Temor de Dios
Temo, Señor, perder Tu amistad
Temo, Señor, no ser motivo de Tu alegria
Temo, Señor, no ser una oveja de Tu rebaño
Temo, Señor, no honrar el Baustismo que me diste como don inmerecido
Temo, Señor, no sentirte Vivo en Santisimo Sacramento
Pero sobre todas las cosas, Señor, temo no comprender Tu Divina Voluntad sobre mi vida
Y mucho peor aun, Señor, temo comprenderla y no llevarla a cabo mientras me das tiempo aquí abajo.
Amén
Tú me consuelas
Jesús, mi amado Hermano. Te vi Muerto hoy. Te vi hecho una sola Llaga. Te quise consolar, pero mi alma se sintió cubierta de la vergüenza de ser hombre, de ser uno de los que te llevaron a la Cruz, por mis pecados. Te quise tocar, pero vi que eras el mismo Dios, y cayendo de rodillas no me atreví a mirarte. Mi corazón se sintió anonadado por la inmensidad de Tu Divinidad. Pero Vos, Señor, me consolaste a mi. Te pusiste a mi lado, y me dijiste: te amo, nunca lo olvides. Y me tocaste, tocaste mi corazón para que pueda aceptar que a pesar de ser un pecador, tengo en Tu Infinita Misericordia el perdón de mis miserias. Hoy vi a mi Jesús, lo vi como nunca lo había visto. Era El, era El. Ahora mi alma reposa, porque Cristo, El Cristo, se ha manifestado ante mis ojos. Señor, gracias, gracias, gracias.
Amén.
Primero vos, Señor
Recemos así: Haceme nada Señor, humilde para que pueda ser una mota de polvo bajo la planta de Tu Pie. Alegre de ser ignorado y pisoteado por el mundo, para que brille Tu Gloria por encima de todo. Feliz de poder hacer algo por Ti, animado por el Poder del Espiritu Santo que borra mis vanidades, mis miedos, mis necesidades de figuracion. Que pueda comprender la maravillosa respuesta de Tu Madre a Gabriel, cuando dijo Yo soy la esclava del Señor, hagase en mi segun Tu Palabra.
Puerta del Cielo
Madre mía
Puerta del Cielo
Paso perfecto que nos conduce a Jesús
Sendero luminoso que protege mi caminar
Déjame acercarme a ti con paso confiado
Ilumínate para que pueda verte en lo oscuro
Déjame extender mi mano y tomar seguro la tuya
Ayúdame a atravesar este valle de dolor
Y condúceme con la mirada en alto
Con los ojos puestos en tu Hijo
A quien tú nos conduces como propósito de vida
Porque para eso fuiste creada por El Padre
Para ser Puerta del Cielo
Puerta hacia Dios
Y es por eso Madre que en ti y por ti hoy grito
¡Abre la Puerta, de par en par, abre la Puerta!
Amén.
Aunque te niegue
Ámame Señor, aunque te niegue
o aunque te llame con falsas dádivas
ámame, pese a mis insistentes caídas
o los insignificantes ruegos desde mi alma.
Espérame Señor, en cada rincón de mi casa
aunque sé que no merezco Tus Palabras
Tú espérame, porque bien sabes que pierdo la calma
y me desespero por borrar de mi tantas manchas.
Arrástrame Señor, por esta senda oscura
y sujétame con Tus Manos perforadas
Ilumina este recodo que tanto me ensombrece
porque hoy ya no puedo comprender lo que me pasa.
Ámame Señor, aunque te niegue
más de tres veces, mientras asoma el alba
ámame, porque siento que en esta noche
he encontrado el camino a casa.
Oración a la Virgen de Luján
Virgencita de Luján, andadora de caminos,
danos la humildad del negrito Manuel,
verdadero prócer de esta patria.
Danos honestidad en nuestros corazones,
y sinceridad y caridad en nuestras acciones
haciéndonos esclavos de Tu Hijo Amado.
Ayúdanos a reconocerte en nuestro origen
como verdadera Madre de esta Nación,
bajo Tu Manto, que es nuestra bandera.
Danos amor por el trabajo honesto,
recordando a nuestros padres
que trabajaron esta tierra bendita.
Santa Madre de Dios
ayúdanos a encontrar la unión,
la unión en el amor a Dios.
Virgencita gaucha, danos a Tu Hijo Jesús
intercede ante El para que Luján brille
esperando el glorioso día de Su vuelta.
Amén.
Oración de la entrega
Señor, aquí estoy, lejos de Tu hogar.
Pero no olvido que soy tu servidor y que Tú eres mi Rey.
Maestro Bueno, me pongo en Tu Presencia.
Muéstrame el camino de regreso a Casa, porque la cruz pesa y nubla mi mirada.
Hoy tarde comprendo que sin Ti, Señor, nada puedo,
y que esto que hoy pones frente a mí, no puedo hacerlo.
Por eso te pido que esto, y todo lo demás en mi vida, lo hagas Tú en mi lugar, Señor.
En cuanto a mí, hazme simplemente un buen instrumento de Tu Amor
para que pueda cumplir así Tu Voluntad.
Amén.
¡Algo tenemos que hacer!
La palabra Amor ha sido secuestrada.
Los medios y los poetas la usan a su antojo
la destrozan y hacen desfilar sin ropas
y ya ni siquiera la encuentro en estas calles desiertas.
¿Qué es lo que vamos a hacer?
La barca de Pedro, barca del Espíritu Santo
necesita tripulantes dispuestos
dispuestos a navegar el mundo, y dejar todo por El.
Pero si muchos tienen sus propios intereses
y caen bajo el abrazo de la vanidad y la ambición.
¿Qué es lo que vamos a hacer?
La inteligencia ha tomado el mundo por asalto.
Ha sacado a Dios de los altares
y en Su lugar ha dejado ciencias y teorías pretensiosas
que presumen de explicar y entender todo
y ridiculizan lo que no pueden comprender.
¿Qué es lo que vamos a hacer?
Muchos caminan por estas calles sin Dios.
Lo dejan a un lado y siguen su camino
golpeados como un boxeador derrotado
que se empeña en seguir probando su suerte.
¡Alguien les debe llevar consuelo y esperanza!
¿Qué es lo que vamos a hacer?
Pero hoy vi a Dios en mi corazón sonreír y llamarme.
El tenía las ropas de un mendigo
y la mirada de quien no tiene donde ir.
Me pidió le haga un lugar a mi lado
para descansar Sus Pies y sentir el calor de un amigo.
Lo vi tan triste que pensé
¿Qué es lo que vamos a hacer?
No quise hoy dejarme abatir, como tantas veces.
No quise hoy pensar que la derrota es inevitable.
No quise hoy ver el lado oscuro de las cosas.
No quise hoy llenarme de miedo y angustia.
No, no quise hoy hacer nada de eso
porque vi hoy la Mirada de Dios que me tendió la Mano
y mientras esperaba una respuesta me dijo
¡Algo tenemos que hacer!
Oración del Buen Pastor
Mi Señor, mi Buen Pastor, Hijo del Padre, fuente de luz,
tormenta de fe, que vienes a sacudir nuestra dormida esperanza,
que nos envías a Tu Madre para enamorar nuestros fríos corazones,
que luchas con amor para conquistar los espíritus inquietos por las angustias del mundo.
Óyenos Señor, escucha a tus hermanos aquí, juntos queremos seguirte,
donde Tú quieras que nuestros pasos se dirijan.
Nuestros corazones quieren pertenecerte, por siempre.
Nuestras almas sedientas de Tu luz solo quieren verte sonreír junto a Tu Madre.
Envíanos a Tus Angeles y Tus Santos, consuélanos con su presencia celestial.
Danos el consuelo infinito de saber que Tu Misericordia ve con ojos agradables
nuestro arrepentimiento por tanto error cometido.
No permitas que bajemos nuestras defensas contra el maligno y sus tentaciones.
Haznos fuertes, Señor, haznos fuertes en la entrega a Vos, nuestro Dios.
Haznos pequeños y dóciles para que dejemos actuar a Tu Santo Espíritu en nosotros,
para que Tú te hagas cargo de nuestra vida.
Haznos confiados corderos de Tu rebaño, Señor, danos el abrazo de Tu Voluntad, Señor.
Que seas Tu quien nos guíe, que sea tu Madre quien nos proteja.
No te alejes de nosotros, Señor, perdona nuestros errores y pecados, y nuestra falta de fe.
Amén.
Hazme un instrumento
Señor, hazme un instrumento de Tu Palabra
para que dócilmente la lleve al mundo.
Que de mis labios se derrame la miel de Tu dulzura
que mis ojos iluminen con la Luz de Tu Mirada
que mis manos acaricien como sólo Tú sabes hacerlo
que mis pies pisen sobre Ti que eres Camino
que mis brazos abracen y sanen las heridas del alma
que mi alma descanse en Tu Paz
para que nada en mi sea por mí mismo
sino por Ti y en Ti que eres mi Amo y Fortaleza
Amén.
Alma (carta a ti)
Alma.
Tú eres maravillosa, creada desde la Luz del Amor infinito
Imaginada desde los albores de los tiempos
Soñada como un niño es soñado por su madre recién encinta
Dibujada sobre un trozo de papel invisible, intocable y etéreo
Que es custodiado en el cielo como un testamento de eternidad.
Alma.
Tú estás hecha para cosas extraordinarias
Pensada para dejar un surco de amor en el mundo
Ideada en la perfección del plan que te espera
Para gloria y alegría de los habitantes del cielo
Y unida indisolublemente a la sombra de un madero.
Alma.
Tú eres presa valiosa para el destructor de vidas
Demasiado luminosa y hermosa como para ser ignorada
Desde que viniste al mundo él te ha estado observando
Buscando por donde herirte en tu hermosura
¡Es que tu luz y belleza lo ciegan e invitan a odiar!
Alma.
Te he visto esta noche, triste y llena de temor
Tu luz se ha cubierto de grises escamas
Tu hermosura dio paso a las arrugas de la corrupción
Tu sueño de realeza se ha cubierto de dudas
¿Dónde ha quedado tu destino de Gloria, tu brillo incandescente?
Alma.
Aun estás a tiempo, abre los ojos a tu verdadera naturaleza
Ya no sé qué hacer para llamarte y despertarte
Te busco y te provoco, enciendo tu sorpresa y tu admiración
Y sin embargo tú caes nuevamente en ese sopor insoportable
Mira que las agujas del reloj corren de modo inexorable.
Alma.
Las arenas del tiempo se han vuelto en tu contra
Ya escucho venir el rugir del viento del este
Que arrastra y arranca de cuajo cuanto encuentra a su paso
Tu estas allí, desprotegida y expuesta a la tormenta
Mira que aun tienes tiempo, aun puedes abrazarte a Mi Cruz.
Alma.
Tú eres maravillosa, creada desde la Luz del Amor infinito
Imaginada desde los albores de los tiempos
Soñada como un niño es soñado por su madre recién encinta
No me dejes esperando, no hagas de Mi Plan un fracaso
Quiero que tú seas como el dibujo que un día hice de tu vida
Para que estés conmigo por siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Oración de la Roca del Gólgota
Señor, quiero ser el agujero en la roca del Gólgota, y abrazar así el Madero de Tu Cruz por sus cuatro costados.
Quiero quedarme así, sosteniendo Tu Trono Glorioso, mientras Tu Sangre se desliza y me cubre completamente.
Mírame, no soy más que un hueco en la roca rugosa y fría. Nada pretendo, solo sostenerte para que Tu Sacrificio ilumine este mundo alejado y despojado de fe.
Señor, se hace tarde ya y el frio cubre Tu Cuerpo que hace rato ya que ha dejado de moverse. Aquel grito que diste ha conmovido mi alma, y luego nada más pude oír de ti.
Quédate allí todo el tiempo que quieras, mi Señor, porque este agujero en la roca ha decidido quedarse a sostener Tu Madero, mientras Tú me des fuerzas para hacerlo.
Hace frio aquí arriba en la cima del Gólgota, hace frio hasta para una roca rugosa como yo soy.
Pero yo te espero, Señor, abrazado a Tu Madero, te espero.
Oración al amor por María
María, campana sonora que repica y despierta a las almas de buena voluntad.
María, desierto donde se refugian los que se sienten necesitados de silencio, de consuelo.
María, Inmaculada Madre de la Eucaristía, de la Palabra hecha Carne.
María, Templo Santo donde el Amor Eucarístico se hace Adoración perpetua.
María, omnipotencia suplicante, toda oración, todo ruego.
María, Casa de Dios, es Ella el Tabernáculo de Cristo, porque Ella es Madre de la Iglesia.
María, Madre mía, Madre nuestra, Casa del Pan, Hogar de la Palabra, Refugio Santo, Nueva Arca de la Alianza, Templo de la Iglesia, Tabernáculo donde habita Dios. Porque Dios quiso ser Hombre, y en un estallido de Trinitario Amor te eligió como Hija, Esposa, y Madre.
Es por todo esto, Madre, que vamos a tu Santuario, porque como en Caná, tú nos lo pides: sólo hagan lo que El les diga.
Mi Niña, llévame en tu compañía, donde tu vayas, yo iré. No porque algo espere de ti, sólo porque contigo, siempre contigo, estoy más cerca de Jesús.
Oración a la Niña de Galilea
Mi María, hermosa y joven Niña de Galilea, que enamoraste mi corazón porque sabías que era el modo de abrir la puerta al soplo del Amor Verdadero.
Me siento tan feliz y orgulloso de ser tu hijo, y al mismo tiempo tan indigno de serlo, que no puedo más que pedirte me ayudes a seguirte en tus deseos, que no son otros que los deseos de Tu Hijo.
Dame las palabras para que pueda mostrar a mis hermanos lo hermosa y pura que eres, y lo buena y suave que eres conmigo.
Dales la luz que les permita enamorarse de ti como lo has hecho conmigo.
Que puedan descubrirte como la más hermosa y pura Mujer que jamás existió, Inmaculada en cuerpo y alma, llena del Espíritu Santo, plena de humildad y fortaleza, escudo que protege y consejo que ilumina.
Mi hermosa María, luz de mi vida.
Amén.
Plegaria a la Reina del Cielo
Virgen María, precursora de nuestra Iglesia, Reina del Cielo y de la tierra, puente entre la Divinidad y la criatura.
Reina del Cielo, sé mi guía, sé mi senda de llegada al Reino.
Alcánzanos con tu infinita Gracia los dones que nos hagan ser dignos integrantes del Pueblo del que Tu Hijo es Cabeza, Tu Padre es Creador y Tu Esposo es el soplo que le da la Vida.
María, Reina de la Creación, lleva bajo Tu Manto a todos tus pequeños niños, para que sepamos imitarte como el verdadero modelo que Dios nos legó.
Madre, deja que seamos a ti lo que Dios quiso que sea la naturaleza humana de Jesús, tu fiel reflejo. Seamos como tú nos quieres moldear, seamos dóciles y humildes alumnos de tu maternal escuela.
Toca con tu suave mirada mi duro corazón, llena de esperanza mis días de oscuridad
y permite que vea en ti el reflejo del fruto de tu vientre, Jesús.
No dejes nunca que tus ojos se aparten de mí, y haz que los míos te busquen siempre a ti, ahora y en la hora de mi muerte.
Amén.
Te entrego mi enfermedad, Señor
Señor, me entrego a Tu Voluntad.
Tú sabes lo que es mejor para mí,
yo no entiendo, ni pretendo entender.
Sé que mi enfermedad es para mi bien,
porque sana mi alma, y quizás, sólo quizás,
Tú querrás sanar mi cuerpo también.
Pero eso lo dejo en Ti, Señor, con humildad y entrega.
Y te agradezco también todo lo que haces por mí,
para que finalmente mi corazón se empequeñezca y se abra,
y deje paso a que sea Tu Divina Voluntad la que haga mi día.
Señor, dame una vida nueva,
sáname de mis cánceres espirituales,
haz que Tu Fuego queme todos los tumores
que se han adherido a mi alma, desde mi nacimiento.
Haz que este dolor que siento hoy,
fructifique y me eleve hasta Tu Trono.
Amén.
Plegaria al Temor de Dios
Temo ser uno más que clava espinas en Tu Santa Frente, Señor.
Temo agregar más peso a la Cruz que este mundo sigue cargando sobre Tu Espalda.
Temo ser un clavo en Tus Santas Manos.
Temo ser la espada que atraviesa Tu Sagrado Corazón.
¡Temo no ser un consuelo para Ti, Señor!
Santo temor de Dios, sé mi brújula cada día.
Ahuyenta los falsos temores del mundo.
Dame la fortaleza necesaria para no tener miedo alguno a los avatares de mi vida.
Vacíame de mi mismo,
Hazme un hueco profundo en el que pueda entrar Tu Santo Espíritu.
Lléname de Ti, Señor.
Amén.
Oración a la Casa del Padre
Padre, que elegiste a la Criatura más Perfecta para ser el Arca que recree la Nueva Alianza, que a través de su Seno Virginal enviaste a Tu Hijo a derramar Su Sangre por nosotros, y que derramas Tu Santo Espíritu como ola que barre este mundo.
Padre, abre nuestros corazones y sonroja nuestros rostros con una santa emoción, la emoción de reconocernos amados y esperados por Vos en Tu Casa, cuando el tiempo sea el indicado por Tu Santa Voluntad.
Amén.
Oración Eucarística
Señor, invítame a Tu Mesa, a beber Tu Copa, a compartir Tu Cáliz, a posar mis labios sobre ese mar rojo carmesí.
Invítame a descubrirte en cada consagración, en cada elevación, para que mi alma aclame a una sola voz, ven Señor Jesús, ven Señor Jesús.
Para que sólo pueda decirte una y otra vez, ¡Señor mío, y Dios mío, Señor Mío, y Dios mío!
Y el Pan vino a mí, y habitó en mí, y con El entró en mi algo más grande que el universo. Porque en mi hizo Su morada el Dios que con Su Mirada domina a la Creación. Hombres y bestias, mares y aires, suelos y estrellas, todo está dominado por ese pequeño fruto del trigo, blanco y redondo, luminoso y silencioso, que cada día, en todos los altares de la tierra, se transforma en nuestro Dios.
Gloria a El que sabe hacerse pequeño, como signo de Su Misericordia, de Su infinito Amor.
Gloria al Pan Vivo, signo y centro de la Gloriosa Iglesia de Cristo, Su Cuerpo, Iglesia Eucarística y Eterna.
Y Gloria a El, porque quiso quedarse así entre nosotros, y darse como Alimento Perpetuo, ante el que los mismos Ángeles doblan sus rodillas, frente a Su Trono.
¡Así sea, por los siglos de los siglos!
Amén.
Oración por el mundo desierto
Señor, resucita a este mundo.
Insúflale el Amor de los Dos Corazones,
Tu Sagrado Corazón y el Inmaculado Corazón de Tu Amadísima Madre.
Que el Amor vuelva a abrasar los corazones de los pueblos,
para que Tu Santo Espíritu pueda entrar en nosotros
y guiarnos por los seguros senderos marcados por Tu Palabra.
Pon a este mundo desierto en el Horno de Tu Sagrado Corazón,
para que se queme todo mal,
y pueda volver a ser un Jardín donde vivamos en Paz contigo.
Espíritu Santo,
ven a mí, ven a mi vida,
tómame y hazme Tu instrumento,
un instrumento de Tu Amor.
Amén.
Dame un corazón de niño
Señor, dame un corazón de niño, dame un corazón distinto, dame un corazón sencillo, Señor, para estar en Tu Presencia. Hoy, quiero ser como niño que te mira admirado, que te mira embelesado, que te Adora en Espíritu y en Verdad, para estar en Tu Presencia. Hoy, quiero jugar a ser como Tú, a sentir como Tú, a pensar como Tú, a amar como Tú, a sufrir en silencio, como sufres Tú, para estar en Tu Presencia.
Amén.
Oración de la pequeñez
Señor, hazme humilde y pequeño.
Dame el deseo profundo de buscarte, cada día.
Permíteme ser tu hermano aquí,
e imitar Tus enseñanzas siempre un poco más.
Dame la felicidad de caminar y avanzar
en la dirección que Tu Divina Voluntad me indique.
Y si me equivoco,
dame la humildad y la entrega necesarias para levantarme y empezar de nuevo,
hasta la hora de mi muerte.
Señor, vacíame de mi yo,
y haz que mi interior sea cálido,
para que Tu Espíritu pueda anidar en mi corazón.
Ayúdame a negarme a mí mismo,
hazme nada, para que pueda encontrarte a Ti,
porque sólo Tú eres.
Amén.
Oración de la purificación
Señor, dame un corazón sincero,
un corazón humilde.
Hazme un instrumento de Tu Viña,
para que mi ceguera se desvanezca,
dando paso a la Luz de Tu Presencia.
Tu amor me purifique como el fuego al metal,
Tu Amor queme mis impurezas, mis vanidades.
Hazme nada, Señor,
hazme una vasija de barro que contenga a Tu Santo Espíritu,
Único artífice de la Verdad Suprema.
Amén.
La oración del silencio
Señor, hazme manso, prudente y humilde. Dame la fortaleza para callar, esperar y confiar en Ti.
Enséñame a hacer pequeños sacrificios interiores que agraden a Tu Corazón Amante, necesitado de pequeños gestos que te recuerden la humildad y el silencio de Tu Madre, en la pequeña casita de Nazaret.
Ella, la más perfecta Criatura surgida del Amor de Tu Padre, guardó silencio desde el día en que el Ángel le anunció Tu venida, hasta aquella tarde en que te vio morir en la Cruz. Tú también guardaste silencio ese día.
Ahora, Señor, enséñanos a callar, a esperar, a amar.
Amén.
Quiero ser tu refugio
Ahora miro en el espejo y me reconozco,
porque en mi mirada te veo a Ti,
en mis pensamientos te siento a Ti,
en mis tristezas me uno a Ti,
en el dolor sostengo Tu Cruz,
en el llanto enjuago Tus lágrimas.
Quiero ser, mi Señor, refugio de Tu peregrinar.
Cuando estés cansado, ven a mi casa, ven a mi alma.
Allí no hay nada, porque lo he sacado todo fuera.
He dejado un infinito espacio para que me llenes de Tu Gracia,
para que sientas que dentro de mí puedes alegrarte
y comprender una vez más que, por los siglos de los siglos,
Tu plan ha sido realizado en aquellos que te aman sin condicionamientos.
Dame la Gracia de ser siempre así,
como me siento en este momento.
Un enamorado de Tu Alma, un ser entregado a Tu Voluntad,
un pedazo de eternidad que ha florecido en el jardín del mundo,
para que los frutos de Tu Amor se derramen sobre la fértil tierra que me rodea.
No me dejes caer, mi Señor, en las tormentosas noches que han inundado mi pasado. Déjame ser nada, como hoy lo soy, para ser todo, en Ti.
Amén.
Gloria a Dios Uno
¡Señor, haz de mi vida una oración!
¡Haz de mi pensamiento un haz de luz que suba hasta Tus Pies!
Una palabra de amor,
una mirada de agradecimiento,
una sonrisa cómplice,
una voz que se eleva en mi interior y me dice que sí,
que somos dos amigos que se confían cada pequeño paso de mi vida.
Ahora eres Tú el que sugiere,
ahora soy yo el que habla.
Ahora es un tiempo de Gracia porque sencillamente, Señor,
estás caminando sobre el mundo.
El Cielo se ha abajado a la tierra,
y las piedras se abren a Tu paso,
para mayor Gloria Tuya.
¡Gloria al Señor, que nos da el sustento y el aire que respiramos!
¡Gloria al Cristo Resucitado que eligió la simpleza de Dos Maderos para darnos la Salvación!
¡Gloria al Padre que nos dio a María, Reina de la sencillez y la simplicidad!
¡Gloria al Espíritu Santo que no habla a través de poderosos
sino de sencillas almas que lo acogen sin preguntar!
¡Gloria al Cielo todo, que fue hecho para albergarnos por los siglos de los siglos!
Amén.
Señor, Tú y yo seamos Nosotros
De ahora en más, seremos nosotros; ya no más tú, ya no más Yo, sólo nosotros.
Por supuesto Señor, nosotros. Ya no más la soledad, ya no más ese vacío interior. ¡Todo lo contrario! Ahora busco esos momentos, porque sé que allí te encuentro en mayor intimidad, y somos más que nunca, nosotros.
Los ruidos del mundo me hacen difícil escucharte, por eso disfruto las cosas simples de la vida, mansas y armoniosas, porque nosotros las compartimos mejor de ese modo. Dime, Jesús, ¿hace mucho tiempo que me esperas? ¿Desde cuándo estabas allí, en mi silencio interior, esperando pacientemente que te encuentre?
Qué pena me da el tiempo perdido; pero no importa, porque ahora sé que te puedo buscar y encontrar, para que nunca más me sienta solo. ¡Vivamos juntos esta aventura terrenal que me regalaste, mi Jesús, nosotros!
Amén.
Quema mis impurezas Señor
Señor, Tú que puedes quemar mis impurezas humanas con Tu fuego abrasador, leva las anclas que me sujetan a este mundo y arranca estas cadenas que me atan a las columnas de la vanidad y la sensualidad.
Dame Tu fortaleza, cúbreme con Tu escudo, permíteme descubrir la alegría de la felicidad espiritual, para que el gozo de saberme amado por Vos arranque de raíz mi unión con el fango que intenta retenerme.
Hazme ver la belleza de todo lo Tuyo, y el horror de aquello que me aleja de Vos.
Cura mi ceguera espiritual y envuelve mi corazón con las llamas de Tu Sagrado Corazón.
Hazme simplemente tuyo, Señor.
Amén.
Oración del viñador
Señor, mi Buen Dueño de la Viña.
Dame las herramientas que necesite para poder hacer un buen surco, plantar las vides que vos desees, regarlas con mi sudor y cuidar cada una de ellas.
Que no me deje atraer por las cosas del mundo y que tenga la fortaleza necesaria para aceptar el pequeño puesto que Tú me asignas, sin esperar más, sin pedir más, sin desear más.
Que sea humilde y obediente, y haga de mi presencia en Tu Viña un motivo de alegría y gozo para vos.
Amén.
Oración del discernimiento
Señor, estoy enamorado de Ti, y por eso dejo que seas Tú el que marca la senda que camino.
No hay nada que me ocurra que Tú no permitas, o que simplemente promuevas con sutiles actos que advierto aquí, y allá.
Señor, hazme fuerte, dame Tu sabiduría para diferenciar lo bueno y lo malo que se presente en mi camino de crecimiento interior.
Dame a través de Tu Santo Espíritu la capacidad de saber cómo debo actuar en cada momento.
Bien sabes que quiero ser santo, Señor. Quiero ser bueno y si me lo permites, quiero ser aunque más no sea un poco, si un poco, como Tú.
Tú lo sabes todo, yo sólo camino por la senda que me pones por delante, confiado y seguro de que estás allí.
Que mi corazón se una al Tuyo para poder hacer lo que Tu esperas de mí, fundiendo mis debilidades e inseguridades en Tu Voluntad.
A Ti, honor y gloria, a mí, perseverancia, fortaleza y fe frente a las tempestades del camino.
Amén.
Mis ojos sean Tus Ojos
Señor, abre nuestros oídos para que solo podamos escuchar Tu Voz de Maestro. Abre nuestros ojos para que solo veamos lo que es digno de ser visto. Hoy, más que nunca, necesitamos ser Uno junto a Ti, que eres Uno en Tu Trinidad.
Señor, danos Tu Mano y llévanos con paso seguro, porque queremos ser Iglesia contigo, por siempre y para siempre.
Jesús, mi Señor, yo veo en todo Tu Mano Salvadora, y así me entrego a Tu Voluntad para que hagas de mi lo que Tú quieras. Soy tu servidor, inservible y confundido, pero confiado en que Tú sabrás sacar provecho de mí paso por esta vida. Quiero poner mi mirada en Tu Casa, para que este caminar por el mundo no me distraiga de mi meta. Tus Ojos sean mis ojos, mi Señor, haz que Tu Corazón inflame el mío de Tu Paz.
Señor, Tu que traes a este mundo una brisa de aire fresco que renueva nuestra esperanza, danos las llaves de Tu Casa para que podamos ayudar a limpiarla, decorarla, ponerla hermosa y habitable. Danos Tu Santo Espíritu para que nuestras bocas hablen de lo que Tú quieras. Danos la docilidad de Tu Santísima Madre para que nos dejemos morir a nuestras pasiones y deseos, y seamos dignos hijos de aquella que supo ser Tu Madre en Nazaret de Galilea.
Señor, miro en este momento dentro de mi alma, escudriñando, hurgando en lo profundo. No sé, Señor, si te hago feliz o te entristezco. Sospecho que la enorme cantidad de pecados que llevo en mi cuenta, han lastimado hondamente Tu Corazón Amante. Pero también siento en mi Tu Gracia, Tu Presencia de Amigo, de Padre, de Hermano. Señor, no me dejes caer, porque sólo, yo nada puedo. Sin Ti, nada soy.
Hazme fuerte para que pueda perseverar, hasta el fin.
Amén.
Oración del barrilete
Mi Dios, allá arriba vuelo, para Vos. Estoy sujeto a Tus Suaves dedos a través del cordel de la fe que me une a Ti, mi Padre. Estoy seguro y confiado porque Vos, Jesús, eres quien me da la esperanza en la Salvación, que me mantiene estable en el Cielo. Tengo mi rostro bañado por Ti, Santo Espíritu y elevado por el soplo que el amor hecho Persona derrama sobre mí.
Mírame mi Niño Jesús, no quiero caer. No quiero que se corte el cordel de mi fe, ni que la cola de la esperanza que me mantiene estable me falte. Tampoco quiero que el viento del amor que me eleva me abandone, y caiga a tierra, mi Niño Amado, falto de amor.
Y si caigo, pequeño Niño Dios, ponme nuevamente a volar, rumbo a Tu Cielo. Hazme ser un buen barrilete, para que sea la alegría de Tu Madre, a la que alegre le presentas Tu Creación. ¡Que yo pueda ser motivo de su felicidad!
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Reina del Cielo