Antiguo Testamento – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Tue, 22 Dec 2015 15:08:53 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Tres señales en Roma el día que nació Jesús https://www.reinadelcielo.org/tres-senales-en-roma-el-dia-que-nacio-jesus/ Tue, 22 Dec 2015 15:08:53 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=5885

El nacimiento de Jesús, la encarnación del hijo de Dios como hombre, fue un hecho sobrenatural preparado con mucha antelación y anunciado a todo el orbe.

El Antiguo Testamento tiene muchas profecías sobre el nacimiento de Jesús. Pero también hubo una serie de mensajes directos, en la propia época, en Roma, el centro de imperio, anunciando el nacimiento de Jesús, y que son poco divulgados

Profecías sobre el Nacimiento de Jesús en el Antiguo Testamento

Nacimiento (ft img)En el Antiguo Testamento hay cientos de profecías sobre Jesús, sobre su nacimiento, su misión, su pasión, su muerte, su resurrección, su reinado. Es bueno recordar algunas profecías sobre el nacimiento de Jesús que están plasmadas en el Antiguo testamento.

Ya en evangelio de san Juan 5: 39, Jesús dice a la gente de su tiempo: “Escudriñad las Escrituras ya que en ellas esperáis tener la vida eterna; ellas testifican de mí”.

Las profecías más relevantes del Antiguo Testamento que predicen el nacimiento de Jesús y que son recogidas en el Nuevo Testamento son estas:

  • Cristo saldría de Israel (Num 24:17-19, Isa 11:1,49:7, Heb 7:14).
  • Cristo sería descendiente de Abraham, Isaac, Jacob (Gen 12:2;17:19; Num 24:17).
  • Cristo nacería en la familia de David (Gen 49, Isa 11, Rom 1:3).
  • El tiempo de Su venida fue especificado (Dan 9:25, Lc 1:31).
  • Nacería en Belén (Mica 5:2, Mt 2:1,6, Lc 2:4,11,15).
  • Cristo nacería de una virgen (Isa 7:14, Lc 1:27, Apoc 12:5).
  • El Mesías sería Dios manifestado en la carne (Isa 9:6, 1Tim 3:16, Heb 10:5).
  • Los niños de Belén serían asesinados (Jer31:15, Mt 2:17-18).
  • La venida de Cristo sería anunciada por un mensajero (Isa 40:3-5, Mt 3:3,11:10,Mc 1:2, Jn 1:23).

Los tres mensajes en Roma

Hay por lo menos tres conexiones interesantes entre el nacimiento de Cristo y Roma:

  • La profecía de la Sibila del nacimiento del niño hebreo.
  • La aparición de María al emperador con ese niño.
  • La fuente de aceite que brotó en el barrio de los judíos.

La Profecía de la Sibila

El reinado romano de César Augusto fue una era de paz, prosperidad y felicidad. Augusto tomó un censo imperial durante esta era de paz, momento en que cerró el templo de Jano, por tercera vez, a los cuarenta años de su reinado. El Príncipe de la Paz nacería en este paréntesis histórico de paz.

Según San Beda el Venerable: “Un amante de la paz, Él iba a nacer en el momento del silencio más profundo. Y no podía haber ningún indicio más claro de la paz que se levantara un censo en todo el mundo; Augusto reinó en el momento del nacimiento de Cristo por una docena de años en la mayor paz, la guerra se arrullaba hasta dormir en toda el mundo”.

La tradición sostiene que César Augusto recibió la información del oráculo de la Sibila Tiburtina que un niño hebreo haría silenciar todos los oráculos de los dioses romanos.

Aparición de la Virgen María con el Niño Jesús

Virgen María y el niño (ft img)La tradición también registra que la Santísima Virgen María, con el Niño Jesús en sus brazos, apareció a César Augusto en la colina de Capital. Augusto reconoció que esta visión correspondía a la Profecía sobre el niño hebreo.

En respuesta a esta aparición de María y Jesús, Augusto edificó un altar en el Capitolio en honor de este niño con el título Ara Primogeniti Dei, que significa “Altar del Primogénito de Dios”.

Más de trescientos años después, el emperador cristiano Constantino el Grande construyó una iglesia en este lugar de la aparición y el altar, que se llama Basílica Sanctae Mariae de Ara Coeli, que significa “Basílica de Santa María del Altar del Cielo”. Ver también para mayor información Nuestra Señora de Araceli, España (2 de mayo).

Si se visita la iglesia de hoy, va a observar murales de César Augusto y la Sibila Tiburtina pintados a ambos lados del arco sobre el altar mayor. Estas imágenes recuerdan el oráculo, que profetizó el advenimiento de la palabra hebrea “Primogénito de Dios”.

En el siglo XV, esta iglesia se hizo famosa por la estatua del Niño Jesús tallado en madera de olivo tomada del Jardín de Getsemaní fuera de Jerusalén. La relación de la iglesia con el nacimiento de Cristo, la hizo un lugar apropiado para la devoción a la infancia del Salvador.

El chorro de aceite en la Plaza de Trastevere

Plaza del TrastevereMientras tanto, en el barrio judío de Roma, el día del nacimiento de Cristo, una fuente de aceite brotó de la tierra en la taberna de un hombre en lo que hoy se llama Trastevere – la región al sur del Vaticano y al oeste del río Tíber.

Esta fuente de aceite reveló a los Judíos de Roma que el Mesías había nacido, por fin, desde que Mesías o Cristo significan “ungido con aceite.” Al día de hoy, la Iglesia de Santa María in Trastevere marca la ubicación.

El emperador Septimio Severo, quien reinó desde el año 193 a 211, concedió la ubicación a los cristianos. En el año 220, el Papa San Calixto I estableció el sitio como una iglesia, y sus reliquias aún permanecen bajo el altar mayor de la iglesia. La iglesia ha sido reconstruida varias veces y todavía se puede visitar hasta el día de hoy.

 

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Fuentes: Foros de la Virgen

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Natividad de Nuestra Señora https://www.reinadelcielo.org/natividad-de-nuestra-senora/ Wed, 01 Apr 2015 20:46:49 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=3778 Los testimonios o reflexiones publicados en esta sección son responsabilidad de quien los firma. Al publicarlos www.reinadelcielo.org no está emitiendo ninguna opinión sobre la veracidad de lo dicho, sino que sólo ha entendido que sus contenidos no contienen nada que atente contra las verdades de la fe y la moral y sí entiende que pueden ser favorables para el crecimiento espiritual de nuestros lectores. El juicio final sobre los hechos publicados corresponde a la Iglesia, a la que nos sometemos.

La redacción de Reina del Cielo


Pensar en la Natividad de Nuestra Madre María, es algo que nos lleva eleva a contemplar las maravillas de Dios obradas en cada ser humano, aunque en este caso ponemos atención lo que Él hizo sobre su elegida, la Madre de Jesús.

Monseñor Esteban Puig (ft img)Es así que les presentamos dos reflexiones de Mons. Esteban Puig, Vice Gran Canciller de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo de Perú. Así mismo la USAT ha publicado sus libros: La aurora en América (1999); Es hora de caminar: vida de Santo Toribio de Mogrovejo (2006); Marcando huellas (folleto ilustrado, 2007). Asimismo ha editado el libro del P. Antonio San Cristóbal Los retablos post-barrocos de San Pedro de Lloc y de Lambayeque (2008) y San Juan María Vianney, espejo de párrocos y sacerdotes (selección; 2010).

A continuación pueden leer estas dos profundas reflexiones acerca de la Natividad de Nuestra Señora, Reina y Madre.


 

REINA Y MADRE
VI
La Natividad de Nuestra Señora  (I)

El corazón  se  estremece de alegría al vislumbrar ya que la Niña María estaba prefigurada en el A.T. por mujeres que desempeñan papeles importantes en los planes de Dios: Ana, la madre de Samuel (cfr 1 S 1), Débora, Rut, Judit y Ester; el vellocino que se cubre de rocío por la acción de Dios ha sido interpretado de modo alegórico que sería una concepción virginal de Santa María (cfr Jc 6,37)  y, también, se le apropiaba el nombre de la Hija de Sión  (cfr. Zc 2,14),

Muchos siglos habían pasado desde que los hombres y mujeres israelitas anhelaban la llegada del Mesías que desde los inicios del mundo Dios había prometido que nacería el Redentor, el Salvador que liberaría  la humanidad entera del pecado, del mal, de la muerte, del dolor.  El pueblo de Israel deseaba que llegara ya el tan deseado Mesías. Pero todavía el círculo era muy amplio, muy distante de la mente y del corazón de tan esperado acontecimiento. El pueblo de Israel había sido escogido como el pueblo de la Promesa y, a través de los Profetas, recibían las predicciones divinas que señalaban que una doncella, descendiente del linaje de David “concebiría y daría luz un hijo, a quien pondría por nombre Emmanuel, que significa Dios con nosotros (Is 7, 14). Los piadosos Israelitas, generación tras  generación, evocaban con alegría  el nacimiento de la Madre del Mesías “aquella que ha de dar a luz”, como explicaba Miqueas apoyándose en la Profecía de Isaías.

Año tras año, el círculo se iba estrechando. Después del exilio en Babilonia la expectación mesiánica era más intensa y apasionada en Israel. Una emoción incontenible, enorme se extendía por aquellas tierras donde nacería el Mesías. Los salmos cantaban aleluyas: “Ahora sé que el Señor salva a su Ungido” (Sal 20/19, 7) “Yo mismo he Ungido  a mi Rey en Sion mi monte santo….Tú eres mi Hijo. Yo te he engendrado hoy. Pídeme y te daré en herencia las naciones” (Sal. 2, 6-8). “Destilad cielos el rocío de la alto, derramad nubes la justicia que se abra la tierra y germinará la salvación… (Is 45, 8). “Eres el más hermoso de los hijos de Adán, en tus labios se ha derramado la gracia. A tu diestra está la reina, adornada con oro de Ofir” (Sal 45/44, 3. 10). “Mira a mi siervo, a quien sostengo, mi elegido en quien se complace mi alma” (Is 52, 13). “Tendrá piedad del débil y del desvalido y salvará la vida de los indigentes” “Salvará sus almas de la opresión  y la violencia, pues su sangre será precioso a sus ojos.” (Sal 72/71, 13-14) “El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: ”Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec” (Sal 110/109, 4) “El me invocara: Tu eres mi Padre, mi Dios, la Roca de mi salvación. Yo lo constituiré me primogénito, el más eximo entre los reyes de la tierra” (Sal 89/88, 27-28) El circulo de las Promesa se ha concentrado en un punto luminoso: ¡El Mesías está cerca! Y los libros Santos describen ya aspectos concretos de este Mesías. “Saldrá un vástago de la cepa de Jesé… (Is  11,1), nacerá en Belén de Judá, (Mi 5, 1-3), “un Niño nos ha nacido…” (Is 9,5),  entrará en Jerusalén montado sobre un asno (Zac 9, 9-10) será coronado de espinas, araran sus espaldas los pecadores, “varón de dolores…,  y en las puertas del gran suceso el anciano Simeón el Espíritu Santo  le comunica que no morirá hasta que vea al Mesías y Ana, la que con lágrimas y rezos pregona la redención de Israel.

Tantos elogios y suplicas al Mesías esperado por ser verdadero hombre debe  nacer de una mujer, tendrá una Madre, y además será la “engendradora” (Teotókos), Madre de Dios verdadero.  ¡Madre! Esta mujer Madre entra en la historia. Es una persona real, no mitológica ni  divina. Esa María la mujer Virgen y Madre. ¡Salve!

(Agosto 2014 )

 

REINA Y MADRE
VII
La Natividad de Nuestra Señora (II)

       Vino al mundo una Niña. No sabemos en qué lugar. Dicen algunos en Galilea o en la ciudad santa de Jerusalén. Otros en Jerusalén. Parece lo más probable pues cerca de la piscina llamada en hebreo Betzata o “probática” en griego, por estar cerca de la puerta de las ovejas que tiene cinco pórticos,  aquella en la que el pobre inválido que padecía una enfermedad desde hacía treinta y ocho años, contestará  a Jesús que le preguntaba “¿Quieres curarte? -sabiendo que  llevaba mucho tiempo intentando entrar en el agua pero no tenía a nadie que le metiera en la piscina cuando el ángel bajaba y la removía- el buen hombre le dijo:  “No tengo a nadie que me meta en la piscina” (cfr. Jn 5, 5-8). Cerca de ella  se han  encontrado las ruinas de una basílica bizantina del siglo V, edificada sobre la casa sobre la llamada casa de Santa Ana.

La liturgia ha inscrito los nombres de los padres de santa María en la Misa que se celebra el día de la Natividad de la Santísima Virgen María. Además, hay un libro apócrifo, no aceptado por la Iglesia como inspirado por Dios, del siglo II el Protoevangelio de Santiago que nos también da los nombres de sus padres, Joaquín y Ana. Una tradición antigua habla de san Joaquín y de santa Ana como padres de la Virgen Niña María. Por esto la liturgia pone en labios de María estas palabras del A.T. “me establecí en Sión. En la ciudad amada me dio descanso, y en Jerusalén está mi potestad” (Sir  24, 15). La esperanza de Israel en el deseado de las naciones, el futuro Mesías, ahora está a punto de ser una realidad pues los tiempos ya se habían cumplido y una doncella, María, sería la aurora resplandeciente que daría a luz al verdadero Príncipe de la paz.

Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos” (Gal 4, 4-5) Y Dios, bondadosísimo, Dios de todo consuelo, elije a su Hija, Madre, Virgen y Esposa. Y María – de Ilustre linaje, la criatura más bella y pura entre todas las mujeres, concebida sin pecado original, santísima y llena de gracia-,  vino a nuestra tierra sencillamente, humildemente, silenciosamente… el mundo no lo supo entonces. El mundo siguió dando vueltas…dormía la tierra.

(Septiembre 2014)

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