burla – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 26 Mar 2021 19:50:46 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 La Corona de Espinas https://www.reinadelcielo.org/la-corona-de-espinas/ Fri, 26 Mar 2021 12:21:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=356 ]]> Hablar de Dios o no hablar de nada, decía con pasión Santa Teresa de Ávila. Con ese entusiasmo que contagia, cuando hablamos de las cosas de Él. Así me encontraba un día hablando con un grupo de desprevenidos visitantes, que no esperaban encontrarse envueltos en semejante diálogo. Así se daba la charla, hablando de las grandezas del Señor, de Su Amor infinito por nosotros. Uno de los que participaban de tan encendido intercambio, solo miraba, absorbía cada cosa que se decía sin expresar opinión o realizar pregunta alguna.

Corona de espinas

¿Qué pensamientos habitaban en su corazón? Era un muchacho de aquellos que con sólo verlos uno sabe que son buenos, hechos de buena madera. Mirada sincera, una actitud de enfrentar el mundo con transparencia y curiosidad, también algo de tristeza y dolor. Imposible saber qué cosa ocurría en su alma en ese momento, pero sin dudas que algo hacía el Señor en su interior. Nuestro Jesús acariciaba su corazón y buscaba abrir una rendija para que la luz se precipite y estalle en el rincón más olvidado de sus recuerdos.

Cuando ya nos íbamos se atrevió, y nos habló de su infancia. Nos habló de haber vivido llamados de Dios que de algún modo quedaron sepultados bajo esa herrumbrosa fortaleza llamada madurez. Nos contó de su casa paterna, cuando jugaba de muy pequeño en su patio, con sus amiguitos vecinos. Pero algo conmocionaba su alma, una y otra vez. Siempre que entraba en un depósito donde la familia guardaba los trastos viejos, un rincón oscuro y polvoriento, se encontraba con la misma imagen: Jesús, coronado de espinas, lo miraba, en silencio. Nuestro Jesús miraba a ese niño pequeño sin que nadie más pudiera verlo, con Su Corona de Espinas y una expresión de dolor y tristeza en el Rostro, en el Santo Rostro.

Nuestro amigo no comprendía lo que ocurría. ¿Quién podría explicárselo, si es que hacía falta tanta fe para creerle a un testigo tan insignificante? La imagen de Jesús se grabó en su alma, recorrió los años de su vida oculta en un rincón oscuro de su corazón y emergió iluminada aquel día en que hablábamos de las cosas del Cielo. Lo miré con una sonrisa, y le pregunté: ¿ya comprendiste por qué Jesús se presentó con Su Corona? El no lo sabía, ni lo sabe. Yo quise ayudarlo a buscar el cabo que una ese recuerdo con su vida actual, para transformar su vida en Gracia, en unión con el Corazón Amante de Jesús.

Jesús -corona de espinas-

El Señor fue coronado de espinas como burla suprema. El único Rey Verdadero, digno del mejor trono, recibió una Corona hecha de Espinas. El mundo quiso hacer de El una mueca de realeza, y Jesús calló. No hizo falta el reconocimiento del mundo para que El sea coronado como Rey del Universo, sólo el silencio y la humildad acompañaron la burla del hombre. La Corona representó la inutilidad de toda vanidad humana, de las premiaciones y condecoraciones del mundo, del culto a la imagen. Jesús nos invitó así a reconocer la verdadera Realeza, la que proviene del amor, de la sencillez, de la humildad, al mostrarse a nosotros Coronado como el Rey más pobre, el más despojado de toda solemnidad terrenal.

Pero la Corona también tenía largas espinas que se hundieron en las sienes de Jesús, se enredaron en Su ensangrentada cabellera, y abrieron profundas heridas que hicieron brotar Sangre Real. Las espinas clavadas en Su Santa cabeza representaron el dolor que los malos pensamientos del hombre, pasado, presente y futuro, infringieron a Su Sagrado Corazón. Dios hecho Hombre, El quiso cargar con todos los pecados, y los de pensamiento son como silenciosas espadas que atraviesan el alma humana, y la desgarran. Su mirada triste, bajo la Corona de Espinas, reflejó lo que un Dios es capaz de hacer por Sus Hijos, para salvarlos.

Mi amigo fue iluminado en su niñez inocente por los Ojos de Dios, pero de Dios hecho Hombre condenado, coronado de un tejido de espinas. La luz marcó huellas imborrables en su alma, invitándolo a vivir una vida unida a El, compartiendo Su sencillez, Su dolor ante la burla del hombre, Su Pureza de pensamiento, Su deseo irrefrenable de enfrentar la maldad con silencio y paciencia, con inocencia y entrega. Dios quiso invitarlo a comprender que la verdadera fortaleza no es la que el hombre busca, sino la que se esconde en reconocer al Rey de Reyes, en Su Trono, la Cruz. Porque no hay hombre que sea más hombre, que cuando se encuentra de rodillas frente a Su Dios.


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Oraremos en reparación, por el Corazón de la Virgen María https://www.reinadelcielo.org/oraremos-en-reparacion-por-el-corazon-de-la-virgen-maria/ Fri, 10 Mar 2017 10:28:33 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=9008 En el día de la mujer, el 8 de marzo, durante los actos realizados para celebrar dicho día, se produjeron, en la Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Tucumán, los actos más desagradables que podríamos imaginar. Con gesto de burla y ofensa, se vio, por ejemplo, delante de la Catedral Nuestra Señora de la Encarnación, de Tucumán, una mujer vestida como la Virgen María, la cual abortaba. Nada más lejos de una marcha por el Día Internacional de la mujer. 

Creemos que es necesario sumarnos a la oración en el mundo entero, por el Corazón de María y de  su Hijo Jesucristo. A quienes seguimos encomendando nuestras vidas y en quienes confiamos infinitamente. Dios nos ama, como siempre, desde el corazón, y podemos retribuirles también con una oración, que se hace una alabanza de amor y gratitud. 

Oración de reparación

¡Oh Corazón de María, Madre de Dios y Madre nuestra;
Corazón amabilísimo, objeto de las complacencias de la adorable Trinidad
y digno de toda la veneración y ternura de los Angeles y de los hombres;
Corazón el más semejante al de Jesús, del cual sois la más perfecta imagen;
Corazón lleno de bondad y que tanto os compadecéis de nuestras miserias,
dignaos derretir el hielo de nuestros corazones,
y haced que vuelvan a conformarse con el Corazón del Divino Salvador.
Infundid en ellas el amor de vuestras virtudes;
inflamadlos con aquel dichoso fuego en que Vos estáis ardiendo sin cesar.
Encerrad en vuestro seno la santa Iglesia; custodiadla,
sed siempre su dulce asilo y su inexpugnable torre contra toda incursión de sus enemigos.
Sed nuestro camino para dirigirnos a Jesús,
y el conducto por el cual recibamos todas las gracias necesarias para nuestra salvación.
Sed nuestro socorro en las necesidades, nuestra fortaleza en las tentaciones,
nuestro refugio en las persecuciones, nuestra ayuda en todos los peligros;
pero especialmente en los últimos combates de nuestra vida, a la hora de la muerte,
en aquel formidable momento, en aquel momento del cual depende nuestra eternidad.

¡Ah! Virgen piadosísima, hacednos sentir entonces la dulzura de vuestro maternal Corazón,
y la fuerza de vuestro poder para con el de Jesús,
abriéndonos en la misma fuente de la misericordia un refugio seguro,
en donde podamos reunirnos para bendecirle con Vos en el paraíso por todos los siglos.
Amén.

¡Oh Madre nuestra dulcísima! Permite por piedad que nosotros, tus devotos hijos, unidos en un solo pensamiento de veneración y amor, vengamos a reparar las horrendas ofensas que cometen contra Ti tantos desventurados que no conocen el paraíso de bondad y de misericordia de tu corazón maternal.

Jaculatoria

Sea por siempre y en todas partes conocido, alabado, bendecido, amado, servido y glorificado el divinísimo Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María. Así sea.

PADRENUESTRO

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén

3 AVEMARÍA

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

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¿Católico? No creo https://www.reinadelcielo.org/catolico-no-creo/ Fri, 05 Feb 2016 14:46:11 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=6021 —Diálogo con un protestante—]]>  

Mis amigos protestantes no me entienden, querido lestor… Dicen que me convertí gracias a ellos (lo que es cierto); dicen que mi corazón se prendió en llamas en cuanto profundicé en las raíces del catolicismo; dicen que no comprenden mi actitud.Yo les intento explicar una y otra vez la certeza que colma mi entendimiento cuando veo consagrar, durante la misa católica, una Forma. Entonces sé que esa Forma es Cristo, el que andaba por Galilea hace 2.000 años. a quien los cristianos consideramos todo un Dios. Él vive, existe, respira, anda, tal y como lo hacía entonces, y sé que nos mira desde el altar. La única diferencia entre aquel y este es que ahora vive dentro del inconmensurable misterio que supone su existencia verdadera dentro de un pequeño trozo de pan consagrado.

Sobra decir que mi afirmación les parece una absoluta quimera.

Adoración Eucarística - María Vallejo-Nágera“¡Por favor, María!”, me dicen entre carcajadas. “No es posible que una mujer como tú diga semejantes disparates… ¿No te avergüenza afirmar tal barbaridad? ¡Eres incapaz de captar soberana majadería! ¿Cristo vivo en un trozo de pan? ¡Anda ya! ¡En el siglo XXI no cabe afirmar tal sandez!”.

Yo me muerdo la lengua y no contesto lo que vibra en su punta:”Pues pensad que vuestro rey Enrique VIII se cargó la fe católica en Inglaterra… ¡por el amor de una mujer, a la que, por cierto, cortó luego la cabeza en cuanto se aburrió de ella!”. No lo hago, pero ganas no me faltan, querido lector… (*)

Sin embargo, hay algo en sus teorías anglicanas que me tumba, me hiere y me deja indefensa… Sucede cuando insisten en saber si realmente los católicos creemos que Cristo está vivo en una Sagrada Forma y yo contesto con un enésimo:”Por supuesto”.

Entonces me miran de reojo y menean la cabeza de un lado a otro con expresión lastimosa.”Pobre mujer…”, susurran.

“¿Pero por qué os cuesta tanto creer en la gran base de mi fe católica? ¿Por qué os resulta tan extraño que creamos en la transubstanciación?”, pregunto.

Y llega así la respuesta que me deja perpleja y abatida: “Porque si de verdad los católicos creyerais tal afirmación, ¿acaso no viviríais en adoración permanente a los pies de vuestros sagrarios? ¡No lo hacéis! Vuestras iglesias están vacías y no en todas hay adoración eucarística. Los católicos sois unos pobres locos”.

Yo miro al suelo con tristeza.. .Y pienso que los católicos no estamos locos. Simplemente nos falta mucha mucha mucha fe. Que Dios nos perdone tanto desprecio a su santa presencia.

(*) Ana Bolena: segunda esposa del rey Enrique VIII

 

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María Vallejo-Nágera (ft img)

Por María Vallejo-Nagera
www.mariavallejonagera.com

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