Mi nombre es Alejandro, y mi historia no sea quizás muy importante para muchos de ustedes, pero decidí contarla porque refleja la fe con que deben ser vistos los actos con que Dios decide manifestarse entre nosotros, para mover nuestros corazones hacia Su Amor.
Hace varios años yo era vecino de la casa en la que vivo actualmente, sin pensar en ese momento que con el tiempo culminaría comprándola y transformándola en mi propio hogar. La persona que habitaba la casa en ese momento, luego de diversos problemas con el propietario, termina siendo desalojada. Al irse me saluda, y me narra que intentó robar la imagen de la Virgen María que adornaba la puerta de la entrada de la casa, sin lograr resultado alguno. Habiendo utilizado diversas herramientas para arrancarla de su ubicación, no logró desprenderla de su amarradura. Esta persona, conociendo mi profunda devoción Mariana, me recomienda intente desalojarla de su sitio y robarla, antes de que el propietario de la casa tome posesión nuevamente.
Naturalmente que esto provocó mi enojo, semejante proposición no resultó grata a mi alma, por lo que traté de explicar a ésta persona que “a la Virgen se la quiere, se la venera, se la ama como a la Madre del mismo Dios”. Creo que no me comprendió, y se marchó sin haberse dejado tocar por el amor de la Virgencita que habitaba en la que fuera su casa.
Con el tiempo, y por aquellas cosas de la vida, compré esa propiedad y la transformé en mi hogar. Ponerle flores a la Virgen fue una de las primeras iniciativas que tomé, ¿cómo no hacerlo, a Ella, que estaba allí esperándome?. Al poco tiempo me encontraba poniendo unas flores a mi Madrecita, para lo cual me tenia que estirar todo lo que podía (la imagen está ubicada a cierta altura) y sin que la toque, la Virgen cae hacia mis brazos de tal modo que pude sujetarla evitando que se estrelle contra el piso.
¡La Virgentica cayó en mis brazos!
Hasta hoy en día no encuentro explicación a este hecho, porque la imagen estaba fuertememente amurada con cemento en su base, lo que impidió que este señor la robara pese a sus repetidos intentos.
He resumido mi historia, que si no es importante para muchos, lo es para mi alma, y aun me emociona el recordarla. En la meditación he descubierto que Ella buscó caer en los brazos de un hijo que la ame, que la cuide, que la tenga en medio de su hogar, para beneficio de toda una familia.
Un abrazo para todos y que la Virgen los bendiga
Alejandro Alberto Lesman
Merlo, Buenos Aires, Argentina
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