En el día de la mujer, el 8 de marzo, durante los actos realizados para celebrar dicho día, se produjeron, en la Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Tucumán, los actos más desagradables que podríamos imaginar. Con gesto de burla y ofensa, se vio, por ejemplo, delante de la Catedral Nuestra Señora de la Encarnación, de Tucumán, una mujer vestida como la Virgen María, la cual abortaba. Nada más lejos de una marcha por el Día Internacional de la mujer.
Creemos que es necesario sumarnos a la oración en el mundo entero, por el Corazón de María y de su Hijo Jesucristo. A quienes seguimos encomendando nuestras vidas y en quienes confiamos infinitamente. Dios nos ama, como siempre, desde el corazón, y podemos retribuirles también con una oración, que se hace una alabanza de amor y gratitud.
Oración de reparación
¡Oh Corazón de María, Madre de Dios y Madre nuestra;
Corazón amabilísimo, objeto de las complacencias de la adorable Trinidad
y digno de toda la veneración y ternura de los Angeles y de los hombres;
Corazón el más semejante al de Jesús, del cual sois la más perfecta imagen;
Corazón lleno de bondad y que tanto os compadecéis de nuestras miserias,
dignaos derretir el hielo de nuestros corazones,
y haced que vuelvan a conformarse con el Corazón del Divino Salvador.
Infundid en ellas el amor de vuestras virtudes;
inflamadlos con aquel dichoso fuego en que Vos estáis ardiendo sin cesar.
Encerrad en vuestro seno la santa Iglesia; custodiadla,
sed siempre su dulce asilo y su inexpugnable torre contra toda incursión de sus enemigos.
Sed nuestro camino para dirigirnos a Jesús,
y el conducto por el cual recibamos todas las gracias necesarias para nuestra salvación.
Sed nuestro socorro en las necesidades, nuestra fortaleza en las tentaciones,
nuestro refugio en las persecuciones, nuestra ayuda en todos los peligros;
pero especialmente en los últimos combates de nuestra vida, a la hora de la muerte,
en aquel formidable momento, en aquel momento del cual depende nuestra eternidad.¡Ah! Virgen piadosísima, hacednos sentir entonces la dulzura de vuestro maternal Corazón,
y la fuerza de vuestro poder para con el de Jesús,
abriéndonos en la misma fuente de la misericordia un refugio seguro,
en donde podamos reunirnos para bendecirle con Vos en el paraíso por todos los siglos.
Amén.¡Oh Madre nuestra dulcísima! Permite por piedad que nosotros, tus devotos hijos, unidos en un solo pensamiento de veneración y amor, vengamos a reparar las horrendas ofensas que cometen contra Ti tantos desventurados que no conocen el paraíso de bondad y de misericordia de tu corazón maternal.
Jaculatoria
Sea por siempre y en todas partes conocido, alabado, bendecido, amado, servido y glorificado el divinísimo Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María. Así sea.
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
3 AVEMARÍA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén