ceguera – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 17 Feb 2023 10:21:18 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Generación perdida https://www.reinadelcielo.org/generacion-perdida/ Fri, 17 Feb 2023 08:07:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=25261 Vivimos siendo parte de una generación perdida, inconsciente totalmente de su ignorancia, de su ceguera. Se que suena fuerte decirlo, y que algunos reaccionarán diciendo todo lo contrario. Que el hombre nunca tuvo tantos conocimientos, ni tanta tecnología a su disposición, ni tantas comodidades para hacer la vida más llevadera. No niego todo eso, porque es absolutamente innegable, está a la vista de todos nosotros.

Sin embargo, me pregunto. ¿De qué sirve?

De qué sirve todo esto si nos transformamos en una generación asesina, que ha avanzado en leyes que promueven el aborto de niños inocentes, hasta en fechas cercanas al nacimiento. No es que sea menor o mayor el crimen, ante los ojos de Dios, si se materializa inmediatamente después de la fecha de la concepción, o ya cercano al noveno mes. Es el mismo crimen. Pero para ser sinceros, me parece que ya es ir demasiado lejos el atreverse a cortar una vida que ya tiene absolutamente todo lo necesario para salir al mundo y Vivir. Es una muestra de cuan lejos están dispuestos a ir.

De qué sirve todo esto, también, si esta generación además condiciona a médicos y personal de la salud, obligándolos a no sólo ser cómplices, sino a ser instrumentos del homicidio. Esta sociedad condena a muchos excelentes profesionales de la ciencia médica a optar entre traicionar su conciencia, o ir a la cárcel. Demasiado parecido a las persecuciones de los primeros cristianos. Renuncias a tu fe, o vas al circo romano a enfrentar a los leones.

De qué sirve toda esta tecnología que nos hace la vida cómoda, si luego es utilizada para que no podamos educar a nuestros hijos de acuerdo a nuestra fe, o como mínimo de acuerdo a nuestra conciencia. Vivimos una generación que nos hace ver como en los colegios a los que van nuestros niños los pervierten para cumplir con supuestas leyes que van totalmente en contra del orden natural. E igual que ocurre a médicos e instituciones médicas, obligan a educadores e instituciones educativas a optar entre traicionar su Fe y su moral, o enfrentar a los leones. Y lo peor de todo, es que ponen a padres contra hijos, porque el error avanza y se transforma en un nuevo prisma moral. La moral del error.

Y de qué sirve todo este avance médico, si se lo utiliza crecientemente para cercenar tempranamente la vida de aquellos que la sociedad no considera práctico seguir sustentando. Hablamos de ancianos, personas enfermas, niños defectuosos. Demasiado parecido a lo que hacían en Esparta. Y por supuesto, todo bajo el paraguas protector de que es “para permitir una mejor calidad de vida a los que sí merecen vivir”, que de ese modo se hacen merecedores de toda la atención del estado. El estado decide quien vive, quien no.

De qué sirve finalmente toda esta modernidad, si no es capaz de detener una simple epidemia de resfrío, que es sólo más mortal que las anteriores. Vivimos una generación tan ciega, que ni siquiera es capaz de mirar al Cielo, y comprender que Dios está detrás de esto. Ni siquiera aquellos que tenemos Fe somos capaces de confesar públicamente que sí, que esto es una purificación que Dios nos da, un llamado a cambiar. Siendo políticamente correctos, “mejor no hablar de ciertas cosas”, parece ser el dogma. Tremendo error, del que Dios no deja de tomar nota. En este sentido, quiero agregar que debemos leer con atención toda la Biblia, incluido el Antiguo Testamento, porque allí está la historia de las traiciones del pueblo elegido, y como respondió Dios, una y otra vez. Jesús mismo nos dijo que El no venía a cambiar una sola coma de la Ley, sino a hacerla cumplir.

Es increíble, pero ni siquiera esta pandemia global ha sido capaz de hacerle aprender la lección a esta generación. Se puede decir, sin temor a equivocarnos, que el mundo ha aprendido poco, muy poco, a pesar de que Dios nos está advirtiendo que debemos cambiar. Que debemos poner el freno, y cambiar el rumbo. Que debemos vestirnos de saco y ceniza, y llenarnos de ayuno y oración. Que debemos salir a los tejados a predicar que Dios Existe, que nos ama, y que no está nada tranquilo con cómo van las cosas aquí abajo.

Vivimos siendo parte de una generación que ha perdido el rumbo, que está perdida, y que no reacciona. Una generación que no está “recalculando” la ruta para evitar un desastre. Nosotros, como parte de ella, debemos ser distintos, debemos nadar contra la corriente, como el salmón. No importa cuan fuerte nos arrastre la presión de la sociedad, es fundamental que perseveremos en nuestras convicciones, y luchemos no sólo por nuestras almas, sino también por las de los que nos rodean.

Hay demasiado en juego, por eso justamente debemos perseverar hasta el fin. Es la hora de los valientes, de los héroes anónimos, los que desde el llano defienden la Verdad, y la Vida. Los que desde el llano defienden a Dios.

Cualquier otra cosa que se diga, es simple palabrerío vacío.

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Recobra la vista bajo el Sol en Medjugorje https://www.reinadelcielo.org/recobra-la-vista-bajo-el-sol-en-medjugorje/ Fri, 13 Jul 2018 12:40:41 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=15169 ]]> Se llama Raffaella Mazzocchi, tenía 16 años y era ciega de un ojo cuando su familia la convenció de ir a Medjugorje. Cuando vio a un milagro del sol quedó ciega de ambos ojos durante cinco minutos, pero inmediatamente recuperó la visión en ambos ojos; su curación fue completa e inexplicable.

A los 16 años, el 22 de diciembre de 2001, la chica italiana había perdido la vista en su ojo derecho mientras estaba en la escuela. Los médicos encontraron que su condición era debido a la neuritis óptica retrobulbar, un virus que destruye irreversiblemente el nervio óptico.

“Se trata de un diagnóstico sin esperanza de recuperación, y no había tratamiento pareciera funcionar. Me vi obligada a abandonar la escuela porque no podía estudiar. Ni siquiera podía dormir, me fui a las drogas psicotrópicas, y en este estado yo viví en una pesadilla por ocho años. Había perdido la fe, y dejé de asistir a la iglesia”, dice Raffaella Mazzocchi en su testimonio en Messaggi Medjugorje.

Cruz de Medjugorje“Un día, mis tías, mi madre y mi hermana decidieron ir a Medjugorje, y querían llevarme con ellas con todos los costos pagos. Yo me resistía, pero finalmente sucumbí a los ruegos de mi familia, pero yo no tenía ninguna intención de orar por mi recuperación.”

Raffaella Mazzocchi y su familia llegaron en Medjugorje y fueron a subir a la Colina de las Apariciones el 26 de junio de 2009. En el camino, algo inusual llamó la atención de la familia.

“Mi hermana notó que el sol se movía de una manera no normal, y parecía estar bailando. Así que cogí las gafas de sol de mi hermana y con mi ojo bueno, el izquierdo, claramente vi al sol rotar y palpitar, casi se acercaba a mi cara y se iba para atrás de nuevo, y luego cambiaba de color constantemente, llegando a ser rojo, azul, naranja, verde”, relata Raffaella Mazzocchi.

Finalmente me quité las gafas de sol y comencé a llorar desesperadamente porque me di cuenta que yo también había perdido la visión en mi ojo izquierdo y estaba completamente ciego. Mis gritos atrajeron a numerosos peregrinos que se reunieron alrededor mío, pero yo no paraba de gritar más y con más desesperación porque sentía un fuerte ardor en los ojos.”

Esta ceguera total duró cinco minutos, los más largos de mi vida. Cuando ella vio que yo estaba en pánico, mi mamá me sentó y de alguna manera trató de calmarme” dice la joven italiana.

“Mientras que yo tenía mi cabeza hacia abajo y cerrados los ojos, de repente sentí la necesidad de abrir el ojo derecho, el enfermo, y me di cuenta que podía ver mis manos. Abrí el otro ojo y pude ver muy bien con él también.”

Al mover las manos hacia atrás y adelante frente a mis ojos, me di cuenta que había sido sanado, pero en lugar de saltar de alegría, me invadió el miedo y la turbación. Mirando a mis ojos, mi madre se dio cuenta del cambio en mí y corrió a abrazarme. Lo mismo hicieron todos los muchos peregrinos” dice Raffaella Mazzocchi.

“Desde ese día, mi vista se ha recuperado por completo, e incluso ahora tengo una visión perfecta de 11/10. Y, más importante aún, también me llevó a la fe otra vez, porque ahora, por fin, veo en todas las direcciones.”

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Fuente: Foros de la Virgen


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Arrepentimientos https://www.reinadelcielo.org/arrepentimientos/ Fri, 31 Oct 2014 10:40:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=610 Desde hace varios días que no puedo dejar de comprender íntimamente el sufrimiento que nos invade cuando nos arrepentimos de la forma en que tratamos a nuestros padres. El dolor nos estruja el pecho, al recordar, porque de muchas cosas que hicimos nos arrepentimos, sintiendo en el corazón la verdadera esencia del pecado, del mal, y sus consecuencias.

Llegamos a una edad en la vida, la llamada juventud, en que nos dejamos arrastrar por el vendaval de nuestras inseguridades y nuestros miedos. Nuestra alma queda presa de esa necesidad de afirmar nuestra esencia, de martillar de una vez por todas la tapa del ataúd de esa pregunta que nos carcome: quien somos, de qué somos capaces en la vida.

Por un error incomprensible, pero tan antiguo como la historia de la humanidad, decidimos correr en la dirección equivocada. En lugar de escuchar y mirar a quienes más nos aman, nuestros propios padres, decidimos construirnos a nosotros mismos en la diferenciación, en el distanciamiento, en la descalificación. Ignorantes de que en la vida nada se construye por el camino de la destrucción, nos lanzamos pico y hacha en mano a destrozar los corazones de quienes nos trajeron al mundo.

13 - 1Quizás porque alguien nos aconsejó mal, o quizás porque queremos salir corriendo aún con las piernas de nuestra rebeldía adolescente, lo concreto es que herimos y lastimamos a nuestros propios padres. Ciegos ante el mal, supimos encontrar los puntos donde más duele y así golpear una y otra vez en el mismo lugar. Parecía muy fácil escuchar, comprender, ayudar y tener paciencia a cualquier desconocido, pero no a ellos. Qué horror, baste pensar que para Dios el amor y respeto por nuestros padres es tan importante que hasta les dedicó uno de los Diez Mandamientos.

Digo estas palabras y puedo ver los ojos tristes y desgarrados de tantas madres mientras son heridas por palabras dolientes de sus hijos, por desprecios y agresiones gratuitas. Digo estas palabras y puedo ver el gesto adusto de tantos padres despreciados moral y humanamente por hijos que los dejan parados, congelados, sin saber que responder, como responder.

Quizás es el mundo que ha empeorado, porque cada vez es mayor el desprecio con que hijos tratan a padres, con que abuelos son abandonados sin amor ni cuidado. Quizás es que el amor ha perdido lugar en el mundo y ha dejado avanzar la cobardía, y es entonces más fácil herir a aquellos que sabemos no pueden responder a nuestra agresión, porque nos aman, nos aman de todo corazón.

Pero un día crecemos, se caen las escamas que cubren nuestros ojos y vemos con claridad. El dolor entonces nos envuelve y llena de llagas nuestro corazón, porque ya es tarde para reparar el daño producido. No entendemos como fuimos capaces de ser tan ciegos, como fuimos capaces de ser tan inhumanos. Nos vienen a la mente cosas dichas, cosas hechas, momentos de dolor irreparable, heridas que no cierran.

Si Dios nos concede la Gracia, quizás podamos pedirles perdón antes de que terminen su caminar por la vida. Darles amor, acariciarlos, abrazarlos, hacerlos sentirse amados y respetados por los que son el fruto de su vida. Si es que se fueron antes de que caigan las escamas que cubren nuestros ojos, pues allí no queda más que el sufrimiento y la agonía ante la culpa que ha erosionado nuestro interior, una y otra vez como una marea eterna que no cesa en su esfuerzo de chocar con nuestra alma ya redondeada de tanta ola que viene y se aleja.

cristo2Arrepentimiento a edades maduras, dolores por cegueras sufridas en la juventud. Culpas que nos invaden, diálogos antiguos que se repiten en nuestro interior una y otra vez. Recuerdos que no se alejan, cosas dichas que no pueden ser reconstruidas, marañas de pensamientos que hacen nido en nuestro corazón.

Digo estas palabras y puedo ver los Ojos de Dios Padre, que también es maltratado por millones y millones de hijos. Digo estas palabras y veo la mirada triste de María, Madre ignorada y olvidada por tantos millones de hijos. Quizás es Dios el que quiere que, como padres, compartamos con El este sufrimiento que es el de ser despreciados por nuestros propios hijos, como a El ocurre.

Miremos a nuestros padres, si es que aún los tenemos. Recemos por sus almas, si es que ya se han ido. Pidamos perdón a nuestro Dios, que sane nuestras heridas en la Reconciliación, en la Confesión. Y llevemos de modo especial la Cruz de Jesús si es que ahora nos toca ser padres, y vivirlo en carne propia.

Padre Bueno, danos de beber la Copa de Tu Dolor, en reparación de todas las ofensas que recibes de Tus hijos, ayer, hoy y siempre. Padre de Bondad, por la Dolorosa Pasión de Tu Perfectísimo Hijo, Jesucristo, Ten Misericordia de nosotros y del mundo entero.

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