La frontera entre Francia y Suiza esconde una interesante advocación mariana y uno de los templos modernos más sorprendentes de cuantos se han construido en Europa en el siglo pasado: la capilla de Le Corbusier.
La colina de Notre Dame du Haut se sitúa en Ronchamp (Francia), al sur del Parque Natural Regional de Ballons des Vosges. Un lugar de gran interés histórico, artístico y espiritual, que acoge dos grandes peregrinaciones: el 15 de agosto y el 8 de septiembre (la Asunción y la Natividad de la Virgen).
El niño que resucitó
Más de 80.000 visitantes pasan a lo largo del año por la colina de Notre Dame du Haut. Un lugar que es propiedad privada y pertenece a la Asociación para el Trabajo de Notre Dame du Haut. Unas cuarenta familias y un sacerdote compraron esta capilla en el siglo XIX, que había sido vendida como bien nacional durante la Revolución Francesa.
Sin embargo, la presencia cristiana en la colina se remonta al comienzo de la evangelización de la zona en el siglo IV. Cuando se construyó un santuario dedicado a María sobre el altar de una deidad pagana. Pero, no fue hasta 1428 cuando la intercesión de la Virgen fue fundamental para que un niño volviera de la muerte para recibir el Bautismo y luego volver a morir horas después.
Este hecho despertó la devoción popular y los benedictinos erigieron un nuevo templo en honor a la Virgen. Durante la Edad Media la capilla se convierte en la iglesia parroquial de Ronchamp y de los pueblos vecinos. Con la construcción de una nueva iglesia en el centro del pueblo, el cerro se convierte en un lugar de peregrinación.
Ya en el siglo XIX, el obispo de Besancon, diócesis a la que pertenece, se encargó de decorar el lugar de peregrinación. En 1913 un incendio la destruyó. Reconstruida en 1920, la capilla fue una vez más dañada por los bombardeos en septiembre de 1944.
Reflejo de «alegría interior»
Es entonces cuando los descendientes de aquellas primeras familias que compraron la capilla inician su remodelación. Y contactan con el afamado arquitecto suizo Le Corbusier. En la primavera de 1950, Le Corbusier se pone manos a la obra, inspirándose en la historia del lugar. El 4 de abril 1954 se colocó la primera piedra y el 25 de junio de 1955 fue inaugurada.
«Quería crear un lugar de silencio, oración, paz, y de alegría interior», dijo Le Corbusier el día de la inauguración. La Catedral de Notre-Dame du Haut está construida en blanco y con vidrieras de colores. La azotea, inspirada en el caparazón del cangrejo es de hormigón en bruto. En la capilla se conserva una estatua de madera policromada de la Virgen, que data de finales del siglo XVII.
Además de la capilla, el arquitecto construyó en la colina el refugio del peregrino y la casa del capellán. Desde 2009 una comunidad contemplativa de hermanas clarisas vive en la colina y ofrece presencia espiritual permanente. Las hermanas reciben a los visitantes y peregrinos de todo el mundo para compartir y orar con ellos. En 2011 se construyó un monasterio para las hermanas diseñado por Renzo Piano.
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Fuente: Cari Filii