Comienza el proceso para una posible causa de beatificación y canonización del español Ignacio Echeverría. El conocido como “héroe del monopatín” fue acuchillado el 3 de junio de 2017 por tres yihadistas. Se enfrentó a ellos para salvar la vida de un policía en Borough Market, junto al puente de Londres (Reino Unido).
Era principios de verano cuando Ignacio Echeverría y dos amigos más volvían de pasar la tarde practicando con el skate, querían ir a cenar al centro de Londres. De camino, se cruzaron con una persona que se tambaleaba herida, junto a ella, había tres terroristas apuñalando a una mujer y a un policía que habían caído al suelo.
Cuarta vía a la santidad
Ignacio, de 39 años, se bajó de la bicicleta, cogió su monopatín y, en lugar de huir, corrió hacia los atacantes para salvar la vida de las personas que estaban en el suelo. Los terroristas se volvieron contra él y le apuñalaron por la espalda causándole la muerte.
“Os comunico la grata noticia de que se está comenzando ya el proceso para la posible causa de canonización de Ignacio Echeverría. Para ese proceso son muy necesarios dos tipos de testimonios: el de los que conocisteis a Ignacio, que podéis exponer cómo era Ignacio y como le veíais vosotros. Pero también son muy convenientes los testimonios de las personas que aun no conociendo a Ignacio, han visto en su vida y en su muerte, un ejemplo y una ayuda para mejorar la propia vida y la de los demás”, escribió recientemente en Twitter Joaquín Echeverría, padre de Ignacio.
Un mes después de que Ignacio muriera, el Papa Francisco introdujo una nueva posibilidad para canonizar a un miembro de la Iglesia: “La del ofrecimiento de la propia vida de aquellos que impulsados por el amor aceptan libre y voluntariamente una muerte cierta y en un breve plazo” (Motu Proprio Maiorem hac dilectionem de 2017). El ofrecimiento de la “propia vida” se unía así a otras tres causas ya existentes: el martirio, las virtudes heroicas y las causas excepcionales.
Para ser santo por esta cuarta vía, a la que podría pertenecer el caso de Ignacio, es necesario:
a) Ofrecimiento libre y voluntario de la propia vida y heroica aceptación de una muerte cierta y en breve plazo.
b) Existencia de un vínculo entre el ofrecimiento de la propia vida y la muerte prematura.
c) Ejercicio, al menos en grado ordinario, de las virtudes cristianas antes del ofrecimiento de la propia vida y, luego, hasta la muerte.
d) Existencia de la fama de santidad y de signos de ella, al menos después de la muerte.
e) Necesidad del milagro para la beatificación, sucedido después de la muerte del Siervo de Dios y por su intercesión.
Las personas que conocieron en vida a Ignacio Echeverría aseguran que se trataba de un católico convencido con un alma justa. “Era una persona de principios, era todo bondad. La persona más recta que yo he conocido. Sensible, generoso y casi siempre sonriente”, dijo uno de sus familiares en su día.
Profundamente cristiano
Daniel Sevillano, párroco de la iglesia de San Miguel de Las Rozas, la parroquia de Ignacio Echeverría, lo conocía bien. Dijo de él que acudía todos los domingos a misa y pertenecía a Acción Católica. “Era una persona tímida y profundamente cristiana, con la mirada te decía muchas cosas”, comentó poco después de los atentados.
“Era un hombre religioso; todos los domingos iba a misa. Era recto; trabajó en prevención de delitos económicos y de lavado de dinero y muchas veces se jugó su trabajo para que se hicieran correctamente las cosas o por dejar por escrito su desacuerdo. Era jovial y le gustaba hacer deporte con gente de todas las edades. Tenía doble titulación en Derecho, por la Complutense y la Sorbona, de París. Era muy metódico y constante”, comentó su hermano Joaquín.
Su trabajo, precisamente, consistía en adaptar directivas europeas bancarias contra la corrupción, el blanqueo y la financiación terrorista. Ignacio vigilaba y valoraba operaciones sospechosas de suponer financiación terrorista. Se pasaba las horas entre papeles e investigaciones de movimientos de grandes cantidades de dinero provenientes de Yemen, Líbano, Irán o Arabia Saudí. Estaba familiarizado con las tramas y grupos terroristas y viajó varias veces a Argelia a negociar con otros bancos.
Una persona íntegra
“Era un tío con las ideas muy claras, que no se callaba aunque tuviera delante un directivo con 40 años de carrera”, comentó en su día Paco Soler, compañero y amigo. Soler recuerda un día en el que discutió con un jefe para defender el trabajo que estaba haciendo. “Iba con sus ideas hasta el final. Por eso no me extraña lo que hizo”, añadió.
Ignacio Echeverría cuenta con varios lugares públicos a los que se les ha puesto su nombre. La reina Isabel II le condecoró en 2018 con la ‘George Medal’, la distinción para los actos de “gran valentía” del reino británico.
Puedes ver aquí una entrevista a Joaquín Echeverría, padre de Ignacio.
Si algo llamó la atención durante aquellos días de junio de 2017, además del impresionante ejemplo de Ignacio, fue la reacción calmada de su propia familia. Su hermana, que se desempeñó como portavoz mientras se identificaba el cuerpo de Ignacio, asombró al mundo por la templanza de sus palabras en medio de un drama tan agudo. Un entorno familiar muy creyente que, sin duda, le permitió a Ignacio ofrecer su vida por los demás, y a su familia estar serena durante aquel duro trance.
Oración por la intercesión de Ignacio Echeverría:
Oh Dios, que otorgaste a tu siervo Ignacio un amor tan grande a Ti y a los demás, que le llevó a dar su vida para salvar la de otros, convirtiéndose en el héroe del monopatín, y en un ejemplo de generosidad para todos, especialmente para los jóvenes.
Dígnate glorificar a tu hijo Ignacio y concédeme por su intercesión la gracia que te pido (pídase la gracia que se desea obtener). Amén.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
(Oración para la devoción privada).
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Fuente: Religión en Libertad