El demonio existe, según doctrina oficial de la Iglesia

Juan Pablo II, después de casi tres siglos de casi silencio en la Iglesia, volvió a recordar hace 13 años, durante la audiencia pública del 3 de Junio de 1998, la importancia del exorcismo. El Papa habló de los deberes del exorcista y en 1999 se publicó el rito de exorcismo que remplaza al del 1614.

El Papa, según el Padre Amorth, ha hecho al menos dos exorcismos durante su pontificado. El primer caso fue en abril del 1982, el segundo durante el año jubilar. Ambos casos se tratan de personas no identificadas que manifestaron señales de posesión durante una audiencia con el Papa. El rezó las oraciones del exorcismo por ellas en privado.

En las apariciones de la Virgen y de Jesucristo, habitualmente mencionan al maligno, de ahí el interés en informar sobre este tema en esta página mariana.

 

EL DEMONIO EXISTE

El demonio no es una fábula como algunos, para su desgracia, piensan. Su existencia real ha sido siempre enseñada por la Iglesia en su magisterio ordinario. Desmentir la existencia del demonio es negar la revelación divina que nos advierte sobre nuestro enemigo y sus tácticas.

Los demonios residen en el infierno y no gozan de los beneficios de la redención de Cristo. Los demonios, sin embargo, no perdieron su capacidad racional, sino que la utilizan para el mal. Dios les permite ejercitar influencia limitada en las criaturas y las cosas.
Jesucristo vino para vencer al demonio y liberarnos de su dominio que se extendía por todo el mundo sin que pudiésemos por nuestra cuenta salvarnos.

Jesucristo vence al demonio definitivamente en la Cruz

Jesús vence al demonioLa actividad del demonio en la tierra sin embargo continuará hasta el fin de los tiempos. La parusía manifestará plenamente la victoria del Señor con el establecimiento de su Reino y el absoluto sometimiento de todos sus enemigos. Mientras tanto Dios permite que vivamos en batalla espiritual en la cual se revela la disposición de los corazones y nos da oportunidad de glorificar a Dios siendo fieles en las pruebas. Ahora debemos decidir a qué reino vamos a pertenecer, al de Cristo o al de Satanás. Si perseveramos fieles a Jesús a través de las pruebas y sufrimientos, el demonio no podrá atraparnos.

Tenemos en la Iglesia todos los medios para alcanzar la gracia ganada por Jesucristo en la Cruz. Dios es todopoderoso y, si estamos en comunión con El, no debemos temer al enemigo. Más bien debemos temer el separarnos de Dios pues sin su gracia estaríamos perdidos.
Todos los santos lucharon con valentía contra el demonio pues los sostenía la fe. Sus vidas son modelos que nos demuestran cómo vivir en el poder de Jesucristo la vida nueva.
Demonio es el Nombre general de los espíritus malignos, ángeles caídos (expulsados del cielo). El jefe de estos ángeles rebeldes es Lucifer o Satanás (Mat 25).

 

EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE EL DEMONIO

2850 La última petición a nuestro Padre está también contenida en la oración de Jesús: “No te pido que los retiresdel mundo, sino que los guardes del Maligno” (Jn 17, 15). Esta petición concierne a cada uno individualmente, pero siempre quien ora es el “nosotros”, en comunión con toda la Iglesia y para la salvación de toda la familia humana. La Oración del Señor no cesa de abrirnos a las dimensiones de la Economía de la salvación. Nuestra interdependencia en el drama del pecado y de la muerte se vuelve solidaridad en el Cuerpo de Cristo, en “comunión con los santos”.

2851 En esta petición, el mal no es una abstracción, sino que designa una persona, Satanás, el Maligno, el ángel que se opone a Dios. El “diablo” [“dia-bolos”] es aquél que “se atraviesa” en el designio de Dios y su obra de salvación cumplida en Cristo.

2852 “Homicida desde el principio, mentiroso y padre de la mentira” (Jn 8, 44), “Satanás, el seductor del mundo entero” (Ap 12, 9), es aquél por medio del cual el pecado y la muerte entraron en el mundo y, por cuya definitiva derrota, toda la creación entera será “liberada del pecado y de la muerte”.[136] “Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca, sino que el Engendrado de Dios le guarda y el Maligno no llega a tocarle. Sabemos que somos de Dios y que el mundo entero yace en poder del Maligno” (1 Jn 5, 18-19): El Señor que ha borrado vuestro pecado y perdonado vuestras faltas también os protege y os guarda contra las astucias del diablo que os combate para que el enemigo, que tiene la costumbre de engendrar la falta, no os sorprenda. Quien confía en Dios, no tema al demonio. “Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?” (Rm 8, 31).

2853 La victoria sobre el “príncipe de este mundo” (Jn 14, 30) se adquirió de una vez por todas en la Hora en que Jesús se entregó libremente a la muerte para darnos su Vida. Es el juicio de este mundo, y el príncipe de este mundo ha sido “echado abajo” (Jn 12, 31). [138] “El se lanza en persecución de la Mujer”, pero no consigue alcanzarla: la nueva Eva, “llena de gracia” del Espíritu Santo es librada del pecado y de la corrupción de la muerte (Concepción inmaculada y Asunción de la santísima Madre de Dios, María, siempre virgen). “Entonces despechado contra la Mujer, se fue a hacer la guerra al resto de sus hijos” (Ap 12, 17). Por eso, el Espíritu y la Iglesia oran: “Ven, Señor Jesús” (Ap 22, 17.20), ya que su Venida nos librará del Maligno.

2854 Al pedir ser liberados del Maligno, oramos igualmente para ser liberados de todos los males, presentes, pasados y futuros de los que él es autor o instigador. En esta última petición, la Iglesia presenta al Padre todas las desdichas delmundo. Con la liberación de todos los males que abruman a la humanidad, implora el don precioso de la paz y la gracia de la espera perseverante en el retorno de Cristo. Orando así, anticipa en la humildad de la fe la recapitulación de todos y de todo en Aquel que “tiene las llaves de la Muerte y del Hades” (Ap 1, 18), “el Dueño de todo, Aquel que es, que era y que ha de venir” (Ap 1, 8): Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.

MÁS DOCTRINA DE LA IGLESIA CATÓLICA

Arcangel Gabriel“Si alguno dice que el diablo no fue primero un ángel bueno hecho por Dios, y que su naturaleza no fue obra de Dios, sino que dice que emergió de las tinieblas y que no tiene autor alguno de sí, sino que él miso es el principio y la sustancia del mal, como dijeron Maniqueo y Prisciliano, sea anatema. (Concilio de Braga, 561; Denzinger 237).

“Creemos que el diablo se hizo malo no por naturaleza, sino por albedrío.” (IV Concilio de Letrán, 1215, Denzinger 427).

“La muerte de Cristo y Su resurrección han encadenado al demonio. Todo aquél que es mordido por un perro encadenado, no puede culpar a nadie más sino a sí mismo por haberse acercado a él.” -San Agustín.

“Toda la vida humana, la individual y colectiva, se presenta como una lucha, y por cierto dramática, entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas”. (Concilio Vat II, Gaudium et Spes #13)
“A través de toda la Historia humana existe una dura batalla contra el poder de las tinieblas que, iniciada en los orígenes delmundo, dudará, como dice el Señor, hasta el día final”. (Ibid, #37)

 

¿CREÓ DIOS A LOS DEMONIOS?

Dios no creó demonios sino ángeles, espíritus puros, dotados con gracia santificante, muy hermosos y capaces de bondad. Dios dotó a todos los ángeles con libertad para escoger el bien y el mal. Lucifer y sus seguidores, por orgullo, pecaron, quisieron separarse de Dios y se llenaron de maldad. Es así que se les negó la visión beatífica.

¿De dónde vino esta maldad? La maldad es causada por una opción libre de separarse de Dios. Es una carencia, una ruina.
Por ejemplo, cuando un automóvil choca se queda dañado. El daño no es una creación sino la ruina del carro. Los demonios fueron creados como los demás ángeles. Se transformaron en demonios por su pecado. Se pervirtieron sus poderes angelicales los cuales usan para el mal.

Dios sabía que algunos ángeles se rebelarían pero los creó porque Dios toma la libertad en serio, hasta sus últimas consecuencias. Pero igualmente el bien tiene y tendrá consecuencias. Si solamente pudiésemos hacer el bien no seríamos libres y no tendría mérito.

 

ARMAS CONTRA SATANÁS

Dios nos da en la Iglesia todas las armas para vencer al demonio.

Juan Pablo II, el 17 de febrero de 2002 (1o domingo de cuaresma) Exhortó a la vigilancia «para reaccionar con prontitud a todo ataque de la tentación». Habló de las armas del cristiano «para afrontar el diario combate contra las sugerencias del mal: la oración, los sacramentos, la penitencia, la escucha atenta de la Palabra de Dios, la vigilancia y el ayuno». Estos medios ascéticos, inspirados por el mismo ejemplo de Cristo, siguen siendo indispensables hoy, pues «el demonio, “príncipe de este mundo”, continúa todavía hoy con su acción falaz».El Papa pidió entusiasmo en «el camino penitencial de la Cuaresma para estar preparados a vencer toda seducción de satanás y llegar a Pascua en la alegría del espíritu».

La gente suele creer que las palabras diablo y demonio son sinónimos, y como tales los usa. Pero la Sagrada Escritura no usa la palabra estas dos palabras como sinónimos. Por lo que dice la Biblia del Diablo, éste es un espíritu muy superior al resto de jerarquías demoníacas. La palabra Diablo o Satán o Beelzebub siempre son usadas en singular, así como sus otras denominaciones equivalentes (la Serpiente, el Dragón, etc). Mientras que la palabra demonio aparece unas veces en singular y otras en plural.

La palabra hebrea Satán significa adversario, su traducción al griego es la palabra Diabolos, de la raíz dia-ballo, dividir, el significado de Diablo sería quien pone división, y su sentido derivado sería calumniador.En árabe la palabra Satán significa macho cabrío.

Belial o Beliar, de la raíz Baal que significa el señor, es otra forma de nombrar a Satanás en el Nuevo Testamento. El símbolo de Baal es el toro, frente a la ferocidad del toro, o de la cabra, se contrapone la mansedumbre del cordero, símbolo de Jesucristo

Beelzebul (o Beelzebub) significaría príncipe del estiércol, o príncipe de las moscas. Si mezclamos la palabra aramea be ́el (que significa señor) con la palabra hebrea zebul (que significa casa) sería entonces señor de la casa.

El Diablo aparece en la Sagrada Escritura con las siguientes denominaciones además de las ya dichas antes:

el Acusador
el Enemigo
el Tentador
el Maligno
el Asesino desde el principio
el Padre de las mentiras
eel Príncipe de este mundo
la Serpiente

María aplasta la serpienteLucifer es una denominación que no se haya en la Biblia, y significa estrella de la mañana. La simbología sería que las estrellas representan a las naturalezas angélicas, la luna a la Virgen María, y el sol -el astro rey- representaría a Dios. El día primero de la creación, en que se separa la luz de las tinieblas, la luz representaría la creación de los ángeles bienaventurados, mientras que la noche la defección de los ángeles rebeldes, Satanás sería el lucifer, es decir la estrella primera que anuncia la noche, la primera defección que apareció en el cielo crepuscular. De ahí que el nombre de Lucifer le conviene por la belleza de la estrella que corresponde a su naturaleza angélica superior a las otras, y por ser la primera estrelladel crepúsculo. Algunos traducen erróneamente la

palabra latina lucifer como el que lleva la luz, pero eso es un error ya que ese significado corresponde a la palabra luciferarius.
Este nombre de Lucifer se le aplicó a Satanás cuando algunos Santos Padres se dieron cuenta de que las palabras del profeta Isaías sobre el gran príncipe babilónico convenían perfectamente al Diablo, la estrella de la mañana que cae desde los cielos por su orgullo.

¿Cómo has caído del cielo
astro rutilante,
hijo de la aurora,
has sido arrojado a tierra,
tú que vencías a las naciones?
tú dijiste en tu corazón: el cielo escalaré,
por encima de las estrellas de Dios elevaré mi trono. (…)
 Por el contrario, al seol has sido precipitado.

Is 14, 12-15
Aquí, en esta obra, hago uso de la palabra Lucifer como sinónimo del Diablo. Sin embargo algunos, entre ellos Don Gabriele Amorth, consideran que Lucifer es un demonio distinto de Satanás, Lucifer sería el segundo en dignidad dentro de los ángeles caídos. No obstante, la tradición no ha distinguido entre estos dos términos. Ya Orígenes en el siglo III
los usacomo sinónimos y, francamente, yo pienso que no hay sólidas razones para considerar que son dos espíritus y no uno.
En el libro de Tobías aparece el nombre de un demonio: Asmodeo (del persa Aaesma daeva) que significaría “espíritu de cólera”. El nombre de Lilith (Is 34,14) es un hapax que siempre ha sido considerado como una figura demoníaca. En la mitología mesopotámica ese nombre corresponde a un genio con cabeza y cuerpo de mujer, pero con alas y extremidades inferiores de pájaro. Su nombre es muy probable que esté relacionado con “lylh” que significa “noche”.

En Is 13, 21 y Bar 4, 35 aparecen los “seirim” que se podría traducir como los “peludos”, deriva del hebreo “sa ́ir” “peludo” o “macho cabrio”), San Jerónimo optó por traducir esa palabra como “sátiros”, traducción sumamente acertada pues esa palabra hebrea se consideraba que designaba a algo así como demonios en forma de machos cabríos. Esta palabra designaría antiguas entidades demoníacas a las que se tributaría culto, “no sacrificarán más sus sacrificios a los sátiros, tras los cuales se prostituían” (Lev 17,7).

En Ap 9,11 se nos dice Ael ángel de abismo, cuyo nombre es en
hebreo Abaddón y en griego tiene por nombre Apolyon.. El nombre de Abaddón significa “perdición, destrucción”. Apollyón significa “destructor”.

La palabra griega daimon significa genio (bueno o malo), si bien en el Nuevo Testamento se utiliza sólo para designar espíritus malignos. Con la excepción de He 17, 18, en que tiene el significado genérico de “divinidades”. En el ambiente pagano de la época clásica, los puntos de referencia al hablar del concepto demonio son muy diversos pues consideraban que existían fantasmas, eones, espíritus de la naturaleza, mediadores, almas de ciertos difuntos, genios buenos y genios malos, etc.

La palabra espíritu inmundo y demonio se usan indistintamente, así la mujer sirofenicia dice que su hija está poseída del demonio en Mateo, y en Marcos dice que tenía un espíritu inmundo
Los distintos nombres con que se designa a los demonios son:

-espíritu sordo; Mc 9,25
-espíritu mudo; Mc 9,17
-espíritu impuro; Mc 1,23
-espíritu maligno; Lc 7,21
-demonio impuro; Lc 4,33

En el Evangelio aparece una vez la palabra lunático (Mt 17,14). Esta palabra en la antigüedad podía referirse tanto a la epilepsia como a la posesión, y deriva de la creencia de la influencia de la luna sobre los estados de crisis de estas personas.

Energúmeno es otra forma de designar a los poseídos, viene de la palabra energía, por la fuerza que desplegaban en los estados de crisis.

Luzbel es otra forma extra bíblica de denominar al Diablo.
Mefistófeles es el nombre del demonio que aparece en la obra Fausto de Goethe. En las antiguas leyendas germanas aparece este personaje infernal como compañero del doctor Fausto y con el nombre Mefostofies, cuya antigüedad data del año 1587. La forma actual y corriente de este nombre se ha generalizado por la influencia de Goethe. Su etimología más probable es la que se origina de Megistophiel, Ophiel (del griego Aophis@, serpiente) era un sobrenombre de Hermes Trismegisto que en la antigüedad era el patrono de los hechiceros, resucitado en la literatura del s. XVI y clasificado por ésta entre los siete grandes príncipes infernales.

 

Fuentes: padre Fortea en Posesión y Exorcismo