Meditaciones – Reina del Cielo https://www.reinadelcielo.org Fri, 11 Apr 2025 21:37:30 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.3.9 Eres lo que oras https://www.reinadelcielo.org/eres-lo-que-oras/ Fri, 04 Apr 2025 08:00:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=25937 ]]> Me llevó mucho tiempo comprenderlo. Demasiado. ¿Cuántas veces nos ha pedido y sigue pidiendo la Virgen que oremos? En cada aparición de Maria, siempre el mismo pedido: oren. Por eso, ahora finalmente comprendo que verdaderamente “soy, lo que oro”. Y vale para ti también: Eres, lo que oras. Te lo repito. Eres, lo que oras.

Mira, sin oración, tu alma empieza a desfallecer hasta literalmente volverse como una rama seca de un árbol. Aun allí, adherida al tronco, pero seca, inerte, porque sin oración te desconectas de la Fuente de la Vida, que es Dios mismo, quedándote expuesto a todo mal, a toda tentación, a toda caída, a toda enfermedad del cuerpo y del alma.

Sé que te es difícil comprender la verdadera dimensión sobrenatural del acto de orar, pero mi querido hermano, debes abrir los ojos a la realidad espiritual invisible a nuestra vista humana, y comprender que en el centro de nuestra vida está la necesidad de orar. Orar, con el corazón, cada día, incesantemente, convencidos de estar hablando con Dios mismo, cara a Cara. No lo ves, pero Él está allí, esperando, escuchando.

Sé bien que en este instante estás tratando de comprender esto con una mente humana, pero debes mirar las cosas de otro modo, y aceptar que la oración actúa de maneras tan diversas, que ni tu ni yo las podemos imaginar. Por eso te propongo que, sabiendo que no podemos conocer o comprender todo el invisible mundo que se abre cuando oramos, hablemos sin embargo hoy de corazón a corazón sobre las maravillas que ocurren en ti cuando inicias el dialogo con tu Dios.

La clave se esconde en esta pregunta: ¿Por qué necesita Dios que ores?

La respuesta es simple: El no necesita nada, absolutamente nada, y mucho menos algo que tu o yo podamos darle. Tampoco Dios pide oración para El, para guardarla en un cofre o coleccionarla de algún modo, o llenar un álbum de recuerdos con tu foto en la portada. No. El necesita que oremos porque sabe muy bien que los que necesitan oración, somos nosotros. El sabe que la oración es la acción de nuestra voluntad que abre la puerta de nuestro corazón a Su sanación como Medico de las almas.

Si, mi hermano: lo maravilloso de todo esto es que la oración es la llave que sólo nosotros tenemos, que abre de par en par nuestro interior para que Dios entre allí, para que El habite en nosotros. Por eso, debes aceptar que tú necesitas la oración, no Dios. El Señor, como un caballero que es, no va a entrar si tú no abres la puerta, porque El jamás obliga. Es Su Ley, tú oras haciendo uso pleno de tu voluntad, y sólo entonces, Dios responde.

Dichas así las cosas, orar puede ser visto también como pedir a Dios que comience a podar una enredadera que se ha enroscado en tu interior, bloqueando más y más el paso de la Luz Divina, y cercenando tu capacidad de ver la realidad, de escuchar a Dios. Porque la oración hecha desde el corazón es un arma que desata una batalla en tu interior, y es una lucha donde Dios combate contigo contra tus apegos al mundo, tus ansiedades, tus miedos, tus tendencias naturales a caer. Sin oración eres como un ciego que trata de conducirse sin tropezar. Imposible. Totalmente imposible. Es por eso que cuando Dios envía a Su Madre con palabras que penetran a través de esa maraña de mundanidades que te ahogan, Ella siempre opta por comenzar el diálogo con un mensaje: ora, ora sin cesar. Ella sabe muy bien que sin podar esa asfixiante enredadera espiritual que te ahoga, no podrás escuchar a su Hijo, no podrás vivir a pleno los Sacramentos, y mucho menos vivir una vida de Gracia, en Gracia.

Dichas con tal simpleza las cosas, mi hermano, debes comprender que mientras rezas se están cortando cadenas en tu interior, derrumbando muros, sanando heridas, abriendo grietas por las cuales pueda entrar allí la Luz de Dios. Mientras rezas estás abriéndote a que Dios trabaje en ti mismo, combatiendo tus egoísmos, tus vanidades, y acercándote más y más a un momento donde la Gracia del Espíritu Santo pueda inundarte sin restricciones, sin limitaciones. Ese es el poder de la oración, que abre las puertas al Señor para que El limpie y prepare tu alma para recibir la Bendición de Dios mismo, en todo Su Poder.

Te confieso que con gran tristeza he observado que demasiadas veces traté de resolver mis problemas solo, sin oración. Ya hundido en la angustia y la falta de esperanza, volví a la oración, para contemplar como en pocos días El Señor no sólo me dio la fortaleza para atravesar las pruebas, sino que El mismo removió los obstáculos que me estaban angustiando. Dios mismo me dijo ese día que Él estaba esperando mi oración, para liberar Su Misericordia y acudir en mi rescate.

Así, he comprendido finalmente que, sin oración, no soy nada, porque la oscuridad de no estar unido a Dios es más profunda que cualquier noche sin luna ni estrellas. Cuanto más rezo, en cambio, más crece mi abandono en El Señor, en Su Providencia, en Sus Consuelos, en el regalo de tener a Su Madre conmigo. En definitiva, en la esperanza del Reino, porque no hay nada más grande que poder estar un día unido a Él, en el Cielo.

Eres lo que oras, mi querido hermano. Ante cualquier desafío de la vida, responde con más oración. Ante cualquier tristeza o depresión, ora con más insistencia. Aun ante las cosas buenas que Dios te da, ora más y más, porque, en definitiva, todo viene de Dios, ya que nosotros no tenemos nada, ni somos nada. Solo somos en El, cuando le abrimos la puerta de nuestro corazón para que El anide allí dentro, y le dé propósito a nuestra vida, haciendo Su Divina Voluntad. Y eso, solo ocurre, si oras hasta transformarte tú mismo, en oración. Porque, al fin del día, tú eres lo que oras.

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Autor: Reina del Cielo


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Falta oración https://www.reinadelcielo.org/falta-oracion/ Mon, 31 Mar 2025 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=500 Crisis económica global, epidemias de dengue, amenazas de pandemia por una influenza severa y ahora el corona virus que puede afectar a millones de personas alrededor del mundo. Pareciera que no faltan amenazas que se ciernan sobre nosotros, renovadas cada día. Es tal el temor, que una preocupación se superpone a la anterior, haciéndonos relativizar una respecto de la severidad de la que sigue.

Hace unos días comentábamos estos episodios, y una mujer de gran fe dijo: “Falta oración”. Me quedé mirándola con ojos curiosos, y pensé: si, de veras que falta oración. Es una inspiración del Espíritu Santo el comprender que la oración es el motor que mueve al mundo. Hace muchos años supe que nuestro amado Juan Pablo II había propiciado la instalación de un grupo permanente de religiosas que, alternándose en tan gran honor, oraran en forma permanente dentro del Vaticano. Propiamente allí, centro de la cristiandad, Juan Pablo quiso tener un “motor espiritual” que impulsara y protegiera su papado, que cubriera a la Iglesia toda.

Juan Pablo II comprendía muy bien la verdadera esencia que mueve al mundo, que no es más ni menos que la Misericordia de Dios. Nuestro Señor, Misericordioso hasta el extremo, se encuentra sujeto a Su propia Ley, que tiene a la Justicia como equilibrio necesario en el caso de que el hombre no permita que El actúe en Su Infinito Amor. El quiere ayudarnos, cuidarnos, protegernos, pero si somos tan irresponsables como para rechazar Su Gracia, no tiene más remedio que dejarnos sujetos a Su Justicia.

Y claro que este mundo hace lo imposible para merecer la Justicia de Dios, ahuyentando Su Misericordia. Ya lo dijo San Pío de Pietrelcina, que el “demonio es como un perro encadenado, por eso el hombre debe mantenerse alejado del perro en lo que es el alcance de su cadena”. La Gracia es el modo de dejar al mal y sus colmillos “fuera de alcance”. Pero, si somos tan tontos de acercarnos y de hasta jugar y hacernos amigos del perro, no nos quejemos de sus mortales mordidas.

Buscar a Dios

Nada es más poderoso para derretir el Corazón de Dios que la oración realizada con fervor y sinceridad, de modo permanente. Por la oración de unos pocos, Dios se abaja a perdonar a muchos. Es que El nos ama tanto que no puede dejar de darnos los recursos para que nos mantengamos a flote en medio de este mar de adversidades y dolor. Cuando nos sentimos llenos de miedo y angustia, el abrazo a Su Sagrado Corazón se realiza de modo perfecto en el diálogo sincero de las palabras de un corazón orante, palabras que suben al cielo como infalible recurso de salvación.

No, no nos quejemos de lo que ocurre, si no oramos lo suficiente. Claro que falta oración, si vivimos pensando que algo de lo que tenemos es nuestro. Familia, trabajo, salud, todo es Gracia de El. Nada es sostenible si es que no conectamos nuestra vida de modo indeleble y sutil, pero poderoso y efectivo, con el Sagrado Corazón del Señor. Cataclismos naturales, enfermedades, crisis económicas, gobiernos miserables y malvados, todo pasa si el pueblo cristiano honra el Amor de su Dios.

Falta oración, y esto se nota al ver los medios de difusión donde Dios no está solo ausente, sino mucho más grave, insultado y agredido en Su Amor. Ya no alcanza con ignorar a Dios, ahora se lo ofende a diario. Lo ofenden quienes se confiesan enemigos de Su Iglesia. Lo ofenden mucho más quienes proclaman ser Sus amigos y escandalizan al hombre con comportamientos dignos del peor enemigo. Burla y agravio invaden los oídos y ojos de nuestros hijos, sembrando cada vez más el mal que vendrá mañana. Mientras tanto, nos preocupamos del mal de hoy, sin siquiera detenernos a meditar sobre su origen. El perro nos sigue mordiendo, mientras jugueteamos demasiado cerca de sus colmillos.

Hemos hecho, como humanidad, todo lo necesario para sujetarnos a la Justicia de Dios, alejando de nosotros a Su Misericordia. Pero El, Eterno Amante, insiste una y otra vez con Sus actos de Amor, para convencernos de que tenemos una nueva oportunidad de volver a Su Casa. ¿Qué estamos esperando para organizarnos, para impulsar una ola de oración que derrita, una vez más, el Corazón del Señor?

Falta oración, y nosotros somos los destinatarios de esta mirada del Creador. Es a nosotros a quienes mira, es de nosotros de quienes espera. Miremos a nuestro alrededor, evidencias sobran.


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Aborto y Fe, conceptos irreconciliables https://www.reinadelcielo.org/aborto-y-fe-conceptos-irreconciliables/ Fri, 21 Mar 2025 09:19:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=11376 ]]> La ciencia ha sido clara: la vida humana se origina en el momento de la concepción. Sin lugar a dudas. Ya ese minúsculo conjunto de células tiene lo necesario para ser llamado Ser Humano. Abundan las fotografías de fetos en etapas tempranas del embarazo que exponen la clarísima distinción de órganos aun en tan iniciales momentos. Eso da por tierra la discusión de si abortar luego de tal o cual semana es más o menos homicidio. Cualquier aborto es un crimen, porque se arrancan los organos y la vida misma de una vida humana insertada en el seno de una madre.

Las discusiones de si la madre quiso o no quiso el embarazo, son obviamente legítimas. Sin embargo, ¿vamos a incurrir en homicidio para resolver esa cuestión? Como dijo un político americano con ironía respecto de los abortistas: “me resulta curioso que todos los que conozco que defienden el aborto, ya habían nacido”. O sea, ¿Cómo consultamos la opinión de todos aquellos que fueron cercenados de la posibilidad de continuar su vida y desarrollarse como adultos? Es muy fácil opinar sobre asesinar a otro, si es que uno ya pasó esa etapa y no fue sometido a semejante crimen.

Y todo esto sin haber siquiera introducido ningún razonamiento vinculado a la fe. Seamos claros a este respecto: es absolutamente indubitable que el aborto no es compatible con la fe cristiana. Es un pecado gravísimo que pone una línea divisoria entre los que están con Dios, y los que están contra El. No hay otra forma de verlo.

La Madre Teresa de Calcuta ha dicho: el resultado del aborto será la tercera guerra mundial. Yo opino que el país más pobre es el que mata a los niños no nacidos para poder tener placeres y cosas extras. Temen tener que alimentar a Un niño más.

Nosotros desde www.ReinadelCielo.org difundimos los mensajes de la Virgen María en Medjugorje como La Reina de la Paz, entre tantas otras revelaciones privadas. Ella no solo está preocupada por el aborto que avanza en todo el mundo, sino por la amenaza que representa a las almas de madres y padres abortistas. Mirjana Dragicevic, una de los seis videntes de Medjugorje, a la pregunta de si la Santísima Virgen había mencionado el aborto en Estados Unidos, contestó: No sólo en Estados Unidos si no en todo el mundo. La Santísima Virgen dijo que no hay pecado para Dios que no pueda ser perdonado. Pero para el aborto hay que hacer penitencia toda la vida, no sólo la Madre si no también ambos padres, madre y padre. Dios perdona todos los pecados, incluyendo el aborto. Dios sólo pide que uno regrese a Él y busque Su amor y su perdón.

Otro de los videntes de Medjugorje, Iván Dragicevic, habló de sus experiencias con la Virgen María al mencionar que el aborto causa profundo dolor a la Madre de Dios. En su testimonio Iván reforzó la dignidad de toda vida humana desde la concepción hasta la muerte natural. Dijo que el gran número de abortos en el mundo producen lágrimas en los ojos de la Virgen María, que nos llama a respetar la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.

De este modo, Dios nos advierte a través de Su Madre que el pecado del aborto es mucho más grave que otros pecados, porque es un crimen contra un alma totalmente pura, inocente, y por eso requiere ser confesado a un sacerdote con verdadero arrepentimiento, pero luego de ello realizar mucha penitencia durante todo el resto de la vida.

El aborto es el gran pecado de nuestros tiempos ya que configura un verdadero genocidio, porque  a traves de ello se persigue a un generico de seres humanos indefensos y dispersos por el mundo entero. Como católicos practicantes, no podemos apoyar ninguna política de estado que esté a favor del aborto, ni votar a candidatos que lo aprueben.

Es una cuestión seria de conciencia, porque aborto y fe son dos términos absolutamente irreconciliables.


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El poder de un abrazo https://www.reinadelcielo.org/el-poder-de-un-abrazo/ Thu, 20 Mar 2025 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=26426 Por motivo de la pandemia hemos pasado mucho tiempo aislados, con escaso contacto humano, y la verdad es que yo no había comprendido cuánto extrañaba el abrazo de gente querida, hasta que hace pocos días tuve la oportunidad de dar unos buenos abrazos a hermanos de fe que no veía desde hace mucho tiempo. Fue tan grande la alegría, la felicidad que llenó mi corazón, que no pude más que quedarme impresionado por la forma en que Dios nos regala esos gestos tan humanos, y que a veces subestimamos cuando no tenemos escasez de ellos.

Sin embargo, viajando por el mundo durante muchos años, he observado que esa costumbre del abrazo y el beso es muy nuestra, muy latina. Así, y con gran escándalo he cometido el error de abrazar a buenas personas, pero de otras culturas, que no entendieron cómo fui capaz yo de hacer semejante cosa. Algunos comprendieron que estas son cosas de los latinos, otros simplemente se sintieron invadidos en su espacio personal, intocable e inaccesible. No hago juicios de valor sobre otras culturas, pero en cambio valoro y agradezco a Dios por habernos dado el regalo del hábito del abrazo, y el beso, a quienes provenimos de historias cercanas al Mar Mediterráneo.

Cuando esta semana volví a sentir el poder de un abrazo, inmediatamente me vino a la mente Jesús y Su Mamá, o Jesús y San José. ¿Se abrazarían Ellos? Estoy absolutamente convencido que sí, que si se abrazaban y besaban al encontrarse después de un largo, o quizás no tan largo, periodo de ausencia. Me imagino a Jesús rodeando a Su Mamá con Sus Brazos de Hombre Dios, y sonriendo ambos ante la alegría del reencuentro. La Virgen tendría en esos abrazos el regalo más grande que criatura humana puede recibir: ser abrazada por un Hijo tan amado, y al mismo tiempo, recibir el Abrazo de Dios mismo. No me puedo imaginar algo más maravilloso que esos instantes de reencuentro entre El Creador, y la más maravillosa obra de Su Creación, La Virgen Santísima.

El abrazo que Dios nos regala aquí abajo, entre nosotros, es entonces un anticipo de los abrazos que Él mismo nos promete para cuando por Su Misericordia lleguemos a Su Presencia. ¡Hay que llegar a ese abrazo, hay que ganárselo viviendo una vida de Gracia! En el Cielo viviremos en perfecta unión no sólo con Dios, sino también con todos aquellos que alcancen las maravillas del Reino, para vivirlas por toda la eternidad. ¡Una eternidad de abrazos, de sentirse unidos en la perfección del Amor de Dios, comprendiendo finalmente la importancia de haber vivido con anhelo de santidad durante nuestra vida en la tierra!

A veces nos olvidamos que la promesa del Cielo, del Reino de Dios, es una promesa encarnada. La resurrección de los muertos, a la que todos estamos llamados, es seguir a Jesús, que con Su Muerte y Resurrección venció a la muerte. Él nos abrió así las puertas a la eternidad, pero esta será una eternidad con cuerpos glorificados, en un nuevo cielo y una nueva tierra. Cuando Jesús vuelva, en Su Segunda Venida, estaremos a las puertas del Juicio Universal, y de allí caminaremos a ese nuevo paraíso que Dios nos construye, donde Él nos espera.

Los abrazos aquí en la tierra, y los sentimientos de unidad que provocan en nuestra alma, son un anticipo de ese nuevo paraíso. Allí tendremos cuerpos, pero no enfermedad, juventud, y ya no más muerte. Viviremos en perfecta unión, en la alegría de haber pasado la prueba, y como nos dijo San Pablo, habiendo conservado la fe y perseverado hasta el fin. El premio a haber llevado una vida de gracia es gigantesco. Cuando pienso en lo que arriesgamos cuando gastamos nuestro tiempo en cosas vanas, no puedo más que conmoverme e inmediatamente anhelar alejarme de todo lo mundano y poner manos a la obra en el más importante proyecto de mi vida: ¡La santidad!

El poder de un abrazo es incalculable, porque allí se manifiesta toda la belleza de nuestra humanidad, de lo bueno que Dios puso en nosotros. El abrazo de un padre a un hijo, de un esposo a su esposa, de dos amigos que se reencuentran, de dos almas consagradas que comparten el más maravilloso tesoro. El abrazo es un chispazo del Amor de Dios que baja por un instante a nuestra alma, y nos da un signo de todo lo bueno que Dios plantó dentro nuestro.

En el próximo abrazo que des, o recibas, busca por un instante la Presencia de Dios que envuelve ese encuentro. Busca entonces en ti la pureza, la sinceridad, el deseo de consolar, de ayudar, de ser bueno, de romper toda división y conflicto. Busca en ti, por un momento, a ese ser maravilloso que Dios creó, y que tantas veces te esfuerzas en oscurecer y manchar con el espíritu del mundo. Que ese abrazo espante al mundo, y te abra de par en par las puertas y ventanas del Cielo, para que una vez allí, no quieras volver nunca más a perder de vista el eje de tu vida: ganarte tu lugar en el Nuevo Paraíso, encarnado, con tu cuerpo glorificado, feliz para siempre.

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Autor: Reina del Cielo


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Enfrentar la enfermedad https://www.reinadelcielo.org/enfrentar-la-enfermedad/ Fri, 07 Mar 2025 16:23:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=334 Conocemos mucha gente que sufre enfermedades a nuestro alrededor, y casi todos hemos enfrentado en un punto de la vida un momento de preocupación por la salud física. ¿Cómo reaccionamos cuando llegan estas épocas de prueba?

Dios en su infinito amor quiere nuestro bien, y en ese plan permite que nos acose la enfermedad. ¿Por qué?

Vidas

El Señor sabe muy bien que cuando nos regala prosperidad, gracias y progreso personal y familiar, solemos alejarnos de El. En esos momentos nos llenamos de soberbia y vanidad, creemos que el mérito de lo obtenido es nuestro y no de Dios. No agradecemos, no nos volvemos a El. En resumen: no aprovechamos la oportunidad para cimentar un camino de conversión basado en el agradecimiento y reconocimiento de que fue Dios el artífice de lo logrado. ¡Pero qué ciegos somos!. Nada bueno en este mundo proviene de alguien que no sea el propio Dios. Nuestras virtudes, nuestras aptitudes, lo aprendido, los bienes recibidos, todo proviene de Dios. Y si usamos para el bien esas habilidades naturales o adquiridas, si se transforman en buenas obras: también esas obras provienen de Dios, porque son el resultado de dones recibidos conjugados con el amor por los demás. ¡Reconozcamos de este modo que Jesús está vivo y actúa entre nosotros a través de todo lo bueno que acontece en nuestro día!.

En cambio, cuando Dios permite que la enfermedad u otras tribulaciones se ciernan sobre nuestra vida, pone grandes esperanzas en que eso sirva para nuestra conversión. Y la verdad es que es mucho más frecuente encontrar conversiones profundas originadas en la enfermedad, que en la prosperidad. Es que el reconocerse enfermo obliga a darse cuenta que no somos nada, es un camino a la humildad. Y de este modo, por el sendero de la pequeñez, se nos abre el corazón para poder pedir ayuda al Señor. También es cierto que la enfermedad suele provocar el efecto contrario: que la persona se enoje con Dios, y se aleje aún más de lo que estaba. Pero este es un riesgo que Dios toma, porque siempre es nuestra la opción, nuestro el libre albedrío. El pone las llamadas y los signos en nuestra vida, somos nosotros los que debemos reconocerlos y torcer el rumbo de nuestro destino.

Cruz

De este modo, quienes sufren enfermedad tienen en el sufrimiento un camino de purificar no sólo las propias faltas, sino las de muchas otras almas también. Son Cruces que, si se llevan con entrega al Señor y no con enojo hacia El, son tomadas por Dios como un regalo que agrada a Su Corazón amante. El Beato Don Orione solía rezar de este modo: “Señor, envíame más Cruces, quiero sufrir más en expiación de la poca disposición de los hombres a llevar Tu Cruz”. En realidad todos los grandes santos tuvieron esta actitud de entrega al sufrimiento, a las tribulaciones que Dios permitía en sus vidas.

El entendimiento humano sobre lo que es bueno o malo para nuestra vida es bien distinto del pensamiento de Dios: El sabe perfectamente qué es bueno para nosotros. Entreguemos, entonces, mansamente nuestra voluntad a la Divina Providencia. Quien encuentra en la enfermedad una vía de llegar a la salvación del alma, no podrá negar luego que Dios le ha hecho un gran bien, cuando se encuentre con El en el Reino. Viviendo aún en este mundo, en esta vida, ¿cómo podemos tratar de entender lo que es bueno o malo para nosotros?.

Veamos en la enfermedad propia o en la de quienes amamos un llamado a la conversión o a la profundización de la conversión. ¡O lisa y llanamente un llamado a la santidad!.

Oremos así:

“Señor, me entrego a Tu Voluntad. Tú sabes lo que es mejor para mi, yo no entiendo, ni pretendo entender. Sé que mi enfermedad es para mi bien, porque sana mi alma, y quizás, sólo quizás, tu querrás sanar mi cuerpo también. Pero eso lo dejo en Ti, Señor, con humildad y entrega. Y te agradezco también todo lo que haces por mi, para que finalmente mi corazón se empequeñezca y se abra, y deje paso a que sea Tu Divina Voluntad la que haga mi día”.


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Y el Señor lloró https://www.reinadelcielo.org/y-el-senor-lloro/ Fri, 28 Feb 2025 11:42:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=363 ]]> Hay un lugar en Jerusalén llamado Dominus Flevit, que quiere decir literalmente “El Señor lloró”. Dice la tradición que desde este punto observó Jesús la ciudad, y sabiendo lo que ocurriría en ella, lloró. El vino a ellos, a Su pueblo, y no dejó de decir palabra o de hacer milagro, tratando de convencerlos. Pero el pueblo elegido tuvo el corazón duro, y lo rechazó. Lo rechazó la gente común y también lo rechazaron los que estaban en el Templo sobre el monte Sión, los sacerdotes y doctores de la ley.

Rostro de Jesús (ft img) 2

Me pregunto qué siente Jesús en estos tiempos cuando nos mira a los cristianos, que somos Su pueblo nacido después de la Resurrección. La clave está en la observación que se hiciera sobre nuestros hermanos de la Iglesia primitiva, la de los primeros tiempos: “miren cómo se aman” (del teólogo Tertuliano, año 155-230). Somos los miembros del Cuerpo Místico de Jesús, y eso es una gran responsabilidad que debemos honrar en todo ámbito, en nuestras familias, trabajos, en todo momento. ¿Acaso quienes hoy nos ven como cristianos, como integrantes de la Iglesia de Cristo, exclaman con asombro ?miren cómo se aman??

Demasiadas veces escucho que gente alejada de Dios rechaza la invitación a volver al Señor con amargas palabras: “con Dios no tengo problemas, pero no tuve buenas experiencias con los que están en las primeras filas de los bancos de las iglesias, y luego llevan unas vidas que dan vergüenza”. Es obvio que resulta una muy práctica excusa el reaccionar de ese modo, pero también es cierto que muchos católicos damos un mal ejemplo en nuestro carácter de miembros de la Iglesia, como testigos vivos de Su amor. En realidad, espantamos a las ovejas, en lugar de atraerlas al rebaño.

También en otras ocasiones los alejados reaccionan a las invitaciones recordando “a aquel sacerdote que cometió un acto que no es digno de un consagrado a Dios”. Con tan simple motivo descartan de plano toda aproximación a la Iglesia, olvidando que no es a hombre alguno que se busca en los Sacramentos, sino a Dios mismo. Por supuesto que esta gente no se molesta en descubrir o resaltar la figura de tantos sacerdotes santos que se encuentran en el camino. Para ellos es preferible quedarse con la imagen de aquel que no llevó su apostolado con dignidad, o al menos así lo parecía.

Mirada de Jesús

He dudado mucho hasta concluir sobre cual es la mejor forma de responder a estos planteos, que son tan frecuentes, lamentablemente. Negar que existan malos cristianos, laicos como consagrados, no tiene sentido ya que los ejemplos abundan. Tratar de argumentar sobre la proporción de malos sobre buenos es entrar en un debate interminable. Mi conclusión fue la de reconocer que, personas al fin, tenemos de los buenos y de los otros en nuestras filas, ¿cómo negarlo? Pero es fundamental dejar muy en claro que, frente a los que no representan dignamente su carácter de cristianos, Dios llora, como lloró en Jerusalén aquel día.

Si, el Señor llora con amargura cuando ve que aquellos que debemos unir, desparramamos, que aquellos que debemos amar, odiamos. Y llora aún más amargamente cuando ve que con una sonrisa de burla nos miran y dicen: “miren cómo se pelean”. Imaginen la tristeza de Jesús cuando es testigo de que, amparados en la falta de amor de algunos cristianos cercanos a Su Iglesia, muchos otros cristianos se alejan de El, dejándolo más sólo aún. Al alejarnos de la Iglesia nos alejamos de Jesús, quien más que nunca necesita de nuestro amor para construir un círculo de caridad cristiana alrededor de Su Templo.

Y yo, ¿a qué grupo pertenezco? Como me decía un sacerdote amigo, si tengo el “Currículum Católicus Vitae” y concurro asiduamente a los Sacramentos, mejor que lleve una vida que sea un testimonio de amor y unión. Que mi vida sea una invitación a acercarse a la religión. Y si me he alejado de la Iglesia por no sentirme a gusto con algunos de los que están en ella, mejor comprenda que al que he dejado sólo es a Jesús.

La Iglesia es Cristo, es muchísimo más que los hombres y mujeres que la conformamos como miembros activos. A la Iglesia se asiste al encuentro con Dios, porque la celebración de la Eucaristía es la oración perfecta, es el milagro continuo que se reproduce en todos los altares del mundo, día a día. Reflexionemos en lo que con gran ironía dijouna vez un miembro de una iglesia protestante: “si los católicos creyeran realmente que Jesucristo está presente en Cuerpo y Sangre en la Hostia Consagrada, en el Sagrario, debieran estar allí a tiempo completo, de rodillas y adorando”.

Y el Señor lloró.


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Darle valor al dolor https://www.reinadelcielo.org/darle-valor-al-dolor/ Thu, 27 Feb 2025 06:01:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=575 ]]> Es notable como la misma circunstancia en la vida de la misma persona, puesta en distintos planos espirituales, pueda tener significados tan diametralmente distintos. Déjenme explicarles qué es lo que trato de decir: mi cuadro se refiere a esos momentos en que el dolor oprime nuestro cuerpo o nuestra alma, bajo la forma de enfermedad, o angustia, o tantas otros modos de poner bajo una tonelada de concreto nuestra confianza en un futuro pleno de felicidad. Momentos de oscuridad, donde nos parece imposible que fuéramos felices en el pasado, o que tuviéramos la capacidad de tener una visión positiva encumbrada en nuestra alma.

En el Cielo, en ese momento, se produce un profundo silencio. Dios nos está mirando, a la expectativa de nuestra reacción. Y con El, todos los Ángeles y los santos miran extasiados el conmovedor momento que se puede contemplar: el Dios Creador y Omnipotente tiene puesta Su Mirada en una pequeña criatura allá abajo, con la esperanza de que ocurra algo maravilloso. La situación se transmite de corazón a corazón, todos esperan que esa alma tome el camino que Dios espera, que responda gloriosamente al momento de prueba.

Petición al cielo (ft img)

Pero, tristemente, en la mayor parte de las oportunidades fallamos y dejamos al Cielo todo con un rostro triste, empezando por nuestro amado Jesús. Sin comprender cual es el camino del amor, nos enojamos con Dios, o nos dejamos abrumar por la falta de esperanza, o buscamos soluciones humanas confiando en nuestras fortalezas personales, ignorando al que es el Único dueño de nuestras verdaderas fortalezas. Si simplemente fuéramos capaces de levantar la mirada al cielo y pedir ayuda a Dios, o elevar una oración. Dios, ante nuestro olvido de El, se vuelve triste a los suyos y encuentra consuelo en quienes están unidos a Su infinito Amor. El silencio envuelve ese instante, en que una oportunidad fue derrochada por un alma que no logra encontrar el camino correcto.

Pero, qué distinto es lo que ocurre cuando esa misma alma se despierta de su letargo, y envuelta en la humana oscuridad del miedo o el dolor, levanta la mirada y busca consuelo en Su Único Amor, nuestro Salvador. En ese instante una luz intensa ilumina el rostro de Jesús, que emocionado mira a Su Madre y la abraza. Ángeles y santos estallan en un único grito de alabanza a las glorias del Salvador, que tiene en ese instante una gota de la Sangre derramada en la Cruz, devuelta a Su Trono en forma del amor de Sus criaturas.

Pero una mayor alegría aún estalla en el Reino si esa misma alma sufriente entrega en ese instante su dolor a Dios en beneficio de las almas pecadoras, de las almas del purgatorio, de todos aquellos que necesitan de reparación y penitencia. Ese corazón, en lugar de orar para que el dolor se detenga, ofrece todo en ayuda de la obra de la Salvación, y así se transforma en alma corredentora.

Sin embardo, es el éxtasis supremo el que brota en el Cielo cuando esa alma agradece el dolor del Señor, y pide aún más dolor, porque sabe que se trata de un honor inmerecido el de compartir la Cruz de Jesús aunque más no sea un instante. Esas almas agradecen el dolor, y piden más, piden llevar la cruz con humildad y silencio. Se puede decir que han llegado a la esencia de la santidad, al punto en que el alma ha comprendido la misión de vida en el paso por la tierra.

El Cielo canta y se pone de fiesta cuando un alma pasa la prueba, la alegría se contagia de uno a otro, porque una oveja perdida del rebaño ha vuelto a casa, ha entrado en las verdes praderas que el Buen Pastor nos ha preparado. Esa alma tiene que conservar ahora ese tesoro, y multiplicarlo, para lograr llegar al término de la vida terrenal con la llave de entrada al lugar de las eternas delicias.

Cuanta sencillez forma el pensamiento de Dios, tan distinto a nuestras complejas madejas intelectuales, a nuestros modos tan humanos de justificar nuestra falta de amor. ¡Si es tan sencillo! Para amar, sólo hace falta estar dispuesto a dejar de lado todas las necesidades terrenales, humanas, cuando el Señor quiere hacernos socios de Su Dolor. Darle valor al dolor, a nuestros miedos y angustias, y hacer sonreír a Dios, es fundamentalmente hacerle un favor a nuestra alma, que purificada avanzará por esta vida con mayor sabiduría, por medio de la gracia que nos concede el Espíritu Santo.


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Generación perdida https://www.reinadelcielo.org/generacion-perdida/ Fri, 14 Feb 2025 08:07:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=25261 Vivimos siendo parte de una generación perdida, inconsciente totalmente de su ignorancia, de su ceguera. Se que suena fuerte decirlo, y que algunos reaccionarán diciendo todo lo contrario. Que el hombre nunca tuvo tantos conocimientos, ni tanta tecnología a su disposición, ni tantas comodidades para hacer la vida más llevadera. No niego todo eso, porque es absolutamente innegable, está a la vista de todos nosotros.

Sin embargo, me pregunto. ¿De qué sirve?

De qué sirve todo esto si nos transformamos en una generación asesina, que ha avanzado en leyes que promueven el aborto de niños inocentes, hasta en fechas cercanas al nacimiento. No es que sea menor o mayor el crimen, ante los ojos de Dios, si se materializa inmediatamente después de la fecha de la concepción, o ya cercano al noveno mes. Es el mismo crimen. Pero para ser sinceros, me parece que ya es ir demasiado lejos el atreverse a cortar una vida que ya tiene absolutamente todo lo necesario para salir al mundo y Vivir. Es una muestra de cuan lejos están dispuestos a ir.

De qué sirve todo esto, también, si esta generación además condiciona a médicos y personal de la salud, obligándolos a no sólo ser cómplices, sino a ser instrumentos del homicidio. Esta sociedad condena a muchos excelentes profesionales de la ciencia médica a optar entre traicionar su conciencia, o ir a la cárcel. Demasiado parecido a las persecuciones de los primeros cristianos. Renuncias a tu fe, o vas al circo romano a enfrentar a los leones.

De qué sirve toda esta tecnología que nos hace la vida cómoda, si luego es utilizada para que no podamos educar a nuestros hijos de acuerdo a nuestra fe, o como mínimo de acuerdo a nuestra conciencia. Vivimos una generación que nos hace ver como en los colegios a los que van nuestros niños los pervierten para cumplir con supuestas leyes que van totalmente en contra del orden natural. E igual que ocurre a médicos e instituciones médicas, obligan a educadores e instituciones educativas a optar entre traicionar su Fe y su moral, o enfrentar a los leones. Y lo peor de todo, es que ponen a padres contra hijos, porque el error avanza y se transforma en un nuevo prisma moral. La moral del error.

Y de qué sirve todo este avance médico, si se lo utiliza crecientemente para cercenar tempranamente la vida de aquellos que la sociedad no considera práctico seguir sustentando. Hablamos de ancianos, personas enfermas, niños defectuosos. Demasiado parecido a lo que hacían en Esparta. Y por supuesto, todo bajo el paraguas protector de que es “para permitir una mejor calidad de vida a los que sí merecen vivir”, que de ese modo se hacen merecedores de toda la atención del estado. El estado decide quien vive, quien no.

De qué sirve finalmente toda esta modernidad, si no es capaz de detener una simple epidemia de resfrío, que es sólo más mortal que las anteriores. Vivimos una generación tan ciega, que ni siquiera es capaz de mirar al Cielo, y comprender que Dios está detrás de esto. Ni siquiera aquellos que tenemos Fe somos capaces de confesar públicamente que sí, que esto es una purificación que Dios nos da, un llamado a cambiar. Siendo políticamente correctos, “mejor no hablar de ciertas cosas”, parece ser el dogma. Tremendo error, del que Dios no deja de tomar nota. En este sentido, quiero agregar que debemos leer con atención toda la Biblia, incluido el Antiguo Testamento, porque allí está la historia de las traiciones del pueblo elegido, y como respondió Dios, una y otra vez. Jesús mismo nos dijo que El no venía a cambiar una sola coma de la Ley, sino a hacerla cumplir.

Es increíble, pero ni siquiera esta pandemia global ha sido capaz de hacerle aprender la lección a esta generación. Se puede decir, sin temor a equivocarnos, que el mundo ha aprendido poco, muy poco, a pesar de que Dios nos está advirtiendo que debemos cambiar. Que debemos poner el freno, y cambiar el rumbo. Que debemos vestirnos de saco y ceniza, y llenarnos de ayuno y oración. Que debemos salir a los tejados a predicar que Dios Existe, que nos ama, y que no está nada tranquilo con cómo van las cosas aquí abajo.

Vivimos siendo parte de una generación que ha perdido el rumbo, que está perdida, y que no reacciona. Una generación que no está “recalculando” la ruta para evitar un desastre. Nosotros, como parte de ella, debemos ser distintos, debemos nadar contra la corriente, como el salmón. No importa cuan fuerte nos arrastre la presión de la sociedad, es fundamental que perseveremos en nuestras convicciones, y luchemos no sólo por nuestras almas, sino también por las de los que nos rodean.

Hay demasiado en juego, por eso justamente debemos perseverar hasta el fin. Es la hora de los valientes, de los héroes anónimos, los que desde el llano defienden la Verdad, y la Vida. Los que desde el llano defienden a Dios.

Cualquier otra cosa que se diga, es simple palabrerío vacío.

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Meditaciones de Los Hombres de María – 2025 https://www.reinadelcielo.org/meditaciones-de-los-hombres-de-maria-2025/ Fri, 07 Feb 2025 19:57:37 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=28299 ]]>

Hombres de Maria es un Grupo de Oración y meditación perteneciente a los Misioneros de Nuestra Señora del Cielo, Asociación de Fieles radicada en el Obispado de Zarate-Campana, Argentina.

Durante el rezo del Santo Rosario de los viernes de la Comunidad de los Hombres de María, se realiza una entrevista a distintos misioneros que testimonian sobre temas de nuestra fe.

Aquí recogemos algunas de esas entrevistas y reflexiones.


Catecismo sobre los Sacramentos con el Padre César Sturba


Abril 2025

Entrevista del viernes 11 de abril de 2025
“Conversando con Viviana sobre una niña llamada por Dios”

Imagen del podcast
Conversando con Viviana sobre una niña llamada por Dios
Meditaciones de los hombres de María

Entrevista del viernes 04 de abril de 2025
“Dios es la Paz, el mundo es la gran confusion”

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Dios es la Paz, el mundo es la gran confusión
Meditaciones de los hombres de María

Marzo 2025

Entrevista del viernes 28 de Mazo de 2025
“Conversando con Marta sobre la oportunidad que nos da la indulgencia en El Santuario”

Imagen del podcast
Conversando con Marta sobre la oportunidad que nos da la indulgencia en El Santuario
Meditaciones de los hombres de María

Entrevista del viernes 21 de Mazo de 2025
“El Amor no es amado”

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El Amor no es amado
Meditaciones de los hombres de María

Entrevista del viernes 14 de Mazo de 2025
“Tere nos habla de La Virgen”

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Tere nos habla de La Virgen
Meditaciones de los hombres de María

Entrevista del viernes 07 de Marzo de 2025
“Demasiada curiosidad, demasiada inteligencia, y una débil Fe”

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Demasiada curiosidad, demasiada inteligencia, y una débil Fe
Meditaciones de los hombres de María

Febrero 2025

Entrevista del viernes 28 de Febrero de 2025
“Conversando con Marta”

Imagen del podcast
Conversando con Marta
Meditaciones de los hombres de María

Entrevista del viernes 21 de Febrero de 2025
“Doce misioneros testimonian haber escuchado el Cielo”

Imagen del podcast
Doce misioneros testimonian haber escuchado el Cielo
Meditaciones de los hombres de María

Entrevista del viernes 14 de Febrero de 2025
“Dios nos muestra Su música”

Imagen del podcast
Dios nos muestra Su música
Meditaciones de los hombres de María

Entrevista del viernes 07 de Febrero de 2025
“Origen del Rosario de la Santísima Trinidad, y quien es Natuzza”

Imagen del podcast
Origen del Rosario de la Santísima Trinidad, y quien es Natuzza
Meditaciones de los hombres de María

Catecismo sobre los Sacramentos con el Padre César Sturba

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Dos tórtolas ofrecidas en sacrificio https://www.reinadelcielo.org/dos-tortolas-ofrecidas-en-sacrificio/ Fri, 31 Jan 2025 10:09:00 +0000 http://www.reinadelcielo.org/?p=298 ]]> La Redención tiene infinitas facetas para que nuestro corazón, en meditación, las descubra.

Cuando rezamos el cuarto misterio gozoso del Santo Rosario, por ejemplo, meditamos la Presentación de Jesús en el templo. Y sabemos que allí recordamos la celebración de un rito que el pueblo judío heredó de las leyes de Moisés: se presentaba a Dios al hijo primogénito en el Templo, en forma de sacrificio. Y la costumbre de los humildes era presentar dos tórtolas como ofrenda. Cuando aquel día José y María ofrecieron a Jesús en el Templo se vivió un anticipo de lo que ocurriría luego: el Cordero de Dios iba a ser verdaderamente ofrecido en sacrificio, para la Salvación de toda la humanidad. Allí el anciano Simeón profetizó a María que su corazón iba a ser traspasado por una espada, por el destino de Cruz que su Hijo iba a enfrentar.

Aquí se esconde un gran misterio: se ofrecieron entonces dos tórtolas como símbolo de sacrificio a Dios. Ellas representaban a Jesús y también a María. Se ofreció en sacrificio al Redentor y a la Corredentora, juntos inseparablemente en la obra de la Salvación. Dios Padre recibió la ofrenda de Su propio Hijo y también la de la Criatura más perfecta, verdadera Arca que contuvo y dio su naturaleza humana al Salvador.

Las dos tórtolas ofrecidas en sacrificio en Jerusalén dos mil años atrás unieron indisolublemente a Madre e Hijo en la obra de la Salvación, frente a Dios Padre. Jesús murió física y místicamente por nosotros en la Cruz, pero su Madre lo siguió en todo momento, de tal modo que también sufrió místicamente la Pasión de su Hijo amado. Así, el misterio de la Redención va unido al de la Corredención de María.

El único y verdadero Salvador de la humanidad no quiso en ningún momento tener a Su Madre lejos de él: espiritualmente ellos siempre estuvieron unidos, como lo están ahora. Estos tiempos son importantes para recibir de nuestra Madre Celestial el consuelo y la guía para que lleguemos a su Hijo. Porque, como dijo San Luis Grignon de Montfort, María es el camino más corto y seguro para llegar a Jesús.

¡Jesús y María, sean la Salvación del alma mía!


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