Descubrir el camino, encontrar la propia vocación, escuchar la llamada y responder, supone una alegría y profundo sentimiento de paz y de haber encontrado sentido a la vida.
Esta es la historia de la hermana María que quiso ingresar en el convento de carmelitas de Valladolid nada más cumplir la mayoría de edad. ¿Razón? La felicidad que ha encontrado en su actual casa y que le faltaba durante su vida tópica de «joven de su tiempo».
¡Disfruta de este esta entrevista!