Con la fiesta de todos los santos y de los difuntos, millones de personas acuden a los cementerios para visitar a sus seres queridos. Además, la Iglesia concede cada año para estos días indulgencia plenaria para poder ofrecer por las almas del purgatorio.
Sin embargo, ante la pandemia de coronavirus que azota el mundo, la Santa Sede ha decidido ampliar estas indulgencias a todo el mes de noviembre para así garantizar la seguridad y salud de los fieles.
A través de un decreto de la Penitenciaria Apostólica, el cardenal Piacenza explica que recibió numerosas peticiones de pastores de todo el mundo que pedían que este año debido al coronavirus se conmutaran las obras piadosas necesarias para obtener las indulgencias plenarias aplicables a las almas del purgatorio.
El decreto de Roma
Por ello, la Penitenciaria Apostólica ha decidido que la excepcionalidad de este año produzca también medidas extraordinarias. Se trata de las siguientes:
-La indulgencia plenaria para quienes visiten un cementerio y recen por los difuntos aunque sea solo mentalmente, normalmente establecida solo en los días del 1 al 8 de noviembre, puede transferirse a otros días del mismo mes hasta su finalización. Estos días, elegidos libremente por cada fiel también pueden separarse unos de otros.
– La indulgencia plenaria del 2 de noviembre, establecida con motivo de la conmemoración de todos los fieles difuntos para aquellos que visitan piadosamente una iglesia o un oratorio y rezan allí el “Padre Nuestro” y el “Credo”, puede trasladarse no solo al domingo anterior o siguiente o en el día de la solemnidad de Todos los Santos, sino también a otro día del mes de noviembre, a elección de cada uno de los fieles.
Además, los ancianos, los enfermos y todos aquellos que por motivos graves no puedan salir de casa, por ejemplo por las restricciones impuestas por las autoridades, con el fin de evitar la aglomeración de numerosos fieles en lugares sagrados, podrán lograr la indulgencia si están unidos espiritualmente al resto de fieles y se comprometen a intentar cumplir cuanto antes con las tres condiciones (confesión sacramental, comunión y oración por el Santo Padre).
Por ello, les invitan a rezar frente una imagen de Jesús o de la Virgenoraciones por los difuntos como pueden ser laudes o vísperas del oficio por los muertos, el Rosario, la Coronilla de la Misericordia u otras oraciones ofrecidas por los difuntos. También se puede meditar pasajes del Evangelio y realizar una obra de misericordia ofreciendo a Dios los dolores y penas de su vida.
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Fuente: Religión en Libertad