Los fieles reciben el pan y escuchan las palabras del ministro: “ ¡El Cuerpo de Cristo!, y ellos responden: ¡AMÉN!. Así orienta San Agustín al neófito que comulga por primera vez: “Tórnate un miembro de Cristo para que tu AMÉN sea verdadero”(Sermón 272). “Sed lo que veis (sobre el altar) y recibid lo que sois” (el Cuerpo de Cristo) (Sermón 228).
Aquella misma situación descrita en los sermones de San Agustín, es la que los cristianos podemos vivir a diario, o al menos cada domingo. Es una riqueza incalculable el poder recibir al mismo Cristo en la Eucaristía. Y todo tiene un fundamento en el mismo Hijo de Dios, lo cual vemos reflejado en la Sagrada Escritura.
A continuación se puede disfrutar de cuatro videos que nos guían en la asimilación del fundamento bíblico sobre la Eucaristía. Disfrutemos de ellos…