en los árboles hay escondidas misteriosas virtudes (cualidades o propiedades) curativas y ningún hombre las puede conocer a no ser que le sean reveladas por Dios”.

El hombre no está condenado a la enfermedad

Hildegard Von Binden (Feat Img)Para Santa Hildegarda las enfermedades no son golpes ineluctables del destino que afligen al cuerpo, abalanzándose sobre él “como un rayo en medio de un cielo sereno”. Así, el hombre no está condenado a la enfermedad, si no que puede evitarla o, llegado el caso, la puede curar de una forma natural llevando un modo de vida coherente.

La “Voz Viva” me dice…

Santa Hildegarda no era ninguna sabia. No tenía estudios académicos ni estaba encerrada en la biblioteca del monasterio. Ella siempre manifestó que todo lo que dictaba desde el Cielo eran visiones que se las proporcionaba la “Voz Viva” que le indicaba que cada enfermedad tenía un remedio que ofrecía la naturaleza.

Santa Hildegarda señala los remedios para superar la depresión y recobrar el buen ánimo Santa Hildegrada señala los remedios para salir de la depresión y recobrar el buen ánimo.

La enfermedad es un toque de atención…

Para santa Hildegarda la enfermedad es una llamada a la conciencia para poder cambiar las debilidades en fuerza; y los enemigos en amigos. La santa alemana explica cómo diversas fuerzas actúan en el alma humana y qué consecuencias tienen. Y, en este sentido, las enfermedades evidencian una falta de armonía que se pueden corregir con una correcta alimentación; con los remedios que ofrece Hildegarda y, dando solución a los conflictos del alma humana por la presencia de 35 pares de fuerzas antagónicas que se oponen entre sí. Las que denomina fuerzas positivas o virtudes, son reflejo del mundo divino, y las fuerzas negativas son debilidades del alma. Esta visión del ser humano, con una interacción completa del alma y del cuerpo, está cada vez más explorada por el mundo científico.

En este sentido, está cada vez más demostrado como alimentar en nuestra vida actitudes negativas como la envidia, el egoísmo, la ira o la lujuria… favorece a ciertas fuerzas internas que arrastran al cuerpo humano por una mayor debilidad. Sin embargo, desarrollar una actitud de amor, compasión, confianza… favorece la cicatrización de heridas, baja la hipertensión y la taquicardia, ayuda a la digestión…

Algunos testimonios

Tomaba 21 pastillas al día, durante 20 años, de cinco fármacos distintos, y no logró salir de la depresión, hasta que…

Portada libro sobre santa Hildegarda de BigenEn el libro “Adiós tristeza. Cómo superar la depresión según Santa Hildegarda de Bigen”, el Doctor Strehlow, basándose en la medicina hildegardiana, da a conocer unos cuantos casos de personas desahuciadas por la medicina tradicional, que fueron a la clínica del Doctor Strewlow, buscando desesperadamente una curación a sus depresiones.

Uno de los casos más llamativos es el de una mujer de 84 años, que durante 28 años sufrió una depresión severa como consecuencia de los abusos sexuales que le infligió su padre adoptivo a la edad de 12/13 años.

La paciente fue tratada sin éxito, durante más de 20 años, con cinco fármacos psiquiátricos: ¡Tomaba 21 píldoras cada día! Eran estas: Sarotex (a base de amitriptilina); Stangyl (Trimipamina); Tegretal (Carbamazepina); Diazepam (benzodiacepina) y Melleril (Thioridazina).

El diagnóstico era el siguiente: Depresión endógena y estreñimiento crónico. Daños causados por laxantes e intoxicación por psicofármacos.

La descripción del historial de la paciente lo señala el Doctor Strehlow:
«En aquel momento solo pudo confiar en unas pocas personas, pero en ninguna parte encontró ayuda eficaz. Ese trauma también le produjo más tarde como secuela desinterés sexual en su vida de casada.

»En los años 70 en un espacio de 3-4 años fallecieron tres personas con las cuales tenía una buena amistad y eso le hizo sufrir profundamente.

»Esto le produjo una intoxicación por psicofármacos, la paciente se sentía anquilosada e impedida, a veces con mareos y en ocasiones con tendencia a caerse, sufrió múltiples caídas, ¡pero no tuvo ninguna fractura!

»Tampoco le suprimieron los psicofármacos durante una cura de tratamiento en un hospital Kneipp. Como consecuencia el intestino estaba continuamente como paralizado y continuó sufriendo de estreñimiento.

»Justo un mes más tarde, después de esa cura Kneipp siguió otro tratamiento en una clínica especializada en medicina interna. Allí se continuó con la medicación a base de laxantes y psicofármacos y tampoco experimentó ninguna mejoría.

»Cuatro semanas más tarde, otro ingreso en otra clínica. Tampoco esa vez se obtuvo el éxito esperado, porque se continuó con los psicofármacos. Debido al abuso crónico de laxantes se produjo una diarrea grave. La paciente salió del hospital después del tratamiento como antes, sin ninguna mejoría.

»Un mes más tarde, la paciente llegó finalmente a la clínica de Santa Hildegarda. Un análisis microbiológico del intestino reveló una severa infección por cándidas, con dos especies de cándidas y, en consecuencia una disbacteriosis. Se prescribió una sanación intestinal que fue realizada con éxito mediante el electuario de peras con hinojo de los Alpes, miel y, además, probióticos, así como un intensivo régimen alimenticio a base de espelta.

»El análisis de sangre Hildegardiano permitió diagnosticar una grave intoxicación del hígado causada por los psicofármacos, y el análisis de orina puso de manifiesto una debilidad en el sistema inmune. Por último, se produjo la mejoría esperada.

»Siguiendo la siguiente pauta terapéutica:
– Sanación intestinal según Santa Hildegarda,
– Eliminación de la «Melanche» mediante el ASH y la bebida de Aro,
– Cura de los nervios mediante la mezcla de polvo de raíz de iris y la infusión de hinojo y balsamita.
– Régimen alimenticio a base de espelta frutas, legumbres y verduras
– Psicoterapia hildegardiana

»Los psicofármacos fueron suprimidos de manera gradual a petición de la paciente.

»El estreñimiento desapareció bruscamente gracias a la dieta de Santa Hildegarda a base de espelta, frutas, legumbres y verduras. También mejoró el estado de ánimo y su bienestar. A partir de entonces la paciente, después de muchos años, pudo hacer una deposición diaria con regularidad»

_________________
Fuente: Religión en Libertad


]]>
El Camino es la meta https://www.reinadelcielo.org/el-camino-es-la-meta/ Fri, 03 Nov 2017 17:21:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=361 ]]> Más de un millón de jóvenes se pusieron en marcha hoy en Argentina, para peregrinar como todos los años por sesenta kilómetros hasta la Basílica de la Virgencita de Luján, Patrona del país. Virgen gaucha, amiga y compañera, que acompaña a estos chicos en medio de sonrisas, oración, diálogo de amor, verdadera unión. Un millón de jóvenes es una enorme proporción de los habitantes de Buenos Aires, una muestra muy clara de que la juventud mantiene ese fuego en el corazón que es capaz de moverla a tan gran esfuerzo.

Basílica de LujánEmociona el sólo pensar cuantas historias se derraman sobre el asfalto debajo de esos pies cansados que avanzan paso a paso rumbo a la casita de la Madre de Dios. Nada los detiene, miran al frente y sueñan con un futuro lindo y claro, hablan de vocaciones, de carreras, de novias y novios, de frustraciones y fracasos también. La compañía abraza y consuela, fortalece y da ánimos para seguir en el camino de la vida.

La caminata a Luján es como la vida, variada, pero siempre sorprendente. A veces con sol, o lluvia, con frío, o calor, con buena compañía, o solitaria, con ánimo de ruego angustiante, o de agradecimiento ante la gracia recibida. A veces es simplemente una expresión de amor a la Virgen, en otras es una respuesta temprana y apasionada a su llamado amoroso. Pero la caminata es siempre un esfuerzo que nos enseña sobre aquello que es verdaderamente importante en la vida.

Hace algunos años conocí a un hombre que mostraba con orgullo sus proezas como escalador de montañas, Carlos Carsolio. El tenía el record de haber escalado en más oportunidades que nadie las más altas montañas del mundo, casi todas ellas en el Tibet. Había visto perder miembros, por congelamiento, a muchos de sus compañeros, y también vio morir a varios otros, en caídas o por congelamiento y asfixia. Sin embargo, él seguía escalando, rompiendo record tras record, adquiriendo fama en el círculo de los escaladores de altas cimas.

Un día, el hombre entró en una profunda depresión, cayó en un vacío que lo hundióen la inmovilidad absoluta. Había alcanzado tantas cumbres, que ya no tenía metas por delante, todas habían sido superadas. ¿Qué hacer de la vida entonces? Nada lograba motivarlo a seguir el camino, estaba empantanado en una oscuridad existencial asfixiante. Buscó y removió su interior tratando de descubrir una grieta en la que hacerse firme y volver a escalar alturas existenciales donde vuelvan la luz y el aire. Cayó al fondo del vacío una y otra vez, hasta que finalmente vio el camino hacia lo alto.

La motivación que había tenido hasta entonces era la de hacer cima, la de tocar ese instante de fama y gloria, para descender al llano, a soñar con otra cumbre. Pero ahora había comprendido que lo que más había disfrutado no eran esos momentos de fugaz felicidad en la cumbre. Su verdadera felicidad, oculta y silenciosa en el interior de su alma, había estado en escalar, en caminar. Esos largos momentos de subir, de buscar el mejor sendero, de afirmarse en la roca saliente que le permita subir, habían sido su felicidad. Una alegría moderada, pero fuerte, silenciosa y sostenible.

Peregrinación a LujánCarlos comprendió que la verdadera felicidad y motivación estaban en escalar, en el camino, y no en la cima. Las cimas fueron metas circunstanciales, cambiantes, que permitieron y justificaron el lanzarse a andar. Pero fue en el camino que él conoció la verdadera amistad con sus compañeros, fundamentada en el amor de los que comparten el riesgo. Fue en el camino que aprendió a sobrevivir a toda inclemencia. Y fue en el camino también donde probó sus verdaderos límites, se conoció a si mismo en las circunstancias extremas, esas que tensan la cuerda de la vida hasta el límite de casi cortarse. De allí en adelante, él fue feliz escalando, caminando. Las cimas no fueron ya nunca más el centro de su vida, sino un regalo extra que a veces estaba, y a veces no.

Del mismo modo, los chicos peregrinan a Luján sabiendo que es la Virgencita la que los pone en movimiento, la que los invita a caminar como forma de crecer. El punto final del recorrido es un momento de extrema felicidad, por la satisfacción de haberlo logrado, por estar en la casa de María de Nazaret, por estar juntos en el festejo con Jesús Eucarístico. Atrás ha quedado el recuerdo del camino y sus enseñanzas, sentimientos que perdurarán por años y años, frutos de amor y unión.

Sepamos ver en el llamado de la Madre de Dios la invitación a caminar, para que el camino sea un encuentro con Jesús en nuestro corazón. Que el camino nos haga fuertes en la fe, en la esperanza, con los pies cansados, pero con el alma llena de la alegría que sólo proviene de sentirse amigos de Dios. Jesús estará andando a nuestro lado, sonriendo o llorando, abrazándonos o señalándonos la ruta allá adelante, mientras al oído nos dice suavemente: ?Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.? (Juan, cap. 14, vers. 6)


]]>