Hay una comunidad de carmelitas que se está ganando una reputación en Londres. Esta comunidad, las carmelitas de Tánger, vive en Marruecos, a muchos kilómetros de distancia de la capital inglesa. Entonces, ¿cómo han podido atraer estas religiosas de clausura a un grupo de seguidores devotos y agradecidos de Londres, que tienen su centro en el distrito financiero de la capital, conocido simplemente como la City?
En los últimos años, banqueros, corredores de bolsa y abogados de la City han empezado a hablar de estas carmelitas utilizando la expresión “artillería pesada”.
Las religiosas han recibido este apodo porque han recibido muchas peticiones de oración, a menudo desesperadas, debido a situaciones desesperadas relacionadas con la enfermedad, y que han tenido un éxito espectacular.
Muchas de estas peticiones procedentes de Londres son de católicos, tanto practicantes como no practicantes; otras, en cambio, son de no católicos. Lo que tienen en común todos estos londinenses es un inmenso sentimiento de gratitud hacia estas religiosas que rezan por unos completos extraños que están pasando momentos de gran dificultad.
¿Quiénes son estas monjas y de dónde viene esta conexión con Londres?
Llamada desde Londres
La respuesta a la segunda parte de la pregunta es franca. Antonio Irastorza es un abogado de la City cuyo bufete está en Finsbury Square, en el corazón del distrito financiero de Londres. Conoció a las religiosas por casualidad.
Esto es lo que le ha contado al Register: “Las conocí en enero de 2013, cuando estaba en el sur de España, desde donde crucé a Tánger en ferry. Sin embargo, no pude volver porque el ferry se había hundido debido a los fuertes vientos. Uno de los dos lugares donde ir a misa en Tánger es el Carmelo, y allí fui”.
Descubrió que las carmelitas estaban viviendo en una extrema pobreza y se quedó impresionado por su testimonio cristiano en un país islámico. “Hablé con la madre priora a través de la reja y le pregunté si podía mantenerme en contacto con el Carmelo por email”.
A partir de entonces, Irastorza ha hecho esto. También empezó a transmitir a las religiosas muchas peticiones de oración. “Muchas personas han recibido favores a través de las oraciones de las hermanas, ya sean laborales o para miembros de sus familias. Una de estas personas beneficiadas por las oraciones de las carmelitas describió su oración como similar a la idea militar de ‘artillería pesada'”.
La reputación creciente de esta “artillería pesada” se difundió con gran rapidez en todo el distrito financiero de Londres.
El Carmelo de Tánger no es el único monasterio de este tipo en el mundo islámico. Hay un Carmelo en Siria y otro en Egipto. “Pero”, como le ha dicho al Register la madre priora Julia de San José del Carmelo de Tánger, “en esos lugares también hay familias cristianas nativas que viven allí. En Marruecos no hay marroquíes cristianos viviendo aquí”.
Una santa fundación
La historia de este Carmelo tiene inicio en 1923, cuando la madre Teresa de la Sagrada Familia fue enviada desde el monasterio de San José, en Ávila, a Segovia. Fue aquí donde habló con los superiores de su orden sobre la posibilidad de fundar un monasterio carmelita en África. La idea se aprobó. La madre Teresa llegó a Tánger el 23 de enero de 1933. El Monasterio de las Carmelitas Descalzas de la Sagrada Familia y Santa Teresa del Niño Jesús se instituyó formalmente el 13 de diciembre de 1934.
Actualmente, la comunidad monástica está formada por nueve religiosas: dos de España y una hermana de cada uno de estos países: Portugal, Italia, Ecuador, Colombia, Liberia, Filipinas y Chile.
“El día de una religiosa carmelita es un equilibrio entre la soledad y la vida comunitaria, entre el tiempo para la recreación y el tiempo para el silencio, entre el trabajo y la oración”, nos cuenta la madre Julia de San José.
El horarium de las religiosas es el siguiente:
6 Despertar
6:30-7 Laudes
7 Oración silenciosa durante una hora
8 Santa Misa, seguida por la oración de agradecimiento y el rezo de la hora prima
9 Desayuno
9:10-12:45 Horario de trabajo en el monasterio seguido por el rezo de la hora sexta
1:00 Comida
1:30 Tiempo de recreo comunitario
2:30 Rezo de la hora nona
2:45-4:45 Descanso y lectura espiritual
4:45-6:25 Tiempo de trabajo en el monasterio
6:30 Rezo de vísperas, seguido de una hora de oración silenciosa
8:10 Cena
8:30-9:30 Recreación
9:30 Rezo de completas, seguido del “Gran Silencio”
La madre Julia de San José resume la vida del Carmelo de Tánger así: “Como nuestras hermanas en otros Carmelos, nos ayudamos entre nosotras para vivir una vida en unión con Cristo. Cantamos alabanzas al Señor; intentamos vivir en silencio, meditando la palabra de Dios cada día; realizamos nuestro trabajo imitando la vida de la Sagrada Familia en Nazaret; y le presentamos al Señor cada día las alegrías y los sufrimientos, la angustia y la esperanza de la Iglesia y de todos los hombres”.
Ayuda de amigos lejanos
Al no tener una comunidad católica -o ser esta pequeñísima- que les ofrezca ayuda material, el Carmelo de Tánger se sostiene vendiendo galletas, mermeladas y pasteles. “También hacemos artículos religiosos, como rosarios y llaveros. Y tenemos una hospedería donde recibimos a grupos de visitantes durante el verano”, ha explicado la hermana Julia de San José. El Carmelo también recibe dádivas, procedentes algunas de ellas de su devoto grupo de beneficiarios de Londres.
Recientemente perdieron el tejado del monasterio que, literalmente, salió volando debido a un huracán. Necesitaban rápidamente reunir la cifra de 50.000 libras esterlinas (equivalente a 75.000 dólares) para poner uno nuevo. En esa ocasión, las religiosas rezaron por su necesidad. También le contaron a Irastorza el apuro del monasterio el cual, a su vez, hizo correr la voz por la City de Londres. En unos días, las hermanas tenían el dinero para poner el techo nuevo. “Nunca han pedido dinero”, ha dicho Irastorza; “pero a lo largo de los años, con la ayuda de muchas personas, hemos conseguido recaudar más de un millón de euros para las hermanas. Sólo cuando las visito sé lo que necesitan: reparaciones en el edificio del convento, la capilla, el techo, o si una de las hermanas necesita atención médica”.
Según Irastorza, la conexión entre las dádivas que reciben las hermanas y sus amigos y colegas de Londres es simple: ellas han rezado por sus amigos y colegas. A veces con resultados increíbles y, por tanto, a lo largo de los años se ha creado un depósito de buena voluntad para las Carmelitas de Tánger. Esta buena voluntad se manifiesta en las contribuciones económicas que las hermanas reciben en los momentos difíciles.
En paz con los vecinos
¿Qué siente la gente del lugar al tener un monasterio cristiano entre ellos? Es algo que preocupa especialmente, dadas las recientes revueltas en el mundo islámico. La madre Julia de San José no siente ningún miedo en lo que respecta a las relaciones del Carmelo con sus vecinos: “Estamos en paz con la gente del lugar. Nos respetamos mútuamente. En nuestra experiencia, nos han respetado durante los 80 años que llevamos en este país“.
Sin embargo, Marruecos limita con Argelia, país que fue testigo del asesinato de los monjes cistercienses conocidos como los mártires del Atlas. Las religiosas de Tánger conocieron a uno de estos mártires, el prior Christian de Chergé (ahora “beato”) que, en una ocasión, celebró la misa en la capilla del Carmelo de Tánger.
Ese hecho sirve para recordarnos la amenaza en la que viven actualmente todos los cristianos del Norte de África. No obstante, el Carmelo de Tánger sigue dando testimonio del amor y la misericordia de Dios. Confiando plenamente en la Divina Providencia, las religiosas siguen rezando por todos los que piden sus oraciones, utilizando su “artillería pesada” espiritual para aligerar la carga de muchas personas que viven en Londres y en otras partes del mundo.
“Las hermanas nunca hablan de ellas mismas”, observa Irastorza. “En lo único en lo que están interesadas es en ayudar a otras personas a través de la oración. Su testimonio ha sido una gran lección para mí, puesto que me han enseñado la serenidad y el abandono a la voluntad de Dios”.
_______________
Fuente: Religión en Libertad
(Publicado en el National Catholic Register, traducción del inglés por Elena Faccia Serrano)