arcángeles – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 27 Sep 2024 17:22:24 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Arcángeles de Dios https://www.reinadelcielo.org/arcangeles-de-dios/ Fri, 27 Sep 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=5346 ]]>

29 de septiembre, fiesta de los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. En el día de la dedicación de la basílica bajo el título de San Miguel, en la vía Salaria, a seis miliarios de Roma, se celebran juntamente los tres arcángeles, de quienes la Sagrada Escritura revela misiones singulares y que, sirviendo a Dios día y noche, y contemplando su rostro, a él glorifican sin cesar.

Son los nombres con que se presentan en la Sagrada Escritura estos tres príncipes de la corte celestial.

Miguel aparece en defensa de los intereses divinos ante la rebelión de los ángeles malos; Gabriel, enviado por el Señor a diferentes misiones, anunció a la Virgen Maria el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios y su maternidad divina; Rafael acompañó al joven Tobías cuando cumplia un difícil encargo y se ocupó de solucionar difíciles asuntos de su esposa.

Los ángeles

Es verdad que los ángeles son muy importantes en la Iglesia y en la vida de todo católico, pero son criaturas de Dios, por lo que no se les puede igualar a Dios ni adorarlos como si fueran dioses.

La Iglesia ha fijado dos festividades para que, al menos dos días del año, nos acordemos de los ángeles y los arcángeles, nos alegremos y agradezcamos a Dios el que nos haya asignado un ángel custodio y aprovechemos estos días para pedir su ayuda.

Misión de los ángeles

Arcángel Miguel2

Los ángeles son seres espirituales creados por Dios por una libre decisión de su Voluntad divina. Son seres inmortales, dotados de inteligencia y voluntad.

Debido a su naturaleza espiritual, los ángeles no pueden ser vistos ni captados por los sentidos.

En algunas ocasiones muy especiales, con la intervención de Dios, se han visto y oído materialmente. La reacción de las personas al verlos u oírlos ha sido de asombro y de respeto. Por ejemplo, los profetas Daniel y Zacarías.

En el siglo IV, el arte religioso representó a los ángeles con forma de figura humana. En el siglo V, se le añadieron las alas, como símbolo de su prontitud en realizar la Voluntad divina y en trasladarse de un lugar a otro sin la menor dificultad.

En la Biblia encontramos algunos motivos para que los ángeles sean representados como seres brillantes, de aspecto humano y alados. Por ejemplo, el profeta Daniel escribe que un “ser que parecía varón” -se refería al arcángel Gabriel- volando rápidamente, vino a él (Daniel 8, 15-16; 9,21). Y, en el libro del Apocalipsis, son frecuente las apariciones de ángeles que claman, tocan las trompetas, llevan mensajes o son portadores de copas e incensarios; otros que suben, bajan o vuelan; otros que están de pie en cada uno de los cuatro puntos cardinales de la tierra o junto al trono del Cordero, Cristo.

La misión de los ángeles es amar, servir y dar gloria a Dios, ser mensajeros y cuidar y ayudar a los hombres. Ellos están constantemente en la presencia de Dios, atentos a sus órdenes, orando, adorando, vigilando, cantando y alabando a Dios y pregonando sus perfecciones. Se puede decir que son mediadores, custodios, guardianes, protectores y ministros de la justicia divina.

La presencia y la acción de los ángeles aparece a lo largo del Antiguo Testamento, en muchos de sus libros sagrados. Aparece frecuentemente, también, en la vida y enseñanzas de Nuestro Señor, Jesucristo, en la Carta de san Pablo, en los Hechos de los Apóstoles y, principalmente, en el Apocalipsis.

Con la lectura de estos textos, podemos descubrir algo más acerca de los ángeles:

Nos protegen, nos defienden físicamente y nos fortalecen al combatir las fuerzas del mal.
luchan con todo su poder por y con nosotros.

Como ejemplo, está la milagrosa liberación de San Pedro que pudo huir de la prisión ayudado por un ángel (Hechos 12, 7 y siguientes). También, aparece un ángel deteniendo el brazo de Abraham, para que no sacrificara a su hijo, Isaac.

Los ángeles nos comunican mensajes importantes del Señor en determinadas circunstancias de la vida. En momentos de dificultad, se les puede pedir luz para tomar una decisión, para solucionar un problema, actuar acertadamente y para descubrir la verdad.

Por ejemplo, tenemos las apariciones a la Virgen María, a San José y a Zacarías. Todos ellos recibieron mensajes de los ángeles.

Los ángeles cumplen, también, las sentencias de castigo del Señor, como el castigo a Herodes Agripa (Hechos de los Apóstoles) y la muerte de los primogénitos egipcios (Exódo 12, 29).

Los ángeles presentan nuestras oraciones al Señor y nos conducen a Él. Nos acompañan a lo largo de nuestra vida y nos conducirán, con toda bondad, después de nuestra muerte, hasta el trono de Dios para nuestro encuentro definitivo con Él. Este será el último servicio que nos presten pero el más importante. El arcángel Rafael dice a Tobías: “Cuando ustedes oraban, yo presentaba sus oraciones al Señor”, (Tob 12, 12 – 16).

Ellos nos animan a ser buenos pues ven continuamente el rostro de Dios y también ven el nuestro. Debemos tener presentes las inspiraciones de los ángeles para saber obrar correctamente en todas las circunstancias de la vida. “Los ángeles se regocijan cuando un pecador se arrepiente”, (Lucas 15, 10).

Jerarquía de los ángeles

Se suelen enumerar nueve coros u órdenes angélicos. Esta jerarquía se basa en los distintos nombres que se encuentran en la Biblia para referirse a ellos. Dentro de esta jerarquía, los superiores hacen participar a los inferiores de sus conocimientos.

Cada tres coros de ángeles constituyen una jerarquía y todos ellos forman la corte celestial.

Jerarquía Suprema

Arcángel Rafael

serafines
querubines
tronos
Jerarquía Media:
dominaciones
virtudes
potestades
Jerarquía Inferior:
principados
arcángeles
ángeles

Serafines: Son los “alabadores” de Dios. Serafín significa “amor ardiente”. Los serafines alaban constantemente al Señor y proclaman su santidad.
(Isaías 6, 17)

Querubines: Son los “guardianes” de las cosas de Dios. Aparecen como encargados de guardar el arca de la alianza y el camino que lleva al árbol de la vida. Entre dos querubines comunica Yahvé sus revelaciones. “Se sienta sobre querubines”.
(Génesis, Éxodo, en la visión de Ezequiel, 1, 4 y Carta a los Hebreos, 9,5).

Potestades, Virtudes, Tronos, Principados y Dominaciones:

En la Biblia encontramos estos diversos nombres cuando se habla del mundo angélico. Hay quien interpreta los nombres de los ángeles como correspondientes a su grado de perfección.

Para San Gregorio, los nombres de los ángeles se refieren a su ministerio: Los principados son los encargados de la repartición de los bienes espirituales las virtudes son los encargados de hacer los milagros las potestades son los que luchan contra las fuerzas adversas las dominaciones son los que participarán en el gobierno de las sociedades los tronos son los que están atentos a las razones del obrar divino.

Existe, también, una jerarquía basada en los distintos nombres que se encuentran en la Biblia para referirse a ellos. A los arcángeles les podríamos llamar los “asistentes de Dios”. Son ángeles que están al servicio directo del Señor para cumplir misiones especiales.

Arcángel San Miguel

Es el que arrojó del Cielo a Lucifer y a los ángeles que le seguían y quien mantiene la batalla contra Satanás y demás demonios para destruir su poder y ayudar a la Iglesia militante a obtener la victoria final. El nombre de Miguel significa “quien como Dios”. Su conducta y fidelidad nos debe invitar a reconocer siempre el señoría e Jesús y buscar en todo momento la gloria de Dios.

Arcángel San Gabriel

Arcángel Gabriel

En hebreo significa “Dios es fuerte”, “Fortaleza de Dios”. Aparece siempre como el mensajero de Yahvé para cumplir misiones especiales y como portador de buenas noticias. Anunció a Zacarías el nacimiento de Juan, el Bautista y a la Virgen María, la Encarnación del Hijo de Dios.

Arcángel San Rafael

Su nombre quiere decir “medicina de Dios”. Tiene un papel muy importante en la vida del profeta Tobías, al mostrarle el camino a seguir y lo que tenía que hacer. Tobías obedeció en todo al arcángel San Rafael, sin saber que era un mensajero de Dios. Él se encargó de presentar sus oraciones y obras buenas a Dios, dejándole como mensaje bendecir y alabar al Señor, hacer siempre el bien y no dejar de orar. Se le considera patrono de los viajeros por haber guiado a Tobías en sus viajes. Es patrono, también, de los médicos (de cuerpo y alma) por las curaciones que realizó en Tobit y Sara, el padre y la esposa de Tobías.

Los ángeles custodios

Dios ha asignado a cada hombre un ángel para protegerle y facilitarle el camino de la salvación mientras está en este mundo. Afirma sobre este tema San Jerónimo: “Grande es la dignidad de las almas, cuando cada una de ellas, desde el momento de nacer, tiene un ángel destinado para su custodia”.

En el Antiguo Testamento se puede observar como Dios se sirve de sus mensajeros para proteger a los hombres de la acción del demonio, para ayudar al justo o librarlo del peligro, como cuando a Elías lo alimentó un ángel, (1 Reyes, 19, 5).

En el Nuevo Testamento también se pueden observar muchos sucesos y ejemplos en los que aparecen estos seres: el mensaje a San José para que huyera a Egipto y los ángeles que sirvieron a Jesús, después de las Tentaciones en el desierto, entre otros ejemplos.

Se puede decir que los ángeles custodios son compañeros de viaje, que siempre estarán al lado de cada uno de nosotros, en las buenas y en las malas, sin separarse ni un solo momento. Está a nuestro lado mientras trabajamos, descansamos, cuando nos divertimos y cuando rezamos, cuando le pedimos ayuda y cuando le olvidamos. Y, lo más importante, es que no se aparta de nosotros ni siquiera cuando perdemos la gracia de Dios por el pecado. Nos presta auxilio para enfrentar de mejor ánimo las dificultades y tentaciones de la vida diaria.

Muchas veces se piensa en el ángel de la guarda como si fuera algo infantil. Pero, si pensamos que al crecer la persona se enfrentará a una vida con mayores tentaciones y dificultades, el ángel custodio será de gran ayuda.

Para que la relación de la persona con el ángel custodio sea eficaz, necesita hablar con él, llamarle, tratarlo como el amigo que es. Así podrá convertirse en un fiel y poderoso aliado nuestro.

Debemos confiar en nuestro ángel de la guarda y pedirle ayuda, pues además de que él nos guía y nos protege, está muy cerca de Dios y le puede decir directamente lo que queremos o necesitamos.

Recordemos que los ángeles no pueden conocer nuestros pensamientos ni deseos íntimos si nosotros no se los hacemos saber de alguna manera, ya que sólo Dios sabe lo que hay dentro de nuestro corazón. Ellos, en cambio, sólo pueden conocer lo que queremos intuyéndolo por nuestras obras, palabras, gestos, etc.

También podemos pedirle favores especiales a los ángeles de la guarda de otras personas para que las protejan de determinados peligros o las guíen en situaciones difíciles.

¿Qué nos enseñan los ángeles?

  • Nos enseñan a glorificar al Señor, proclamar su santidad y rendirle sus homenajes de adoración, de amor y de ininterrumpida alabanza.
  • Cumplir con exactitud y prontamente todas las órdenes que recibimos del señor y a cumplir su Voluntad sin discutir sus mandatos ni aplazando el cumplimiento de éstas.
  • Servir al prójimo, pues ellos están preocupados por nosotros y quieren ayudarnos en las diversas circunstancias que se nos presentan en la vida. Esto nos anima a compartir con nuestros hermanos penas y alegrías.

¿Quiénes son los ángeles caídos?

Dios creó a los ángeles como espíritus puros, todos se encontraban en estado de gracia. Pero algunos, encabezados por Luzbel, el más bello de los ángeles, por su malicia y soberbia se negaron a adorar a Jesucristo, Dios hecho hombre, por sentirse seres superiores. Así, rechazaron eternamente a Dios con un acto inteligente y libre de su parte.

A Luzbel -también denominado Lucifer, Diablo o Satán- junto con los ángeles rebeldes que le siguieron -convertidos en demonios- fueron arrojados del Cielo al infierno. Quedaron confinados a un estado eterno de tormento en donde nunca más podrán ver a Dios.

No cambiaron su naturaleza, siguen siendo seres espirituales y reales.

Lucifer es el enemigo de Dios. Jesús le llama “el engañador”, “el padre de la mentira”. Su constante actividad en el mundo busca apartar a los hombres de Dios mediante engaños e invitaciones al mal. Quiere evitar que lo conozcan, que lo amen y que alcancen la felicidad eterna. Es un enemigo con el que se tiene que luchar para poder llegar al Cielo.

Los demonios se encuentran organizados en jerarquías, tal y como fueron creados en un principio, subordinados los inferiores a los superiores.

Satanás y sus demonios comenzaron sus maléficas acciones con Adán y Eva y no se dan por vencidos en su labor. Aprovechan la inclinación del hombre hacia el mal por su naturaleza que quedó dañada después del pecado original. Son muy astutos, disfrazan el mal de bien. Su acción ordinaria en el hombre es la tentación. Por ello rezamos en el Padrenuestro: “…no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.”

¿Por qué creer en los ángeles?

Toda la Sagrada Escritura está llena de versículos y capítulos completos que hablan de los ángeles. Si creemos en la Sagrada Escritura, no podemos negar la existencia y la acción de los ángeles.

Además del testimonio de la Revelación, tenemos el de los Santos Padres de la Iglesia quienes nos dejaron bellas y sugestivas descripciones de los ángeles que fueron retomadas por Santo Tomás no sólo en el aspecto teológico sino en un dinamismo cristiano. La Iglesia ha definido dogma de fe la existencia de los ángeles.

El culto a los ángeles de la guarda comenzó en la península Ibérica y después se propagó a otros países. Existe un libro acerca de esta devoción en Barcelona con fecha de 1494.

El Concilio IV de Letrán, en 1215, se señaló que Dios es creador de todas las cosas, de las visibles y de las invisibles, de las criaturas espirituales y las corporales. Se señaló que a unas y a otras, las creó de la nada.

En 1870, debido al materialismo y racionalismo que imperante en esa época, el Concilio Vaticano I afirmó de nuevo la existencia de los ángeles.

Pablo VI volvió a poner de manifiesto la existencia de los ángeles en 1968, al formular el Credo.

En la reforma litúrgica de la Iglesia de 1969, quedó establecido el día 29 de septiembre para dar culto a los arcángeles San Miguel, San Rafael y San Gabriel y el día 2 de Octubre, para rendir culto a los ángeles custodios.

Oración a San Miguel Arcángel

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla.
Ayúdanos a luchar contra el mal.
Que Dios oiga tu voz y tú, como jefe del ejército del Cielo,
combate y vence a Satanás
y a todos los espíritus malos que andan por el mundo
deseando la ruina de las almas.
Amén.

Oración al Ángel de la Guarda

Ángel del Señor, que eres mi custodio,
Puesto que la Providencia soberana me encomendó a ti,
Ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname
en este día.
Amén.

Ángel de la Guarda, dulce compañía
No me desampares, ni de noche ni de día,
hasta que me encuentre en los brazos de Jesús y de María.

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Fuente: Catholic.net


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Novena a los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael https://www.reinadelcielo.org/novena-a-los-arcangeles-miguel-gabriel-y-rafael/ Mon, 25 Sep 2023 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=23205 ]]> La Fiesta de los Santos Arcángeles se celebra el día 29 de septiembre. Aunque sabemos hay siete arcángeles (Tobit 12,15, Rev. 8,2), sólo tres son mencionados por su nombre en la Biblia católica y tan sólo uno de ellos, San Miguel, se le llama específicamente un Arcángel.

Los ángeles fueron creados como mensajeros de Dios. Las Escrituras revelan que Dios creó nueve coros de ángeles y que fueron popularizados en la Edad Media por diversos teólogos y escritores: Querubines, Serafines, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades, Virtudes, Arcángeles y Ángeles.

A continuación te suministramos la novena a los arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael, quienes nos ayudan en nuestras luchas espirituales defendiéndonos contra las tentaciones y asechanzas del demonio

Esta Novena se reza cada día durante nueve días

Novena a los Santos Arcángeles

  • Oraciones iniciales
  • Invocación a los Arcángeles
  • Oración final

Oraciones iniciales.

Señal de la Cruz: Por la señal de la Santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición: Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos, he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confío en que, por tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén

Invocación a San Miguel Arcángel

San Miguel Arcángel, campeón leal de Dios y de su pueblo, me dirijo a usted con confianza buscando tu poderosa intercesión. Por el amor de Dios, Quien te hizo tan glorioso en gracia y poder, y por el amor de la Madre de Jesús, la Reina de los Ángeles, complácete en escuchar mi oración.

Tú conoces el valor de mi alma a los ojos de Dios. Que ninguna mancha del mal deforme su belleza. Ayúdame a vencer el espíritu maligno que me tienta.

Yo deseo imitar tu lealtad a Dios y a la Santa Madre Iglesia y a tu gran amor a Dios y a las personas. Y debido que tú eres es el mensajero de Dios para el cuidado de su pueblo, te encomiendo esta solicitud especial:

– Mencionar la petición –

San Miguel Arcángel, debido a que tú eres, por la voluntad del Creador, el poderoso intercesor de los cristianos, yo tengo una gran confianza en tus ruegos. Yo sinceramente confío en que, si es santa voluntad de Dios, será concedida mi petición.

San Miguel Arcángel, ruega por mí y también por todos aquellos a quienes amo. Protégenos en todos los peligros del cuerpo y alma. Ayúdanos en nuestras necesidades diarias.

A través de tu poderosa intercesión, que podamos vivir una vida santa, una muerte feliz, y alcanzar el cielo, donde podemos alabar y amar a Dios contigo por toda la eternidad. Amén.

Invocación a San Gabriel Arcángel

San Gabriel Arcángel, yo te venero como el “Ángel de la Encarnación,” especialmente porque Dios te ha designado para llevar los mensajes relacionados con el Dios-Hombre a Daniel, Zacarías, y a la Virgen María. Ven y dame una devoción más sensible a nuestra madre, más parecida a la tuya

Te venero también como la “fuerza de Dios”, porque tú eres el consuelo, consolador y dador de la fuerza de Dios, elegido para fortalecer la fidelidad de Dios y para enseñarnos las verdades importantes.

Pido la gracia del poder especial de la voluntad de luchar por la santidad de la vida, apaciguar mis propósitos, renovar mi valor. Confórtame y consuélame en los problemas, las pruebas y sufrimientos de la vida diaria. Pongo mi confianza en Ti.

San Gabriel, te pido especialmente por este favor:

– Mencionar la petición –

A través de tu sincero amor por el Hijo de Dios hecho hombre y por su bendita Madre, te lo suplico, intercede por mí que mi petición sea concedida, si es la santa voluntad de Dios.

Ruega por nosotros, San Gabriel Arcángel. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Dios todopoderoso y eterno, Tú elegiste al Arcángel Gabriel, de entre todos los ángeles para anunciar el misterio de la encarnación de tu Hijo. Por tu misericordia, que nosotros te honremos sobre la tierra y que podamos sentir el beneficio de su patrocinio en el Cielo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Invocación a San Rafael Arcángel

San Rafael Arcángel, tú que permaneces tan cercano al trono de Dios y ofreces nuestras oraciones, yo te venero como el mensaje y amigo especial de Dios.

Yo te elijo como mi patrono y deseo amarte y obedecerte como lo hizo el joven Tobías.

Te consagro mi cuerpo y alma, todo mi trabajo, y toda mi vida. Quiero que seas mi guía y Consejero en todos los problemas y decisiones de mi vida peligrosas y difíciles.

Recuerda, Oh queridísimo, San Rafael, que la gracia de Dios se preservó contigo y con los buenos ángeles en el cielo cuando los ángeles orgullosos fueran arrojados en el infierno.

Te ruego, pues, que me ayudes en mi lucha contra el mundo, el espíritu de impureza, y el demonio. Defiéndeme de todos los peligros y todas las ocasiones de pecado. Guíame siempre en el camino de la paz, la seguridad y la salvación.

Ofrece mis oraciones a Dios del mismo modo en que ofreciste las de Tobías, de manera que, a través de tu intercesión, puedan obtener las gracias necesarias para la salvación de mi alma.

Te pido que ruegues por mí para que Dios me conceda este favor si es su santa voluntad:

– Mencionar la petición –

San Rafael, ayúdame a amar y a servir a mi Dios fielmente, a morir en su gracia, y por finalmente alcanzar el mérito de unirme a Ti para ver y alabar a Dios para siempre en el cielo. Amén.

Oraciones finales

San Miguel Arcángel

Defiéndenos en la batalla; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes.

Y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas.

Amén

San Gabriel Arcángel

Humildemente te pido que intercedas por nosotros ante el trono de la misericordia divina.

Así como anunciaste el misterio de la Encarnación de la Virgen María, que a través de tus oraciones podamos recibir fortaleza en la fe y el coraje de espíritu, y de este modo, el favor de Dios y la redención por medio de Cristo Nuestro Señor.

Que podamos cantar la alabanza de Dios nuestro Salvador, con los ángeles y los santos en el cielo por siempre.

Amén.

San Rafael Arcángel

Ayúdanos en todas las necesidades y las pruebas en el viaje de esta vida terrenal, del mismo modo que, a través del poder de Dios, restauraste la vista y diste guía al joven Tobias.

Humildemente buscamos su ayuda e intercesión, que nuestras almas puedan curarse, nuestros cuerpos estén protegidos de todos los males, y que a través de la gracia divina, nosotros podamos hacernos aptos de habitar en la gloria eterna de Dios en el cielo.

Amén.

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Fuente: Píldoras de Fe


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