Historia
La imagen es de madera y de tamaño natural, goza de gran devoción y es considerada como una imagen milagrosa por los filipinos devotos.
La talla original fue hecha por un carpintero mexicano anónimo en 1606, y llegó a las Islas Filipinas a través un galeón desde Acapulco (México). La tradición popular atribuye el color del Nazareno Negro al incendio del barco que lo transportaba que ennegreció la talla. Otra versión atribuye la peculiaridad a que el artesano mexicano que talló la escultura quiso estampar la misma tonalidad de su piel a la obra.
En 1650 el Papa Inocencio X aprobó el culto a la imagen y autorizó la Cofradía de Nuestro Santo Jesús Nazareno. El Papa Pío VII dio su bendición apostólica a la imagen del Cristo y a su culto en 1880 y concedió la indulgencia plenaria a los que piadosamente rezaran ante la imagen.
Registros antiguos develan que había dos imágenes idénticas del Nazareno Negro en Manila. El primero se encontraba en la Iglesia de San Nicolás de Tolentino en Bagumbayan y posteriormente trasladado al distrito de Intramuros cuando la antigua iglesia fue demolida. Este Nazareno Negro fue bombardeado y destruido en la Batalla de Manila en 1945.
La otra talla fue regalada por los sacerdotes agustinos recoletos a la actual Basílica del Nazareno Negro de Quiapo, y ha sido a menudo confundida por muchos como la primera imagen destruida durante la guerra.
Para proteger la imagen, la Basílica de Quiapo encargó una réplica. La cabeza y las manos de la imagen original se encuentra ahora en un nuevo cuerpo, mientras que el torso antiguo contiene la nueva cabeza y las nuevas manos. Ambas imágenes se utilizan para las procesiones, alternando cada dos años excepto en 2007, cuando la estatua entera se puso de nuevo en su conjunto por su 400 aniversario.
Todos los viernes del año se conoce localmente como el “Día de Quiapo”, este día está dedicado al Nazareno Negro, con una novena que se celebra no sólo en la propia Basílica del Nazareno Negro sino también en otras iglesias de todo el país.
Fiestas
Hay tres procesiones anuales de la imagen del Cristo Negro; el 9 de enero, el Viernes Santo y el Día de Año Nuevo.
La más multitudinaria es la del 9 de enero, en la que millones de devotos acuden a su basílica para celebrar la procesión multitudinaria que tiene una duración de varias horas y en ella es tradición que los fieles aglomerados intenten subir al trono para tocar el Cristo y de este modo ser bendecidos.
Uno de los momentos más emotivos es cuando el Cristo pasa junto a la Basílica de San Sebastián de Manila, pues aquí se produce el encuentro entre las imágenes del Nazareno Negro y la Virgen del Carmen (las dos imágenes más veneradas de Manila). En este acto, la imagen de la Virgen es sacada al atrio de la basílica para, desde allí, ver pasar al Cristo, es lo que se llama el “Dungaw” (en español: La Mirada). Esta procesión del 9 de enero conmemora el traslado de la imagen a la Iglesia de San Nicolás de Tolentino en Bagumbayan.
La procesión del Viernes Santo contrasta con la del 9 de enero, al ser una procesión notablemente solemne y silenciosa.
_________________
Fuente: Caholic.net