cuerpo incorrupto – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Sat, 25 May 2024 12:15:49 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Vida de San Felipe Neri https://www.reinadelcielo.org/vida-de-san-felipe-neri/ Sat, 25 May 2024 07:33:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=6999

San Felipe Neri, presbítero, que, consagrándose a la labor de salvar a los jóvenes del maligno, fundó el Oratorio en Roma, en el cual se practicaban constantemente las lecturas espirituales, el canto y las obras de caridad, y resplandeció por el amor al prójimo, la sencillez evangélica y su espíritu de alegría, el sumo celo y el servicio ferviente de Dios (1595).

¿Quién es San Felipe Neri?

San Felipe Neri 2

Felipe Neri nació en el año 1515 en Florencia, Italia, aunque dedicó la mayor parte de su vida a predicar y servir en las calles de Roma, por lo que es llamado “Apóstol de Roma”. Después de abandonar la herencia de su tío y sus estudios de filosofía y teología, comenzó su apostolado. En un contexto difícil, cuando las costumbres de la época no eran las mejores y los sacerdotes abandonaban las iglesias, logró transformar la ciudad. Comenzó con la activa visita a enfermos, después pasó a frecuentar también las tiendas, almacenes, bancos y lugares públicos, exhortando a las personas a servir a Dios. Definitivamente Felipe recibió de Dios el don de la alegría y la amabilidad. Como era tan simpático en su modo de tratar a la gente, se hacía fácilmente amigo de obreros, empleados, vendedores y niños de la calle.

Una de sus preguntas más frecuentes era: «¿Y cuándo vamos a empezar a volvernos mejores?». Si le demostraban buena voluntad, solía explicar los modos más sencillos para llegar a ser más piadosos y comenzar así a hacer la Voluntad de Dios.

También tuvo por amigos a varios Cardenales y príncipes que lo estimaban por su gran sentido del humor y humildad.

El joven “Pippo buono”

Felipe, hijo de Francesco Neri y de Lucrezia Soldi, era el menor de cuatro hermanos. Su padre era un notario florentino cercano a los padres dominicos y su madre era hija de un noble de Florencia. Desde pequeño él era obediente a sus padres y todos se sorprendían por su alegría, pero su madre murió cuando él tenía cinco años y desde entonces su cuidado estuvo a cargo de una segunda madre llamada Alejandra.

A medida que iba creciendo también lo hacía su amor por Dios, y así solía ir a las iglesias a Misa y a rezar, en especial a la de San Marcos de Florencia donde estaba el convento de los padres dominicos. Su amabilidad y su espontánea sonrisa se esparcieron por Florencia donde lo llamaban “Pippo buono” (Felipito el bueno).

Sin embargo, él iba a dejar su lugar y a sus 18 años su padre lo envió a San Germano, al norte de Italia. Allí se estableció como aprendiz de Romolo, un mercante primo de su padre, pero a los dos años, y a pesar de que el tío tenía intención de dejarle todas sus grandes riquezas en herencia, Felipe dejaría todo para evitar las tentaciones del mundo.

Así, su estancia en San Germano no fue muy prolongada, ya que al poco tiempo tuvo Felipe la experiencia mística que él llamaría más tarde, su «conversión». Desde ese momento dejaron de interesarle los negocios. Partió a Roma, sin dinero y sin ningún proyecto, confiado únicamente en la Providencia. En la Ciudad Eterna se hospedó en la casa de un aduanero florentino quien le cedió una buhardilla y le dio lo necesario para comer a cambio de que educase a sus hijos, los cuales -según el testimonio de su propia madre y de una tía- se portaban como ángeles bajo la dirección del santo. Felipe no necesitaba gran cosa ya que sólo se alimentaba una vez al día y su dieta se reducía a pan, aceitunas y agua. En su habitación no había más que la cama, una silla, unos cuantos libros y una cuerda para colgar la ropa.

La venida del Espíritu Santo

Llegado a Roma, Felipe lleva una vida austera y rigurosa, y empieza a estudiar filosofía y teología. Terminados los estudios se dedicó de lleno a la ciencia del Crucifijo, haciendo vida retirada y solitaria, yendo a menudo y también de noche a visitar las siete iglesias donde sigue con sus oraciones.

Felipe consagraba el día entero al apostolado, pero al atardecer se retiraba a la soledad para entrar en profunda oración y, con frecuencia, pasaba la noche en el pórtico de alguna iglesia o en las catacumbas de San Sebastián, junto a la Vía Appia.

Un día, a la edad de 29 años, mientras oraba en las catacumbas de San Sebastián recibe el Espíritu Santo que -en forma de bola de fuego- entró por su boca hasta instalarse en su corazón. Este don especial le produjo la maravillosa palpitación del corazón y la quebradura milagrosa de dos costillas, cosas que lo van a acompañar de por vida sin dolores ni molestias de ninguna clase.

Se hallaba ahí, precisamente, en la víspera del Pentecostés de 1544 pidiendo los dones del Espíritu Santo, cuando vio venir del cielo un globo de fuego que penetró en su boca y se dilató en su pecho. El santo se sintió poseído por un Amor de Dios tan enorme que parecía ahogarle. Cayó al suelo como derribado y exclamó con de dolor: “¡Basta, Señor, basta! ¡No puedo soportarlo más!» Cuando recuperó plenamente la conciencia descubrió que su pecho estaba hinchado, teniendo un bulto del tamaño de un puño que jamás le causó dolor alguno. A partir de entonces San Felipe experimentaba tales accesos del Amor de Dios que todo su cuerpo se estremecía. A menudo tenía que descubrirse el pecho para aliviar un poco el ardor que lo consumía, mientras rogaba a Dios que mitigase sus consuelos para no morir de gozo. Tan fuertes era las palpitaciones de su corazón que otros podían oírlas y sentir los latidos, especialmente años más tarde cuando como sacerdote celebraba La Santa Misa, confesaba o predicaba. Había también un resplandor celestial que desde su corazón emanaba calor. Tras su muerte, la autopsia del cadáver del santo reveló que tenía dos costillas rotas y que éstas se habían arqueado para dejar más sitio al corazón.

Fue a partir de ese momento que se sintió llamado por Dios a dar su propia vida por el bien de las almas, ejerciendo su apostolado en todas partes, calles, comercios o escuelas, hablando con cada persona y acercándo a todos a Cristo.

Camino al sacerdocio

En el año 1548 funda la “Cofraternidad de la Santísima Trinidad de los Peregrinos y Convalecientes”. Sin embargo, su misión era la conversión de las almas mientras en su camino su confesor le aconsejaba el sacerdocio. A los 36 años se consagra Sacerdote y va a vivir a San Jerónimo de la Caridad cerca del Palacio Farnese, en el corazón de Roma. Allí y desde el confesionario conduce a muchas personas a que se acerquen más frecuentemente a los sacramentos.

San Felipe, habiendo recibido tanto, se entregaba plenamente a las obras corporales de misericordia. En 1548, con la ayuda del Padre Persiano Rossa que era entonces su confesor y que vivía en San Girolamo della Carita, y junto unos quince laicos, San Felipe fundó la Cofradía de la Santísima Trinidad. Conocida como la cofradía de los pobres, se reunía para los ejercicios espirituales en la iglesia de San Salvatore in Campo. Dicha cofradía, que se encargaba de socorrer a los peregrinos necesitados, ayudó a San Felipe a difundir la devoción de las cuarenta horas (adoración Eucarística), durante las cuales solía dar breves reflexiones llenas de amor que conmovían a todos. Dios bendijo el trabajo de la cofradía y así pronto fundó el célebre hospital de Santa Trinita dei Pellegrini. En el año jubilar de 1575 los miembros de la cofradía atendieron allí a 145,000 peregrinos y se encargaron, más tarde, de cuidar a los pobres durante la convalecencia. Así pues, a los treinta y cuatro años, San Felipe había hecho ya grandes cosas.

Su sacerdocio

San Felipe Neri 3

Su confesor estaba persuadido de que Felipe haría cosas todavía mayores si recibía la ordenación sacerdotal, y aunque el santo se resistía a ello por humildad, acabó por seguir el consejo de su confesor. El 23 de mayo de 1551 recibió las órdenes sagradas cuando tenía 36 años. Fue a vivir con el Padre Rossa y otros sacerdotes a San Girolamo della Carita. A partir de ese momento ejerció el apostolado sobre todo en el confesionario, en el que se sentaba desde la madrugada hasta mediodía, y algunas veces hasta las horas de la tarde, para atender a una multitud de penitentes de toda edad y condición social. El santo tenía el poder de leer el pensamiento de sus penitentes y logró así numerosas conversiones. Con paciencia analizaba cada pecado y con gran sabiduría prescribía el remedio. Con gentileza y gran compasión guiaba a los penitentes en el camino de la santidad. Enseñó a sus penitentes el valor de la mortificación para que las prácticas ayudasen a crecer en humildad. Algunos recibían de penitencia mendigar por alimentos u otras prácticas de humillación. Uno de los beneficios de la guerra contra el ego es que abre la puerta a la oración, y por eso él decía: «Un hombre sin oración es un animal sin razón».  Enseñaba la importancia de llenar la mente con pensamientos santos y pensaba que para lograrlo se debía hacer lectura espiritual, especialmente de los santos.  Celebraba con gran devoción la Misa diaria, cosa que muchos sacerdotes habían abandonado. Con frecuencia experimentaba el éxtasis durante la Misa y se le observó levitando en algunas ocasiones. Para no llamar la atención trataba de celebrar la última Misa del día, en la que había menos personas.

La Santa obediencia

El ejemplo de la vida y muerte heroicas de San Francisco Javier movió a San Felipe a ofrecerse como voluntario para las misiones. Así quiso ir a la India con veinte compañeros del oratorio que compartían la idea. En 1557 consultó con el Padre Agustín Ghettini, un santo monje cisterciense. Después de varios días de oración, el patrón especial del Padre Ghettini, San Juan Evangelista, se le apareció y le informó que la India de Felipe sería Roma. El santo se atuvo a su consejo poniendo en Roma toda su atención.

Una de sus preocupaciones eran los carnavales en que, con el pretexto de «prepararse» para la cuaresma, la gente se daba al libertinaje. San Felipe propuso la santa diversión de visitar siete iglesias de la ciudad, una peregrinación de unas doce millas, orando, cantando y con un almuerzo al aire libre.

San Felipe tuvo muchos éxitos, pero también gran oposición. Uno de estos fue el cardenal Rosaro, vicario del Papa Pablo IV. El santo fue llamado ante el cardenal acusado de formar una secta. Se le prohibió confesar y tener reuniones o peregrinaciones. Su pronta y completa obediencia edificó a sus simpatizantes. El santo comprendía que era Dios quien le probaba y que la solución era la oración.

El cardenal Rosaro murió repentinamente. El santo no guardó ningún resentimiento hacia el cardenal ni permitía la menor crítica contra este.

Últimos años

Durante sus últimos años fueron muchos los cardenales que lo tenían como consejero.  Sufrió varias enfermedades y dos años antes de morir logró renunciar a su cargo de superior, siendo sustituido por Baronio.

Obtuvo permiso de celebrar diariamente la Misa en el pequeño oratorio que estaba junto a su cuarto. Como frecuentemente era arrebatado en éxtasis durante la Misa, los asistentes acabaron por tomar la costumbre de retirarse al «Agnus Dei». El acólito hacía lo mismo. Después de apagar los cirios, encender una lamparilla y colgar de la puerta un letrero para anunciar que San Felipe estaba celebrando todavía; dos horas después volvía el acólito, encendía de nuevo los cirios y la Misa continuaba.

El día de Corpus Christi, un 25 de mayo de 1595, el santo estaba desbordante de alegría, de tal forma que su médico le dijo que nunca le había visto tan bien durante los últimos diez años. Pero San Felipe sabía perfectamente que había llegado su última hora. Confesó durante todo el día y recibió, como de costumbre, a los visitantes. Pero antes de retirarse, dijo: «A fin de cuentas, hay que morir«. Hacia medianoche sufrió un ataque tan agudo que se convocó de inmediato a la comunidad. Baronio, después de leer las oraciones de los agonizantes, le pidió que se despidiese de sus hijos y los bendijese. El santo, que ya no podía hablar, levantó la mano para dar la bendición y murió un instante después. Tenía entonces ochenta años y dejaba tras de sí una obra imperecedera.

San Felipe fue canonizado en 1622

El cuerpo incorrupto de San Felipe está en la iglesia de Santa María en Vallicella, bajo un hermoso mosaico de su visión de la Virgen María de 1594.


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El cuerpo incorrupto de Santa Bernardita https://www.reinadelcielo.org/el-cuerpo-incorrupto-de-santa-bernardita/ Fri, 16 Apr 2021 22:18:20 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=25576

El cuerpo perfectamente conservado de Santa Bernardita Soubirous es uno de los casos médicos estudiados más inusuales. He aquí extractos de los informes de las tres exhumaciones del cuerpo de la Santa

Desde el 3 de agosto de 1925, el cuerpo intacto de la Santa se encuentra expuesto en un relicario de cristal en la capilla del monasterio de Saint-Gilard en la ciudad francesa de Nevers. La ciudad está ubicada en Borgoña, a 260 km de París.

Este es el contenido de la inscripción en la capilla al lado del cuerpo de la Santa: “El cuerpo de Santa Bernardita ha estado descansando en esta capilla desde el 3 de agosto de 1925.”

Está intacto y “como si estuviese petrificado”, como dijeron los médicos forenses, así como las autoridades seculares y eclesiásticas con motivo de las exhumaciones de 1909, 1919 y 1925. La cara y las manos que se oscurecieron por la exposición al aire, estaban cubiertas por una fina capa de cera. El cuerpo estaba inclinado hacia el lado izquierdo, la posición en que se asentó en la tumba.

Veamos qué dijeron los médicos responsables de examinar el cuerpo de la Santa durante las exhumaciones mencionadas.

Primera exhumación

El día 22 de septiembre de 1909, treinta años después del funeral, el cadáver de Santa Bernardita fue exhumado por primera vez y apareció un cuerpo intacto, sin signos de descomposición. Los doctores Ch. David y A. Jourdan, quienes realizaron la primera exhumación, escribieron en su informe:

El ataúd se abrió en presencia del obispo y prefecto de Nevers, sus representantes y muchos otros clérigos. No notamos ningún olor.El cuerpo estaba vestido con el hábito del convento al que pertenecía Bernardita. El hábito estaba húmedo. Solo la cara, las manos y los antebrazos quedaban expuestos.La cabeza estaba doblada hacia la izquierda. La cara estaba marchita y blanca. La piel estaba unida a los músculos y los músculos estaban unidos a los huesos.Los párpados cubrían las cuencas de los ojos. La nariz estaba estirada y arrugada. Los labios estaban ligeramente separados, así que se podía ver los dientes que quedaban en su posición natural.Los brazos, cruzados sobre su pecho, estaban perfectamente conservados, al igual que las uñas. Las manos sostenían un rosario. Se podían ver las venas en el antebrazo.Los pies estaban arrugados y las uñas intactas. Cuando se eliminó el hábito y se levantó el velo de la cabeza, se pudo observar un cuerpo firme y la piel estirada. Su cabello fue cortado muy corto y estaba firmemente adherido a la cabeza. Las orejas estaban perfectamente conservadas […]El estómago estaba apretado, al igual que el resto del cuerpo. Al tocarlo, emitió un sonido parecido al del cartón. La rodilla derecha era más ancha que la izquierda. Las costillas y los músculos eran visibles debajo de la piel. El cuerpo estaba tan rígido que se podía girar de un lado a otro.Certificamos que hemos redactado correctamente este informe, que en toda su extensión es cierto. Nevers, 22 de septiembre de 1909, doctores: Ch. David, A. Jourdan.

Segunda exhumación

En 1919, diez años después de la primera exhumación, la segunda exhumación del cuerpo de Santa Bernardita, dirigida esta vez por el Dr. Talon y el Dr. Comte, en presencia del obispo de la ciudad de Nevers y el delegado de la policía, así como representantes de la prefectura y de la Iglesia.

La situación fue idéntica a la de la primera exhumación. Aquí hay algunos extractos del informe final del Dr. Comte sobre la segunda inspección:

Después del examen, encuentro que el cuerpo de la Venerable Bernardita permanece intacto, esqueleto completo, músculos debilitados, pero bien conservados; solo la piel estaba arrugada debido a la humedad del ataúd. […]El cuerpo no mostró signos de putrefacción ni de descomposición, lo que naturalmente se esperaría cuarenta años después del funeral.Nevers, 3 de abril de 1919, Dr. Comte.

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El 18 de noviembre de 1923, el papa Pío XI firmó un decreto que reconoce las virtudes heroicas de Bernardita. Después de la beatificación de la Santa, tuvo lugar la tercera exhumación, que tuvo lugar el 12 de junio de 1925. Su objetivo era obtener una “reliquia” del cuerpo de la mujer. La canonización tuvo lugar ocho años después, en 1933.

Los detalles de la última exhumación fueron incluidos en el informe del Dr. Comte, cuyas fórmulas legales a veces confunden a los laicos que no están acostumbrados a un lenguaje tan especializado. Este documento, sin embargo, nos permite evaluar con precisión hasta qué punto el cuerpo de la visionaria de Lourdes ha permanecido libre de descomposición.

Quería abrir la caja torácica por el lado izquierdo para extraer algunas costillas y luego el corazón, porque estaba convencido de que estaría intacto. Sin embargo, debido a que el torso se apoyaba ligeramente en el brazo izquierdo, tendría dificultades para acceder al corazón.Dado que la madre superior expresó el deseo de no sacar el corazón de Santa Bernardita, que también era el deseo del obispo, cambié mis intenciones y, en lugar de abrir el lado izquierdo de la caja torácica, saqué solo dos costillas del lado derecho, a las que tenía acceso más fácil.Durante esta exhumación, me impresionó la excelente condición en la que se conservara el esqueleto, los tejidos fibrosos, los músculos flexibles y fuertes, los tendones y la piel, cuarenta y seis años después de la muerte.Después de tanto tiempo, cada cuerpo muerto se descompone, se pudre y se calcifica. Sin embargo, cuando estaba cortando el cuerpo, me di cuenta de que tenía una consistencia casi normal y suave.En este punto, les dije a todos los presentes que no veía este fenómeno como natural.

Relicario de cristal

En ese momento, se fabricó un relicario de cristal en el que descansa el cuerpo de Santa Bernardita. Las monjas cubrieron la cara y las manos de la Santa con una fina capa de cera. Actualmente, el relicario se encuentra en una hermosa capilla fuera del recinto para que pueda ponerse a disposición de los visitantes.

El cuerpo maravillosamente conservado de Santa Bernardita alienta a los visitantes a imitar su vida y a tomar en serio el mensaje de la Inmaculada Concepción transmitido por la visionaria.

Película: El cuerpo perfectamente conservado de Santa Bernardita

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Fuente: Aleteia


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Video del cuerpo exhumado del Padre Pio https://www.reinadelcielo.org/video-del-cuerpo-exhumado-del-padre-pio/ Fri, 10 Oct 2014 00:00:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=40 El simple recuerdo del Padre Pio nos emociona, y en este video no sólo vemos el cuerpo recientemente exhumado (que pareciera estar simplemente dormido) sino también algunos fragmentos de Misas por él celebradas. Gocemos de esta maravilla.

A continuación puede ver el video

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Los Santos cuerpos incorruptos [Video] https://www.reinadelcielo.org/los-santos-cuerpos-incorruptos/ Mon, 11 Oct 2004 00:00:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=140 Dios tiene muchas formas de manifestar su Omnipotencia, de forma sensible, frente a todos nosotros. Una de las más admirables es la que se refiere a los Santos Cuerpos Incorruptos.

Recientemente se procedió en el Vaticano a la apertura de la tumba del Papa Juan XXIII, cuya obra más significativa fue la realización del Concilio Vaticano II. Para sorpresa de quienes realizaron la ceremonia, y pese a las décadas que transcurrieron desde su muerte, su cuerpo se encontraba totalmente incorrupto. Sus restos, de tal modo, están ahora expuestos en la Basílica de San Pedro en una urna de cristal, para admiración de quienes lo visitan.

Pero no es la primera vez que esto ocurre, ya que son muchos los casos de Santos que pese a las décadas o siglos de su muerte, tienen sus cuerpos en estado de incorruptibilidad. El caso de Santa Bernardita de Soubirous, la vidente de la aparición de Lourdes, es uno de los más admirables y conocidos. Su rostro muestra aún hoy una paz y alegría que reflejan la felicidad que ella sintió en el momento en que alcanzó las puertas de la Patria Celestial.

También el cuerpo del Santo Cura de Ars, Juan María Bautista Vianney, está incorrupto. El vivió una vida de proezas místicas, de lucha contra el demonio, de incansable trabajo en el confesionario, de hechos místicos resaltables como la bilocación de su cuerpo y de perfume de santidad, entre muchos otros.

Jacinta Marto, la niña que junto a su hermano Francisco y su prima Lucía Dos Santos recibieron la visita de la Mujer vestida del sol en Fátima, mostró su rostro de niña angelical totalmente incorrupto cuando varios años después de su muerte se mudaron sus restos en Portugal.

El corazón de San Vicente de Paul, fundador de la orden de los Vicentinos, se encuentra también incorrupto, así como varias partes del cuerpo de San Francisco Javier, el sacerdote que evangelizó varios países de Asia hace algunos siglos.

Y así se puede nombrar a Santa Clara de Asís, Santa Imelda, Santa Margarita, Santa Rita de Cascia, San Juan Bosco, Santa Catalina de Labouré, el argentino Fray Mamerto Esquiú, San Peregrino Laziosi y tantos otros Santos que dan testimonio de la Presencia viva de Jesús obrando hoy entre nosotros.

Mucha gente vive con la convicción de que los milagros obrados por Dios son cosa del pasado, o que las manifestaciones celestiales culminaron con la Ascensión de Jesús o a lo sumo durante los primeros siglos de la Iglesia. Sin embargo Dios nos sigue mostrando que Su mano sigue obrando a nuestro alrededor para llamar nuestra atención hacia la necesidad de reconocer la existencia del mundo sobrenatural entre nosotros.

Pero, ¿cuál es el sentido y el mensaje del Cielo al mantener los cuerpos de estas almas en un estado que desafía las leyes naturales?. Sin dudas que el principal significado es el de indicarnos a las claras Su predilección por aquellos que se santificaron, que vivieron una existencia de búsqueda de la entrega total a la Voluntad de Dios. Jesús nos marca con Su Presencia Mística a aquellos que debemos mirar como ejemplos del camino a seguir.

Mientras tanto el mundo nos llama con sus inconsistentes mensajes orientados al materialismo, a la negación de la Presencia de Dios en cada pequeña cosa que vivimos, a la vida vacía de contenido espiritual. Dios, con sus mensajes de Presencia y desafiando las leyes de Su Creación, nos enseña que El todo lo puede, sobremanera cuando se está en la presencia de almas santificadas.

Levantemos nuestros ojos a lo alto, veamos la magnífica manifestación de Dios actuando frente a todos nosotros en el testimonio de los milagros más sorprendentes. No dejemos que las cosas del mundo obstaculicen nuestra visión y nuestro entendimiento. Si Dios nos llama de tan diversas maneras, ¿qué sentido tiene seguir viviendo apegados al frenesí de luchar por cosas que no tienen sentido alguno para la trascendente misión de nuestra propia salvación?

Para acceder a un documento completo sobre los cuerpos incorruptos HAGA CLICK AQUI

Santos Incorruptos – Video completo

Historias de cuerpos de santos incorruptos

Relatamos algunas historias referidas a Santos cuyos cuerpos presentan signos de incorruptibilidad. Algunas veces es el cuerpo completo que perdura durante muchos años, en otros casos son algunos órganos que se mantienen incorruptos. Dios realiza Su Voluntad de las maneras más diversas. No tiene sentido tratar de entender desde la lógica humana el porqué de las manifestaciones celestiales entre nosotros. Sólo se puede concluir que el Señor busca llamar a nuestra dormida fe mediante distintos prodigios, de tal modo de prender fuego a nuestros corazones impregnados de ceguera, iluminando nuestro camino de allí en adelante.

Santa Rita de Cascia

Santa Rita Cascia incorrupta

Nacida en 1381, Santa Rita tuvo problemas familiares desde que se casó a la edad de 15 años. Su marido le pegaba brutalmente, la pateaba y la insultaba por su disgusto al perder dinero en el juego. Tuvo dos hijos que, pese a la influencia de Rita, se tornaron malvados a partir de las enseñanzas de su padre. Su marido murió de manera violenta, pero por concesión Divina a las oraciones de Rita, se arrepintió antes de morir. También sus hijos murieron a una edad temprana, arrepintiéndose antes de fallecer. Luego de muchas dificultades y de forma milagrosa, Rita logra ingresar al convento de las Hermanas Agustinas, donde a la edad de sesenta años recibe en su frente el Estigma de la Compunción. Una espina de la Corona del Señor había atravesado su propia carne. En sus últimos dieciséis años de vida Rita llevó este signo externo y doloroso de estigmatización y unión con Cristo, muriendo el 22 de mayo de 1457.

Cuando Rita fue beatificada, en 1627, su cuerpo fue encontrado en el mismo estado en que estaba al momento de su muerte, ocurrida más de ciento cincuenta años atrás. Su cuerpo había cambiado de posición a lo largo de los años. En la actualidad, los visitantes suelen sentir un dulce aroma que proviene de su cuerpo. Partes del rostro de Rita han sido recubiertos de cera.

Juan XXIII: prodigio de nuestros tiempos

Juan XXIII incorrupto

Un hecho reciente sacude nuestros corazones: los milagros están a nuestro alrededor, solo hay que saber verlos. Noticias periodísticas del 27 de marzo de 2001 informaron que un cardenal presente durante la apertura del ataúd del Papa Juan XXIII manifestó que sus restos estaban como si hubiera muerto ayer, después de 38 años de su fallecimiento. “Ninguna parte de su cuerpo estaba descompuesta”, declaró el Cardenal Virgilio Noe, Párroco Mayor de la Basílica de San Pedro. El fue el supervisor de la apertura del ataúd, como parte del proceso de traslado del Papa Bueno a un lugar más accesible por los peregrinos que visitan el Vaticano. “Es como si hubiera muerto ayer”, manifestó el purpurado. Su rostro luce tranquilo, la serenidad que tuvo en vida aún se muestra presente en su expresión. Es importante resaltar que el hecho de que su cuerpo se presente incorrupto pese a las décadas transcurridas, sin haber mediado tratamiento o embalsamamiento alguno, constituye un indicio importante de Santidad. La iglesia sabe muy bien que muchos cuerpos de santos han presentado signos de incorruptibilidad, por lo que otorga un gran valor a este hecho en todo proceso de canonización.

Ante este prodigio de Dios se ha decidido exponer el cuerpo incorrupto del Papa Juan XXIII en el Vaticano, para que la Potencia de Dios quede a la luz de los hombres. Las almas deben despertarse ante esta manifestación, tan como ocurría en Galilea dos mil años atrás, ante los milagros obrados por el propio Cristo. Jesús sigue actuando entre nosotros, ya que la obra de Evangelización no ha terminado, sino que está ingresando en épocas de mayor necesidad, ante la corrupción que ha invadido al mundo.

Juan XXII reinó desde 1958 a 1963 y fue conocido como el Papa Bueno debido a su naturaleza jovial y bondadosa. Marcó un cambio importante en la historia de la Iglesia al realizarce durante su papado el Concilio Vaticano II, el cual trajo una era de renovación que él mismo anunció: “hay que abrir las ventanas de la iglesia para que entre el soplo del Espíritu Santo”. También tuvo participación en la resolución pacífica de la crisis desatada entre la ex URSS y los EUA en 1962, conocida como la crisis de los misiles de Cuba. El mundo estuvo a un palmo de caer en la tercera guerra mundial en ese momento, quizás con mas de mil millones de muertos, como el Propio John Kennedy anunció. Dios nos concedió la gracia de evitar que caigamos en esta gigantesca tragedia, utilizando como instrumento al representante de Su Hijo en la tierra, el Papa Bueno. ¡Nada es casual!.

A partir del 3 de junio de 2001 el cuerpo incorrupto del Papa Bueno se expone en una urna de cristal en el Vaticano, como testimonio vivo de Dios actuando entre nosotros. Multitudes se presentan a admirar al Papa amado, sonriente como si hubiera muerto ayer. Las almas se conmueven ante el milagro inocultable, ante la Presencia de Dios manifiesta en la carne de quien supo conducir a la iglesia, milagrosamente conservada de la corrupción que el tiempo inevitablemente produce.

¡Jesús está vivo!. ¿Qué otra prueba necesitamos?

Santa Bernardita de Soubirous/Lourdes

Santa Bernardita incorrupta

Bernardita nació en Lourdes, Francia, en 1844. El 11 de febrero de 1858 ella fue enviada por sus padres, con su hermana menor y una amiga, a buscar leña. En una gruta llamada Massabielle, ella vio entonces a La Inmaculada Concepción, la Virgen María. La Madre de Dios sonrió a Bernardita y le hizo la señal de la Cruz con un Rosario de marfil y oro, haciéndola caer de rodillas. María, vestida de azul y blanco, se le apareció y le habló en diecisiete oportunidades más.

Siendo aún muy joven Bernardita se ordenó como religiosa en la orden de las Hermanas de la Caridad de Nevers, viviendo una vida de humildad y oración por largos años. Transcurrió mucho tiempo enferma en la enfermería del convento, de tal modo que una cohermana un día la acusó de ser una haragana. Bernardita simplemente le respondió que su trabajo era el de estar enferma. Sin dudas su dolor y sufrimiento eran recibidos por Dios como reparación de los pecados de muchas otras almas. María le había prometido durante las apariciones que su felicidad no iba a darse en este mundo, sino en el próximo. Así, ella entró en el Reino de Dios el 16 de abril de 1879.

Su cuerpo, aún incorrupto en la actualidad, está expuesto en una urna de cristal en el convento de San Gildard, en Nevers, Francia. Miremos el rostro resplandeciente, pleno de felicidad, de Santa Bernardita. Ella nos muestra con qué alegría se llega al final de la vida, cuanto se tiene la seguridad plena de estar entrando en la Patria Celestial.

Santa Catalina de Labouré/La Medalla Milagrosa

Santa Catalina de Labouré incorrupta

Nacida en Burgundy, Francia, el 2 de mayo de 1806. Hija de una humilde y numerosa familia rural, la pronta muerte de su madre la dejó en las manos de la Madre Celestial, a la que se entregó desde temprana edad. Un sacerdote que ella desconoce se le aparece en un sueño y le pide que se consagre a la vida religiosa, mas esto no cuenta con el apoyo de su padre. Finalmente descubre en una estampa al sacerdote de su sueño: es San Vicente de Paul, con lo que confirma su vocacion de alma consagrada. Luego de vencer la resistencia paterna ingresa como religiosa en el convento de la Rue de Bac, en París, donde el 18 de julio de 1830 se le aparece por primera vez la Madre Celestial. Entre otros mensajes, María le entrega la imagen de una medalla que Ella desea se difunda por el mundo entero. En base a los múltiples milagros ocurridos, la medalla y la imagen de María como se apareció en la Rue de Bac a Santa Catalina, se difunden alrededor del mundo bajo la advocación de la Medalla Milagrosa. Miles de millones de medallas inundan el mundo, enamorando a los fieles de todas las naciones.

Catalina fallece el 31 de diciembre de 1876 en estado de santidad, siendo canonizada el 27 de julio de 1947.

El cuerpo incorrupto de Catalina es admirado por miles de extasiados peregrinos aún hoy en el convento de la Rue de Bac, en Paris. Allí es posible ver en una urna de cristal el rostro fresco de Santa Catalina de Labouré, como si hubiera muerto ayer. Un milagro de Dios a la vista de todos los hombres que necesitan ver para creer.

San Juan María Bautista Vianney

El Santo Cura de Ars

San Juan Maria Vianney incorrupto

El Santo Cura de Ars, como se lo conoce, nació en 1786 y fue ordenado sacerdote en 1815. Tres años después fue nombrado párroco de un pequeño pueblo llamado Ars, desde donde su reputación como confesor y director espiritual se extendió por el mundo entero. Llevó una vida de profunda mortificación y entrega a la Voluntad de Dios. La más severa austeridad, incluso frente a repetidos ataques directos del demonio, no lograron vencer su gran paciencia y paz espiritual. Las multitudes lo amaron como la imagen viva del sacerdote que busca en forma permanente el corazón de Jesús. Atendía el confesionario por dieciséis horas al día, estimándose que confesaba a veinte mil personas al año. Imposible no establecer un paralelo entre el Santo Cura de Ars y San Padre Pío de Pietrelcina.

Murió el 4 de agosto de 1859, y fue canonizado el 31 de mayo de 1925. Su cuerpo permanece incorrupto aún en la actualidad, y puede ser visto en una urna de cristal en un altar de mármol en Ars, Francia.

San Juan Bosco

San Juan Bosco incorrupto

También conocido como Don Bosco, nació en 1815 en Piamonte, Italia. Su padre murió cuando él tenía dos años, lo que lo obligó a trabajar desde niño para ayudar a sostener a su familia. Solía asistír a circos y festivales para aprender trucos y actos, para luego repetirlos entre sus amiguitos. Al final del show, repetía de memoria el sermón que había escuchado en la Santa Misa esa misma mañana. Trabajó de carpintero, zapatero, panadero o sastre, mientras estudiaba en el colegio o en el seminario. Se ordenó sacerdote en 1841, teniendo siempre una enorme vocación para enseñar a niños y jóvenes. Fundó la orden de los hermanos salesianos en 1859, la que se expandió por muchos países rápidamente bajo la protección de María Auxiliadora de los Cristianos. La educación de los jóvenes en la fe cristiana fue su obra central. Esta frase representa su sentir como educador:

Aléjense de las malas compañías como quien se aleja de una víbora venenosa. Si ustedes mantienen las buenas compañías, les aseguro que un día gozarán con la Madre Santísima en el Cielo. Pero si ustedes permanecen en compañía de los malvados, les aseguro que se volverán malos ustedes mismos, y correrán el riesgo de perder sus almas.

Pero San Juan Bosco tuvo una vida mística muy activa en revelaciones y apariciones. Las profecías fueron parte importante de su vida como siervo de Dios. Como ejemplo reproducimos un sueño profético que don Bosco tuvo, y que se refiere a épocas muy difíciles que la iglesia iba a sufrir en el futuro.

Sueño de los dos pilares de nuestra fe

Los tres grandes amores de don Bosco fueron Jesús Sacramentado, María Auxiliadora y el Sumo Pontífice, quienes fueron los protagonistas de uno de sus más famosos sueños proféticos:

Don Bosco vio que una gran barca (la Iglesia) navegaba en un mar tempestuoso piloteada por el Romano Pontífice, y a su alrededor había muchísimas navecillas pequeñas (los cristianos). De pronto aparecieron un sinnúmero de naves enemigas armadas de cañones (el ateísmo, la corrupción, la incredulidad, el secularismo, etc.) y empezó una tremenda batalla.

A los cañones enemigos se unen las olas violentas y el viento tempestuoso. Las naves enemigas cercan y rodean completamente a la Nave Grande de la Iglesia y a todas las navecillas pequeñas de los cristianos. Y cuando ya el ataque es tan pavoroso que todo parece perdido, emergen desde el fondo del mar dos inmensas y poderosas columnas (o pilares). Sobre la primera columna está la Sagrada Eucaristía, y sobre la otra la imagen de la Virgen Santísima.

La nave del Papa y las navecillas de los cristianos se acercan a los dos pilares y asegurándose de ellos ya no tienen peligro de hundirse. Luego, desde las dos columnas sale un viento fortísimo que aleja o hunde a las naves enemigas, y en cambio a las naves amigas les arregla todos sus daños.

Todo el ejército enemigo se retira derrotado, y los cristianos con el Santo Padre a la cabeza entonan un Himno de Acción de Gracias a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora. El sueño es detallado e incluye a varios papas.

«La Iglesia deberá pasar tiempos críticos y sufrir graves daños, pero al fin el Cielo mismo intervendrá para salvarla. Después vendrá la paz y habrá en la Iglesia un nuevo y vigoroso florecimiento».

Sin dudas el sueño de don Bosco nos hace recordar a las palabras que María dijo en Fátima en 1917: “Cuando todo parezca perdido, mi Corazón Inmaculado triunfará”.

El cuerpo de San Juan Bosco, como un estandarte de santidad, permanece incorrupto en la actualidad.

San Vicente de Paul

San Vicente de Paul incorrupto

San Vicente nació de padres muy pobres alrededor de 1580 en la localidad de Pouy, Gasconia, Francia. En 1596 ingresó en la universidad de Tolouse para estudiar teología, y allí fue ordenado sacerdote en 1600. En 1617 empezó a misionar, resultando imposible enumerar todo el trabajo que realizó este servidor de Dios, siendo la caridad su virtud principal, que se extendió a todas clases de gentes. Es la cabeza de la orden de los Vicentinos, difundida actualmente por todo el mundo cristiano.

Su corazón se conserva incorrupto en el convento de las Hermanas de la Caridad, en París.

San Francisco Javier

San Francisco Javier incorrupto

Este sacerdote aventurero nació en 1506 en Xavier, España. Fue uno de los primeros Jesuitas, que pese a sufrir de ciática fue encomendado a predicar el Evangelio en el lejano oriente. Durante once años de sufrimiento y oración, llevó la Palabra de Dios a la India, Ceylan y Japón. Murió en las puertas de China en 1552 a la edad de 46 años, y fue canonizado en 1662.

El 15 de marzo de 1554 su cuerpo fue descubierto incorrupto. Partes de su cuerpo permanecen incorruptas en la actualidad y se conservan en la Basílica del Buen Jesús.

Santa Margarita María Alacoque

Santa Margarita María Alacoque incorrupta

Nacida en 1647 en Janots, un pequeño pueblo de Burgundy, Francia. Fue la quinta hija de una familia de siete niños, y sufrió desde niña de un severo reumatismo. A la edad de veinte años, inspirada por una visión, ella decide ingresar a un convento. Pasados pocos años empezó a tener experiencias sobrenaturales, siendo inspirada por Jesús para establecer la devoción a la Hora Santa y a recibir la Comunión el primer viernes de cada mes. Ella tuvo frecuentes apariciones del Señor a través de las cuales Él le hizo conocer Su deseo de ser amado por toda la humanidad.

Su cuerpo yace en la capilla del convento de Paray, Francia. Su corazón y su cerebro permanecen incorruptos.

Santa Clara de Asís

Santa Clara de Asís incorrupta

La conocida compañera de aventuras espirituales de San Francisco de Asís, nació en 1194 y entró al Reino de Dios en 1253. En el año 1260, el 3 de octubre, sus restos fueron trasladados de la capilla de San Jorge, Asís, y enterrados muy profundo en tierra, debajo del altar mayor de la nueva iglesia, bien lejos del alcance y la vista de los visitantes. Después de estar escondidos por seis siglos y luego de mucha búsqueda se los encontró en 1850 (al igual que los restos del mismo San Francisco). En medio del inmenso gozo de los habitantes de Asís, el 23 de setiembre de ese año el ataúd fue abierto encontrándose el cuerpo y la ropa reducidos a polvo, pero sus huesos estaban en perfecto estado de preservación, desafiando las leyes de la naturaleza. Finalmente, el 29 de setiembre de 1872, los huesos de la Santa fueron trasladados con gran pompa por quien luego fue León XIII a la cripta de Santa Clara, donde se los puede ver en la actualidad.

Prodigios de Dios entre nosotros

Muchas son las formas en que Dios nos muestra Su Presencia viva a nuestro alrededor. Los signos especiales que marcan a las almas santificadas son una señal muy simple y directa: son la confirmación Divina de que quienes hacen la Voluntad de Dios encuentran Su Gracia en el Cielo, pero también dejan signos de su santidad aquí en la tierra.

Sepamos leer los signos de Presencia Divina en nuestros tiempos, Dios no se manifiesta en vano,El espera algo muy concreto de nosotros.


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