acto de contrición – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Wed, 07 Jun 2023 06:17:09 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Novena a Jesús Sacramentado – Corpus Christi https://www.reinadelcielo.org/novena-a-jesus-sacramentado-corpus-christi/ Wed, 07 Jun 2023 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=24605 ]]> La Solemnidad del Corpus Christi, Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, antes llamada Corpus Domini (‘cuerpo del Señor’), es una fiesta de destinada a celebrar la Eucaristía. Proclamamos y aumentamos nuestra fe en la presencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento, y le damos, públicamente, culto de adoración (latría).

Aquí puedes rezar la novena a Jesús Sacramentado.

Inicio de la Novena

Comenzamos rezando: Por la señal de la Santa Cruz…

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Oraciones comunes para todos los días

ACTO DE CONTRICIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Jesús mío, dulcísimo, creo que estáis presente en el Santísimo Sacramento del Altar, con vuestro Cuerpo inmaculado, con vuestra Sangre redentora, con vuestra Alma divina y con vuestra Divinidad adorable! De vuestra bondad infinita, espero la gloria celestial. En unión de todos los Ángeles y Santos del cielo, os amo y os adoro. Me arrepiento de haberos ofendido y humildemente os pido me perdonéis. Por la oración milagrosa de María Inmaculada y con Ella, os ruego, me otorguéis la gracia que os pido en esta novena, si es para vuestra gloria y santificación de mi alma. Amén.

Rezar a continuación la oración del día que corresponda.

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ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Os saludo oh Jesús Sacramentado, el más hermoso, agraciado y bello entre los hijos de los hombres. Os saludo mi Amado, oh celestial prisionero del amor, que constantemente veláis sobre mí. Que todo cuanto existe os bendiga; bendigaos sobre todo mi corazón, que a todos os prefiere. Oh Santa Hostia, fortaleza del alma desterrada; Divina Eucaristía, obra maestra del corazón de mi Jesús, Vos formaréis las delicias de mi pensamiento, mientras que os adoro oculto bajo los velos eucarísticos; y en la hora de mi muerte, venid oh Jesús, venid con María y José, a recibir mi postrer aliento. Amén.

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Día Primero

Comenzar con el acto de contrición.

ORACIÓN. Jesús Sacramentado, Divino Sol, que alumbráis los senderos de los que peregrinamos por este erial de amarguras y de llanto! Mi alma desfallece en ansias de olvidarse de todas las cosas de la tierra, para entregarse, desde ahora y para siempre, al cultivo de vuestro amor, visitándoos frecuentemente en este Sacramento adorable. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías y terminar con la oración final.

Día Segundo

Comenzar con el acto de contrición.

ORACIÓN. Jesús Sacramentado, prisionero celestial de la santa Hostia! Yo quiero ser prisionero de vuestro amor misericordioso, escondido en esta breve partícula de Pan consagrado, para buscaros con delirio inefable, en mis horas de alegría y de tristeza; para deleitarme hablando de vuestra hermosura y ternezas en todas mis conversaciones, y para consagraros cada latido de mi corazón, como millones de amor agradecido. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías y terminar con la oración final.

Día Tercero

Comenzar con el acto de contrición.

ORACIÓN. ¡Oh Jesús adorable! Yo, rodearé diariamente la santa custodia donde reposáis por mi amor, con las flores de mis sacrificios; los cuales, para que vayan impregnados de blancuras de cielo, os ofreceré por medio de las manos inmaculadas de María, vuestra Madre Santísima. “Oh Jesús hijo de la Virgen María, tened misericordia de nosotros”. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías y terminar con la oración final.

Día Cuarto

Comenzar con el acto de contrición.

ORACIÓN. Jesús Eucaristía vuestro corazón me espera con deseos vehementes de vaciar en el mío tesoros invaluables; gracias Amor! Por eso, al postrarme hoy, ante vuestra real y hermosísima presencia, os ruego me otorguéis el honor de comulgar dignamente todos los días de mi vida y hasta mi último suspiro, para llevaros como sellos de purísimos diamantes sobre mi corazón, y para que así logre hacer, que todas las criaturas participen de mi felicidad, asistiendo al santo sacrificio de la misa diariamente, recibiéndoos sacramentado, en vuestra blanca Hostia de Amor. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías y terminar con la oración final.

Día Quinto

Comenzar con el acto de contrición.

ORACIÓN. Oh quien pudiera, Jesús adorado de mi alma, estar aquí, al pie de vuestro sagrario a todo instante, consumiéndome en llamas de amor como los serafines! Mas, ya que no me es posible, yo os enviaré mis suspiros de amor y mis jaculatorias llameantes, desde los lugares donde me coloquen: la santa obediencia o mis deberes de estado “Oh Jesús, de todo corazón yo me uno a Vos”. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías y terminar con la oración final.

Día Sexto

Comenzar con el acto de contrición.

ORACIÓN. En el copón de oro que guarda este sagrario, se halla la “cristalina fuente del agua de la vida!” Por eso sediento de vida celestial, de verdad y de justicia, vengo a postrarme ante Vos Jesús Rey de las almas, suplicándoos me deis a beber del cáliz de vuestro Corazón hasta saciarme, para que no vuelva jamás a tener sed de las cosas de la tierra.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías y terminar con la oración final.

Día Séptimo

Comenzar con el acto de contrición.

ORACIÓN. “He hallado al que ama mi alma”, aquí en la dulce soledad del tabernáculo! O mi amor Jesús, hecho Hostia, para divinizar mi alma! En unión de María Inmaculada y en mi nombre y en el de todas las criaturas, os amo y os adoro, por vuestro espíritu de amor. Otorgadme la gracia de orar siempre, para que mi unión principiada con Vos en la tierra, se prolongue por toda la eternidad, en la dichosa felicidad del cielo. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías y terminar con la oración final.

Día Octavo

Comenzar con el acto de contrición.

ORACIÓN. Oh Jesús Sacramentado, esposo y corona de las vírgenes! Abrasadme en el fuego que vinisteis a prender en la tierra, para que mi corazón se convierta en una hoguera encendida de amor hacia Vos, y comunique ese fuego divino, a las almas de mis hermanos. “Corazón Eucarístico de Jesús, aumentadnos la fe, la esperanza y la caridad”. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías y terminar con la oración final.

Día Noveno

Comenzar con el acto de contrición.

ORACIÓN. Oh Jesús, Hostia divina, agradable y adorado pénsil de mis amores, que os apacentáis en prados de azucenas! Haced de mi alma un vergel donde florezcan todas las virtudes, especialmente las violetas de la santa humildad; y sed Vos mismo el jardinero divino, que a todo instante lo cultive con desvelo inefable, para que formando vuestras delicias aquí en la tierra, logre expirar reclinado en vuestro corazón misericordioso, haciendo actos de perfectísimo amor a Dios, y vaya a gozar de la visión beatífica, por toda la eternidad. Amén.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena y rezar un Padrenuestro, un Avemarías y terminar con la oración final.

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Fuente: Catholic.net


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Novena a la Virgen de Fátima https://www.reinadelcielo.org/novena-a-la-virgen-de-fatima/ Thu, 04 May 2023 07:29:15 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=9300

Oh Nuestra Señora de Fátima, dulcísima Virgen María,
venerada y aclamada en todo el mundo,
que nos dejaste tus mensajes de paz y salvación,
y nos pediste que fuéramos fieles a los Mandato Divinos,
ayúdanos a ser mejores
y a llegar al conocimiento y amor de Jesucristo.

Reina del Rosario y Madre Clemente,
estoy ante ti Virgen mía, porque no te olvido,
estoy aquí Madre porque quiero tenerte presente en mi vida
y acudo a tu amantísimo Corazón lleno de compasión
para que me consigas el alivio para mis necesidades..

Aquí puedes rezar la novena en honor a la Virgen de Fátima.

Inicio de la Novena

Comenzamos rezando: Por la señal de la Santa Cruz…

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Oraciones comunes para todos los días

ACTO DE CONTRICIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Señor mío Jesucristo, Dios Hombre verdadero, Creador y Redentor mío. Por ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar; apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta, restituir y satisfacer, si algo debiere. Ofrézcoos mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados. Y como os suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, me los perdonaréis por los merecimientos de vuestra preciosa sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén.

ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS

Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Además, dadme la gracia particular que os pido en esta novena (hacer aquí la petición que se desea obtener)

Rezar a continuación la oración del día que corresponda.

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ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Oración final

¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén. Rezar tres Avemarías.

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Día Primero

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
A continuación rezar la oración inicial.

ORACIÓN.

¡Oh santísima Virgen María, Madre de los pobres pecadores!, que apareciendo en Fátima, dejaste transparentar en vuestro rostro celestial una leve sombra de tristeza para indicar el dolor que os causan los pecados de los hombres y que con maternal compasión exhortaste a no afligir más a vuestro Hijo con la culpa y a reparar los pecados con la mortificación y la penitencia. Dadnos la gracia de un sincero dolor de los pecados cometidos y la resolución generosa de reparar con obras de penitencia y mortificación todas las ofensas que se infieren a vuestro Divino Hijo y a vuestro Corazón Inmaculado.

Meditar y rezar la oración final.

Día Segundo

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
A continuación rezar la oración inicial.

ORACIÓN.

¡Oh santísima Virgen María, Madre de la divina gracia, que vestida de nívea blancura te apareciste a unos pastorcitos sencillos e inocentes, enseñándonos así cuánto debemos amar y procurar la inocencia del alma, y que pediste por medio de ellos la enmienda de las costumbres y la santidad de una vida cristiana perfecta. Concédenos misericordiosamente la gracia de saber apreciar la dignidad de nuestra condición de cristianos y de llevar una vida en todo conforme a las promesas bautismales.

Meditar y rezar la oración final.

Día Tercero

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
A continuación rezar la oración inicial.

ORACIÓN.

¡Oh santísima Virgen María, vaso insigne de devoción!, que te apareciste en Fátima teniendo pendiente de vuestras manos el santo Rosario, y que insistentemente repetías: «Orad, orad mucho», para alejar por medio de la oración los males que nos amenazan. Concédenos el don y el espíritu de oración, la gracia de ser fieles en el cumplimiento del gran precepto de orar, haciéndolo todos los días, para así poder observar bien los santos mandamientos, vencer las tentaciones y llegar al conocimiento y amor de Jesucristo en esta vida y a la unión feliz con Él en la otra.

Meditar y rezar la oración final.

Día Cuarto

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
A continuación rezar la oración inicial.

ORACIÓN.

¡Oh santísima Virgen María, Reina de la Iglesia!, que exhortaste a los pastorcitos de Fátima a rogar por el Papa, e infundiste en sus almas sencillas una gran veneración y amor hacia él, como Vicario de vuestro Hijo y su representante en la tierra. Infunde también a nosotros el espíritu de veneración y docilidad hacia la autoridad del Romano Pontífice, de adhesión inquebrantable a sus enseñanzas, y en él y con él un gran amor y respeto a todos los ministros de la santa Iglesia, por medio de los cuales participamos la vida de la gracia en los sacramentos.

Meditar y rezar la oración final.

Día Quinto

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
A continuación rezar la oración inicial.

ORACIÓN.

¡Oh santísima Virgen María, salud de los enfermos y consoladora de los afligidos!, que movida por el ruego de los pastorcitos, obraste ya curaciones en vuestras apariciones en Fátima, y habéis convertido este lugar, santificado por vuestra presencia, en oficina de vuestras misericordias maternales en favor de todos los afligidos. A vuestro Corazón maternal acudimos llenos de filial confianza, mostrando las enfermedades de nuestras almas y las aflicciones y dolencias todas de nuestra vida. Echad sobre ellas una mirada de compasión y remediadlas con la ternura de vuestras manos, para que así podamos serviros y amaros con todo nuestro corazón y con todo nuestro ser.

Meditar y rezar la oración final.

Día Sexto

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
A continuación rezar la oración inicial.

ORACIÓN.

¡Oh santísima Virgen María, refugio de los pecadores!, que enseñaste a los pastorcitos de Fátima a rogar incesantemente al Señor para que esos desgraciados no caigan en las penas eternas del infierno, y que manifestaste a uno de los tres que los pecados de la carne son los que más almas arrastran a aquellas terribles llamas. Infundid en nuestras almas un gran horror al pecado y el temor santo de la justicia divina, y al mismo tiempo despertad en ellas la compasión por la suerte de los pobres pecadores y un santo celo para trabajar con nuestras oraciones, ejemplos y palabras por su conversión.

Meditar y rezar la oración final.

Día Séptimo

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
A continuación rezar la oración inicial.

ORACIÓN.

¡Oh santísima Virgen María, Reina del purgatorio!, que enseñaste a los pastorcitos de Fátima a rogar a Dios por las almas del purgatorio, especialmente por las más abandonadas. Encomendamos a la inagotable ternura de vuestro maternal Corazón todas las almas que padecen en aquel lugar de purificación, en particular las de todos nuestros allegados y familiares y las más abandonadas y necesitadas; alíviales sus penas y llévalas pronto a la región de la luz y de la paz, para cantar allí perpetuamente vuestras misericordias.

Meditar y rezar la oración final.

Día Octavo

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
A continuación rezar la oración inicial.

ORACIÓN.

¡Oh santísima Virgen María!, que en vuestra última aparición te diste a conocer como la Reina del Santísimo Rosario, y en todas ellas recomendaste el rezo de esta devoción como el remedio más seguro y eficaz para todos los males y calamidades que nos afligen, tanto del alma como del cuerpo, así públicas como privadas. Infundid en nuestras almas una profunda estima de los misterios de nuestra Redención que se conmemoran en el rezo del Rosario, para así vivir siempre de sus frutos. Concédenos la gracia de ser siempre fieles a la práctica de rezarlo diariamente para honraros a Vos, acompañando vuestros gozos, dolores y glorias, y así merecer vuestra maternal protección y asistencia en todos los momentos de la vida, pero especialmente en la hora de la muerte.

Meditar y rezar la oración final.

Día Noveno

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
A continuación rezar la oración inicial.

ORACIÓN.

¡Oh santísima Virgen María, Madre nuestra dulcísima!, que escogiste a los pastorcitos de Fátima para mostrar al mundo las ternuras de vuestro Corazón misericordioso, y les propusiste la devoción al mismo como el medio con el cual Dios quiere dar la paz al mundo, como el camino para llevar las almas a Dios, y como una prenda suprema de salvación. Haced, ¡oh Corazón de la más tierna de las madres!, que sepamos comprender vuestro mensaje de amor y de misericordia, que lo abracemos con filial adhesión y que lo practiquemos siempre con fervor; y así sea vuestro Corazón nuestro refugio, nuestro consuelo y el camino que nos conduzca al amor y a la unión con vuestro Hijo Jesús.

Meditar y rezar la oración final.

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Fuente: Devocionario Católico


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Novena a la Virgen de Lourdes https://www.reinadelcielo.org/novena-a-la-virgen-de-lourdes/ Fri, 03 Feb 2023 09:05:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=23703 ]]> La advocación católica de Nuestra Señora de Lourdes hace referencia a las dieciocho apariciones de la Virgen María que Bernadette Soubirous (1844-1879) presenció en la gruta de Massabielle, a orillas del río Gave de Pau, en las afueras de la población de Lourdes, Francia, en las estribaciones de los Pirineos, en 1858.

Ya en vida de Bernadette, multitud de católicos creyeron en las apariciones de la Virgen María como vehículo de la gracia de Dios, y el papa Pío IX autorizó al obispo local para que permitiera la veneración de la Virgen María en Lourdes en 1862, unos diecisiete años antes de la muerte de Bernadette.

Bernadette Soubirous fue proclamada santa por Pío XI el 8 de diciembre de 1933. Desde entonces, la advocación de la Virgen María como Nuestra Señora de Lourdes ha sido motivo de gran veneración, y su santuario es uno de los más visitados del mundo: unos 8 000 000 de personas peregrinan allí cada año.

La Iglesia católica invoca a Nuestra Señora de Lourdes como patrona de los enfermos.

Inicio de la Novena

Comenzamos rezando: Por la señal de la Santa Cruz…

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Oraciones comunes para todos los días

ACTO DE CONTRICIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas; humildemente postrado ante vuestra divina majestad, os pido me perdonéis todas las ofensas e ingratitudes que he cometido contra Vos. Conozco, Señor, que soy indigno de parecer ante vuestra presencia; por lo cual vengo a Vos por medio de vuestra amantísima Madre, a la que ruego interceda por mí, para alcanzarme el perdón de los pecados que yo de corazón aborrezco, y propongo con vuestra gracia no volver a cometer. Amén.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh María Inmaculada, Santísima Virgen de Lourdes! deseando hacer esta novena con la mayor devoción de mi alma, y responder al llamamiento que en persona de la humilde Bernardita, habéis hecho a todos vuestros hijos, me postro a vuestro pies para escuchar con atención vuestra voz, exponeros mis necesidades y solicitar vuestros amorosos cuidados. No me desechéis, Madre mía, a pesar de mi indignidad; atended únicamente al arrepentimiento que tengo por haber afligido vuestro maternal corazón y renovado la pasión de vuestro amantísimo Hijo, acudid en mi ayuda durante esta santa novena, en la cual me propongo purificar mi alma y conseguir por vuestra intercesión el favor especial que solicito de la Divina Majestad y dar gracias a la misma, por todos los beneficios recibidos (y especialmente por el que es motivo de estos obsequios) Amén.

Rezar a continuación la oración del día que corresponda.

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ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Inmaculada Señora y Madre mía, por el grande amor que mostrasteis a los hombres, dignándote aparecer en una tosca gruta e instruir a la joven y dichosa Bernardita, os ruego me hagáis merced de alegrar mi corazón con vuestras influencias soberanas. Y así, Señora, como hicisteis brotar en la gruta de Lourdes aquel manantial riquísimo de cristalinas y saludables aguas, para remedio del cuerpo, derramad sobre mi pobre alma las dulcísimas y fértiles aguas de la gracia, que apaguen mi sed por las cosas de la tierra, y limpien mi espíritu para que sea digno de los goces purísimos del cielo. Amén.

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Día Primero

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN

¡Oh Inmaculada María! Os pido humildemente la gracia de que se acreciente más y más cada día nuestra fe, y que obtengáis un rayo de luz divina para los que están sentados en las tinieblas del pecado. Extended más el reino de Dios, desterrad de entre nosotros todos los errores, y haced que Filipinas, y esta ciudad principalmente, tengan siempre como su mayor gloria vivir en la fe de vuestro Smo. Hijo y que sus habitantes permanezcan unidos a la Santa Iglesia Romana hasta el último suspiro. Con este objeto os rezamos las siguientes Avemarías y deprecaciones.

Tres AVEMARÍAS, añadiendo después de cada una “VIRGEN, DE LOURDES, ROGAD POR NOSOTROS”.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena.
Terminar con la oración final.

Día Segundo

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN

¡Oh Virgen Inmaculada, Santísima Madre mía! Ya veo las lecciones de vida eterna que me dais en la gruta de Lourdes. Me enseñáis la práctica de la oración tan recomendada por vuestro Santísimo Hijo; y en la especial complacencia con que pasáis las cuentas del rosario que pende de vuestras manos, mientras Bernardita pasa devotamente las del suyo, me dais a entender el agrado con que miráis esta hermosa devoción y cuánto os place que vuestros siervos os honren e invoquen con ella. Así lo haré Señora, y desde hoy me propongo no pasar día alguno sin rezar una parte al menos del santo rosario. Os ruego me mantengáis constante en este mi propósito y que lo rece siempre con fervor y devoción, os saludo ahora con las siguientes Avemarías y deprecaciones.

Tres AVEMARÍAS, añadiendo después de cada una “VIRGEN, DE LOURDES, ROGAD POR NOSOTROS”.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena.
Terminar con la oración final.

Día Tercero

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN

¡Virgen Santísima de Lourdes! agradecido a los innumerables beneficios que por vuestra mediación he recibido, y especialmente al de haber descendido del cielo a la tierra para llamarme, me ofrezco de nuevo a vuestro servicio, y os consagro mis potencias y sentidos, prefiriendo mil veces morir antes que ofender a vuestro divino Hijo, mi Redentor y todo mi bien. Confirmad Señora este mi buen deseo, y haced que sea fiel devoto vuestro en la tierra, para reinar eternamente con vos en el cielo. Y a fin de alcanzar este favor, os saludo con las siguientes Avemarías y deprecaciones.

Tres AVEMARÍAS, añadiendo después de cada una “VIRGEN, DE LOURDES, ROGAD POR NOSOTROS”.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena.
Terminar con la oración final.

Día Cuarto

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN

¡Oh Madre del amor hermoso, del temor y de la santa esperanza! A vuestros pies vengo lloroso, avergonzado y confuso. Yo soy el que con mis pecados llené de amargura vuestro corazón y de tristeza vuestro rostro. Mas no quiero desesperar sabiendo que sois toda benigna y que recibís con entrañas de misericordia a todo el que acude a Vos arrepentido. A Vos acudo, Señora, con el corazón desgarrado por el dolor de mis culpas y resuelto a morir mil veces antes que volver a cometerlas. Volved hacia mí esos vuestros ojos misericordiosos y salvadme. Mirad también compasiva a todos los pecadores y atraedlos a la gracia de vuestro Santísimo Hijo. Por la conversión y salvación de ellos os rezo las siguientes Avemarías y deprecaciones:

Tres AVEMARÍAS, añadiendo después de cada una “VIRGEN, DE LOURDES, ROGAD POR NOSOTROS”.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena.
Terminar con la oración final.

Día Quinto

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN

¡Santísima Virgen María, Madre mía! A vos me llego fatigado y sin fuerzas de tanto luchar con las adversidades de la vida. Mi corazón, cual frágil navecilla, es llevado por los vientos de las tribulaciones a merced de las olas desenfrenadas de los vaivenes del mundo y corre a cada momento peligro de dar en los escollos del pecado o en el abismo de la desesperación. A vos levanto mis ojos que sois la Estrella de los mares; mostradme el rumbo seguro, guiad vos misma la nave para que no naufrague en el mar proceloso de las tentaciones y trabajos, sino que llegue al feliz puerto de la salvación eterna. Para conseguir esta gracia os saludo con las siguientes Avemarías y deprecaciones:

Tres AVEMARÍAS, añadiendo después de cada una “VIRGEN, DE LOURDES, ROGAD POR NOSOTROS”.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena.
Terminar con la oración final.

Día Sexto

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN

Postrado ante el trono de vuestra majestad, Dios mío, yo imploro vuestra piedad y misericordia. Vengo a Vos arrepentido, como el hijo pródigo, por haberme alejado de Vos por el pecado, y quisiera borrar con mis lágrimas y aún con mi sangre las ofensas que os he hecho. ¡Perdón! Señor; no lo merezco, porque muchas veces he despreciado vuestra gracia y reincidido en las mis culpas; pero en este día siento movido mi corazón con especial arrepentimiento de mis pecados, y deseos de no volverlos a cometer jamás. Vos, Madre de misericordia, que no queréis la muerte del pecador, sino que se convierta y viva; Vos que me amonestáis por medio de Bernardita que haga penitencia de mis pecados, Vos ayudadme a hacerla digna y cumplida de todos ellos. Y para que me alcancéis la gracia de no volverlos a cometer, os rezo las siguientes Avemarías y deprecaciones.

Tres AVEMARÍAS, añadiendo después de cada una “VIRGEN, DE LOURDES, ROGAD POR NOSOTROS”.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena.
Terminar con la oración final.

Día Séptimo

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN

Santísima Virgen María, Madre mía! Acercándome ya al final de este novena que estoy celebrando en obsequio y honor vuestro, no quiero resistir más a los llamamientos interiores que me incitan a sellarla con una buena confesión de todas mis culpas. Sí, quiero confesarme bien para recibir dignamente a Vuestro Santísimo Hijo el último día de la Novena. Vos, Señora que me inspiráis este deseo, alcanzadme gracia para practicarlo, a fin de que mi confesión sea grata a los divinos ojos, y mi alma quede enteramente purificada, y lleve en adelante una vida perfectamente cristiana y conforme con los preceptos de la ley divina. Con este objeto os rezo las siguientes Avemarías y deprecaciones:

Tres AVEMARÍAS, añadiendo después de cada una “VIRGEN, DE LOURDES, ROGAD POR NOSOTROS”.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena.
Terminar con la oración final.

Día Octavo

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN

¡Oh Inmaculada María; toda hermosa, pura y sin mancha desde el primer instante de vuestra Concepción! Alcanzadme la pureza de alma y cuerpo, y la limpieza de toda culpa, para que pueda acercarme dignamente al Santísimo Sacramento del altar. Si el ciervo sediento corre presuroso a las aguas cristalinas para apagar su sed, sedienta se halla mi alma, por acercarse a ese Sacramento de bondad y de amor. Obtenedme, Virgen Santa, tal gracia al recibir mañana a vuestro Santísimo Hijo en la comunión, que jamás llegue a echarlo de mi alma por el pecado, porque sin Jesús, que es mm vida, mi dicha y todo mi consuelo, no puedo vivir, ni tener paz en mi corazón. Para conseguir esto os saludo con las siguientes Avemarías y deprecaciones.

Tres AVEMARÍAS, añadiendo después de cada una “VIRGEN, DE LOURDES, ROGAD POR NOSOTROS”.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena.
Terminar con la oración final.

Día Noveno

Comenzar con el acto de contrición y la oración.

ORACIÓN

¡Inmaculada y Santísima Madre de Dios! Altísimas lecciones me habéis dado en esta Novena; saludables y amorosas invitaciones he recibido; no quiero ser ingrato ni obstinado. Decididamente me propongo servir a Dios con fidelidad, amarle con todo el afecto de mi alma, y honraros a Vos como a Madre mía queridísima. Imprimid estos efectos en mi corazón para que jamás los olvide; obtenedme la gracia de perseverar constantemente en estos Santos pensamientos hasta exhalar el último suspiro de mi vida, mereciendo, ahora y siempre vuestra protección, hasta que tenga la dicha de gozar en el cielo de las infinitas delicias, que Dios tiene preparadas para los que le aman. Y a fin de que estos mis propósitos os sean más aceptables, os saludo con las siguientes Avemarías.

Tres AVEMARÍAS, añadiendo después de cada una “VIRGEN, DE LOURDES, ROGAD POR NOSOTROS”.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena.
Terminar con la oración final.

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Fuente: ACI Prensa


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