celebrar – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Tue, 27 Feb 2024 07:09:57 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 5 cosas que debes saber de la Cuaresma https://www.reinadelcielo.org/5-cosas-que-debes-saber-de-la-cuaresma/ Tue, 27 Feb 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=11560 ]]>

La Cuaresma es un importante tiempo litúrgico en el que la Iglesia llama a los fieles a la penitencia y conversión para prepararse bien a vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en la Semana Santa.

La Cuaresma tiene una duración de 40 días y es un tiempo especial en el que los católicos son invitados a convertirse. Aquí te presentamos 5 puntos importantes a tener en cuenta:

1. Oración, mortificación y caridad: Las tres grandes prácticas cuaresmales

La oración es la condición indispensable para el encuentro con Dios. En la oración, el cristiano ingresa en el diálogo íntimo con el Señor, deja que la gracia entre en su corazón y, como la Virgen María, se abre a la acción del Espíritu Santo dando una respuesta libre y generosa (ver Lc 1,38).

La mortificación se realiza cotidianamente y sin necesidad de hacer grandes sacrificios. Con ella se ofrece a Cristo aquellos momentos que generan molestias y se acepta con humildad y alegría las adversidades.

De la misma manera, saber renunciar a ciertas cosas legítimas ayuda a vivir el desapego y el desprendimiento. Dentro de esta práctica cuaresmal están el ayuno y la abstinencia que será explicadas más adelante.

La caridad es necesaria como refiere San León Magno: “si deseamos llegar a la Pascua santificados en nuestro ser, debemos poner un interés especialísimo en la adquisición de esta virtud, que contiene en sí a las demás y cubre multitud de pecados”.

Cruz en cuaresma (ft img)

Sobre esta práctica San Juan Pablo II explica que está enraizada “en lo más hondo del corazón humano: toda persona siente el deseo de ponerse en contacto con los otros, y se realiza plenamente cuando se da libremente a los demás”.

2. El ayuno y la abstinencia

El ayuno consiste en ingerir una sola comida “fuerte” al día, mientras que la abstinencia consiste en no comer carne. Con ambos sacrificios se reconoce la necesidad de hacer obras por el bien de la Iglesia y en reparación de nuestros pecados.

Además, en esta práctica se incluye dejar de lado las necesidades terrenales para redescubrir la necesidad de la vida del cielo. “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mt 4,4).

El ayuno no prohíbe tomar un poco de alimento por la mañana y por la noche. Es obligatorio desde los 18 hasta los 59 años.

En el caso de la abstinencia, si bien se refiere a no comer carnes, no impide el consumo de huevos, lácteos y cualquier condimento con grasa animal. La abstinencia se observa todos los viernes del año y es obligatoria desde los 14 años.

3. La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza y termina el Jueves Santo

Con el Miércoles de Ceniza comienzan los 40 días de preparación para la Pascua. Ese día el sacerdote bendice e impone las cenizas hechas de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior.

Estas son impuestas haciendo la señal de la cruz en la frente y pronunciando las palabras bíblicas: «acuérdate que eres polvo y en polvo te convertirás», o «Conviértete y cree en el Evangelio». La ceniza representa un signo de humildad y le recuerda al cristiano su origen y su fin.

La Cuaresma termina en el Jueves Santo. Ese día la Iglesia conmemora la Última Cena en la que el Señor comió con sus apóstoles antes de ser crucificado el Viernes Santo.

4. La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número 40 en la Biblia

Los 40 días de la Cuaresma representan los días que Jesús pasó en el desierto antes de comenzar su vida pública, los 40 días del diluvio, los 40 de la marcha del pueblo judío por el desierto, los 40 días de Moisés y Elías en la montaña, y los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.

En la Biblia el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de la vida en la tierra, con sus pruebas y dificultades.

5. El color litúrgico de la Cuaresma es el morado

El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa penitencia.

La Cuaresma es efectivamente tiempo de reflexión, penitencia y conversión espiritual.

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Fuente: ACI Prensa


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Antes ignoraba a los cristianos, ahora entrega su vida por Cristo, en China https://www.reinadelcielo.org/antes-ignoraba-a-los-cristianos-ahora-entrega-su-vida-por-cristo-en-china/ Fri, 23 Nov 2018 10:13:32 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=17480 Wang Jie (nombre ficticio) es un diácono chino de la que hasta ahora era Iglesia clandestina que pronto será ordenado sacerdote. Su historia es un reflejo de la realidad china en la que, por un lado todavía hay zonas en las que no se conoce a Jesucristo, y en la que por otro, la persecución del régimen comunista ha obligado a vivir en secreto su fe a muchos de los católicos del país.

Este joven de 30 años está en estos momentos en Roma completando su formación en el colegio internacional Sedes Sapientae gracias a la Fundación CARF, cuya labor se centra en la ayuda para la formación de seminaristas y sacerdotes de países pobres o en los que la Iglesia experimenta dificultades.

La llamativa conversión de la familia

En una entrevista con Religión en Libertad y otros medios, este diacono nacido en una zona del norte de China explica que en su región la inmensa mayoría de sus habitantes son paganos. Como lo eran sus padres hasta que de una manera muy llamativa conocieron la fe en medio del régimen comunista.

“En una ocasión mi madre se puso muy enferma, y mis padres buscaron un hospital, fueron a uno pero no le curaron. Un día salieron a buscar otro, vieron una iglesia con una cruz, pero no sabían que era una iglesia sino un hospital. Entraron y había una religiosa, vestida normal, porque no podían tener hábito”, cuenta.

La religiosa, que sabía de Medicina, atendió a la madre de Wang Jie y se curó. Un tiempo después la familia volvió a aquel lugar a dar las gracias a aquella “señora”. Pero ella empezó a hablarles de la fe y de la Iglesia.

Desde que se bautizó con ocho años, Wang acudía a misas clandestinas celebradas en su casa o en la de otra familia católica de la zona

Nunca habían oído la palabra “cristianismo”

cristianos en chinaSus padres quedaron fascinados cuando aquella monja les habló del amor a Dios y al prójimo, y sobre la importancia de la caridad. “Mi madre –explica este joven- era profesora en un colegio. En China no se enseña que el origen está en Dios, sino que no hay origen. Es el comunismo”.

De hecho, hasta aquel providencial encuentro en su familia nunca habían escuchado la palabra “cristianismo”. Por ello, considera un “milagro” que se convirtieran al catolicismo. Wang Jie fue bautizado a los 8 años y sus padres comenzaron a vivir con fuerza aquellas enseñanzas del Evangelio.

En su casa vivían sus padres, su hermana y él. La familia vulneraba la ley del hijo único. “Mis padres sólo podían tener un hijo, pero éramos católicos, no se puede abortar. Entonces cuando mi hermana nació encontramos una familia que había tenido un hijo, y la inscribieron como si fueran mellizos. Mi hermana, de hecho, no tiene mi mismo apellido, sino el de esa familia”, explica este joven religioso.

El seminario, oculto en su casa

La familia fue profundizando en la fe en la Iglesia clandestina, y se hizo amigo de un sacerdote que resultó ser el rector del seminario. Tras ser preguntado sobre dónde vivían todos estos seminaristas les respondió que cada tres o cuatro meses debían cambiar de lugar para evitar ser arrestados por las autoridades.

Al ser una casa bastante alejada del resto, los padres de Wang Jie ofrecieron su hogar como seminario de la diócesis. Los seminaristas vivirían en el sótano y la planta baja, mientras que la familia lo haría arriba. Durante 10 años estuvieron ocultos allí los candidatos a sacerdotes.

La llamada al sacerdocio

Conviviendo con ellos y recibiendo continuamente los sacramentos, algo muy raro para muchos de sus compatriotas, se fue despertando en él la vocación al sacerdocio. “Los seminaristas vivían en mi casa, y dentro de mi corazón me gustaba de verdad esa vida, quería ser como ellos”, recuerda.

Durante un Año Nuevo chino se produjo el punto de inflexión. Estuvo 15 días acompañando a un seminarista para que diera catequesis en una parroquia. Al volver a casa –relata- “era como si algo se hubiera encendido en mi corazón, y les dije a mis padres que quería ser como ellos, quería ser sacerdote”.

Vivir la fe en la Iglesia clandestina

China y el PapaRecientemente fue ordenado diácono y habla de una “profunda alegría en el corazón” para un hecho que debería haber sido imposible, pero se produjo gracias a la conversión de sus padres. “Hay muchas dificultades humanas en China, como cuando estoy en la cola para entrar al país, que comienzo a decir: ‘Madre mía, ayúdame a entrar, Madre mía, ayúdame a entrar!’. Y siempre ha ido todo bien. Esos peligros son reales, pero Dios siempre nos ayuda”.

No ha sido fácil vivir la fe como una Iglesia clandestina. Afirma que en China la Iglesia es como una familia, y por tanto, todo se hace dentro de la familia: la misa, el catecismo… Todo en casa. Por ejemplo, la misma mesa que la familia utiliza para comer se limpiaba y preparaba para que hiciera las veces de altar si podía venir un sacerdote a celebrar misa.

“Los católicos nos conocíamos entre nosotros por el sacerdote que nos ponía en contacto. Nos llamábamos y decíamos que a las 9 vendría un amigo a cenar: ‘¿quieres venir?’. No decíamos que había misa, sino que la otra persona ya entendía que ese amigo era el sacerdote”, cuenta durante la entrevista en un encuentro organizado por CARF en Roma.

Cuando alguien se convierte al catolicismo es el sacerdote el que le conecta con el resto de familias católicas de la zona. Esto es muy peligroso y crea ciertos recelos en las familias porque se pueden infiltrar enviados del gobierno comunista.

Sin embargo, el joven Wang Jie considera que “si queremos tener la Verdad es lo que tenemos que hacer, cueste lo que cueste”. Hacer la voluntad de Dios y defender la fe son las guías de su vida.

Rezar por el acuerdo entre la Santa Sede y China

Este joven quiere ordenarse sacerdote para volver a su país. “Mi futuro está en China, estoy aquí para formarme y volver a servir en China. Creo que Dios lo ha querido así y ahora tenemos más esperanza”, sentencia.

Wang es consciente del enorme reto que se ha abierto en China tras el acuerdo firmado con la Santa Sede. Él tiene claro que hay que seguir lo que diga la Iglesia. Pero sobre todo –añade- “hay que rezar muchísimo y seguir lo que diga la Iglesia. El diablo quiere desunir la Iglesia y sabe cómo hacerlo. Si seguimos sólo lo que dice el gobierno, no está bien. Pero si seguimos lo que dice la Iglesia será lo correcto, tenemos que rezar para que el diablo no desuna la Iglesia, y buscar así la unidad en su seno”.

Pero pese a las dificultades y la persecución ve también esperanza. Pese a la falta de sacerdotes que ha habido estas décadas el número de católicos no ha disminuido sino que ha aumentado. A su juicio, esto es así porque “viven la fe con el Rosario. La Virgen en China es muy importante y se mantienen en su fe así, porque muchos no pueden ir a misa o confesarse porque no hay sacerdotes”. Él quiere ser sacerdote para que cualquier católico chino no tenga que renunciar a los sacramentos.

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Fuente: Religión en Libertad


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Vivir la misa con profundidad – 11 consejos https://www.reinadelcielo.org/vivir-la-misa-con-profundidad-11-consejos/ Fri, 16 Feb 2018 18:48:23 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=11332

La misa es la forma de orar más conocida por la humanidad, pero no siempre funciona. A continuación aconsejamos algunas prácticas que pueden ayudar a que se siga con interés y devoción.

1: Comienza con una oración en silencio.

“Señor Jesucristo, estamos aquí reunidos para presenciar un milagro. Estamos unidos por los ángeles y los santos y, como pronunció Juan Pablo II: ‘ María está presente, con la Iglesia y como Madre de la Iglesia, en cada una de nuestras celebraciones de la Eucaristía’. Por su interseción y a su lado, ayúdame a sentir esta misa de forma más profunda’.

Observa la imagen de María y las figuras de los santos y los ángeles para recordar su presencia.

2: Elige a alguien y reza por esa persona durante la misa.

No es necesario decírselo, pero siempre puedes “ofrecer” la misa a alguien en particular. La misa no tomará un significado más importante, pero sí podrá adquirir una mayor intensidad personal.

3: Cuando tu mente se distraiga…

Observa el crucifijo o el tabernáculo si te distraes. Esto podrá ayudar a que dejes de “repetir las oraciones” y empieces a rezarlas. Mientras lo miras, escucha la liturgia o las palabras de los salmos. Estas palabras te devolverán la concentración.

4: Si tienes miedo de profundizar durante la misa, pregúntate por qué.

A menudo, los pecados de nuestra vida son la raíz del miedo a sentir la intimidad con Dios. Si pedimos de forma sincera poder entender y afrontar las debilidades que nos frenan, podremos reconocerlas y sacarlas durante la confesión.

5: Si empiezas a juzgar al resto durante la misa…

Estamos programados mentalmente para fijarnos en las personas. Durante la misa ocurre lo mismo: la debilidad de las personas que nos rodean, los puntos débiles de los que están en frente. Intenta llevar tu atención hacia los objetos que se utilizan durante el servicio como símbolos de Cristo: el altar, las velas, las vestiduras o los vasos sagrados. Están diseñados para elevar la mente.

6: Presta atención al “código” en las lecturas.

Las lecturas durante la misa ofrecen dos líneas de significado muy valiosas: las palabras en sí mismas son normalmente llamamientos a llevar una vida mejor. Pero si el significado simple no te llama la atención, busca el significado en clave.

Averigua cómo las lecturas del Antiguo Testamento se refieren a Cristo. En el salmo, haz tuya la oración en lugar de simplemente repetir las frases. En la epístola, busca esa cita que te llame la atención, un mensaje que puedas aprovechar y aplicar. En el Evangelio, céntrate en el modo en que Jesús reacciona ante las distintas situaciones en el mundo.

7: Ofrécete con obsequios.

Cuando se presentan obsequios, ya sea desde el fondo de la iglesia o sobre la patena, colócate junto a ellos. Ofrécete a Jesús con los obsequios. Pronuncia: “Jesús, me postro ante ti con estos obsequios para que sean tomados y transformados por tu gracia”.

8: Viaja en el tiempo.

Cuando llega el momento de la consagración, dejas de estar simplemente en misa con tus vecinos. La Iglesia te enseña que eres testigo no de una nueva representación, sino del sacrificio original de Jesucristo representado. Así que no te limites a observar al mismo cura de siempre levantar otra vez el cáliz. Entiende lo que está pasando en ese sacrificio y esa ofrenda a Jesucristo.

9: Reza en silencio durante la elevación.

Es una tradición antigua y útil rezar en silencio “Mi Señor y mi Dios” cuando se alza la hostia sagrada, y “Mi Jesús, misericordia”cuando se alza la copa.

10: Reza en la cola para la comunión.

Algunas de las oraciones que he aprendido con los años son: “María, llévame al altar del amor”, “Mi ángel de la guarda, acércame a Jesús”, “Señor Jesucristo, que está realmente presente en el sacramento, me inclino ante ti, te adoro”.

11: Finalmente, cuando salgas por la puerta…

Intenta recordar algo de la homilía o el Evangelio que te haya llamado la atención y que puedas mencionar a alguien. Repetir lo que ha provocado que tu corazón se conmueva hace que el mensaje cale más hondo.

La misa será lo mejor que hagas ese día, da igual el día. ¡Aprovéchala!

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Fuente: Aleteia.org


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10 formas de transmitir la fe a tus hijos https://www.reinadelcielo.org/10-formas-de-transmitir-la-fe-a-tus-hijos/ Fri, 05 Jan 2018 14:42:34 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=10958 ]]> En muchos países, los padres cristianos no consiguen pasar a sus hijos una fe firme. Pasar la fe de padres a hijos sucedía con naturalidad estadística en generaciones anteriores, pero ya no en la nuestra. En Occidente muchas causas concurren para que los padres pierdan autoridad ante los hijos y para suscitar un individualismo extremo. No sucede solo entre cristianos: familias de otras tradiciones religiosas también lo experimentan.

En la web AllProDad, dedicada a padres varones (no necesariamente católicos), señalan 10 factores que ayudan a que un padre pueda transmitir su fe a sus hijos. Como siempre cuando se trata de valores reales, requiere constancia y coherencia.

1. Celebra las festividades y cuenta su historia

Las festividades religiosas llaman la atención de los niños: son días especiales. En Estados Unidos hay una frase entre los católicos: “no es que los católicos guarden la Cuaresma; es que la Cuaresma te mantiene católico”. Lo mismo podría decirse de la Navidad cristiana y de otras fiestas. No basta con celebrar la fiesta: hay que contar la gran historia que hay detrás de cada fiesta. Decía el estudioso de las religiones Mircea Elíade: “el primer rito es la recitación del mito”. La Navidad tiene sentido cuando se proclaman las lecturas de Navidad. Las festividades sin historias detrás (pensemos en Halloween) a menudo suenan a huecas.

2. Responde las preguntas de los chicos

Familia y Dios (ft img)Los niños hacen preguntas sobre Dios, sobre la fe, sobre la religión. Hay que estar preparado para responderlas. Hay preguntas sobre el comportamiento que también llevan a hablar de la fe. “¿Por qué debo perdonar a esos chicos malos?”, “¿por qué me pides ayudar a esos?”, nos lleva a las enseñanzas y el ejemplo de Jesús. (Si no sabemos la respuesta a una pregunta podemos honradamente decir: “pues no lo sé exactamente, pero lo buscaré y te lo diré”. En el Catecismo hay muchas respuestas, que hay que traducir al lenguaje infantil. También hay gente que trabaja con niños que pueden ayudar: maestros, catequistas…). No es beneficioso responder “no hagas preguntas”, “es así y punto”, “hacer preguntas está mal”…

3. Id con regularidad al culto o los sacramentos

Si la fe es solo un añadido para los ratos libres, no se contagiará a los hijos. Los niños han de ver que es una prioridad, y la más clara es el tiempo. Si la familia solo va a misa “a veces”, el niño pensará que es una cosa poco importante o algo “útil en casos convenientes” (alguna enfermedad, un gesto social…). Los niños han de ver que el culto es una prioridad en la familia, en la organización semanal o diaria.

4. Involúcrate en el servicio a los demás… y que te vean

“Servir a los demás es la fe con pies”, explican en AllProDad. Los niños aprenden de lo que ven hacer a sus padres. Si te ven ser voluntario en Cáritas, Manos Unidas o la parroquia, ellos aprenderán a hacer ese tipo de servicios. También es bueno involucrar a toda la familia: recogidas de material, actividades, etc…

5. Enseña a confiar en Dios

En el cristianismo, todo está basado en la confianza en Dios. Una clave es enseñar al niño a confiar toda su vida en el Dios que lo creó, que lo ama y quiere lo mejor para Él.

6. El juicio definitivo sobre cada persona está reservado para Dios

A las personas agnósticas, o alejadas en la fe, o tibias, y a mucha otra gente, les molestan los juicios rápidos. La realidad es que una persona religiosa y prudente sabe que para realizar juicios definitivos en necesario ser Dios mismo: sólo Él tiene todos los datos y perspectivas sobre los hechos y las motivaciones. A los niños les enseñamos a distinguir los actos buenos de los actos malos, y está bien, pero a la hora de clasificar a la gente es mejor recordar lo de “no juzguéis y no seréis juzgados” (y explicar lo que significa). “Enséñales a tener un corazón humilde que busque entender al otro”, explica AllProDad.

7. Sé suave con los niños y ciertas enseñanzas complicadas

Hay cosas en la religión que a los adultos les molestan pero a los niños les aprecen normales. Y, al revés, hay cosas en las que los adultos ni se fijan y a muchos niños les pueden asustar o repeler. En la cultura católica pueden ser muchas: imágenes de mártires con sangre en la parroquia, o ciertas expresiones sobre el infierno o el demonio, algunos detalles prácticos de los sacramentos… Las cosas complicadas hay que explicarlas con suavidad, y no de forma abrupta o con prisas y aspavientos.

8. No mantengas a los niños en una burbuja

orar en familiaIncluso en los países de mayoría católica, hay personas de otras denominaciones y religiones y, de hecho, las personas con poca o ninguna religiosidad son mayoría. No tiene sentido intentar hacer creer a tus hijos que “todos hacen como nosotros”. No es así, y enseguida se darán cuenta. Y llegará el momento, al crecer, en que tomará sus propias decisiones sobre religión. Es bueno que desde niño pueda dialogar, en un entorno moderado, con personas de otras creencias. También es bueno que vea que hay otras parroquias donde las cosas se hacen de otras maneras.

9. Dile que comparta la fe con sinceridad y humildad

Nuestra sociedad pretende hacernos creer que ya casi no hay tabúes, excepto hablar de la propia fe con otras personas. Hemos de enseñar a nuestros hijos a que puedan hablar de su fe sin complejos ni vergüenzas: creemos que es buena, bella y verdadera y la queremos compartir. Hemos de ayudar al niño a poder expresar por qué cree y en qué cree. Y ha de poder hacerlo con sinceridad y también con humildad. La fe da alegría y un terreno firme: no debe dar soberbia.

10. Se necesita una aldea para educar… dásela

“Se necesita una aldea para educar un niño”, dice un refrán africano que se cita mucho. En lo religioso es especialmente cierto: la fe se transmite en comunidad. En ella vemos que personas distintas (varias edades, procedencias, estilos) creen todas las mismas verdades, cada una con sus acentos. Ese testimonio colectivo fortalecerá la fe de tus hijos. Hay que buscar esa comunidad.

Por supuesto, se podrían añadir muchas más cosas eficaces, pero ¿no son estas 10 un comienzo importante?

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Fuente: Religión en Libertad


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