amor de madre – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 09 Aug 2019 13:39:15 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 ¡Como un niño, tuyo soy! https://www.reinadelcielo.org/como-un-nino-tuyo-soy/ Fri, 09 Aug 2019 09:00:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=350 ]]> ¡Qué hermosa es mi Madre!. Nunca podrá existir otra como Ella, tan hermosa y delicada, pero tan fuerte también. Ustedes saben, Ella no deja de pensar en mi, nunca se aleja de mi. Sus sonrisas y sus lágrimas son un reflejo de lo que me ocurre, porque Ella, Mi Madre, nunca deja de preocuparse por mi. Por eso digo, ¡que hermosa es mi Madre!

Qué pequeña y qué gigante es, a la vez. Pequeña en su humildad como una simple y buena mamá, y gigante por el lugar en el que está, allá bien alto, en el Cielo. ¡Y es mi Madre!. Cuando necesito su cercanía, su abrazo, la busco pequeña, a mi Mamá amiga. Y cuando necesito su ayuda, su apoyo, la busco grande, protectora. Pero Ella siempre es la misma, mi Mamá.

La Virgen y el Niño

Y nunca está sola, nunca lo está. Ella siempre tiene a sus ángeles cerca, también mi ángel gusta de estar con Ella. Ellos la llaman Reina, Reina de los ángeles. Es que mi Madre necesita ayuda, y los ángeles son felices al estar a su lado, socorriéndome cuando Ella quiere que su hijo esté a salvo. ¡Que felices somos todos cuando las cosas alegran a Mamá!.

Pero mi Madre llora, si que llora. Y lo hace cuando yo no hago lo que se supone que un hijo de semejante Madre debe hacer. ¡Y cómo me duele cuando me doy vuelta, y la veo llorar!. No hay dolor más grande que el de hacer llorar a mi Madre. Por eso trato, si trato, de no hacerla llorar. ¡Pero muchas veces no lo logro!. Ustedes quizás no puedan comprender lo que se siente, porque es algo que duele hondo, en el corazón.

¡Que Corazón, el de mi Madre!. No existe otro igual en ninguna otra mujer que haya existido o existirá jamás. Es que Ella fue hecha única, para una misión muy especial ¿saben?. Por eso mi Madre es incomparable, se los aseguro, absolutamente irrepetible. Su Corazón es inmenso, más grande que el mundo, tan grande que podríamos poner en él a toda la humanidad pasada, presente y futura. Claro, si los hombres y mujeres, todos nosotros, quisiéramos entrar allí.

¡Qué hermoso refugio es el Corazón de mi Madre!. Cuando me siento perdido, asustado ante lo difícil que es vivir aquí, me oculto como un niño pequeño en Su Corazón y le digo: Mamá, protégeme, ayúdame, guía mi vida. Y si quiero espiar lo que ocurre afuera, me oculto debajo de Su Manto, donde verdaderamente si que no me puede ocurrir nada malo, siempre que no salga de allí.

Dios ayuda

Como verán, mi Madre es lo más maravilloso que hay, se los aseguro. No crean que exagero, no hay modo de exagerar cuando se habla de las virtudes de Mi Madre. ¿Y saben por qué?. Porque me lo asegura mi Hermano Mayor, el Mayor de todos. El fue el primer Hijo de Mi Madre, y El si que sabe todo. El conoce el mundo como realmente es, y siempre me dice que como Mamá, no hay ninguna.

¡Mi Hermano!. Ahora que se los nombro, yo no lo conocía mucho, pero Mamá, además de todo lo demás que hizo por mi, me lo presentó, y me hizo también su amigo. Y la verdad es que ahora mi Hermano se ha transformado en el centro de mi vida. Dice mi Hermano que si no fuera por El, yo no tendría a mi Madre, y debe tener razón, porque mi Hermano nunca, pero nunca, se equivoca.

¡Ah!, no les dije como se llama. Se llama María, si, María. Suena como música, como campanadas, como agua que corre. María es el nombre de mi Madre. Ella me espera, dice que un día vamos a estar juntos para siempre, porque Ella me llevará a la casa de mi Hermano. ¿Saben algo?. Mi Madre dice que El es Rey, ¡el Rey!, y que en Su Casa estaremos todos juntos un día, junto a todos los demás hijos que Mamá tiene, que según me cuenta Ella, son muchísimos. Creo que desde el primer día, mi Madre sólo quiso llevarme a El, al Rey.

Una pregunta, ¿no serás tú también otro de mis hermanos?


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Seis conmovedoras reflexiones del corazón de una madre que perdió a su hijo https://www.reinadelcielo.org/seis-conmovedoras-reflexiones-del-corazon-de-una-madre-que-perdio-a-su-hijo/ Fri, 24 Aug 2018 13:16:54 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=15834

Me siento agradecida por cada uno de mis hijos, los tres que se encuentran a mi lado y aquél que partió prematuramente al lado de Dios. Las 10 semanas que estuvó en mi vientre marcaron mi vida para siempre.

Hablar de una pérdida, de un aborto espontáneo, es casi un tabú, las madres que perdemos a un hijo en el vientre tenemos aún pocos espacios en donde compartir esta experiencia y encontrar consuelo. Personalmente, creo que no se habla lo suficiente del dolor, de la angustia, del anhelo grande y de la culpa que trae una experiencia tan honda.

Jamás imaginé que pudiera existir un dolor tan inexplicable. Una pena tan grande que pareciera que te va a partir por dentro. La impotencia y el asombro de ver la vida de tu hijo irse entre tus dedos (literalmente), y no poder hacer nada. La culpa que se siente por creer que no has sido suficiente. Tantos sentimientos, tantas preguntas juntas, anhelos, sueños y expectativas que nunca verán la luz. Nombres que se quedaron flotando en el aire, pequeños detalles que se quedan casi huérfanos. Una maternidad y una paternidad trunca, hermanos que ahora juegan en sus sueños.

Este tiempo ha sido un tiempo duro, pero a la vez de una riqueza espiritual muy grande. Dios en su infinita bondad permitió que encontrara a una persona maravillosa, que vive a miles de kilómetros de distancia, pero que me acompañó y me ayudó a atravesar este duro camino casi de la mano. Encontré a Karen Edminsten por una de esas diosidencias (las casualidades no existen), le escribí porque el título de su libro, “After a miscarriage. A catholic woman’s companion to healing and hope” (Luego de una pérdida. Una compañía para la mujer católica hacia la esperanza y sanación). Me pareció muy interesante pero no estaba disponible en mi país. Le conté un poco de mi historia y no solo me envió una copia de su libro, sino que tuvo la delicadeza de acompañarme con sus oraciones y palabras de aliento siempre que recurrí a ella.

1. La pena no se puede vivir a solas

Virgen con niño en brazosPareciera que luego de una pérdida nadie puede entender lo que estás viviendo, es como si de pronto tu vida se hubiera detenido pero en el resto del mundo todo siguiera igual. Las palabras de consuelo suenan vacías, te cansas de tanto llorar y si pudieras salir corriendo de donde estás, lo harías. Las preguntas son interminables y si no te haces dueña de ellas en algún punto, corres el riesgo de hacer que la herida no solo no sane sino se haga más onda. Una pérdida puede generar un trauma tan grande que incluso puede llevarte a la depresión, no dudes en buscar ayuda profesional si así lo requieres.

Aunque parezca que nadie puede entender lo que vives, es necesario que dejes que los demás entren en tu vida. Abre tu corazón herido y deja que entren, permite que te vean herida y frágil, llora y abraza el consuelo, así este consuelo no sea de la medida que esperabas. Déjate amar, el amor es la mejor medicina. Busca ayuda y déjate ayudar. Hablar de lo sucedido ayudará mucho.

Para las que hemos perdido un bebé en el vientre ayuda mucho que el resto lo reconozca, que reconozca el dolor a través de un mensaje, una tarjeta o una visita breve. Gracias de todo corazón a los que estuvieron cerca y respetaron mis tiempos.

2. Tu esposo también sufre, aunque no lo demuestre como tú

Ver llorar a mi esposo es algo que no sucede con frecuencia. Admiro su fortaleza y la capacidad de dar vuelta a la página que tiene. Siempre he considerado esto como algo muy sano de hacer, sin rencor y con amor. Y sin embargo, ahora cómo quisiera que se eche a llorar conmigo, que extrañe de la misma manera en que extraño yo. Me ha costado tiempo entender que él también sufre y que nuestra familia no hubiera funcionado si es que él no hubiera escogido la cordura a pesar de su dolor. El nos ha llevado en hombros a todos y ha secado cada una de mis lágrimas. El que él no sufra en el mismo modo en que lo hago yo, no significa que no sufra en lo absoluto. Sus ilusiones y el amor por ese hijo al que hablaba desde el primer momento en que supo que habitaba en mi vientre, también se han roto.

3. El poder tan grande de una vida tan pequeña

En este tiempo, en que en el continente el discurso anti vida cobra relevancia. El valor de una vida tan pequeña habla aún más fuerte. «No es una vida, es tan solo un cúmulo de células» Y yo pienso: ¿No somos todos acaso un cúmulo de células, de órganos y de tejidos? Efectivamente somos eso y más. ¿Cómo alguien tan pequeño ha ocasionado tal revolución en nuestras vidas? ¿Cómo es que nos hemos planteado el valor del presente y el sentido de la existencia? Mi pequeña vida, mi hijo ha dejado una huella tan grande que es imposible borrarla, su vida, así de chiquita le ha dado tanto a la nuestra. Sus hermanos lo llaman, lo amaron desde que les dimos la noticia de su llegada, tiene un lugar especial e insustituible en nosotros. Así como la vida de tantos bebés que partieron pronto. Hemos aprendido que el amor trasciende tiempo y espacio.

Es verdad que un sinnúmero de afirmaciones contradictorias inundan el ambiente: «un feto no es un niño» Ciertamente no lo es, lo que no significa que no sea mi hijo o que no sea un ser humano. «El ser humano surge en el momento en que se establece la relación amorosa entre la madre y ese ser que está creciendo en ella» ¿Quiere decir que si no te aman no existes? ¿Solo existen aquellos que son amados? Todos somos amados. Mi hijo fue amado desde el minuto cero… El valor de la vida es un misterio porque es un don, una potencia y una realidad siempre amada, infinitamente amada.

4. Tú no tienes la culpa

bebé milagroMi hijo vive, tiene un nombre, una identidad, es una persona concreta que existirá por siempre. Yo espero por el día en que lo pueda mirar de frente y compartir con él la eternidad. Esa a la que hemos sido llamados todos, el regalo inmenso que Dios nos ha dado a través del sacrificio de su propio hijo Jesucristo. La muerte no tiene la última palabra. Si fue un aborto espontáneo recuerda que tú no tuviste la culpa. No te des vueltas en ideas que ahora no hacen sentido: si sólo me hubiera cuidado más, si hubiera comido mejor, si no hubiera hecho deporte, si no me hubiera caído, si fuera más joven… Tú no tienes la culpa, no hay nada que puedas hacer, más que honrar la vida que te ha sido dada y atesorar el breve pero precioso tiempo que estuvieron juntos. No vas a encontrar una explicación del por qué de lo sucedido, es lamentable y doloroso, pero cuando todo haya pasado descubrirás que, por más que no lo entiendas, todo tuvo un sentido.

5. La belleza del dolor luego de que este ha pasado

Mirando atrás, la experiencia de dolor está presente aún, el recuerdo hace que las lágrimas afloren inmediatamente, pero empieza a aparecer también una experiencia de gratitud. Gratitud por la experiencia del amor, de recibir el don de la vida, de valorar el momento presente, de amar en primera persona, de dejarse amar y consolar. Y aunque no encuentre más palabras para explicar esto, creo que es algo que con el tiempo (distinto para cada persona) y de la mano de Dios, empezarás a experimentar.

6. No temas pedir ayuda y buscar consuelo

Yo no lo sabía, pero existen instancias y apostolados dentro de la Iglesia católica que están al servicio de las madres que han perdido un hijo en el vientre. Puedes hacer una pequeña liturgia, colocarle un nombre, hay personas que pueden ayudarte; el Instituto IRMA, El apostolado de las lágrimas de Hanna y muchísimas instancias más. No estás sola en esto, recurre a tu director espiritual, a un sacerdote de confianza, a tu parroquia. María Santísima es quién mejor puede entender por lo que estás pasando, recuerda que ella perdió a su hijo en la Cruz para que nosotros ganáramos la vida eterna. Ella conoce tu sufrimiento.

«Que los hijos se reciban como vienen, como Dios los manda, como Dios permite»
(Papa Francisco)

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Fuente: Catholic-link


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Bendición y Protección del Corazón de María https://www.reinadelcielo.org/bendicion-y-proteccion-del-corazon-de-maria/ Fri, 23 Jun 2017 17:03:51 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=9004 María, Madre de Jesús y nuestra, nos señala hoy su Inmaculado Corazón. Un corazón que arde de amor divino, que rodeado de rosas blancas nos muestra su pureza total y que atravesado por una espada nos invita a vivir el sendero del dolor-alegría.

La Fiesta de su Inmaculado Corazón nos remite de manera directa y misteriosa al Sagrado Corazón de Jesús. Y es que en María todo nos dirige a su Hijo. Los Corazones de Jesús y María están maravillosamente unidos en el tiempo y la eternidad…

Oración de Bendición y Protección

Virgen María, Madre buena y generosa,
Madre fuerte y compasiva,
acudo a ti animado y optimista
pues tanta es mi confianza y seguridad en Ti
que siento en mi interior tu presencia,
y creo firmemente que Tú eres quien me asistirá
y me favorecerá en mis angustiosos problemas,
pues tu Corazón vela por nosotros los hombres
y en él brilla el amor y la misericordia.

Madre, me acojo a tu Inmaculado Corazón,
Corazón lleno de gracia y preservado de todo pecado,
que late acorde con el Sagrado Corazón de Jesús,
tu muy amado Hijo y nuestro hermano y Señor,
y que está dispuesto a proporcionarnos siempre
aquello que nos hace falta
y por nosotros mismos no podemos obtener.

Corazón de MaríaOh Virgen piadosísima, lumbre del Cielo,
lazo de unión con Jesucristo,
Reina de los Ángeles, Serafines y Querubines,
que tienes un Corazón tan bueno, grande y hermoso,
que nunca se apaga ni agota
y está pleno de amor por nosotros;
Tu que eres la esperanza de los desesperados,
la confianza del agobiado por los problemas,
y la seguridad del que pasa por miserias y carencias,
haznos sentir ahora que tanto te necesitamos
la dulzura de tu Corazón maternal
y la fuerza de vuestra poderosísima mediación,
pues Tu, buena Señora,
que amas tanto a Dios y nos amas a nosotros
y en gran manera te compadeces de nuestras miserias,
no dejarás que sigamos padeciendo mas,
alivia nuestras cargas y dificultades
y haz que obtengamos de la clemencia de Dios
esto que nos es tan preciso
para llenar nuestras vidas de tranquilidad:

(decir con inmensa fe lo que se desea conseguir).

Oh mi buena Señora, mi dulce Soberana,
no permitas que mis pedidos queden en el olvido,
que tu Corazón me reciba y ampare,
y que ese Corazón afable, amabilísimo,
ese Corazón rebosante de bondad
que es objeto de las complacencias de Dios
y digno de la veneración y ternura de los hombres,
sea el que hable por mi para que se escuche mi voz
cuando estés de pie ante el Señor.

Corazón Puro e Inmaculado de María,
ruega por nosotros, pide por nosotros,
oh mi buena Señora y Madre
poderosa y benigna abogada nuestra,
concédenos la salud del cuerpo y la pureza del alma,
protege a nuestras familias y amistades
y haz que te amemos cada día más y más
para que, llegado el momento,
junto a Ti alabemos a tu Hijo en la Gloria.

Amen.

Rezar la Salve, Padrenuestro y Gloria.
la oración con los rezos se hacen tres días seguidos


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