amor de Dios – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Mon, 25 Mar 2024 10:56:44 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Amando hasta el extremo – Canción de Semana Santa https://www.reinadelcielo.org/amando-hasta-el-extremo-cancion-de-semana-santa/ Mon, 25 Mar 2024 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=9187 Esta canción, “Amando hasta el extremo”, de Maite López, te ayudará a meditar la entrega más grande de Dios a la humanidad: Su propio Hijo.

“No hay amor más grande que dar la vida por los amigos”

 


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Confía tu familia a los ángeles https://www.reinadelcielo.org/confia-tu-familia-a-los-angeles/ Thu, 28 Sep 2023 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=8826 El Papa Francisco en su exhortación apostólica “Amoris Laetitia” al hablar de la espiritualidad sobrenatural que acompaña a las familias menciona que:

“La presencia del Señor habita en la familia real y concreta, con todos sus sufrimientos, luchas, alegrías e intentos cotidianos. Cuando se vive en familia, allí es difícil fingir y mentir, no podemos mostrar una máscara. Si el amor anima esa autenticidad, el Señor reina allí con su gozo y su paz. La espiritualidad del amor familiar está hecha de miles de gestos reales y concretos. En esa variedad de dones y de encuentros que maduran la comunión, Dios tiene su morada. Esa entrega asocia “a la vez lo humano y lo divino”, porque está llena del amor de Dios” (Amoris laetitia, n 315).

Lo anterior nos permite descubrir la presencia, la acción y la ayuda que brindan los Santos Ángeles a todas las familias. Precisamente por esta presencia del Señor los Ángeles se alegran al poder servir a la familia y, al mismo tiempo, la contemplan como un espacio donde el amor de Dios se manifiesta.

ángel de la guarda (ft img)

Los Santos Ángeles se alegran con toda familia, pues la familia es el primer y el gran amor de Dios. En este sentido “Amoris Laetitia” enseña que “la fecundidad de la pareja humana es “imagen” viva y eficaz, signo visible del acto creador. La pareja que ama y genera la vida es la verdadera “escultura” viviente —no aquella de piedra u oro que el Decálogo prohíbe—, capaz de manifestar al Dios creador y salvador.

Por eso el amor fecundo llega a ser el símbolo de las realidades íntimas de Dios… la relación fecunda de la pareja se vuelve una imagen para descubrir y describir el misterio de Dios, fundamental en la visión cristiana de la Trinidad que contempla en Dios al Padre, al Hijo y al Espíritu de amor. El Dios Trinidad es comunión de amor, y la familia es su reflejo viviente…La familia no es pues algo ajeno a la misma esencia divina” (nn. 10-11).

Y es que la Santísima Trinidad es familia: “Nuestro Dios, en su misterio más íntimo, no es una soledad, sino una familia, puesto que lleva en sí mismo paternidad, filiación y la esencia de la familia que es el amor. Este amor, en la familia divina, es el Espíritu Santo” (n. 11).

Esto hace que los Santos Ángeles se admiren y asombren, pues ellos por su naturaleza no pueden conocer lo que es tener un Padre, lo que significa ser Hijo. Así en cada miembro de la familia los Ángeles ven un reflejo de la Santísima Trinidad, y por ello tienen un gran respeto y reverencia por cada uno de los miembros de la familia.

Cabe anotar que asi como los Ángeles contemplan esta realidad sobrenatural presente en cada familia, también los demonios desean destruir esta imagen de la Santísima Trinidad poniendo falsas visiones de lo que constituye una familia dentro del plan de Dios.

En este sentido, el Papa Francisco en el Capítulo Segundo de “Amoris Laetitia” presenta algunos desafíos para las familias, ante los cuales desafíos surge una pregunta: ¿cómo ayudan los ángeles a las familias?, ¿cuál es la asistencia que prestan?.

  • Los Ángeles traen a la familia la alegría del amor; y esto porque la mayor alegría posible es la unión con Dios, es hacer parte de la familia de Dios. Así mismo los Ángeles nos ayudan para ver y alegrarnos por el gran bien que es la familia, tú familia, la de cada uno es un bien. Alégrate por ella, alégrate por los miembros de tu familia y esto nos lleva a la gratitud interior, no encerrarnos en nosotros mismo o en mantener relaciones por conveniencia. Alegrarnos simplemente por el hecho de estar juntos, de compartir.
  • Los Santos Ángeles son portadores de la luz de Dios para toda familia. Ellos al contemplar es rostro de Dios (Mt.18,10) están llenos de la luz divina y quieren irradiarla, iluminar nuestro hogar, nuestra familia con esa luz. Para ello los Ángeles nos invitan a orar, la oración en familia trae, alumbra, calienta el hogar. Con esta luz se vence toda oscuridad, toda desesperanza y tristeza, esta luz impide que las tinieblas se ciernan sobre el hogar, por ello esta luz nos trae la esperanza, el optimismo y el valor ante dificultades o situaciones de dolor y tristeza.
  • Nos comunican la voluntad de Dios y esto lleva a que el Ángel de la Guarda de cada miembro de la familia le inspire la vocación, este es el mensaje más importante, pues en la vocación, en responder a este llamado se encuentra el plan de Dios para nuestra felicidad y santificación. En este sentido es necesario respetar y acoger con agradecimiento cada vocación que surge en la familia.
  • Los Ángeles, como el hermano mayor de la parábola del hijo pródigo, son invitados a entrar en la fiesta de la misericordia de Dios y ellos, a diferencia del hermano mayor en la parábola mencionada, entran y se alegran de la reconciliación ofrecida por Dios a cada uno. En este sentido, los Santos Ángeles nos invitan a la reconciliación con Dios y con los demás miembros de la familia.
  • Así como el profeta Isaías tuvo que ser purificado por los Ángeles (Is. 6,6), de igual manera el Ángel de la Guarda nos lleva a purificar nuestro amor, un amor desinteresado, donde no se haga cuentas de cobro, sino un amor que se entregue, incondicional.
  • Los Santos Ángeles buscan que las familias se comprometan en la lucha contra el demonio y el pecado, que solo more el amor y la santidad de Dios. Precisamente esto nos enseña el libro de Tobias donde el arcángel San Rafael presta su ayuda y presenta sus oraciones. El hogar de Tobias es un hogar donde hay el temor de Dios y un celo por el cumplimiento de la ley de Dios, asi como la obediencia de los hijos hacia los padres.
  • La fidelidad entre los miembros de la familia. No hablar mal de mi familia con otros, no criticar con otros a los que son de mi familia y en esto San Miguel Arcángel nos presta una gran ayuda pues es el Arcángel que se mantuvo fiel.
  • Todas estas ayudas nos prestan los Ángeles para que nuestra familia viva esa alegría del amor, esa alegría de la presencia del Señor en medio de nosotros.

Oración de una mamá al Ángel de su hijo

A vosotros, Santos Ángeles de la Guarda, amigos fieles enviados por Dios a mis hijos, me dirijo con confianza. Alcanzadme, ante todo, la gracia de poder educarlos a todos para Dios y para el cielo. Protegedlos donde mis ojos no les pueden ver. Acompañadlos donde mis pies no les pueden seguir. Exhortadlos donde ya no les alcanza mi voz. Guiadlos y salvadlos para el cielo. Dios os recompense vuestro amor. Amén.

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Fuente: Aleteia.org


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Se apagó el amor https://www.reinadelcielo.org/se-apago-el-amor/ Thu, 01 Jun 2023 12:43:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=308 Veo al mundo como un avión que se quedó sin combustible, que todavía vuela, pero tiene un destino de catástrofe si no logra arrancar sus motores nuevamente. Planea, parece vivo, y lo hace en un silencio majestuoso, casi con vanidad y algo de soberbia. Como si dijera: ahora sí, mírenme volar por mis propios medios.

¡Qué tonto!. No se da cuenta que, cual canto de cisne, el silencio y armonía que lo rodean sólo son una advertencia de que algo terrible va a desencadenarse. ¡Es que no puede subsistir sin sus motores!.

El motor del mundo es el amor, el amor que parece haberse apagado en los corazones de los pueblos, y haber sido reemplazado por las vanidades, el materialismo y el individualismo. Es cierto que el mundo sigue planeando con soberbia y autonomía, pero sin su motor poco podrá hacer.

¡Se apagó el amor!.

amor recuperado

Ya no parece ser el amor el que alimenta la relación en las familias, sino el deseo de saber más, tener más, poder más, disfrutar más. Es como una loca carrera hacia la nada, hacia el vacío. Y tampoco parece ser el amor el que alimenta el trabajo de los hombres: el deseo de servir al otro, el ansia de hacer las cosas lo mejor posible porque así debe ser, por más pequeñas que sean. La especulación y la competencia dominan al hombre, en muchos aspectos. Hacer las cosas sin pedir nada a cambio, ayudar sin esperar, unir a la gente por amor y no por el deseo de obtener algo. Algunas veces sentimos que si alguien hace algo por nosotros, luego vendrá la exigencia de devolver favor por favor. Y hasta nos surge el horrible sentimiento de preferir no recibir ayuda, para no deber nada a nadie. ¡Es el espíritu de desamor que nos invade, nos corroe por dentro!.

Se apagó el amor. ¿Y cómo se puede seguir sin amor?. Se puede seguir por un tiempo, como le ocurre al avión que tiene sus motores apagados, pero va camino a estrellarse. Este mundo, sin amor, es como un cuerpo que parece vivo, pero en realidad está muerto. No tiene un alma viva, si es que no tiene amor. La resurrección del alma es encontrar el amor de Dios, y es EL el que hace arrancar nuestros motores para poder volar majestuosos, entregados a Su Potencia Salvadora, hacia el Reino de Cristo. El Espíritu Santo, fuente de todo bien, no puede actuar si no le hacemos un lugar en nuestro interior. Y como El es Espíritu de Amor, el espacio para que nos pueda invadir se abre cuando nuestro corazón se deja tocar por el Amor de Dios.

Señor, resucita a este mundo. Insúflale el Amor de los Dos Corazones, Tu Sagrado Corazón y el Inmaculado Corazón de Tu Amadísima Madre. Que el Amor vuelva a abrasar los corazones de los pueblos, para que Tu Santo Espíritu pueda entrar en nosotros y guiarnos por los seguros senderos marcados por Tu Palabra. Pon a este mundo desierto en el Horno de Tu Sagrado Corazón, para que se queme todo mal, y pueda volver a ser un Jardín, donde vivamos en Paz contigo. Espíritu Santo, ven a mi, ven a mi vida, tómame y hazme Tu instrumento, un instrumento de Tu Amor.


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Avanza el enemigo https://www.reinadelcielo.org/avanza-el-enemigo/ Fri, 21 Oct 2022 10:47:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=494 Todos los días vemos algo que nos asusta, o nos conmueve, o nos escandaliza. Una nueva legislación aceptando el aborto, ese crimen abominable. O un nuevo avance de la negación de la distinción clara entre hombre y mujer, promoviendo la libre elección del ?género? por parte de las personas. O quizás una nueva iniciativa contra la libertad religiosa, atacando a quienes desean hacer de Dios el centro de sus vidas. No falte un nuevo país tomado por el ateísmo militante, ese tipo de liderazgo político que trata de “matar” a Dios en la sociedad gobernada. O una nueva escalada de jóvenes tomados por el alcohol o las drogas. Alrededor nuestro, publicidad que promueve toda clase de perversiones como “modelo de vida”.

Padre e hijo

Ser padre en estos tiempos hace a uno sentirse “esclavo de sus propios hijos”, ya que ese es el ejemplo que ellos reciben en sus escuelas, o en las casas de sus amigos. ¿Cómo educarlos en un modelo que es diametralmente opuesto al que el mundo les propone? Uno desearía sentarse a hablar con los padres de los amigos de nuestros hijos, o con sus maestros y profesores, para intentar “cambiarles el entendimiento de lo que la vida significa en realidad”. Pero la marea de “ideas distorsionadas” es tan fuerte que uno suele encontrarse en seria desventaja numérica, e inmediatamente sujeto al mote de “recalcitrante fanático religioso” o cualquier otro calificativo similar. En cualquier caso, con algunas miradas basta para comprender como nos ven, en líneas generales.

En estos tiempos, leer el periódico o mirar las noticias produce sufrimiento y angustia. Sin embargo, hay una pregunta que duele mucho más que las noticias horrorosas que nos invaden. ¿Cuánta gente se da cuenta de lo que realmente esta pasando? ¿Cuántas personas creen que muchas de esas cosas son normales, o hasta buenas, o quizás fruto del progreso del mundo? Lo más triste es que la respuesta es “muchos”. ¿Cuantas madres promueven el alcohol en sus hijos diciendo que “a esa edad yo también lo hacía, es parte de la locura de la juventud”? ¿O cuantos ven con buenos ojos que se elimine a Dios de la vida de la sociedad con el argumento de que “hay que dejar que cada uno decida que hacer con su vida privada”? En la misma línea, ¿cuantas familias evitan el bautismo de sus hijos “porque ellos deben ejercer su libre opción una vez adultos”? Me pregunto, la decisión de traerlos al mundo, ¿quién la tomó? ¿Acaso no fueron sus padres?

La confusión avanza a pasos agigantados, y es tan destructivo su poder, que el deterioro del mundo es bienvenido a brazos abiertos por la mayor parte de la humanidad. ¿Qué debemos hacer? ¿Acaso ser simples espectadores de esta tragedia que empuja al mundo barranca abajo, hacia un precipicio de dudosa pendiente y más dudosa aún profundidad? Definitivamente no. Aquellos que creemos en Dios, y tenemos la formación necesaria para advertir lo que ocurre, debemos actuar.

Lo dijo claramente Juan Pablo II, “la Iglesia es misionera y los cristianos debemos vivir una vida de misión”. Este principio básico que impulsa nuestra vida como miembros del Cuerpo Místico de Cristo, se puede definir de modo tan simple como el de embarcarnos en una Nueva Evangelización. La difusión del Evangelio y de la Buena Noticia de Jesucristo como Salvador de la humanidad es nuestra causa de vida, es la sangre que corre por las venas de la Iglesia. La misión es personal e indelegable, cada uno de nosotros tiene ese mandato impreso en la Voluntad de Dios para nuestro tránsito por esta vida.

Cruz

El deterioro del mundo, tan visible y en continuo movimiento, no es excusa ni explicación para que la ardua misión de la evangelización se detenga. Todo lo contrario. Dios nos llama a una Nueva Evangelización como respuesta a este ataque a la esencia de la fe. Recuerdo aquellas épocas en que la caída del muro de Berlín dio por tierra con el sueño de una ?sociedad sin Dios? que el modelo comunista había impuesto a fuego y terror durante décadas. Mirando retrospectivamente, pienso que muchos asumimos que esos ataques a la libertad religiosa iban a quedar en el olvido. No. El mismo “espíritu destructor de almas y corruptor de conciencias” encontró el modo de atacar de modos mucho más sutiles, pero siempre con el mismo propósito.

La Nueva Evangelización es la respuesta que debemos dar, porque Jesús es la única solución a todas nuestras necesidades. Sin Jesucristo, nada se logra, la vida transita vacía y sin propósito. Esto no quiere decir imponer a los demás nuestras convicciones religiosas a fuego y espada, sino todo lo contrario. Dios no obliga a nadie, mucho menos podemos nosotros. La Evangelización debe realizarse con el suave ?guante del amor?, de tal modo que nuestra acción misionera convenza a las almas de que Jesús ha tornado nuestro corazón, nos ha dado paz y alegría, aún en medio de las inclemencias de la vida.

El amor a Dios es lo que hará que la gente comprenda el horror del aborto, la miseria del alma sujeta al alcohol o las drogas, la inviolabilidad del principio de que “un hombre es un hombre y una mujer es una mujer” tal como Dios los ha creado, y la trascendencia de defender la libertad religiosa de las personas, sin limitar su fe ni su vida espiritual. La paz en el mundo no se logrará sin que volvamos nuestras miradas al Creador, a Aquel que nos ha dado todo para que seamos felices, no para nos matemos entre nosotros en medio de disputas interminables.

Avanza el enemigo, a paso redoblado, pero no somos ajenos a lo que ocurre, sino todo lo contrario, somos actores centrales en este escenario que es el mundo. Dios espera mucho de Su pueblo, porque si no somos nosotros quienes lo ayudamos a arrojar Luz y Verdad, ¿cómo se hará visible, para esta humanidad, el Camino hacia la Vida?


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La Paciencia de Dios https://www.reinadelcielo.org/la-paciencia-de-dios/ Fri, 11 Feb 2022 08:28:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=459 Hace pocos días escribí: Demos gracias a Dios por Su infinita Paciencia y Misericordia. Luego de hacerlo me invadió una conmoción interior: ¿tenía derecho a colocar la Paciencia de Dios al mismo nivel que Su Misericordia? ¿Y que hay del Amor? ¿Acaso no está el Amor de Dios por encima de Su Paciencia? ¿O no será quizás que la Paciencia Divina es nada más que una parte del Amor y Misericordia de Dios? ¿Es la Paciencia algo distinto, importante, en el Corazón de Jesús? Me consoló el pensamiento de que Dios tiene que ser muy paciente para perdonar y aceptar todo el olvido y traiciones a los que el hombre somete a Su Sagrado Corazón. También me tranquilizó el pensamiento de que, sin dudas, Jesús hace un extensivo uso de Su Paciencia particularmente en estos tiempos, y por ello debemos agradecerle. Allí quedó mi frase, publicada como había sido escrita.

Al día siguiente, una persona me comentó que en un Cenáculo de oración se dijo: “La paciencia es la virtud de los santos”. Una conmoción se produjo en mi interior, al advertir que nuevamente la Paciencia Divina convocaba mi atención. Feliz de haber encontrado un punto de unión en el que Jesús claramente me abrazaba, me uní al ruego de tener al menos un poco de la paciencia de los santos, reflejo de la Paciencia de Dios.

Ver a Dios

Sin embargo, hoy me invadió una nueva conmoción interior: con alegría retomé la lectura de un hermoso libro sobre la vida del Hermano de Asís, Francisco. Mi señalador me llevó al punto en que me encontraba, momento en que el Pobre Hermano recibía los estigmas del Crucificado en el Monte Alvernia. Retomando la lectura, a las pocas páginas me encuentro con un título que dice: La Paciencia de Dios. Mi corazón dio un salto, ansioso por devorar el texto y comprender que es lo que allí se decía sobre este tema que en pocos días invadía mi entendimiento.

Debilitado por la sangre derramada, por las llagas de pies, manos y costado, Francisco se desbarrancaba hacia los brazos del Amor, su cuerpo muriendo, su alma floreciendo. Vivía envuelto en el dolor y el amor, a tal punto que ambas cosas eran un único nudo en su alma, el dolor y el amor del Crucificado lo habían tomado por completo.

Acurrucado en una gruta del camino de regreso hacia la Porciúncula, Francisco dijo entonces a su compañero fray León:

Respóndeme, hermano, ¿cual es el atributo más hermoso de Dios? El amor, respondió fray León. No lo es, dijo Francisco. La Sabiduría, respondió León. No lo es. Escribe, hermano León:

La perla más rara y preciosa de la Corona de Dios es la Paciencia. Oh, cuando pienso en la Paciencia de mi Dios, me vienen unas ganas locas de estallar en lágrimas y que todo el mundo me vea llorando a mares porque no hay manera mas elocuente de celebrar ese inapreciable atributo. ¡Oh la Paciencia de Dios! Hermano León, ésta mil veces bendita palabra escríbela siempre con letras bien grandes. Cuando pienso en la Paciencia de Dios me siento enloquecer de felicidad. Siento ganas de morir de pura felicidad. Francisco repitió entonces muchas veces, como extasiado, Paciencia de Dios, Paciencia de Dios, hasta que el hermano León se contagió y comenzó a repetir la frase con Francisco.

¿Qué más puedo decir yo de la Paciencia de Dios, que no hubiera dicho el hermano Francisco de Asís? Solo deseo invitarlos a meditar sobre lo inmenso que es el Amor de Dios, reflejado cada día en todo lo que tenemos, en los santos que se derramaron y se siguen derramando sobre el mundo, en los milagros cotidianos, en el misterio de Dios actuando en esta tierra a diario. ¿Y como respondemos nosotros?

Aquí yace el signo de la Paciencia Divina, que sigue insistiendo pese a la falta de respuesta. Es como un teléfono que llama y llama, sin que nosotros nos dignemos a responder. El Señor sigue marcando, día a día, el número de nuestro corazón, el de cada uno de nosotros. ¿Lo haremos seguir esperando?


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El agujero en la roca https://www.reinadelcielo.org/el-agujero-en-la-roca/ Fri, 02 Apr 2021 17:17:48 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=5076 #Cruz #Jesús #Patíbulo]]> Por primera vez tuve el regalo de viajar a Tierra Santa, y pude visitar los lugares donde nuestro Jesús dejó Su Huella imborrable. La verdad es que, después de semejante experiencia, podría escribir páginas y páginas sobre lo que se vive allí. Pero hoy quiero referirme a un episodio en particular, quizás el que marcó de modo más profundo mi alma de tal forma que nunca se borrará el recuerdo de lo vivido.

Aquí voy: visité tres veces la Iglesia del Santo Sepulcro, un Templo donde se reúne la mayor cantidad de lugares glorificados por la Vida de Jesús. Allí fue El quitado de Sus ropas, clavado en la Cruz, elevado en el Madero Santo, atravesado por la lanza del centurión para que brote Sangre y Agua. Y allí, en definitiva, fue muerto el Rey de Reyes ante la mirada del mismo Dios Padre, que lo entregó como Cordero expiatorio de nuestros pecados.

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Pero también en ese Templo se encuentra la piedra donde el Cuerpo muerto de Jesús fue apoyado para ser limpiado y preparado para la sepultura por las santas mujeres. El sitio central, sin dudas, se ubica a pocos pasos y es la Tumba donde Su Cuerpo fue depositado la tarde del Viernes Santo. Ese mismo punto del planeta tierra, el Santo Sepulcro, fue testigo de la Gloriosa Resurrección de nuestro Señor Jesús, la Victoria definitiva contra la muerte, y a pocos metros de allí se recuerda el hermoso encuentro con Maria Magdalena, aquel domingo de Pascua de Resurrección.

Todo esto, y mucho más, se testimonia en la Iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalén. ¿Pueden ustedes creerlo? Yo lo narro y sin embargo aún me parece increíble que semejantes maravillas se conservaran, por Gracia de Dios, a través de los siglos.

A mi alma, sin embargo, la conmovió de modo particular una experiencia, un momento que se grabó en mi corazón para siempre, y fue el poner mi mano y tocar una y otra vez el agujero en la roca donde se introdujo el Madero de la Cruz del Señor. Voy a intentar narrarles lo que sentí al hundir mi mano en ese hueco, aunque se bien que no es posible hacerlo de modo perfecto.

Este montículo de rocas llamado Monte Golgota se ubicaba a la salida de la Jerusalén de esa época, de tal modo que todos los que entraban y salían de la ciudad vieran al Crucificado, como advertencia de lo que ocurre a los que desobedecen el poder de Roma. De modo muy eficiente habían buscado una roca en la cima del montículo en la que pudieran tallar un agujero con la forma del Madero de la Cruz, un hoyo lo suficientemente profundo como para sostenerlo y hacerlo erguirse a la vista de todo el mundo. Después de dos mil años, ese agujero ha podido conservarse, y aun hoy uno puede tocar sus paredes, y meter la mano dentro.

Por tres veces repetí la experiencia de introducir la mano y tocar ese oscuro hueco abierto en la roca. Por tres veces me llené de emociones violentas, como miedo, desesperación, deseo de correr pero también de seguir allí por mucho tiempo. Mis ojos contemplaban la escena que se desplegaba frente a mi, pero mi mente borraba todas las construcciones hechas en ese lugar a través de los siglos, los edificios que me rodeaban, para encontrarme de repente en la cima del Monte Gólgota, como era en aquella época. Pensar que la Sangre del Señor corrió irreversiblemente por el Madero y entró en el agujero en la roca, esa misma roca donde estaba apoyada mi mano, me hizo pensar en que estaba tocando la Sangre del Mismo Dios.

Gólgota

La escena con el frio de la tarde de aquel Viernes terrible se presentó ante mi alma, y delante de mí se desvanecieron las paredes de esa Iglesia y quedó la piedra al desnudo. Jesús arrancado de Sus ropas aquí, lanzado sobre los Maderos y clavado a ellos unos pasos más allá, la Cruz puesta en un lugar desde el que se la podía elevar para que su Madero vertical ingrese y se deje envolver por la roca del monte. No cabe duda que los Romanos estaban muy preparados para crucificar, y lo hacían con el entrenamiento de haber crucificado muchas veces antes. Pero yo estaba esta vez frente al lugar donde crucificaron no a cualquier hombre, sino a mi Dios, a mi Buen Jesús.

Esa roca, cima de ese montículo llamado Gólgota, se me presentó como un lugar Santificado por la Sangre del Cordero, pero mi alma se estremeció particularmente ante ese agujero cavado en la roca. Ese hueco fue cuidadosamente tallado por los romanos para que el Madero de la Cruz se deslice y caiga en él de forma totalmente vertical. Pero ese hueco hizo también que el Señor se elevara de la tierra en forma visible para todos, y así ese agujero en la roca se hizo fundamental para permitir la Obra de la Redención. Abierto en la roca firme, el hueco abrazó el Madero de Jesús y cumplió su misión durante el tiempo en que Dios quiso estar elevado en Su Trono terrenal, antes de ser bajado al Sepulcro Vencedor.

Tocando los bordes del agujero y palpando la rugosidad de la roca, sentí que la Iglesia es la Roca que sostiene la Cruz de Cristo aun hoy, después de dos mil años. Y también sentí un deseo enorme de ser yo mismo ese agujero en la Roca Santa. Un deseo de transformarme en un hueco vacío, inservible, oscuro y tenebroso a los ojos del mundo, pero capaz de abrazar la Cruz de mi Dios y sostenerla firme en lo alto aquel Viernes Santo en la fría cima del Gólgota.

Señor, quiero ser el agujero en la roca del Gólgota, y abrazar así el Madero de Tu Cruz por sus cuatro costados. Quiero quedarme así, sosteniendo Tu Trono Glorioso, mientras Tu Sangre se desliza y me cubre completamente. Mírame, no soy más que un hueco en la roca rugosa y fría. Nada pretendo, solo sostenerte para que Tu Sacrificio ilumine este mundo alejado y despojado de fe. Señor, se hace tarde ya y el frio cubre Tu Cuerpo que hace rato ya que ha dejado de moverse. Aquel grito que diste ha conmovido mi alma, y luego nada más pude oír de ti. Quédate allí todo el tiempo que quieras, mi Señor, porque este agujero en la roca ha decidido quedarse a sostener Tu Madero, mientras Tú me des fuerzas para hacerlo. Hace frio aquí arriba en la cima del Gólgota, hace frio hasta para una roca rugosa como yo soy. Pero yo te espero, Señor, abrazado a Tu Madero, te espero.

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El dueño del mundo https://www.reinadelcielo.org/el-dueno-del-mundo/ Fri, 03 Jan 2020 11:00:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=337 En mi país existe una costumbre popular bastante difundida: muchos camiones y vehículos de carga tienen escritas frases en su parte trasera, ideadas para demostrar el ingenio del conductor a quienes se topan con estos obstáculos en la ruta. De este modo, mientras volvía de un viaje de algunas horas por la llanura pampeana me encontré con una frase delante de mi vista que llamó mi atención. Decía así:

“No soy el dueño del mundo, pero soy el hijo del Dueño”.

Mi primera reacción fue negativa: ese señor se me estaba presentando como dueño ya no sólo de la ruta, impidiendo mi paso, sino mucho más: ¡como hijo del propio dueño del mundo!. Entonces comprendí de inmediato cuanto amor cristiano había en esa frase. ¡Era verdad!. Este hombre me daba una lección de inmensa sabiduría: me había topado nada menos con que un orgulloso hijo de Dios, que me lo decía con toda claridad y sencillez. Y me lo hacía notar poniendo en claro que su Padre era absolutamente dueño de todo lo Creado, ya no sólo el camión y la ruta, sino de mi auto y de los que íbamos en él también. Pero eso me hacía a mi también hijo del mismo Dueño de la Creación, por lo que éste hombre pasó de ser un estorbo a mi paso, ¡a ser mi propio hermano!.

Puestas así las cosas, yo sonreía mientras le agradecía a Dios por poner pequeñas muestras de Su Sabiduría en lugares tan sencillos y cotidianos. ¡Qué poco hace falta para testimoniar el amor por Dios, mostrándolo en la herramienta de trabajo, como lo hizo aquel conductor de camión!.

Espíritu Creador

Somos los hijos del Creador de todas las cosas, que duda cabe. Somos dignos herederos del Reino que nos espera, también. Muchas veces recorremos la vida sin siquiera darnos cuenta de nuestro destino de grandeza, un destino espiritual que trasciende todas las miserias que rodean muchas veces a nuestra vida. Testimoniar ser hijos de Dios nos hace recordar a los demás cuan intrascendentes son los obstáculos de nuestro día, si los ponemos a la Luz de la vista de Cristo. Claro que no somos los dueños del mundo, aunque a veces actuemos como pavos reales, como si realmente lo fuéramos. Pero somos los hijos del Dueño, por lo que debemos actuar honrando su Santo Nombre en todo momento. Nuestros actos deben demostrar quien es nuestro Padre, de tal modo que logremos invitar a los demás hijos del mismo Padre a reconocerse también miembros del Reino de Dios.

La ruta de la vida es larga y diversa, llena de obstáculos que tratan de quitarnos a Dios de nuestro corazón. Pero siempre encontramos letreros que nos indican el trayecto correcto, el camino a Dios, aunque a veces aparezcan en el lugar menos esperado. Como aquel camión que un día me recordó que por encima, muy por encima de las superficialidades de este mundo, está nuestro Padre Celestial cuidándonos y abrigando nuestro corazón con sus caricias y muestras de amor.

Padre, que elegiste a la Criatura más Perfecta para ser el Arca que recree la Nueva Alianza, que a través de su Seno Virginal enviaste a Tu Hijo a derramar Su Sangre por nosotros, y que derramas Tu Santo Espíritu como ola que barre este mundo, abre nuestros corazones y sonroja nuestros rostros con una santa emoción, la emoción de reconocernos amados y esperados por Vos en Tu Casa, cuando el tiempo sea el indicado por tu Santa Voluntad.


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Bajar del Tabor, salir del Cenáculo https://www.reinadelcielo.org/bajar-del-tabor-salir-del-cen%e2%a4%b5lo/ Thu, 21 Mar 2019 16:51:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=327 Cuando Jesús subió al monte Tabor y transfigurándose en luz apareció junto a los Profetas del Antiguo Testamento, generó tal gozo en los apóstoles que lo acompañaban que ellos quisieron quedarse allí, para vivir en forma permanente la Gracia de la Presencia de Dios en ese lugar.

Sin embargo Jesús les explicó que la vida debe ser vivida en trabajo y obra para beneficio del Padre, no para disfrutar de las caricias que circunstancialmente el Cielo da. Bajaron entonces del Tabor a seguir el camino, que terminó en la Pasión y Cruz en Jerusalén.

Cuando María y los apóstoles se reunieron en el Cenáculo en Jerusalén y recibieron la llama del Espíritu Santo, no solo se llenaron de Sus Dones, sino que sintieron un gozo inmenso que los llevó a disfrutar en felicidad el momento. Y si bien se quedaron unos días disfrutando de la unión y llenos del Espíritu Divino, y en la Presencia de María, la Madre de Dios los envió a los cuatro puntos del mundo a evangelizar y crear la Iglesia de Dios. Salieron entonces del Cenáculo para seguir el camino, y muchos de ellos para terminar crucificados, lapidados o perseguidos por difundir la Palabra del Señor.

¿Cuál es la enseñanza que vemos en estos dos hechos, que vienen directamente de Jesús y María?.

Muchas veces buscamos en la oración o en el contacto con Dios sólo consuelo o relajación por las presiones del mundo. Lamentablemente algunas disciplinas espirituales modernas llevan a la gente a la meditación sólo como forma de sentirse mejor, de liberarse del estrés del mundo actual. Particularmente las tendencias orientalistas tan en boga en muchas sociedades de occidente, que por moda buscan su espiritualidad en el lugar equivocado.

laicosOrar es dialogar con Dios, es buscar Su encuentro en nuestros corazones. Muchas veces la oración nos encuentra en serenidad y alegría, mientras en otras oportunidades nos cuesta orar, como si estuviéramos caminando en arena pesada. ¿Entonces orar es malo?. ¿Debemos dejar de orar?. Como decía el Padre Emiliano Tardiff: ¡a veces es Viernes Santo y a veces es Domingo de Pascua!. Si Jesús tuvo momentos de enorme gozo y también momentos de inmenso dolor, nosotros no podemos pretender que al acercarnos a Dios sólo encontremos consuelo y relax. No podemos buscar a Dios como un consuelo o como un analgésico espiritual. El mensaje de Jesús es fuerte: ¡Hay que salir y enfrentar las injusticias y los dolores del mundo!. También hay que vencer las debilidades de la naturaleza humana, las tentaciones cotidianas.

Lo mismo ocurre con aquellos que buscan permanentemente la Presencia Mística de Jesús o María, los milagros, las manifestaciones de Ellos aquí. Pero se quedan con el placer que eso les dá, sin cambiar su vida realmente, sin enfrentar los dolores y los altos costos de una conversión verdadera.

Buscar a Jesús es tomar su Cruz, y seguirlo. ¿Entendemos qué es realmente la Cruz?. ¿Creemos que llevar la Cruz es una forma de encontrar alivio a nuestros problemas mundanos?. Llevar la Cruz es una forma de imitar la disposición del Señor a enfrentar, por amor, todas las injusticias e impiedades del mundo.

Cuando encontramos regocijo, en esos momentos en que Dios nos da regalos que nos consuelan y acarician el alma, tocamos el Cielo, sentimos la cercanía del Reino. Pero no podemos quedarnos allí, ya que el camino al Gólgota nos está esperando allí abajo, en la forma y los tiempos en que la Voluntad de Dios disponga.

Buscar sinceramente a Dios no es buscar relajación, felicidad terrenal o solución a nuestros problemas. Todo lo contrario: buscar al Señor es aceptar Su Voluntad para cualquier cosa que El quiera hacer de nuestra vida, sea lo que nosotros esperamos, o todo lo contrario.

Dios, en Su infinito amor, nos regala momentos parecidos a lo que ocurrió en el Monte Tabor, o a lo que ocurrió en el Cenáculo en Jerusalén. No nos quedemos allí: bajemos del Tabor, salgamos del Cenáculo y vayamos al mundo a difundir Su Palabra, a dar testimonio de Su amor, aunque duela.


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El mejor Regalo de Navidad https://www.reinadelcielo.org/el-mejor-regalo-de-navidad/ Fri, 07 Dec 2018 09:32:52 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=17739 A medida que nos hacemos adultos, añoramos muchas de las cosas que, tal vez ya no tenemos, o que sucedían años atrás

Ha sido un año duro, lleno de pruebas y dolor para muchos: cristianos y no cristianos. Las persecuciones, los atentados en nombre de Dios, un niño que yace en la playa… ¿Cómo poder olvidarnos? Nuestra reflexión en este Adviento ha girado en torno a ellos y en la búsqueda de la paz.

https://youtu.be/CNRRTazlblU

En medio de estas circunstancias nos preguntamos: –¿Dios estás ahí?– De pronto nos convertimos en la niña del video que busca respuestas. Que busca a Dios pero imagina un Dios allá lejos en lo alto del cielo, casi inalcanzable e imperceptible. ¿Dios estás ahí? Preguntamos una y otra vez. Es la añoranza que envuelve nuestro corazón: el anhelo de un Dios cercano, que nos escuche y nos hable, que nos diga que nos ama y experimentar su amor infinito.

-¿Dios mío me amas? -¿Cómo podría saberlo?

Los días pasan y de repente: ¡un recién nacido en un pesebre! Un pequeño niño, tan humano como tú y como yo, y tan divino como el Padre Celestial. La evidencia máxima del amor de Dios por nosotros, por cada uno de nosotros. Un amor tan grande que entrega lo más preciado: su único hijo para la salvación de nuestras almas.

¡Esa es la respuesta! Ahí, en ese humilde pesebre, pequeño y envuelto en pañales encontramos lo que más anhelamos en la vida: el amor, la paz y el perdón.

¡Sacudámonos de esa melancolía! ¡El Rey de Reyes ha nacido! Y está aquí con nosotros, es el mejor regalo que podemos recibir. Él no es un Dios lejano, es un Dios cercano que está a nuestro lado todos los días hasta el fin de los tiempos. Un Dios que sintió como nosotros, que amó como nosotros y que sufrió dolores inimaginables. Un Dios que cargó y carga con nuestros pecados y sufrimientos. ¡Alegrémonos, Dios está aquí!

Que en Navidad, arrodillados frente al pesebre, elevemos una alabanza a este pequeño Niño, agradeciendo a Dios que vive entre nosotros por su amor infinito. ¡El niño Dios a nacido y ha vencido a la muerte!

“No puede haber lugar para la tristeza, cuando acaba de nacer la vida; la misma que acaba con el temor de la mortalidad, y nos infunde la alegría de la eternidad prometida”.
San León Magno

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Fuente: Catholic-link


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La imagen de Jesús plasmada en un árbol – El Líbano https://www.reinadelcielo.org/la-imagen-de-jesus-plasmada-en-un-arbol-el-libano/ Thu, 15 Mar 2018 11:41:11 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=11792

Aquí podremos ver a Jesús. Su imagen se ha plasmado en el tronco de un árbol. Le llaman El árbol de Jesús.

La fotografía nos evoca a todos el amor que Jesucristo siente por el ser humano… Y ¡simplemente nos encantan historias y casos así! Es algo hermoso. Pero no necesitas basarte en nuestras palabras. Míralo tú mismo.

Haz click en la imagen para verla completa.

El árbol de Jesús

 


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