Meditaciones

El crimen del siglo

No tenemos forma de detener con nuestros esfuerzos individuales este crimen que se multiplica y avanza como una marea sangrienta, salvo nuestra oración permanente.
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Callar es amar

Señor, hazme manso, prudente y humilde. Dame la fortaleza para callar, esperar y confiar en Ti. Enséñame a hacer pequeños sacrificios interiores que agraden a Tu Corazón Amante. (ver artículo)

El dolor es el arado

El arado rompe, despedaza, abre, expone el alma al exterior para que la lluvia prepare, para que el sol germine la semilla. El dolor redime, cuando el alma responde al llamado. (ver artículo)

Oración del corazón

Si podemos unirnos en el diálogo sincero con Dios, podremos unirnos también en muchas otras cosas. La verdadera oración nos debe anonadar frente a la sublime y omnipotente Presencia de Dios (ver artículo)

Ora y labora

Orar no es sólo un espacio de nuestra vida diaria para dialogar con Dios... Orar tiene un sentido más amplio aún: Dios espera que tengamos conciencia práctica de Su Presencia durante todo nuestro día... (ver artículo)

Soy pescador

No es fácil ser pescador, porque si nos equivocamos, podemos alejar a muchas almas de tal modo que después resulte muy difícil volver a acercarlas.
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La hermosura de la Iglesia

Nada le falta a la Iglesia para completar su hermosura, y sin embargo lo más maravilloso que la constituye es el milagro de nuestra fe, fe activa que la mantiene en movimiento, en continua ascensión. (ver artículo)