Todo comenzó en marzo de 2010. Acri estaba en plena campaña para las elecciones municipales. A las afueras de la ciudad, por el pueblo llamado Montagnola, un joven, llamado Salvatore, conducía una cuatrimoto y perdió el control del vehículo estrellándose contra un poste telefónico.
La familia de Salvatore es muy conocida y respetada en su ciudad, participan en el sector de la restauración y del transporte público con autobuses.
Los socorristas llegaron al lugar a los pocos minutos, e inmediatamente notan que las condiciones del joven son graves. Tiene muchas heridas y ha perdido el conocimiento.
Es trasladado al Hospital de la Anunciación de Cosenza. En la sala de emergencias el estado de salud de Salvatore no mejora, incluso los médicos están lejos de ser optimistas.
Después de unos días los mismos médicos indican a la familia que la situación es desesperada, casi irreversible. “Sólo un milagro puede salvar al joven Salvatore”, admiten, ante la desesperación de los familiares, quienes siendo muy religiosos comienzan a reunirse en oración.
Deciden acudir donde los Capuchinos, a pedir una reliquia del Beato Ángel, una solicitud a la que los monjes están acostumbrados y que la solicitan no sólo los acresis, y que es concedida sin problemas. Reciben el cordón del hábito (cíngulo), prenda que luego es colocada junto a las máquinas que mantienen con vida Salvador.
El tiempo pasa inexorablemente, Salvatore sigue en estado de coma, una mañana los médicos confiesan que no pueden hacer nada más. Pero hubo un cambio. Al día siguiente Salvatore empieza a mostrar signos de recuperación, con movimientos y susurros, además las imágenes que la maquinas proyectaban en las pantallas, ya no son simples líneas rectas. Salvatore mejora día a día, deja el estado de irreversibilidad. Los médicos no saben cómo dar explicaciones científicas a lo ocurrido. Nace el grito: ¡Milagro!
Pasan los días, la vida de Salvatore ya no está en peligro. El joven, sin embargo, necesita una larga rehabilitación que se lleva a cabo en un centro especializado en la región. Mientras tanto, el cíngulo del Beato Ángel es colocado en la sala de su casa. Actualmente Salvatore está muy bien.
Luego de realizados todos los estudios necesarios sobre el caso, el pasado 23 de marzo de 2017, el Papa Francisco autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos la promulgación del decreto que reconoce este evento como un milagro obrado por Dios por intercesión de Ángel de Acri.
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Fuente: Catholic.net