La fe le salvó la vida en el corredor de la muerte Sólo la providencial visita a su pequeña celda de un sacerdote católico logró que se reabriera el caso y se demostrara su inocencia. (ver artículo)
La inocencia perdida «Ya había decidido el método para suicidarme: me iban a pasar unas pastillas después del juicio, porque tras pasar por el juzgado había más ocasiones, una vez dictada la sentencia». (ver artículo)