Asís – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 09 Aug 2024 21:45:43 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Santa Clara de Asís https://www.reinadelcielo.org/santa-clara-de-asis/ Fri, 09 Aug 2024 12:48:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=9958 ]]>

Clara significa: “vida transparente”
“El amor que no puede sufrir no es digno de ese nombre” -Santa Clara.

De sus cartas: Atiende a la pobreza, la humildad y la caridad de Cristo

Clara nació en Asís, Italia, en 1193. Su padre, Favarone Offeduccio, era un caballero rico y poderoso. Su madre, Ortolana, descendiente de familia noble y feudal, era una mujer muy cristiana, de ardiente piedad y de gran celo por el Señor.

Desde sus primeros años Clara se vio dotada de innumerables virtudes y aunque su ambiente familiar pedía otra cosa de ella, siempre desde pequeña fue asidua a la oración y mortificación. Siempre mostró gran desagrado por las cosas del mundo y gran amor y deseo por crecer cada día en su vida espiritual.

Ya en ese entonces se oía de los Hermanos Menores, como se les llamaba a los seguidores de San Francisco. Clara sentía gran compasión y gran amor por ellos, aunque tenía prohibido verles y hablarles. Ella cuidaba de ellos y les proveía enviando a una de las criadas. Le llamaba mucho la atención como los frailes gastaban su tiempo y sus energías cuidando a los leprosos. Todo lo que ellos eran y hacían le llamaba mucho la atención y se sentía unida de corazón a ellos y a su visión.

Su llamada y su encuentro con San Francisco. Cofundadora de la orden

santa clara de asis (Ft image)

La conversión de Clara hacia la vida de plena santidad se efectuó al oír un sermón de San Francisco de Asís. En 1210, cuando ella tenía 18 años, San Francisco predicó en la catedral de Asís los sermones de cuaresma e insistió en que para tener plena libertad para seguir a Jesucristo hay que librarse de las riquezas y bienes materiales. Al oír las palabras: “este es el tiempo favorable… es el momento… ha llegado el tiempo de dirigirme hacia El que me habla al corazón desde hace tiempo… es el tiempo de optar, de escoger..”, sintió una gran confirmación de todo lo que venía experimentando en su interior.

Durante todo el día y la noche, meditó en aquellas palabras que habían calado lo más profundo de su corazón. Tomó esa misma noche la decisión de comunicárselo a Francisco y de no dejar que ningún obstáculo la detuviera en responder al llamado del Señor, depositando en El toda su fuerza y entereza.

Cuando su corazón comprendió la amargura, el odio, la enemistad y la codicia que movía a los hombres a la guerra comprendió que esta forma de vida eran como la espada afilada que un día traspasó el corazón de Jesús. No quiso tener nada que ver con eso, no quiso otro señor mas que el que dio la vida por todos, aquel que se entrega pobremente en la Eucaristía para alimentarnos diariamente. El que en la oscuridad es la Luz y que todo lo cambia y todo lo puede, aquel que es puro Amor. Renace en ella un ardiente amor y un deseo de entregarse a Dios de una manera total y radical.

Clara sabía que el hecho de tomar esta determinación de seguir a Cristo y sobre todo de entregar su vida a la visión revelada a Francisco, iba a ser causa de gran oposición familiar, pues el solo hecho de la presencia de los Hermanos Menores en Asís estaba ya cuestionando la tradicional forma de vida y las costumbres que mantenían intocables los estratos sociales y sus privilegios. A los pobres les daba una esperanza de encontrar su dignidad, mientras que los ricos comprendían que el Evangelio bien vivido exponía por contraste sus egoísmos a la luz del día. Para Clara el reto era muy grande. Siendo la primera mujer en seguirle, su vinculación con Francisco podía ser mal entendida.

Santa Clara se fuga de su casa el 18 de Marzo de 1212, un Domingo de Ramos, empezando así la gran aventura de su vocación. Se sobrepuso a los obstáculos y al miedo para darle una respuesta concreta al llamado que el Señor había puesto en su corazón. Llega a la humilde Capilla de la Porciúncula donde la esperaban Francisco y los demás Hermanos Menores y se consagra al Señor por manos de Francisco.

Empiezan las renuncias

De rodillas ante San Francisco, hizo Clara la promesa de renunciar a las riquezas y comodidades del mundo y de dedicarse a una vida de oración, pobreza y penitencia. El santo, como primer paso, tomó unas tijeras y le cortó su larga y hermosa cabellera, y le colocó en la cabeza un sencillo manto, y la envió a donde unas religiosas que vivían por allí cerca, a que se fuera preparando para ser una santa religiosa.

Para Santa Clara la humildad es pobreza de espíritu y esta pobreza se convierte en obediencia, en servicio y en deseos de darse sin límites a los demás.

Clara de Asís 2

Días más tardes fue trasladada temporalmente, por seguridad, a las monjas Benedictinas, ya que su padre, al darse cuenta de su fuga, sale furioso en su búsqueda con la determinación de llevársela de vuelta al palacio. Pero la firme convicción de Clara, a pesar de sus cortos años de edad, obligan finalmente al Caballero Offeduccio a dejarla. Días más tardes, San Francisco, preocupado por su seguridad dispone trasladarla a otro monasterio de Benedictinas situado en San Angelo. Allí la sigue su hermana Inés, quien fue una de las mayores colaboradoras en la expansión de la Orden y la hija (si se puede decir así) predilecta de Santa Clara. Le sigue también su prima Pacífica.

Cuando se trasladan las primeras Clarisas a San Damián, San Francisco pone al frente de la comunidad, como guía de Las Damas Pobres a Santa Clara. Al principio le costó aceptarlo pues por su gran humildad deseaba ser la última y ser la servidora, esclava de las esclavas del Señor. Pero acepta y con verdadero temor asume la carga que se le impone, entiende que es el medio de renunciar a su libertad y ser verdaderamente esclava. Así se convierte en la madre amorosa de sus hijas espirituales, siendo fiel custodia y prodigiosa sanadora de las enfermas.

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Fuente: Corazones.org


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7 hechos sobrenaturales de San José de Cupertino https://www.reinadelcielo.org/7-hechos-sobrenaturales-de-san-jose-de-cupertino/ Fri, 03 Nov 2017 19:40:06 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=10520

San José de Cupertino (1603-1663), patrono de estudiantes y conocido como el santo volador, fue bendecido por Dios con muchos milagros que él siempre atribuía a la intercesión de la Santísima Virgen María.

Aquí siete sucesos sobrenaturales que ocurrieron durante su vida

1.- Volaba por los aires

San José de Cupertino caía constantemente en éxtasis y sus hermanos frailes y los fieles lo vieron “volar” en varias ocasiones. Cierto día los religiosos lo vieron elevarse hasta una estatua de la Virgen que estaba a tres metros y medio de altura y darle un beso al Niño Jesús. Luego rezó en el aire con intensa emoción.

El más famoso de estos sucesos se dio cuando diez obreros deseaban llevar una cruz pesada a una montaña alta, pero no lo lograban. Entonces Fray José se elevó por los aires con la cruz y la llevó hasta la cima del monte.

2.- Exorcizaba con una frase obediente

San José de Cupertino (ft img)Sus superiores lo eligieron para exorcizar demonios, pero el Santo se consideraba indigno de hacerlo. Por ello usaba la siguiente frase contra los malignos: “Sal de esta persona si lo deseas, pero no lo hagas por mí, sino por la obediencia que le debo a mis superiores”. Y los demonios salían.

3.- Podía estar en dos lugares a la vez

El don de estar en dos lugares al mismo tiempo se llama bilocación o ubicuidad. Cuentan que cuando la madre de San José estaba muriendo en el pueblo de Cupertino, el Santo que estaba en Asís lo supo. El fraile entró con una gran luz al cuarto de su mamá y después de verlo partió a la Casa del Padre.

En Asís, sus superiores preguntaron a San José por qué estaba llorando amargamente y él les contestó que su madre acababa de fallecer. Más adelante fueron muchos los que atestiguaron que el Santo acompañó a su madre en Cupertino.

4.- Curaba con la señal de la cruz

Cierta vez un hombre arrogante le dijo a San José: “impío, hipócrita, no por ti, pero por el hábito de religioso que llevas tengo que respetarte. Yo creería en todo lo que haces si con la señal de la cruz sobre mi llaga me sanas”.

El Santo humildemente respondió que todo lo que decía de él era cierto y haciendo la señal de la cruz sobre la llaga, el hombre quedó curado.

Asimismo hizo recobrar la vista a un ciego poniéndole su capa sobre la cabeza. Los mancos y cojos eran sanados al besar el crucifijo que San José ponía ante ellos. Los enfermos de una plaga de fiebre altísima fueron curados cuando el Santo les hacía la señal de la cruz sobre su frente.

5.- Leía los corazones y convertía protestantes

San José de Cupertino 3El príncipe luterano John Federick a sus 25 años de edad fue a Asís con dos escoltas, uno católico y otro protestante. Ingresaron a la iglesia donde San José estaba celebrando Misa y en el momento de la consagración el Santo no pudo partir la Hostia Consagrada porque estaba dura como piedra y tuvo que devolverla a la patena.

El P. José empezó a llorar de dolor y se elevó a casi un metro de altura. Al bajar, logró partir la hostia con mucho esfuerzo. Sus superiores le preguntaron por qué había pasado eso y él respondió que se debió al corazón duro de la gente que asistió a la Misa.

Al día siguiente regresó el príncipe con los dos hombres y cuando el Santo elevó la Hostia en la Misa, la cruz de la Sagrada Hostia se puso negra. Esto le causó un gran dolor y llorando levitó con la forma durante unos 15 minutos. Este milagro conmovió el corazón del príncipe por lo que él y su acompañante decidieron convertirse a la fe católica.

6.- Se comunicaba con los animales

Cuando pasaba por un campo y se ponía a rezar, las ovejas se reunían a su alrededor y escuchaban atentas sus oraciones. Las golondrinas volaban en bandadas alrededor de su cabeza y lo acompañaban por varias cuadras.7.- Profetizó el futuro de los Papas

Cierta vez lo llevaron ante el Papa Urbano VIII, quien deseaba saber si eran ciertos los éxtasis y los episodios de levitación del fraile.

San José compareció ante el Pontífice y se elevó por los aires ante el asombro de los presentes. De este Papa y de Inocencio X, el Santo predijo el día y la hora de la muerte de ambos.

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Fuente: Aciprensa


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San Francisco y La Porciuncula – Indulgencia https://www.reinadelcielo.org/san-francisco-y-la-porciuncula/ Fri, 31 Jul 2015 16:11:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=33 —La indulgencia se gana el 2 de agosto—]]> Fiesta de Santa María de los Ángeles
Juan Pablo II en la reapertura de la Porciúncula

Por Jesús Marti Ballester

San Francisco de Asís pidió a Cristo, mediante la intercesión de la Reina de los Ángeles, el gran perdón o «indulgencia de la Porciúncula», confirmada por mi venerado predecesor el Papa Honorio III a partir del 2 de agosto de 1216. Desde entonces empezó la actividad misionera que llevo a Francisco y a sus frailes a algunos países musulmanes y a varias naciones de Europa. Allí por último, el Santo acogió cantando a <nuestra hermana la muerte corporal> (Cántico de las criaturas). De la experiencia del Poverello de Asís la iglesita de la Porciúncula conserva y difunde un mensaje y una gracia peculiares, que perduran todavía hoy y constituyen un fuerte llamamiento espiritual para cuantos se sienten atraídos por su ejemplo. A este propósito es significativo el testimonio de Simone Weil, hija de Israel fascinada por Cristo: <Mientras estaba sola en la capillita románica de Santa María de los Ángeles, incomparable milagro de pureza, donde san Francisco rezo tan a menudo, algo mas fuerte que yo me obligo, por primera vez en mi vida, a arrodillarme> (Autobiografía espiritual). La Porciúncula es uno de los lugares mas venerados del franciscanismo, no solo muy entrañable para la Orden de los Frailes Menores, sino también para todos los cristianos que allí, cautivados por la intensidad de las memorias históricas reciben luz y estimulo para una renovación de vida, con vistas a una fe mas enraizada y a un amor mas autentico. Por tanto, me complace subrayar el mensaje especifico que proviene de la Porciúncula y de la indulgencia vinculada a ella” Con estas palabras comenzaba el mensaje de Juan Pablo II en 1999, dirigido al Ministro General de la Orden Franciscana, en la reapertura de la Basílica y de la capilla de la Porciúncula.

¿Qué ocurrió en la Porciúncula?

Porciúncula

Cuenta Dona Emilia de Pardo Bazan en su “Vida de San Francisco” que una noche, en el monte cercano a la Porciúncula, ardía Francisco de Asís en ansias de la salvación de las almas. Un ángel le ordeno bajar del monte a su Santa Maria de los Angeles. Allí vio a Jesucristo, a su Madre y a multitud de espíritus. Oyó la voz de Jesus: – Pues tantos son tus afanes por la salvación de las almas, pide, Francisco, pide. Francisco pidió una indulgencia plenaria, que se ganase con solo entrar confesado y contrito en aquella capilla de los Angeles.- Mucho pides, Francisco, pero accedo contento. Acude a mi Vicario, que confirme mi gracia. Al alba, tomo el camino de Perusa, acompañado de Maseo de Marignano. Estaba en Perusa el Papa Honorio III. – Padre Santo -dijo Francisco, en honor de Maria he reparado una iglesia; hoy vengo a solicitar para ella indulgencia. Dime cuantos anos e indulgencias pides.- Padre Santo -replico Francisco-, lo que pido no son anos, sino almas. No puede conceder esto la Iglesia -objeto el Papa.- Señor -replico Francisco-, no soy yo, sino Jesucristo, quien os lo ruega. En esta frase hubo tal calor, que ablando el animo de Honorio, moviendole a decir: – Me place, me place, me place otorgar lo que deseas. Y llamo a Francisco: -Otorgo, pues, que cuantos entren confesados en Santa Maria de los Angeles sean absueltos de culpa y pena; esto todos los anos perpetuamente, mas solo en el espacio de un dia natural. Bajo Francisco la cabeza en señal de aprobación, y sin despegar los labios salió de la cámara. – ¿Adonde vas, hombre sencillo? -gritó el Papa-. Me basta -respondió Francisco- lo que oí; si la obra es divina, Dios se manifestara en ella. Sirva de escritura la Virgen, Cristo el notario y testigos los ángeles. Y se volvió de Perusa a Asís. Llegando a Collestrada, se desvió de sus compañeros para desahogar su corazón en ríos de lagrimas; al volver de aquel estado de plenitud y de gozo, llamo a Maseo a voces: ¡Maseo, hermano!

De parte de Dios te digo que la indulgencia que obtuve del Pontifice esta confirmada en los cielos.

Retraso

El tiempo corria el tiempo sin que Honorio autorizara la indulgencia; el retraso atribulaba a Francisco. En una fría noche de enero se encontraba abismado. Impensadamente pensó que obraba mal, que faltaba a su deber trasnochando y extenuandose a fuerza de vigilias, siendo un hombre cuya vida era tan esencial para el sostenimiento de su Orden. Pensó que tanta penitencia pararía en enflaquecer y perder su razon, y le entro congoja.

Para desechar esta tentación, nacida del cansancio de su cuerpo, se levanto, y se arrojo sobre una zarza, revolcándose en ella. Manaba sangre de su piel, y se cubría el zarzal de rosas, como las de mayo. Francisco se encontró rodeado de ángeles que cantaban a coro:- Ven a la iglesia; te aguardan Cristo y su Madre. Francisco se levanto transportado y camino luminoso. Sobre su cuerpo veía Francisco un vestido transparente como el cristal. Tomó de la zarza florida doce rosas blancas y doce rojas, y entro en la capilla. Allí estaban Cristo y su Madre, con innumerables ángeles.

Francisco cayo de rodillas. María se inclino hacia su hijo, y este hablo así:

– Por mi madre te otorgo lo que solicitas; y sea el día aquel en que mi apóstol Pedro, encarcelado por Herodes, vio milagrosamente caer sus cadenas (1 de agosto). Ve a Roma; notifica mi mandamiento a mi Vicario; llévale rosas de las que han brotado en la zarza; yo moveré su corazón.

Francisco se levanto, fue a Roma con Bernardo de Quintaval, Ángel de Rieti, Pedro Cataneo y fray León, la ovejuela de Dios.

Tres Rosas

Se presento al Papa llevando en sus manos tres rosas encarnadas y tres blancas de las del prodigio. Intimo a Honorio de parte de Cristo que la indulgencia había de ser en la fiesta de San Pedro ad Vincula. Le ofreció las rosas, frescas y fragantes. Se reunió el Consistorio, y ante las flores que representaban en enero la primavera, fue confirmada la indulgencia.

rosas blancas

Escribió el Papa a los obispos circunvecinos de la Porciúncula, citándoles para que se reunieran en Asís el primer día de Agosto, a fin de promulgar la indulgencia solemnemente. En el día convenido apareció Francisco en un palco con los siete obispos a su lado, y pronuncio una platica ferviente sobre la indulgencia. Los obispos se indignaron, y cuando el obispo de Asís se levanto resuelto a proclamar la indulgencia por diez anos solos, en vez de esto repitió las palabras de Francisco; unos después de otros, reprodujeron los obispos el primer anuncio.

La Porciúncula

Durante muchos anos, fue solo conocida oralmente la indulgencia de la Porciúncula. Medio siglo después del transito de Francisco hallamos el primer documento de Benito de Arezzo, que dice así: <En el nombre de Dios, Amen. Yo Fray Benito de Arezzo, que estuve con el beato Francisco mientras aun vivía, y que por auxilio de la gracia fui recibido en su Orden por el mismo Padre Santísimo; yo que fui compañero de sus compañeros, y con ellos estuve frecuentemente, ya mientras vivía el santo Padre nuestro, ya después que se partió de este mundo, y con los mismos conferencie frecuentemente de los secretos de la Orden, declaro haber oído repetidas veces a uno de los compañeros del beato Francisco, llamado Fray Maseo de Marignano, que estuvo con el hermano Francisco en Perusa, en presencia del papa Honorio, cuando el santo pidió la indulgencia de todos los pecados para los que, contritos y confesados, viniesen al lugar de Santa Maria de los Angeles (que por otro nombre se llama Porciúncula) el primer día de agosto, desde las vísperas de dicho día hasta las vísperas del día siguiente. La cual indulgencia, habiendo sido pedida por el beato Francisco, fue otorgada por el Sumo Pontífice, aunque el mismo dijo no ser costumbre en la Sede Apostólica conceder tales indulgencias> Del entusiasmo que en el pueblo despertaban las indulgencias podemos juzgar por las crónicas que refieren el acontecimiento que, estremeciendo hasta las ultimas fibras de la conciencia de Dante, dio por resultado la Divina Comedia. La multitud que acudía a Asís a lucrar la indulgencia era enorme. El jubileo determinaba una suspensión de discordias y luchas: la tregua de Dios.

Sitiado Asís por las tropas de Perusa, el día 2 de Agosto se interrumpió el ataque, para que los peregrinos pudieran entrar en la villa para obtener la indulgencia. Gregorio XV, hizo extensivo el jubileo de la Porciúncula a todas las iglesias franciscanas del mundo. Según Fray Panfilo de Magliano, la indulgencia fue concedida el ano 1216, y en 1217 la proclamación solemne de la Porciúncula por siete obispos. La víspera del solemne día llamaba a los fieles la Campana de la Predicación; se cubría el campo de toldos y enramadas y acampaban al raso los peregrinos. Al lucir el nuevo sol se verificaba la ceremonia de la absolución, descrita por el Dante, en el canto IX del Purgatorio.


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