Cuando vemos una caja de manzanas, todas a la vista deliciosas y apetecibles menos una podrida, casi siempre nos llama más la atención esta última antes que el resto. Y aunque no parezca la mejor comparación, algo parecido pasa con los sacerdotes. En más de una ocasión, son más noticia cuando se equivocan que cuando aciertan en el seguimiento de Jesús y el servicio a sus hermanos.
Y claro que lo que no está bien merece ser corregido, pero en esta ocasión queremos poner el acento, la atención, en los miles de buenos sacerdotes que, en un intento de imitar al mismo Cristo, dan su vida por los demás.
Te invitamos a leer la carta de un sacerdote dirigida al New York Times. Ella nos cuenta grandes verdades de él y de muchos auténticos servidores del Señor.
A continuación puedes leer la carta en el video…