Corpus Christi – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Wed, 07 Jun 2023 06:17:09 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Novena a Jesús Sacramentado – Corpus Christi https://www.reinadelcielo.org/novena-a-jesus-sacramentado-corpus-christi/ Wed, 07 Jun 2023 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=24605 ]]> La Solemnidad del Corpus Christi, Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, antes llamada Corpus Domini (‘cuerpo del Señor’), es una fiesta de destinada a celebrar la Eucaristía. Proclamamos y aumentamos nuestra fe en la presencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento, y le damos, públicamente, culto de adoración (latría).

Aquí puedes rezar la novena a Jesús Sacramentado.

Inicio de la Novena

Comenzamos rezando: Por la señal de la Santa Cruz…

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Oraciones comunes para todos los días

ACTO DE CONTRICIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Jesús mío, dulcísimo, creo que estáis presente en el Santísimo Sacramento del Altar, con vuestro Cuerpo inmaculado, con vuestra Sangre redentora, con vuestra Alma divina y con vuestra Divinidad adorable! De vuestra bondad infinita, espero la gloria celestial. En unión de todos los Ángeles y Santos del cielo, os amo y os adoro. Me arrepiento de haberos ofendido y humildemente os pido me perdonéis. Por la oración milagrosa de María Inmaculada y con Ella, os ruego, me otorguéis la gracia que os pido en esta novena, si es para vuestra gloria y santificación de mi alma. Amén.

Rezar a continuación la oración del día que corresponda.

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ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Os saludo oh Jesús Sacramentado, el más hermoso, agraciado y bello entre los hijos de los hombres. Os saludo mi Amado, oh celestial prisionero del amor, que constantemente veláis sobre mí. Que todo cuanto existe os bendiga; bendigaos sobre todo mi corazón, que a todos os prefiere. Oh Santa Hostia, fortaleza del alma desterrada; Divina Eucaristía, obra maestra del corazón de mi Jesús, Vos formaréis las delicias de mi pensamiento, mientras que os adoro oculto bajo los velos eucarísticos; y en la hora de mi muerte, venid oh Jesús, venid con María y José, a recibir mi postrer aliento. Amén.

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Día Primero

Comenzar con el acto de contrición.

ORACIÓN. Jesús Sacramentado, Divino Sol, que alumbráis los senderos de los que peregrinamos por este erial de amarguras y de llanto! Mi alma desfallece en ansias de olvidarse de todas las cosas de la tierra, para entregarse, desde ahora y para siempre, al cultivo de vuestro amor, visitándoos frecuentemente en este Sacramento adorable. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías y terminar con la oración final.

Día Segundo

Comenzar con el acto de contrición.

ORACIÓN. Jesús Sacramentado, prisionero celestial de la santa Hostia! Yo quiero ser prisionero de vuestro amor misericordioso, escondido en esta breve partícula de Pan consagrado, para buscaros con delirio inefable, en mis horas de alegría y de tristeza; para deleitarme hablando de vuestra hermosura y ternezas en todas mis conversaciones, y para consagraros cada latido de mi corazón, como millones de amor agradecido. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías y terminar con la oración final.

Día Tercero

Comenzar con el acto de contrición.

ORACIÓN. ¡Oh Jesús adorable! Yo, rodearé diariamente la santa custodia donde reposáis por mi amor, con las flores de mis sacrificios; los cuales, para que vayan impregnados de blancuras de cielo, os ofreceré por medio de las manos inmaculadas de María, vuestra Madre Santísima. “Oh Jesús hijo de la Virgen María, tened misericordia de nosotros”. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías y terminar con la oración final.

Día Cuarto

Comenzar con el acto de contrición.

ORACIÓN. Jesús Eucaristía vuestro corazón me espera con deseos vehementes de vaciar en el mío tesoros invaluables; gracias Amor! Por eso, al postrarme hoy, ante vuestra real y hermosísima presencia, os ruego me otorguéis el honor de comulgar dignamente todos los días de mi vida y hasta mi último suspiro, para llevaros como sellos de purísimos diamantes sobre mi corazón, y para que así logre hacer, que todas las criaturas participen de mi felicidad, asistiendo al santo sacrificio de la misa diariamente, recibiéndoos sacramentado, en vuestra blanca Hostia de Amor. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías y terminar con la oración final.

Día Quinto

Comenzar con el acto de contrición.

ORACIÓN. Oh quien pudiera, Jesús adorado de mi alma, estar aquí, al pie de vuestro sagrario a todo instante, consumiéndome en llamas de amor como los serafines! Mas, ya que no me es posible, yo os enviaré mis suspiros de amor y mis jaculatorias llameantes, desde los lugares donde me coloquen: la santa obediencia o mis deberes de estado “Oh Jesús, de todo corazón yo me uno a Vos”. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías y terminar con la oración final.

Día Sexto

Comenzar con el acto de contrición.

ORACIÓN. En el copón de oro que guarda este sagrario, se halla la “cristalina fuente del agua de la vida!” Por eso sediento de vida celestial, de verdad y de justicia, vengo a postrarme ante Vos Jesús Rey de las almas, suplicándoos me deis a beber del cáliz de vuestro Corazón hasta saciarme, para que no vuelva jamás a tener sed de las cosas de la tierra.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías y terminar con la oración final.

Día Séptimo

Comenzar con el acto de contrición.

ORACIÓN. “He hallado al que ama mi alma”, aquí en la dulce soledad del tabernáculo! O mi amor Jesús, hecho Hostia, para divinizar mi alma! En unión de María Inmaculada y en mi nombre y en el de todas las criaturas, os amo y os adoro, por vuestro espíritu de amor. Otorgadme la gracia de orar siempre, para que mi unión principiada con Vos en la tierra, se prolongue por toda la eternidad, en la dichosa felicidad del cielo. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías y terminar con la oración final.

Día Octavo

Comenzar con el acto de contrición.

ORACIÓN. Oh Jesús Sacramentado, esposo y corona de las vírgenes! Abrasadme en el fuego que vinisteis a prender en la tierra, para que mi corazón se convierta en una hoguera encendida de amor hacia Vos, y comunique ese fuego divino, a las almas de mis hermanos. “Corazón Eucarístico de Jesús, aumentadnos la fe, la esperanza y la caridad”. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías y terminar con la oración final.

Día Noveno

Comenzar con el acto de contrición.

ORACIÓN. Oh Jesús, Hostia divina, agradable y adorado pénsil de mis amores, que os apacentáis en prados de azucenas! Haced de mi alma un vergel donde florezcan todas las virtudes, especialmente las violetas de la santa humildad; y sed Vos mismo el jardinero divino, que a todo instante lo cultive con desvelo inefable, para que formando vuestras delicias aquí en la tierra, logre expirar reclinado en vuestro corazón misericordioso, haciendo actos de perfectísimo amor a Dios, y vaya a gozar de la visión beatífica, por toda la eternidad. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías y terminar con la oración final.

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Fuente: Catholic.net


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El Cuerpo de Cristo la curó de su anorexia https://www.reinadelcielo.org/el-cuerpo-de-cristo-la-curo-de-su-anorexia/ Fri, 17 Jun 2022 17:51:29 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=26569 ]]> Emily Stimpson es una escritora y periodista católica formada en la muy católica Universidad de Steubenville y autora de un blog relacionado con la comida The Catholic Table, algo que en el pasado le generó grandes sufrimientos.

Esta apologeta católica ha llegado a serlo tras descubrir a Dios en el momento más duro de su vida, cuando durante años sufrió una anorexia nerviosa que no conseguía superar. Y fue precisamente Dios quien la sanó primero interiormente y posteriormente físicamente.

Salir de la anorexia para ella sólo se pudo producir tras comer el Cuerpo de Cristo. En un testimonio contado en primera persona en National Catholic Register, esta mujer que actuó también como asesora política en Washington explica: “cuando trataba de recuperarme de un trastorno alimentario, la mera fe no fue suficiente para mí. Lo que necesitaba era una fe eucarística”.

Ningún médico ni ninguna terapia

Stimpson había sido criada en la fe aunque en su enfermedad “no veía el mundo con ojos católicos” sino que buscaba un Dios que estuviera a su servicio.

De aquella anorexia nerviosa que mezclaba con atracones de comida han pasado ya más de20 años. Desde los 19 a los 25 años intentó curarse sin éxito. Ninguna terapia, ningún médico pudo conseguir que mejorara. Ella pedía a ese Dios que de niña le dijeron que existía que la curara pero el gran problema que tenía Emily era que “todavía odiaba mi cuerpo, tenía miedo a la grasa y usaba la comida como un medio para controlar mi mundo”.

“Detrás de mi batalla con la alimentación y la naturaleza había una mezcla enmarañada de inseguridades y ansiedades, agravada por una visión materialista del universo”. Por más que pensaba en ese Dios de su infancia “no veía ese mundo hecho por un Dios amoroso. No veía un universo lleno de gracia donde todo llevaba la marca de su creador. No vi mi cuerpo como la imagen viva de Dios”, recuerda ella.

“Mi cuerpo era un problema a eliminar”

Tal y como señala posteriormente, para ella su cuerpo “era un problema a eliminar, cuanto menos hubiera de él, mejor. Aunque también sabía que no estaba bien morirme de hambre”. Y es que, añade, “los mismos patrones de pensamiento destructivos se reproducían una y otra vez: mi cuerpo era un problema, la comida era el enemigo”.

Esa religiosidad popular que tenía adquirida sí que logró que al menos empezara a comer algo, aunque fuera muy poco. Y sobre todo le vino bien para intentar dar un paso al frente. Así que empezó a ir a misa a ver qué pasaba.

Su encuentro con la Eucaristía

Años antes en su etapa universitaria tuvo amistad con un grupo de protestantes que le ayudaron a conocer a Jesús, aunque para ella faltaba algo. “Pero la misa era diferente. El catolicismo era diferente”, cuenta Emily.

De este modo, “tras seis largos años alejada de la Iglesia, un compañero de trabajo me ayudó a encontrar mi camino a casa. Y allí, en la misa, recibí a Cristo como alimento. El pan se convirtió en Cuerpo. El vino se convirtió en sangre. Dios me dio de comer y de beber. Aquella fue la comunión más íntima que tuve con él. Así fue como dio su vida por mí”.

Según ella, la comunión “hizo lo que ninguna ‘mera’ fe podía hacer” y así llegó la curación de la anorexia.

Y tras la Eucaristía, la Adoración

No fue de un día para otro. “Fueron meses de ir a misa todos los días, sabiendo que tenía que estar allí, aunque no comprendiera del todo por qué. También fueron meses de lectura del Catecismo y libros sobre la fe católica. Y fueron meses sentada en silencio en las iglesias católicas mirando a Jesús en el Tabernáculo”, relata Emily Stimpson.

Pero la realidad era que cuanto más crecía su fe eucarística más cambiaba su visión, lo que le hacía lograr superar su enfermedad porque le “ayudó a cambiar la forma en que veía” su cuerpo.

La Teología del Cuerpo para su curación

San Juan Pablo II también jugó un papel importante en esta sanación a través de la Teología del cuerpo del Papa polaco. Gracias a ella, confiesa Emily, “empecé a ver mi cuerpo –no sólo mi alma- como la imagen de Dios. Reconocí que era un templo que tenía que ser cuidado. Y llegué a apreciar mis curvas femeninas como la señal física de mi alma femenina”.

De este modo, gracias a la liturgia, la oración y el estudio empezó a ver “el pan de cada día” cono un símbolo del pan del cielo y que estos alimentos nutren, fortalecen, curan, dan alegría, significan amor y fortalecen amistades.

“La Eucaristía nos fortalece en tiempos de prueba”

A este convencimiento llegó gracias a comer el cuerpo de Cristo. “La Eucaristía nos alimenta con la vida de Dios, nos fortalece en tiempos de prueba, nos consuela en momentos de tristeza, cura heridas dejadas por el pecado, nos llena de la alegría de Cristo, continuamente demuestra el amor de Dios por nosotros”, enumera emocionada esta mujer.

Por ello, Emily confiesa que “una vez que empecé a entender esas verdades, siguió la verdadera curación. No podía abusar de los grandes regalos que eran mi cuerpo y la comida. Tampoco podía temer a estos grandes dones. Todo lo que tenía que hacer era caer de rodillas en agradecimiento y admiración”.

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Fuente: Religión en Libertad


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El Cuerpo de Cristo – Reflexiones del Santo Cura de Ars https://www.reinadelcielo.org/el-cuerpo-de-cristo-reflexiones-del-santo-cura-de-ars/ Wed, 13 Aug 2014 20:05:48 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=2012 El Cuerpo de Cristo nos trae la memoria el sacrificio que Jesús hizo en la cruz, para salvar a la humanidad y llevarla a Dios Padre. Es algo central en nuestra fe y es necesario que profundicemos en el significado de este sacrificio, ahora celebrado en la Eucaristía.

San Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars, nos dejó sus reflexiones acerca del Cuerpo de Cristo. Y aquí encontraremos un camino profundo para saber más acerca de este gran acto de amor. Sus sermones son un lugar apropiado para la reflexión.

 

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