San Agustín
Tarde te amé, Oh Belleza siempre antigua, siempre nueva. Tarde te amé. Te he conocido, y he tenido hambre y sed de Ti. Tú me has tocado, y he sido encendido por tu paz. (San Agustín) (ver artículo)
"Llegué a sentir la fatiga emocional y corporal del catolicismo, pero entendí, con perplejidad, que un católico lo es para siempre". (ver artículo)