Francisco es un joven argentino que nos trae un valioso y profundo testimonio. Compartimos sus palabras y la oración que el mismo Señor le inspiró…
Mi nombre es Francisco y tengo 17 años. Soy católico y me gustaría contarles mi testimonio de vida.
Mis padres se separaron cuando yo tenia tres años de edad. Mi papá tenia problemas con la adicción a las drogas y a causa de su tratamiento para curarse, no nos pudimos ver seguido por un largo tiempo lo cual fue muy difícil para mi. Por otro lado, mi mamá es una persona muy religiosa y me dio a conocer a Dios, a Jesús y a nuestra Madre del Cielo, La Virgen María a mis pocos años de edad. Es bueno contarles también que mi Papá actualmente está sano gracias a Dios, y tengo una muy buena relación con él.
Hace dos años me enteré de que mi Mamá, desafortunadamente, tenía Cáncer. Una de las peores cosas que una persona de mi edad puede escuchar, es que su Mamá puede morir. Un montón de preguntas se me vinieron a la cabeza, a veces cuestionando a Dios. Nuestro pensamiento en caliente se vuelve muy egoísta, siempre victimizándonos y priorizando nuestros problemas, sin mirar afuera, sin mirar lo que tenemos, el amor que nos dan. Incluso se llega en esos momentos a ignorar a un amigo que necesita de nuestra atención.
Hasta que pude pensar en frío pasó un tiempo. Me sentí solo, sin saber qué hacer. Entonces me acordé. Me acordé de mi mejor amigo, quien me acompaña siempre, me entiende, me perdona y me levanta. Y así fue: El me levantó. ¿Cómo sentirme solo? ¡Imposible! Jesús esta a mi lado, me llama a gritos, aunque lo ignoremos él está siempre y no se cansa de tocarnos la puerta. Y así, como lo hice yo, hay que abrirle la puerta y dejarlo habitar en nosotros. Puedo quedarme sin mamá, mi papá puede volver a tener problemas con las drogas, pero a Dios lo tengo asegurado, nunca voy a estar solo. Como les dije, tengo la suerte de conocer a Dios, pero no me quiero privar de darlo a conocer al mundo, de compartir su Amor.
El dolor que sentí me cegó. Sólo lloraba y pensaba en mi cruz que era tan grande. Lo único que me importaba eran mis problemas. Mi madre me llevaba a rezar el rosario a la plaza de Escobar, con un grupo de oración llamado “Nuestra Señora del Cielo”, a través del cual me acerqué a Dios desde muy chico. Una vez maduro en mi fe comencé a ver todo lo que tenía, todo lo que El Señor me regalaba. Entendí que a pesar de mis problemas tenía una vida increíble y que mi cruz al final no era tan grande como yo la veía.
Junto a Jesús es como yo cargo mi cruz. Ofrezco mi dolor a Él, por todo lo que sufrió por nosotros. Él fue quien me sacó adelante. Todo lo que yo tuve que hacer es creer y confiar en Él, porque Él es quien nos hace verdaderamente felices. La vida es un camino con piedras, nosotros tenemos la opción de caminarlo solos y sufrir, o caminarlo junto a Jesús y ser cargados por Él, quien cambia nuestro dolor por alegría.
Actualmente soy misionero de “Nuestra Señora del Cielo”. Soy un adolescente común que sale a la noche y se divierte con sus amigos. Pero elijo vivir una vida cercana a Dios y esforzarme para parecerme cada día más a Él. Una vida con muchísimos errores aún, pero siempre intentando aprender de ellos.
Mucha gente me pregunta qué es lo que me pasa. Qué es lo que siento, porque dicen que no ven a Dios, quieren saber cómo es que yo hago para verlo. Pero mi pregunta es: ¡¿Cómo es que ellos no lo ven?! El Señor se nos muestra en cada minuto de nuestras vidas. No es algo imaginario con lo que nosotros los Cristianos nos consolamos. Es tan cierto como respirar, está frente a nuestros ojos constantemente.
Dios no es alguien lejano a quien le rezamos sin saber siquiera si nos escucha. El es mucho más grande que eso, porque Dios es amor, felicidad, alegría, dentro de la eterna lista de palabras que podría usar para describirlo. Lo podemos ver en una sonrisa, o en un simple gesto, o hasta en los paisajes que nos dibuja. ¡Sólo hay que abrir los ojos y disfrutar sus regalos y bendiciones! Pero compartamos estos regalos, Él nos regala todo a todos.
Es muy importante que contagiemos, que demos a conocer a Dios, como diría el Papa Francisco ¡que hagamos lío!
Oración al Espiritu de Amor
Oración escrita por Fran
Ven Espíritu Santo y abunda en mi vida.
Inundame de Tus Dones, renovandolos cada día.
Ayúdame a perseverar, y así poder alabar al Señor siéndole fiel en mi santo temor.
Ilumíname para ser instrumento del Padre.
Ilumina mi camino, para poder verlo con claridad y así firmemente caminarlo.
Ilumíname para poder transmitir y contagiar Su Amor.
Ilumina a mis hermanos.
Ilumina y no dejes nunca de iluminar, porque Tu Luz es la única que permite ver.
Amén