La Iglesia concede cada año, por la fiesta de Todos los Santos y fieles difuntos indulgencia plenaria para ofrecer por las almas del purgatorio. (ver artículo)
Santa Teresita escribía: "puse mi mirada hacia la imagen de Nuestra Señora y... caló hondo en mi alma la "sonrisa encantadora de la Santísima Virgen" (ver artículo)