Confesión – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Sat, 16 Feb 2019 14:57:45 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Un mensaje de Medjugorje transformó por completo a Patrick y Nancy https://www.reinadelcielo.org/un-mensaje-de-medjugorje-transformo-por-completo-a-patrick-y-nancy/ Sat, 16 Feb 2019 14:57:45 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=20061 En Medjugorje hay una casa de retiros llamada “Nuestra Señora del Sagrado Corazón”, con aspecto de castillo de parque temático. Es la morada de un matrimonio que fue transformado por el poder de Dios, el de Nancy y Patrick Latta. Allí acogen continuamente peregrinos y, sobre todo, sacerdotes. Y cuentan su testimonio de conversión, porque hasta 1990 ellos estaban muy alejados de Dios. Nosotros hemos podido entrevistarles para saber más de su historia.

Patrick: de monaguillo a descreído vendedor divorciado

Patrick Latta, canadiense de Vancouver, fue monaguillo de niño y su madre siempre rezó por él. De pequeño, fue a una escuela católica, pero era cara y a los 16 años dejó la escuela y se dedicó a lavar coches. Con lo que ganó, compró su primero coche por 200 dólares. Lo arregló un poco, le puso un cartel de “se vende” y lo vendió por 800. “En 1 minuto aprendí a vender coches”, dice con humor. Se olvidó de cualquier cosa relacionada con Dios y se dedicó a vender.

A los 32 años vendía coches en 7 empresas, era dueño de dos, tenía 28 personas trabajando para él… “En un buen día, vendíamos 50 coches”, recuerda. Tenía mucho dinero y lo usaba para irse de fiesta. Se casó dos veces, adulteró en ambos casos, se divorció las dos. “Nunca estaba en casa, sólo vivía para el dinero y las fiestas”. Tuvo varios hijos. Uno le dijo: “papá, me bauticé en la escuela, ahora soy anglicano”. “¿Cómo? Se supone que somos católicos”, respondió Patrick algo confuso. “Tú nunca me has dicho nada sobre la iglesia, ni siquiera me bautizaste”, dijo el chico.

Nancy: entre el New Age y la vida fácil

Nancy Patrick 2Nancy nació en Croacia, y de los 3 a los 12 años se crió en un pueblecito cerca de la capital. Aunque era la época comunista, en su pueblo había bastante libertad religiosa. Su casa estaba llena de imágenes de la Virgen. Su familia, como otros vecinos, iban a misa con tibieza, por cumplir. “Hice la primera comunión y mi madre intentó transmitirnos la fe. Pero yo veía en en misa todos adoptábamos posturas piadosas, para que nos vieran, al sentarnos, levantarnos… pero fuera del templo, nada. Me parecía mera apariencia”.

A los 12 años la familia emigró a Vancouver y Nancy buscó a Dios en todo tipo de filosofías orientales, budismos, taoísmos, new age… No dudaba de que Dios existía y era bueno, pero necesitaba encontrarlo. Terminó sus estudios de derecho y conoció a Patrick. “Era el hombre más adorable y amable, le miré a los ojos y me enamoré”, recuerda. Y además tenía dinero.

Patrick tenía muchos años más, ya se había divorciado 2 veces y ya tenia 4 hijos. Los padres de Nacy se espantaron pero ella respondió “yo vivo mi vida a mi manera”. Y se fueron a vivir juntos. Ella alguna vez fue a misa para Navidad, pero más allá de eso Dios estaba completamente lejos de su vida.

“O nos casamos o me voy”

Después de 6 años de convivencia, en 1990, Patrick se fue a navegar con unos amigos en velero, de Nueva Zelanda a Canadá, un viajecito de 3 meses. Cuando llegó, Nancy se enfadó: “o nos casamos, o me voy”.

A toda velocidad, Patrick alquiló un helicóptero, se vistieron de blanco, “yo me veía como James Bond” y con un notario se casaron en el helicóptero, con certificado civil y todo. Pero unos días después Nancy lloraba:

– ¡No me siento casada! – sollozaba ella.
– Pero ¿sabes cuánto me costó el helicóptero? -se quejó él
– ¿Por qué no nos casamos en la Iglesia? – propuso ella.
– ¡Tengo dos divorcios! ¿Cómo quieres que nos casemos por la Iglesia?
– Pues yo me voy a ver al obispo -respondió Nancy.

Resultó que el obispo conocía perfectamente el caso de Patrick porque durante 17 años trabajó estudiando la petición de nulidad de su primera esposa. Y, efectivamente, había sido un matrimonio nulo. En cuanto al segundo matrimonio, era sólo civil, no tenía ninguna validez eclesial. Por lo que podían casarse. Nancy encontró una parroquia de franciscanos croatas para casarles.

– Patrick, ¿por qué quiere usted casarse por la Iglesia, con dos divorcios, hijos sin bautizar, ni reza ni va usted a misa…? -dijo el cura.
– Es que ella se dedica a llorar…
– Os caso porque tenéis permiso del obispo, pero, Nancy, es el peor error de tu vida. Él nunca cambiará. Y, Patrick, piensa que en el matrimonio haces promesas…

“Claro, promesas… ¡yo soy vendedor de coches!”, pensó él, divertido, dispuesto a romper las promesas que hiciera falta.

Un libro de Medjugorje

Nancy Patrick 3Pasado poco tiempo, un hermano de Nancy les dio un libro de mensajes de Medjugorje. Hoy Patrick conserva ese libro y lo lleva a todas partes. Nancy lo hojeó, vio que hablaba de convertirse y pensó “yo estoy bien, que se convierta mi marido. Se lo daré, y si lo rechaza, ah, será culpa suya”. Nancy no pensaba que Patrick pudiera leer nada de ese libro.

– Toma este libro, marido pagano. Si quieres tirarlo, tíralo tú, que caerá sobre tu conciencia…
– ¿Mi conciencia? Bueno, Nancy, sólo por ti, ¡leeré un mensaje! -dijo él. Y buscó el texto más pequeño y lo leyó.

“Por última vez, te llamo a la conversión“, decía el mensaje.

“No sé lo que pasó, pero mi corazón empezó a latir y empecé a llorar“, recuerda Patrick. “Supe que eso era completamente cierto, que era un mensaje de la Virgen. Yo llevaba 30 años sin ir a la iglesia, pero dije: ‘Nancy, esto es verdad’. Y lloré porque llevaba toda mi vida en pecado mortal y sabía que yo era católico”. Fue fulminante, instantáneo. Todo lo que había aprendido de niño, como monaguillo, todo aquello era cierto e indudable.

“Consagra tus hijos al Inmaculado Corazón”

¿Dónde ir? ¿Qué hacer a continuación? En un encuentro, un sacerdote les orientó. “Quiero que consagréis a vuestros hijos al Inmaculado Corazón de María“, les dijo.

Al hijo “anglicano” lo habían expulsado del colegio por drogas. Otro bebía tanto que no podía encontrar en un párking su coche amarillo. Su hija se casó a los 17, tuvo un bebé con 18, se divorció a los 19… y Patrick le había dicho: “toma mi coche y tarjetas de crédito y busca otro tipo en California”. Su segundo divorcio 18 fue meses después… Y el cuarto hijo le dijo: “soy gay… quizá es porque mi padre nunca estaba en casa”.

Y así Patrick hizo su primera oración a Dios desde que era niño:

– Santa Madre de Dios, toma a mis hijos. Sé tú el padre que yo nunca he sido, porque yo soy un fracaso.

Y con los años las cosas cambiarían: el hijo expulsado llegó a ser un buen profesor de colegio católico, el otro dejó el alcohol, la niña ordenó su vida… Patrick y Nancy lo atribuyen al rezo del rosario y a la oración con ayuno.

Las cinco piedrecitas de Medjugorje

En ese encuentro de oración aprendieron lo que llaman “las cinco piedrecitas” de Medjugorje, con las que se construye la vida cristiana:

– la oración
– la eucaristía
– la confesión
– la Biblia
– el ayuno

“Lo que más me impresionó de la vida cristiana fue la confesión“, explica Patrick. Leyó en el el libro de mensajes de Medjugorje: “No podrás empezar la conversión sin la confesión”. Y fue a confesarse, a contar su larga lista de adulterios, divorcios, mentiras y adicciones. Cuando el sacerdote le dijo “yo te absuelvo”, Patrick rompió a llorar y abrazó al cura. “Sentí amor instantáneo por los sacerdotes. Y me impresiona el milagro de poder descargar 30 años de pecado en un sacerdote. El verdadero milagro de Medjugorje se da ahí, en los sacerdotes que confiesan y perdonan pecados“, insiste.

Hoy Patrick anima a no dejar “para más adelante” la confesión: “si alguien me dijera que piensa confesarse sólo cuando sea ya anciano, o enfermo, yo le contaría mi testimonio, le diría que a mí me cambió la vida. Dios es compasivo, sí, y por esa compasión te da los sacramentos, la confesión, sólo has de acogerlo. No te va a lanzar rayos de luz. Cuando recibes la absolución es cuando se abren las puertas del cielo”.

En su casa de retiros en Medjugorje reciben a muchos sacerdotes “porque les quiero de verdad, me gusta acogerlos. Ahora la mayoría son de Ucrania, de Oriente… una vez juntamos 150 clérigos y seminaristas, grecocatolicos, latinos y ortodoxos, todos juntos”.

Amar a María, como niños pequeños a su Madre

Después de tantos años, ¿qué han aprendido de María?

“Hay que amarla como los niños pequeños a una madre”, dice Nancy. “Si ‘crecemos’ demasiado, nos salimos de su abrazo. Ella siempre dice ‘hijos míos’ y también ‘hijitos’. Por eso, podemos ser como un pequeño Niño Jesús en sus brazos, sin crecer más allá de su abrazo”.

¿Consejos para los novios? “Que se amen lo suficiente para vivir en pureza, sin poner en riesgo la vida eterna del otro”, dice Nancy

¿Y consejos para matrimonios? “Rezar el rosario juntos“, dice Patrick. ¿No vale rezarlo por separado? “No, la Virgen pide rezar el Rosario cada día juntos. Eso es lo que nos ha unido a nosotros, que somos tan distintos. Disfrutamos en esa oración conjunta, y vamos a misa juntos, y ayunamos juntos. Rezar juntos protege a las familias”.

¿Y la importancia del ayuno? Patrick responde: “La Virgen dice que solo la oración y el ayuno frenan desastres naturales, guerras y cambian el mundo. ¡Yo tenía una guerra en mi propia casa, con mi familia caótica! Alguien enfermo no necesita ayunar, pero para alguien sano, la Virgen ni siquiera da restricciones de edad. Ayunar es muy difícil, pero puedes empezar como nosotros, rechazando primero una comida, luego limitando el té, el café, etc…. Pero la Virgen dice: “Hijitos, pedidme ayuda, no podéis hacerlo solos“. Hay que hacerlo rezando, pidiendo la paz para tu corazón, luego para tu familia, luego ya para el mundo”.

Otros acompañantes espirituales

Patrick también es devoto de Santa Catalina de Siena y Santa Faustina Kowalska. “El diario de Santa Faustina es impresionante por su enseñanza de la misericordia, creo que llegará a doctora de la Iglesia. Y me asombra que Dios Padre mismo haya hablado directamente a Santa Catalina, es el único caso que conozco”.

Patrick y Nancy tienen por director espiritual a Slavko Barbaric, uno de los franciscanos de Medjugorje, y hablan de todos ellos como maestros de enseñanza sólida, llenos amor a Dios, a la Virgen y a la Iglesia.

Por último, les preguntamos qué es lo peor que podría pasarle a Medjurgorje. “¿Lo peor?”, plantea Nancy. “Sin duda, sería que yo no viva lo que la Virgen pide. Porque lo que pase en el mundo, depende de ti, de cada uno. Lo peor es no cumplir lo que Ella pide, que es lo mismo que la Madre Iglesia ha pedido durante siglos: los sacramentos, la oración…”

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Fuente; Cari Filii

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La inocencia perdida https://www.reinadelcielo.org/la-inocencia-perdida/ Fri, 15 Jul 2016 16:34:50 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=7403 Jan llevaba casi dos años en una cárcel polaca esperando condena y no tenía perspectiva alguna para su futuro. Cada día transcurría lento para este joven nacido en Breslavia (Polonia), pensando obsesivamente en su porvenir inmediato. Sería una condena a cadena perpetua o al menos 25 años entre rejas en el mejor de los casos. Esto no lograba asimilarlo y siendo de carácter compulsivo, una sola idea ocupaba su mente…

«Ya había decidido el método para suicidarme: me iban a pasar unas pastillas después del juicio, porque tras pasar por el juzgado había más ocasiones; durante el proceso el control y la vigilancia son más estrictos, pero una vez dictada la sentencia ya se interesan menos por ti…»

La inocencia perdida

indiferencia (ft img)Jan Krzesz (nombre ficticio, para proteger a su familia) –cuyo testimonio lo hizo público Revista Amaos– reconoce que no hubo durante su infancia o adolescencia experiencias que condicionaran sus conductas posteriores y las consecuencias que lo llevaron a prisión. Habla con nostalgia de la formación católica, hábitos de fe y sana afectividad vivida en el grupo familiar. «Tuve una infancia estupenda: estaba rodeado de amor y de la custodia divina. Nada anunciaba la tragedia que iba a sobrevenirme» —afirma el mismo Jan.

En el colegio destacaba en los deportes y era hábil en los estudios, siendo reconocido por sus pares que solían nombrarlo delegado de curso. A sus 13 años, comenzó a experimentar algunos cambios propios de la edad y a sentirse muy atraído por todo lo que venía de la Europa Occidental, Estados Unidos y en especial las películas en videocasete. Fue entonces que un hecho significativo desbarató el alma de Jan…

«Satanás me mordió y me contagió con su veneno estando todavía en la escuela. Un día, un compañero de clase me invitó a su casa, bajo secreto total, a ver una película porno. Después de visionarla, en mi vida se metió la impureza, apoderándose de mí de una manera enfermiza. Así fue mi comienzo con el mal».

Es lo que recuerda el joven polaco que desde ese momento su vida fue de mal en peor y, aunque de vez en cuando tenía momentos de paz, «el conjunto fue un desastre…».

Ni el llanto de su madre lo conmovía

Consumir a diario alcohol, tabaco, drogas e irse de copas por la noche era su agenda cotidiana. Como no trabajaba y necesitaba financiar los vicios, comenzó a robar; primero a sus padres, luego las víctimas eran personas del vecindario familiar y de ahí sus fechorías las efectuaba incluso en otras ciudades. «Mi pobre madre estaba siempre en la ventana esperando a ver si yo volvía. Recuerdo su rostro cubierto de lágrimas y de angustia… Pero a mí nada me conmovía, era insensible a cualquier argumento y nada me podía convencer: solamente contaba el dinero… Se me había metido esto en la cabeza: llegar a ser alguien importante en la calle. El trabajo honesto no me interesaba, porque despreciaba a la gente honrada y no contaba con ella para nada».Finalmente comenzaron los arrestos, el primero cuando tenía 18 años. Como en muchos lugares del mundo, las prisiones de Polonia no lucen por sus logros en reinserción y para Jan el tiempo preso fue sólo un período de aprendizaje y formar vínculos para nuevos delitos… «Me arrestaban una vez cada varios meses. Yo me creía que era dueño de la situación…»

Viviendo bajo el código de honor de los delincuentes

Antes de cumplir los 21 años la delincuencia era su única fuente de ingresos, sin importarle cuánto dolor causaba, ni menos las consecuencias en su alma. Con un colega conocido en prisión, lideraban una banda de robos a mayor escala que les financiaban lujos y juerga. Incluso cuando en un atraco –sin intención previa, dice Jan– terminaron con la vida de una persona, pero eso no lo detuvo.

«Por desgracia, eso no nos enseñó nada y yo incluso después me metí más de lleno en el mundo de la delincuencia. Me impresionaba su brutalidad y el hecho de que la gente me tuviera miedo. Para mí solamente contaban mis socios y el código de honor de los delincuentes. Iba por la vida sembrando destrucción, llanto, terror e injusticia…

Su carrera delictiva se detuvo tras ser detenido el año 2007. Pensó que era un trámite como en tantas otras ocasiones. Pero esta vez alguien se ocupó de investigar y lograr un acuerdo con el socio de Jan.

Su cómplice lo traicionó. «Lo desembuchó casi todo, especialmente los delitos más graves… Me quedé hecho polvo. Yo contaba con que tendría que responder por ello, pero entonces solamente pensaba en suicidarme. Sin embargo, Dios también tenía un plan…».

En ese plan fueron varios los «socios» que –sin saberlo incluso– sirvieron a Dios para que Jan alcanzara sanación y liberación. El primero fue su compañero de celda… «un tipo que rezaba y escuchaba la emisora católica Radio María», recuerda el joven polaco. El golpe maestro del amigo de celda fue invitar a Jan a que lo acompañase a ver al cura, quien venía una vez por semana a la cárcel. A regañadientes aceptó, cruzó un par de frases con el sacerdote y dio por concluido el encuentro. Pasaron meses en que no volvió por donde el cura, hasta que su compañero poco a poco, nuevamente logró que le acompañara. Lo que desde ese encuentro ocurrió, lo narra el propio Jan en primera persona:

Un 24 de agosto, aniversario de su liberación

«El cura me habló de confesarme, después mi compañero me dijo lo mismo. Pensé: «¿Confesarme? ¿Por qué no? Si no es más que una confesión, no me va a pasar nada por hacerlo. He estado en tantos sitios y he visto tantas cosas diferentes que confesarme no es ni un problema ni un reto para mí. Iré, le diré algo y ya está». ¡No me daba cuenta del poder de este sacramento!

Orar a Dios 2 (ft img)En la charla con el cura recibí un librito sobre el sacramento de la reconciliación. Le dije que me prepararía a conciencia, porque la mía iba a ser una confesión de más de diez años, pero no me preocupé demasiado por eso. Quedé con el cura en que me confesaría dos semanas más tarde. Mientras hojeaba el librito, me dolía un poco la barriga…

Llegó el día 24 de agosto de 2009. Fui a confesarme. No soy capaz de describir lo que me pasó: lágrimas, llanto, sollozos, un dolor que me partía el cuerpo… El Espíritu Santo expulsó de mí todo lo que era malo. ¡Nunca había llorado así, nunca había vivido nada parecido, esa fuerza tan grande! No entendía qué es lo que me estaba pasando. Rompí a llorar, no podía respirar, y el Espíritu Santo llevó a cabo Su gran limpieza, hasta que no me quedó nada dentro… Expulsó de mí todo mal, todas mis aberraciones y me devolvió la vida.

Volví de la confesión cambiado. Había empezado para mí una nueva vida: una vida en Dios y con Dios. Desde el primer día, Dios me mostró Su poder: muchos de mis defectos desaparecieron al instante, otros al cabo de un tiempo. Dios me acompañaba a cada paso y me envolvía con Su protección. Cuando contemplo mi «antigua» vida, no consigo entender cómo he podido vivir tantos años sin Dios… Y ahora Él lo es todo para mí. Estando en la cárcel, tengo la posibilidad de ayunar y rezar. Me he consagrado enteramente a Dios y a Él pertenezco.

Desde mi confesión, todo ha cambiado. Dios es el centro de mi miserable vida y la enriquece con Su presencia. Él ocupa el primer lugar, solo Él cuenta, y todo lo demás pasa a un segundo lugar. Empecé una vida nueva: llevo el escapulario del Carmen; rezo el breviario, el Rosario, la coronilla de la Divina Misericordia y otras muchas oraciones.

Aquí tengo un paraíso maravilloso y estoy rodeado de santos. A veces otros se ríen de mí, pero yo no me desánimo y sigo rezando, también convenzo a otros reclusos para que recen. Incluso hemos llegado a que, para rezar, nos ponemos en círculo y oramos juntos. Al principio, otros presos se burlaban de nosotros, pero ahora de alguna manera nos van aceptando poco a poco.

Si alguien quisiera arrebatarme a Dios, ya no quiero vivir sin Él. Lo amo y me entrego con todo mi ser a María y a Jesús, y todo ello en el Espíritu Santo».

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Fuente: Catholic.net


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Cómo mantener alejado al demonio de nuestras vidas https://www.reinadelcielo.org/como-mantener-alejado-al-demonio-de-nuestras-vidas/ Fri, 18 Mar 2016 09:33:48 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=6522  

Después de un exorcismo, ¿cómo puede una persona mantener el demonio lejos para que no vuelva? En los evangelios leemos una historia que describe cómo una persona que fue exorcizada, luego fue visitada por una gran cantidad de demonios, que trataron de volver a entrar de una manera más contundente (cf. Mat. 12: 43-45). El rito del exorcismo expulsa a los demonios de una persona, pero no previene su reaparición.

Con el fin de garantizar que el diablo no vuelve, los exorcistas recomiendan cuatro formas que mantendrán el alma de una persona en la paz y en las manos de Dios:

Frecuentar los Sacramentos de la Confesión y la Eucaristía

La forma más común en que un demonio puede entrar, en la vida de alguien, es a través de un estado habitual de pecado mortal. Cuanto más separados de Dios por el pecado, más susceptible estamos al ataque de un demonio. Incluso el pecado venial puede hacer mella a nuestra relación con Dios y nos puede exponer a los avances del enemigo.

La confesión de los pecados, entonces, es la forma principal que tenemos para poner fin a nuestra vida de pecado y comenzar un nuevo camino. No es casualidad que el diablo intentara, sin descanso, asustar y alejar a San Juan Vianney de oír las confesiones de los pecadores empedernidos. El santo Cura de Ars sabía si un gran pecador venía a la ciudad, porque el diablo lo acosaba la noche anterior. La confesión tiene tal poder y Gracia que el diablo debe huir de una persona que frecuenta ese sacramento.

Junto con la confesión, el sacramento de la Eucaristía es aún más poderoso para alejar la influencia del diablo. Esto tiene mucho sentido, ya que la Eucaristía es la presencia real de Jesucristo, y los demonios no tienen poder delante de Dios mismo, en absoluto. Especialmente cuando la Eucaristía se recibe en un estado de gracia después de la confesión, el diablo simplemente no tiene lugar a donde ir, sino volver al lugar de donde vino. Santo Tomás de Aquino confirmó esto en su Suma Teológica, cuando escribió: “[La Eucaristía] repele todos los ataques de los demonios. Por lo tanto Crisóstomo dice: “Al igual que los leones respiran fuego, así nos alejamos de esa cuadro, haciéndonos detestables para el diablo”.

La vida de oración consistente

Adoración EucarísticaUna persona que frecuenta el sacramento de la confesión y la Eucaristía deberá observar una vida de oración diaria consistente. ¡La palabra clave es coherente! Esto pone a la persona en un estado de Gracia diaria y en relación con Dios. Una persona que conversa regularmente con Dios nunca debe tener miedo del diablo. Los exorcistas siempre sugieren a las personas poseídas que cumplan con fuertes hábitos espirituales, tales como la lectura frecuente de las Escrituras, así como rezar el rosario y otras oraciones privadas. Tener un horario diario de oración es más beneficioso y mantiene los demonios a raya.

Ayuno

Este consejo viene directamente de los Evangelios, cuando Jesús dijo a sus discípulos: “Este clase no puede ser expulsado, sino por la oración y el ayuno” (Marcos 9:29). Cada uno de nosotros debe discernir a qué tipo de ayuno estamos llamados a practicar. Para los que vivimos en el mundo y tienen muchas responsabilidades (como nuestras familias) no podemos ayunar tanto como para descuidar nuestra propia vocación. Al mismo tiempo, si queremos mantener los demonios a distancia, tenemos que desafiarnos a nosotros mismos, para ayunar más allá de solamente dejar de comer chocolate durante la Cuaresma.

Sacramentales

Los exorcistas no sólo usan los sacramentales (el rito del exorcismo es un sacramental), sino que aconsejan a las personas poseídas que utilicen con frecuencia los sacramentales. Ellos son un arma poderosa en la lucha diaria para que el diablo nunca vuelva. Los exorcistas sugieren sacramentales tales como la sal bendita y el agua bendita, no sólo guardada en casa, sino llevándola siempre adonde la persona vaya. Incluso los sacramentales, como el escapulario de la Virgen del Carmen, tienen un gran poder sobre los demonios. El Venerable Francisco de Yepes contó cómo un día su escapulario se cayó. A medida que lo reemplazó, el demonio aulló, “¡Quítate el hábito que arrebata tantas almas de nosotros!”

Si quiere evitar cualquier poder maligno, toma en serio estos cuatro métodos. No sólo van a mantener el diablo lejos de tener poder sobre usted, usted estará en el camino de convertirse en un santo.

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Fuente: Philip Kosloski es un escritor y blogger. Su blog se puede encontrar en philipkosloski.com.
Traducción: Admin de Reina del Cielo

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Guía para una buena confesión https://www.reinadelcielo.org/guia-para-una-buena-confesion/ Fri, 28 Nov 2014 15:17:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=158 Esta útil guía fue confeccionada siguiendo como pauta los Diez Mandamientos. Sin dudas que seguirla es una simple y efectiva forma de prepararse para el perdón que el mismo Jesus nos prodiga en el momento en que asistimos al Sacramento de la Reconciliación o la Confesión Limpiemos nuestra alma de toda impureza haciendo una completa y sincera confesión para que el mismo Cristo pueda entrar dignamente a nosotros al recibir el Pan Eucarístico.

[1] Yo soy el Señor tu Dios. No tendras dioses extraños

    • ¿Le doy tiempo al Señor diariamente en oración?
  • ¿Busco amarle con todo mi corazón?
  • ¿He estado envuelto en practicas supersticiosas o en algo de ocultismo?
  • ¿Busco entregarme a la palabra de Dios como lo enseña la Iglesia?
  • ¿He recibido la Sagrada Comunión en estado de pecado mortal?
  • ¿He dicho deliberadamente en la confesión alguna mentira o le he omitido algún pecado mortal al sacerdote?

 

[2] No juraras el Santo nombre del Señor en vano

    • ¿He usado el nombre del Señor en vano, ligeramente o descuidadamente?
  • ¿He estado enojado con Dios?
  • ¿Le he deseado maldad a alguna persona?
  • ¿He insultado una persona consagrada o he abusado de algún objeto sagrado?

 

[3] Asistir a Misa todos los Domingos y fiestas de guardar

    • ¿He faltado deliberadamente a la misa los Domingos o Dias santos de guardar?
  • ¿He tratado de observar el Domingo como un día de la familia y como día de descanso?
  • ¿Hago trabajos innecesarios el día Domingo?

 

[4] Honrar a Padre y Madre

    • ¿Honro y obedezco a mis padres?
  • ¿He abandonado mis deberes para con mi esposa y mis hijos?
  • ¿Le he dado a mi familia buen ejemplo religioso?
  • ¿Trato de traer la paz a mi vida familiar?
  • ¿Me preocupo por mis parientes de edad avanzada o enfermos?

 

[5] No matarás

    • ¿He tenido algún aborto o le he dado coraje a alguien para que lo tenga?
  • ¿He herido físicamente a alguien?
  • ¿He abusado del alcohol o de las drogas?
  • ¿Le di algún escándalo a alguien, y de esa manera le lleve al pecado?
  • ¿He estado enojado o resentido?
  • ¿He llevado odio en mi corazón?
  • ¿Me he hecho alguna mutilación con algun metodo de esterilización?
  • ¿He favorecido o me he puesto a favor de la esterilización?

 

[6] No cometer adulterio

    • ¿He sido fiel a los votos de mi matrimonio en pensamiento y en acción?
  • ¿He tenido alguna actividad sexual fuera de mi matrimonio?
  • ¿He usado algún método anticonceptivo o algún método de control artificial de nacimiento en mi matrimonio?
  • ¿Ha estado cada acto sexual de mi matrimonio abierto a la procreación?
  • ¿He estado culpable de masturbación?
  • ¿He buscado controlar mis pensamientos?
  • ¿He respetado todos los miembros del sexo opuesto, o he pensado de la ellos como si fueran objetos?
  • ¿He tenido actividades homosexuales?
  • ¿Busco ser casto en mis pensamientos, palabras y acciones?
  • ¿Me cuido de vestir modestamente?

 

[7] No hurtar

    • ¿He robado lo que no es mío?
  • ¿He regresado o he hecho restitución por lo que he robado?
  • ¿Desperdicio el tiempo en el trabajo, en la escuela o en la casa?
  • ¿Hago apuestas excesivamente, negándole a mi familia sus necesidades?
  • ¿Pago mis deudas prontamente?
  • ¿Busco compartir lo que tengo con los pobres?

 

[8] No levantar falsos testimonios ni mentir

    • ¿He mentido?
  • ¿He chismoseado?
  • ¿He hablado a las espaldas de alguien?
  • ¿He sido sincero en mis negocios con otros?
  • ¿Soy crítico, negativo o falto de caridad en mis pensamientos de los demás?
  • ¿Mantengo secreto lo que debería ser confidencial?

 

[9] No desear la mujer del prójimo

    • ¿He consentido pensamientos impuros?
  • ¿Los he causado por leyendas impuras, películas, conversaciones o curiosidad?
  • ¿Busco controlar mi imaginación?
  • ¿Rezo inmediatamente para desvanecer pensamientos impuros o tentaciones?

 

[10] No desear los bienes ajenos

    • ¿Soy envidioso de las pertenencias de los demás?
  • ¿Siento envidia de otras familias o de las posesiones de otros?
  • ¿Soy ambicioso o egoista?
  • ¿Son las posesiones materiales el propósito de mi vida?
  • ¿Confío en que Dios cuidara de todas mis necesidades materiales y espirituales?

 

Esta guía tiene Imprimatur dada por + Francis Cardinal Spellman Arzobispo de New York y Nihil Obstat dado por John M.A. Fearns, S.T.D Censor Librorum.

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