Brescia, Italia
La Virgen María se aparece a una humilde enfermera llamada Pierina Gilli. Ella quiso consagrarse al Señor como hermana de la orden de las Siervas de la Caridad, sin poder lograrlo debido a los problemas que afectaban su salud: el Plan de Dios para Pierina indicaba que su vida debía ser la de un instrumento que recibiría a la Madre del Salvador.
Sin embargo, con anterioridad a María, Pierina recibió las apariciones de una Santa mujer, la fundadora de la orden a la que ella quiso ingresar, Santa María Crucificada de la Rosa. Ella preparó la venida de la Virgen: María finalmente se presentó durante 1944 en una primera oportunidad, mostrando tres espadas que atravesaban su Corazón. Las espadas representaban las heridas producidas por las faltas de las almas consagradas, sacerdotes y religiosas. Este mensaje indicó a las claras el sentido de toda la revelación que María nos iba a entregar a través de la humilde enfermera de Brescia.
Pero fue en la primavera italiana de 1947 en que la Virgen acentuó su presencia ante Pierina: allí se manifiesta con la conocida imagen de las Tres Rosas engarzadas en su pecho, y una actitud que de tan amorosa llena de amor a los corazones más fríos y alejados. María Rosa Mística es el nombre con el que la Virgen se manifiesta a Pierina, para alegría de quienes vemos en la Madre de Dios a nuestra guía y capitana:
¡Ella nos lleva a su Hijo, Jesús!
Los mensajes de la Virgen se centran a partir de entonces en la necesidad de ayudar a las almas consagradas, religiosas y sacerdotes, mediante la oración, el sacrificio y la penitencia, siendo estos los mensajes representados en las tres Rosas que María lleva en su imagen. El propósito de ésta misión es claro: Dios necesita a los que integran Su Cuerpo Místico con la función de ser pastores de las almas, y también a quienes con su oración sostienen espiritualmente a la Iglesia. El mundo no puede salvarse, si la iglesia no tiene en su interior a las fieles almas consagradas que muevan a los hombres a la conversión verdadera. ¡Ellos son las venas por los que corre la Sangre espiritual del Cuerpo Místico!
Pero sin dudas que la conocida imagen de la Rosa Mística ha sido el signo que ha caracterizado a ésta aparición: las miles de estatuas que inundaron el mundo han generado cientos de milagros, en la forma de lacrimaciones, lacrimaciones de Sangre, escarchas de colores, exudación de aceite perfumado y sanaciones de cuerpos y almas.
Todas estas Gracias han tenido un efecto maravilloso: la Rosa Mística se transforma rápidamente en una de las imágenes de María más difundidas en el mundo actual. La Reina del Cielo nos enamora profundamente, nos lleva a Su Corazón Inmaculado con la seguridad de quienes saben que tienen la protección de Dios.
¡María Rosa Mística, llena nuestro corazón de tu Gracia, mueve nuestras almas con suavidad y ternura, como lo hacías con tu Niño en Nazaret!
Agradecemos a www.corazones.org por los textos utilizados como base de este documento. Tambien agradecemos a Opus Rosa Mystica, por haber distribuido gratuitamente miles de imagenes de la Rosa Mística por todo el mundo, muchas de las cuales han sido fuente de milagros sorprendentes. Si desea comunicarse con estos enamorados de María, la direccion es:
Opus Rosa Mystica
Horst Mehring
Wittgenbusch 54
D-45277 Essen
Fax 49-201-588746
PS. El buen Horst Mehring falleció hace pocos años, desconocemos información sobre la continuidad de su obra de difusión de María Rosa Mística alrededor del mundo.
El Momento
Año 1944, llegan los finales de la segunda guerra mundial. El mundo se ve sacudido por la maldad del hombre, y la dolorosa mirada de Dios que contempla la arrasadora acción del tentador sobre millones de corazones humanos. María, Madre de la Misericordia, inicia en Ámsterdam en este año las apariciones que conocemos como La Señora de todas las Naciones, o María Corredentora. En la misma Europa, en el mismo año inicia sus apariciones a una humilde enfermera italiana, origen de la mundialmente difundida devoción a María Rosa Mística. Muy cerca de allí, El Padre Pío de Pietrelcina y Luisa Picarreta trazaban surcos de santidad en las almas de los hombres, que tendrían creciente efecto en los corazones deseosos de encontrar a Dios.
¡La Misericordia de Dios preparaba algo maravilloso para todos nosotros en esos tiempos!
¿El lugar?
Montichiari (que significa no casualmente Monte Luminoso) es una pequeña ciudad de 14.000 habitantes del norte de Italia, a 20 Kms. de la ciudad de Brescia. Está situada al pie de los Alpes italianos, en la fértil llanura del río Po, región de Lombardía. Italia fue bendecida una vez más, de este modo, por la Gracia de Dios. ¿Qué extraño designio del Señor marca a este pueblo con tan distinguida elección, por siglos y siglos?. Un día, en el Reino, lo comprenderemos de modo profundo. Por ahora, nos limitamos a contemplar la interminable lista de santas mujeres, santos hombres y santos lugares que pueblan la historia del pueblo romano.
¿La vidente?
Pierina Gilli nació primera de nueve hermanos en la villa de San Jorge, Montichiari, el 3 de agosto de 1911. Su padre fue Pancracio Gilli, campesino. Su madre, Rosa Bartoli, crió a sus nueve hijos en la pobreza y en el amor a Dios. Fue bautizada el día 5 de agosto, fiesta de Nuestra Señora de las Nieves, “ocasión en que mi madre me consagraría a la Madre del Cielo para que con su tierna protección conservase mi vida blanca y pura como la nieve”, según sus propias palabras.
A los siete años de edad muere su padre como consecuencia del sufrimiento experimentado en los campos de batalla de la primera guerra mundial. Pierina vivió de 1918 hasta 1922 en el orfanato de las Siervas de la Caridad, donde, a los 8 años de edad, recibió su primera comunión. Su madre contrajo matrimonio nuevamente, con nuevos hermanitos que requerían de los cuidados de Pierina, hermana mayor. La pobreza envolvió a la familia, mientras ella recibe el llamado a la fe religiosa. Su vocación se ve truncada por sus tempranos problemas de salud, que la obligan a salir del convento de las hermanas Siervas de la Caridad donde había ingresado. Se transformó en enfermera, hasta la edad de 32 años en que vuelve a intentar consagrarse como Hermana de las Siervas de la Caridad. Sin embargo, su salud la colocó nuevamente en la vida laica: Dios tenía otros planes para Pierina, dentro de Sus misteriosos designios.
Pierina vive a partir de este momento las apariciones de María, transformándose su vida de inmediato, hasta su muerte. El 12 de enero de 1991 Pierina Gilli regresa a la casa del Padre.
La vida de esta mujer es de una sencillez sorprendente, indicando una vez más la predilección de Dios por los pequeños humildes, los que aceptan Su Santa Voluntad sin discutir ni preguntar. Pierina fue una Laica consagrada a la Virgen, y por Ella a Jesús. Este es un signo de los tiempos que vivimos, y también un paso necesario frente al contenido central de los mensajes que María entregó a Pierina. Como dijo nuestro amado Juan Pablo II, ¡ésta es la hora de los laicos!
Antecedentes de la Rosa Mística
La asociación de la Rosa Mística con la Madre de Dios proviene de siglos atrás, mucho antes de las apariciones en Brescia a Pierina Gilli. En la catacumba romana de San Calixto (siglo III) los cristianos dibujaron rosas como signo del paraíso. En el siglo V ya la rosa era signo metafórico de la Virgen María. Edulio Caelio fue el primero en llamar a María “Rosa entre espinas”. Cuatro siglos después el monje Teofanes Graptos usa el mismo símil refiriéndose a la pureza de María y a la fragancia de su gracia. Desde el medioevo se hace referencia al texto de Isaías: “saldrá un vástago del tronco de Jesé y un retoño de sus raíces brotará” como referente a María y Jesús. También, del libro de Sabiduría: “He crecido como una palma de Engadi, como un rosal en Jericó”. De éste modo, la veneración a la Rosa Mística se remonta a los primeros siglos del cristianismo.
Vemos también en el himno “Akathistos Paraclisis” de las iglesias del Oriente (el cual es una especie de Rosario cantado) ésta hermosa invocación: “María, Tú, Rosa Mística, de la cual salió Cristo como milagroso perfume.” Podemos ver también como las Letanías Lauteranas (1587) en honor a la Santísima Virgen, ya traen el título de María Rosa Mística.
Pero sin dudas la referencia más directa proviene de Alemania: desde el año 1738 en la diócesis de Speyer, en el Santuario de Rosenberg, se venera la milagrosa imagen de la “Rosa Mística”. En el pedestal que sostiene a la imagen están pintadas tres rosas: una blanca, una roja y una dorada, y en el halo luminoso que la rodea se destacan tanto a la derecha como a la izquierda, trece rosas doradas. A partir de la aparición de Montichiari la Virgen es honrada cada 13 de Julio como María Rosa Mística. ¿Coincidencia?. No, más bien Divina Providencia.
Nada ocurre en forma aislada en el Plan de Dios: todo tiene un significado. Cada aparición de María tiene un sentido y una sincronía perfecto con el anuncio que Dios quiere hacernos en estos tiempos. Prestemos atención a la palabra de la Virgen bajo la advocación de la Rosa Mística, y meditemos en nuestros corazones sobre lo que ocurre a nuestro alrededor en la actualidad.
Pierina recibe a otros mensajeros celestiales
Antes de las apariciones de la Virgen, Pierina recibió la gracia de ser visitada por la santa fundadora de la Congregación de las Siervas de la Caridad, la que en ese momento era la Beata María Crucificada de la Rosa. Tenía 33 años y, siendo enfermera, se enfermó gravemente de meningitis. El día 17 de diciembre de 1944 (día de la fiesta de su santa fundadora) sintió que se abría la puerta y vio a esta religiosa ya fallecida que le preguntó: ¿Cómo estás Pierina?. A lo que ella respondió que le dolía mucho la cabeza. Ella entonces le dijo: “Este vasito (tenía en sus manos un vasito blanco) me lo dio una Señora para ungirte. El dolor de cabeza que tienes te continuará un poco todavía…tendrás que cargar una Cruz desnuda, pero luego sanarás. Dicho esto le hizo señas de que se pusiera sobre su costado derecho, y le ungió la parte enferma en la espalda y la cabeza. Esta “Señora” que le dio el vasito blanco a Santa María Crucificada de la Rosa con aceite que tenía la propiedad de sanar, no era otra más que la Virgen María.
Las apariciones de la que es hoy ya Santa María Crucificada de la Rosa, serán muy frecuentes a Pietina, trayéndole consuelo y fortaleza en las tantas pruebas a las que tiene que verse expuesta a causa de las manifestaciones de la Virgen y de su mensaje.
Primera aparición de la Virgen a Pierina
Del 23 al 24 noviembre de 1945 se produce la primera aparición de la Virgen a Pierina, pese a que algunos textos consideran que fue en realidad la ocurrida durante junio de 1947. Lo concreto es que en esta fecha, Santa María Crucificada de la Rosa se aparece a Pierina, y con ella se manifiesta por primera vez la Virgen en forma transparente, vestida de color violeta y con un velo blanco que cubría su cabeza y bajaba hasta los pies. Tenía los brazos abiertos de manera que se podían ver tres espadas que estaban clavadas en su pecho a la altura del corazón. La santa le dijo a Pierina que aquella Señora era la Virgen, la cual venía a pedirle oraciones, sacrificios y sufrimientos para reparar por los pecados de tres categorías de almas consagradas, almas sacerdotales, a Dios: por aquellas almas religiosas que traicionan su vocación, para reparar el pecado mortal de estas almas y para reparar la traición de los Sacerdotes que se hacen indignos de Su Sagrado Ministerio.
Luego la Virgen le explicó a Pierina el significado de las tres espadas: la primera espada significa la pérdida culpable de la vocación sacerdotal o religiosa, la segunda espada representa la vida en pecado mortal de personas consagradas a Dios, y la tercera espada la traición de aquellas personas que al abandonar su vocación sacerdotal o religiosa, pierden también la fe y se convierten en enemigos de la iglesia.
Las tres Rosas son anunciadas por María: oración, sacrifico y penitencia
El día domingo 13 de Julio de 1947 se produce la primera aparición de la Virgen con tres Rosas en el pecho. La Virgen se aparece en la sala del hospital, vestida de blanco con una capa blanca que tenía reflejos de luz plateada y con un manto blanco sujetado bajo la garganta, como por un gancho. Este manto le llegaba hasta los pies, dejando entrever sobre la frente cabellos color castaño claro. Tenía ribete bordado en oro. Cuando Pierina asombrada le preguntó quien era, Ella dijo: “Yo soy la Madre de Jesús y la Madre de todos vosotros”. Abrió los brazos y en lugar de las espadas que Pierina había visto en la aparición anterior, la Virgen tenía tres rosas: blanca, roja y amarilla (dorada). Después de una pausa, Ella dijo: “Nuestro Señor me envió para implantar una nueva devoción Mariana en todos los institutos, así masculinos como femeninos, en las comunidades religiosas y en todos los sacerdotes. Yo les prometo que si me veneran de esta manera especial, gozarán particularmente de mi protección, y habrá un florecimiento de vocaciones religiosas”. María pidió que el 13 de cada mes fuera un día en el que se hiciera la Jornada Mariana, a la cual precedieran oraciones especiales de preparación por 12 días. Y pidió también: “dicha Jornada debe ser de reparación por las ofensas cometidas contra nuestro Señor por las almas consagradas que con sus culpas hacen penetrar en mi Corazón y en el Corazón de mi Divino Hijo tres espadas punzantes”. Ese día se derramarán abundancia de Gracia y santidad de vocaciones en los Institutos que así la honrasen.
Entonces Ella explicó el significado de las tres Rosas:
Deseo que el 13 de Julio de cada año sea festejado por cada Instituto. Deseo que en cada Congregación o Instituto haya almas que vivan con gran espíritu de oración, para lograr que ninguna vocación sea traicionada. En ese momento la rosa blanca que tenía sobre el pecho resaltó más para que éste era el significado atribuido al color blanco.
Deseo también que existan otras almas que vivan de generosidad y amor al sacrificio, a las pruebas, a las humillaciones, para reparar las ofensas que recibe Nuestro Señor de las almas consagradas que viven en pecado mortal. En esta oportunidad resaltó la Rosa Roja en el pecho de la Madre del Salvador.
Deseo también que otras almas inmolen totalmente su vida para reparar las traiciones que recibe Nuestro Señor de los Sacerdotes Judas. Finalmente, la Rosa amarillo-oro resaltaba. La Inmolación de estas almas obtendrá de mi Corazón maternal la santificación de estos ministros de Dios y abundancia de gracias sobre sus congregaciones.
En ese instante la Virgen estuvo un poco silenciosa. Después, con una sonrisa de complacencia y con la mirada hacia la Beata Sor María Crucificada le dijo: “He escogido primero este Instituto, porque la fundadora de éste es “De la Rosa”, la que ha infundido en sus Hijas el espíritu de caridad.” Luego dijo con alegría: “he aquí por qué me presento rodeada de un rosal. El Señor escogió este Instituto primero, debido al carisma de su Fundadora, el amor”.
María claramente busca la santidad de las almas consagradas a Dios en ésta dramática aparición. Ella desea que la oración, el sacrificio y la penitencia logren del Señor la Gracia necesaria para santificar a las almas consagradas, verdaderos artífices del amor que se debe derramar sobre el mundo. Con almas sacerdotales santas, el mundo se santifica. Alguien dijo alguna vez: como sería el mundo si tuviésemos mil Padres Pió de Pietrelcina. ¡Aquí está enclavado el misterio del mensaje de la Rosa Mística!.
El 22 de octubre de 1947 en la capilla del hospital de Montichiari, durante la celebración Eucarística y con la asistencia de médicos, empleados y gentes del lugar, hizo su aparición la hermosísima Señora. Todos se percataron de una presencia extraordinaria pero solamente Pierina pudo verla y escucharla. María Rosa Mística pidió la práctica de la devoción que ya había recomendado, y recalcó: “Mi Divino Hijo, cansado por las incesantes ofensas, quiso descargar Su Justicia, pero me interpuse como mediadora entre El y los hombres, intercediendo especialmente por las almas consagradas”. Pierina, la vidente, le dio las gracias en nombre de todos y ella se despidió recomendándole con majestad y ternura: “¡Vive de amor…, amor al prójimo!.
El 16 de noviembre de 1947, en una Iglesia parroquial de Montichiari, la aparición tuvo por testigos a varias personas, entre las cuales se contaban algunos sacerdotes. Su mensaje puede resumirse en estas palabras: “Mí Divino Hijo Jesús y Señor Nuestro está hastiado de las muchas y graves ofensas que se le infieren por tantos pecados contra la santa pureza. Le provoca desatar un diluvio de castigos…pero mi intercesión se ha interpuesto para que tenga compasión una vez mas, por eso pido en desagravio oración y penitencia. Suplico íntimamente a los sacerdotes que amonesten a los hombres para que no sigan en la liviandad. Yo regalaré mi gracia a quienes ayuden a explicar esos delitos. ¿Se nos perdonará entonces?, preguntó la vidente. La Rosa Mística contestó: “Sí, en cuanto se les deje de cometer”. Y con estas palabras se alejó.
El 22 de noviembre de 1947 Pierina le preguntó a nuestra Madre: ¿qué debemos hacer para cumplir sus deseos de oración y penitencia?. Resplandeciente de bondad, contestó la Virgen: “¡Oración!”. Hizo silencio unos momentos y continuó: “penitencia quiere decir, aceptar las pequeñas cruces diarias y realizar el trabajo cotidiano en espíritu de expiación”. En seguida le prometió: “El 8 de diciembre, alrededor del mediodía, vendré otra vez aquí y será la hora de gracia. La hora de gracia será un acontecimiento de numerosas y grandes conversiones, almas totalmente endurecidas en el mal y frías como este mármol, tocados por la Divina Gracia, volverán a ser amantes y fieles a Dios”.
Jacinta y Francisco de Fátima se aparecen con María
El 7 de diciembre de 1947 se aparece serena y majestuosa la Virgen. Llevaba un manto blanco y desde la cabeza le caía graciosamente en pliegue: un niño se lo sostenía a la derecha y una niña a la izquierda. La Madre de Dios dijo: “¡Mañana mostraré mi Inmaculado Corazón que es tan poco conocido por los hombres!”. Después de un corto silencio prosiguió: “En Fátima, propagué la consagración a mi Corazón, en Bonate procuré inculcar ésta devoción en las familias cristianas (allí se había aparecido durante la segunda guerra mundial) y aquí en Montichiari, deseo implantar la devoción a Rosa Mística unida a la veneración de mi Inmaculado Corazón y deseo arraigarla especialmente en los conventos e institutos religiosos para que las almas consagradas a Dios obtengan aumento de gracia a mi maternal Corazón”.
Pierina le preguntó quienes eran los niños que estaban a su lado, y nuestra Señora le explicó: “Son Jacinta y Francisco, quienes te acompañarán desde ahora en todos tus contratiempos. Ellos también tuvieron que sufrir a pesar de haber sido mucho mas pequeñitos que tú. Esto es lo que quiero de ti, sencillez y bondad a semejanza de estos niños”. Extendió entonces sus brazos hacia la tierra en señal de protección y mirando al cielo exclamó: “Alabado sea el Señor” y desapareció.
Aparición del 8 de diciembre de 1947
Pierina contempló a la madre de Dios decir: ¡Yo soy la Inmaculada Concepción, yo soy María de las Gracias, esto es, la llena de Gracia, Madre de mi Divino Hijo Jesucristo!. Descendió suavemente por la escala y añadió: “Por mi venida a Montichiari deseo ser invocada y venerada como Rosa Mística. Quiero que al mediodía de cada 8 de diciembre (Solemnidad de la Inmaculada) se celebre la hora de la gracia en todo el mundo. Mediante ésta devoción se alcanzarán muchas gracias para el alma y el cuerpo. Nuestro Señor, mi Divino Hijo Jesús, concederá copiosamente Su Misericordia, mientras los buenos recen por sus hermanos que permanecen en el pecado. Es preciso informar cuanto antes al Supremo Pastor de la Iglesia Católica, el Papa Pío XII, mi deseo de que esta hora de gracia sea conocida y extendida por todo el mundo. Quien no puede ir a la iglesia que la realice en su casa al mediodía y conseguirá mis gracias.” Luego mostrándole su purísimo Corazón exclamo: “Mira este Corazón que tanto ama a los hombres, mientras la mayoría de ellos lo colma de vituperios.” Calló unos momentos y continuó: “Si todos, buenos y malos, se unen en la oración, obtendrán de este Corazón misericordia y paz. Los buenos acaban de alcanzar por mi mediación la Misericordia del Señor, que detuvo un gran castigo. Dentro de poco se conocerá la eficaz grandeza de esta hora de Gracia.”
Notando Pierina que la resplandeciente Señora iba a alejarse, le imploró fervorosamente: “¡Oh hermosa y amada Madre de Dios, yo le doy gracias!. Bendiga a todo el mundo especialmente al Santo Padre, a los sacerdotes, religiosos y a los pecadores. Ella contestó: “Tengo preparado una sobreabundancia de gracia para todos aquellos hijos que escuchan mi voz y toman a pecho mis deseos”. Con estas palabras se terminó la visión.
Las apariciones de Fontanelli
Pierina pasó varios años en Brescia como ayudante en un convento de religiosas por orden del Obispo Diocesano, Monseñor Giacinto Tredici y el Franciscano Giustino, sacerdote de gran fama. El fue desde entonces su director espiritual.
La segunda etapa de las maravillosas apariciones de Rosa Mística comienzan en el año de 1966 en Fontanelli, un campo de Montichiari donde se halla una fuente de agua escondida en una gruta. Una vieja grada de piedra con unos diez escalones da acceso a la cueva. En febrero, mientras Pierina rezaba en su cuarto ante un altar de la Virgen, tuvo el privilegio de volverla a ver. La madre de Dios le infundió nuevo ánimo, la colmó de consuelo y alegría y le prometió para el domingo blanco, 17 de abril de 1966, su aparición en Fontanelli. Informado el Obispo de Brescia de la anunciada aparición de la Virgen, ordenó a Pierina a guardar absoluto secreto sobre el particular.
El 17 de abril de 1966 Pierina rezaba el rosario paseándose en el camino, a poca distancia de la gruta. Alrededor del mediodía, después del toque del Ángelus, se apareció la Madre de Dios y dijo: “Mi Divino Hijo Jesús con todo amor me mandó para dar un poder milagroso de curación a esta fuente.. En señal de penitencia y purificación besa, de rodillas, el peldaño superior… Ahora baja un poco más siempre de rodillas y besa otra vez el peldaño”
La vidente descendió de espalda y arrodillada y la Virgen la siguió, sus inmaculados pies descalzos eran perfectamente visibles al posarse en los escalones. Por tercera vez le mandó: “besa las gradas, y haz levantar de aquí una cruz” y señaló con la mano izquierda el punto preciso en donde debía ser colocada. “Que los enfermos y todos mis hijos pidan ante todo perdón a mi Divino Hijo. Besen con mucho amor la cruz y luego saquen agua de la fuente y beban .”
La Celestial Señora se acercó a la fuente y ordenó a Pierina: “Coge barro en las manos y luego lávate. Esto te debe mostrar cómo el pecado es lodo y suciedad en el corazón de mis hijos, pero sí se bañan con el agua de la gracia, las almas quedan purificadas y otra vez dignas de la amistad de Dios”. Se inclinó, tocó con sus manos la fuente en dos lugares y prosiguió: “Es preciso que se haga conocer a todos mis hijos los deseos de mí Hijo Jesús, comunicados en 1947, y los mensajes que di en la Iglesia de Montichiari. Deseo que los enfermos y todos mis hijos acudan a esta fuente milagrosa. Tu misión está en este lugar en medio de los enfermos y de quienes necesiten de tu ayuda”. En una aparición posterior la Virgen pidió a Pierina que llame a este lugar “la Fuente de la Gracia” y la Madre de Dios también dijo: “Deseo que los enfermos y todos mis hijos vengan aquí a la fuente de la Gracia”.
La Virgen comenzó a elevarse hacía lo alto y abrió majestuosamente los brazos, a cuyo impulso se desplegó y extendió su manto que ocupó un espacio inmenso. Cobijadas por el manto, hacía la derecha, aparecieron la iglesia de Montichiari y la fortaleza o Castillo de María. La Madre de Dios repitió: “Deseo que los enfermos y todos mis hijos, vengan aquí a la fuente de la Gracia”. Su maravillosa sonrisa fue la rúbrica de sus palabras, mientras seguía elevándose hasta perderse en el cielo.
La aparición del Castillo de María bajo el manto de Nuestra Señora tiene su razón de ser. Cuando fue puesto el Castillo en venta, personas pudientes deseaban comprarlo para hacer de él un centro nocturno nada recomendable. Monseñor Rossi, Párroco de Montichiari, se propuso impedirlo a todo trance y pidió incesantemente la ayuda de la Rosa Mística. Surgió entonces la idea de comprarlo para fines caritativos. Se dirigió a Monseñor Luigi, apóstol de la Caridad que ya había fundado en Italia varios asilos para enfermos y ancianos. Este compró el castillo y lo convirtió en un hogar para sacerdotes, ancianos y enfermos. Se estableció allí una capilla y en señaladas ocasiones se dan retiros espirituales. Monseñor Francisco Rossi afirmó: “Todo esto es para mí un milagro muy grande y visible de la Rosa Mística. La vieja fortaleza de María que estuvo a punto de convertirse en un lugar de pecado es hoy lugar de oración, reparación y caridad. Las construcciones que aparecieron al lado izquierdo, cobijadas por el manto de María, fueron la visión profética de muchas edificaciones que la fe y la caridad de las gentes han levantado en torno a la fuente milagrosa.
¡Qué hermosas semejanzas con la aparición de Lourdes!. A María le gusta el agua, Ella está siempre cerca del agua. Agua que lava los pecados, que purifica y sana almas y cuerpos. La Virgen nos ayuda en las cosas del mundo, cuando las ponemos al servicio de Dios. Ella mueve sus influencias maternales con Jesús, y consigue lo que le pedimos con un corazón sincero y una intención recta.
La Medalla de la Rosa Mística
El 19 de mayo de 1970 La Virgen María, Rosa Mística, le pidió a Pierina: haz de acuñar una medalla según este modelo: por un lado “Rosa Mística” y por el otro, “María, Madre de la Iglesia”. He sido enviada por el Señor, que escogió a Montichiari para traer el don de Su amor, el don de la fuente de Gracia y el don de la medalla de mi amor maternal. Yo intervendré en la difusión de la medalla, prenda de caridad universal. Mis hijos me llevarán sobre sus corazones a todas partes y yo les prometo mi protección maternal llena de gracias, en este tiempo en que se quiere destruir la veneración que se me tributa. Esta medalla es el signo de que mis hijos están siempre conmigo que soy la Madre del Señor y Madre de la humanidad. Este es el triunfo del amor universal. La bendición del Señor y mi protección estarán siempre con aquellos que recurren a Mí.
Apariciones gloriosas
El 29 de junio de 1974 se repite esta aparición de varios años atrás (13 de enero de 1951) donde se había mostrado una puerta de luz de oro y sobre ella tres leyendas. Cada leyenda con un color diferente:
Fíat de la Creación
Fíat de la Redención
María de la Corredención
La Virgen transmite a Pierina: “Feliz el hombre que se confía a la protección de su Ángel custodio y escucha sus inspiraciones…”. El 22 de julio de 1973 Pierina pregunta a la Virgen qué oraciones deberían decir, y Ella contestó: “Oración de Fe, oración de amor, oración de alabanza, oración para obtener gracias”, y agregó “¡Recitad el Santo Rosario!”. A continuación contesta la pregunta de por qué se había manifestado como Rosa Mística. Dice así la Virgen: “Rosa Mística no tiene en sí nada de nuevo. En Rosa Mística está simbolizado el “Fíat” de la Redención, el “Fíat” de mi colaboración. Yo soy la Inmaculada Concepción, la Madre de Jesús el Señor, la Madre de la Gracia, la Madre del Cuerpo Místico: ¡La Iglesia!”. Mientras la Madre Celestial hablaba, sus ojos estaban llenos de lágrimas. Después agregó: “La Gracia del Señor y Su Misericordia infinita por la Iglesia harán florecer de nuevo la Rosa Mística. Y si se escucha ésta invitación materna, Montichiari será el lugar desde el cual la luz mística se irradiará a todo el mundo. Sí, todo esto se realizará!”
El 8 de septiembre de 1974 dijo María a Pierina: “Yo soy María, la Madre de la Iglesia. Por esta Iglesia, por el Santo Padre, por los sacerdotes y por todos los hijos de la Iglesia pido oración, oración, oración, para que vuelva a los corazones el verdadero amor al Señor y a la verdadera caridad. Invocad especialmente la protección del Arcángel San Miguel, para que proteja a la Iglesia contra todos los engaños amenazantes y la defienda. En efecto, la Iglesia no se ha encontrado jamás en tanto peligro como hoy.”
El mensaje de María Rosa Mística para éste mundo
Actualmente miles de imágenes de María Rosa Mística se extienden por todo nuestro planeta y con ella va su petición: Oración, sacrificio y penitencia por todas nuestras amadas almas consagradas. Cientos de imágenes de María Rosa Mística se reportan lacrimando y no es secreto tampoco que un sinnúmero de ellas, se reportan “escarchadas” para la gloria de Dios. Aquella promesa que la Virgen hiciera a Pierina sobre sus imágenes se hace una realidad cada vez más visible: “donde quiera que yo me detenga mediante esas imágenes, llevo conmigo las Gracias del Señor y el Amor de este Corazón materno.” Vemos que Dios ha querido darnos a Su propia Madre una vez más, como fue al pie de la Cruz. Y María, nuestra pequeña niña de Galilea, no quiere más que salvarnos, llevarnos de nuevo a El. María es la Corredentora, la misma que en Fátima nos despertó como soldados de su pequeño ejército. Pierina fue nada más que un canal, un humilde instrumento que aceptó ponerse al servicio de Dios. ¡Admiremos a la hermosa Rosa Mística, seamos hijos orgullosos de tan admirable Mujer!
¡María Rosa Mística, ruega a Jesús por nosotros!
El significado de las escarchas
En estos tiempos en que los hombres se sienten satisfechos y alejados de aquello que los orienta y mantiene, que es mi Hijo el Señor, quiero manifestar de la manera más humilde, los mensajes que quiero entregarles y manifestarles el significado de las escarchas. Es mi corazón el que les anuncia la protección que ejerzo sobre los hijos de la luz, aquellos que han sido comprados por la sangre de mi Hijo. Por eso, la oración, el sacrificio, la reconciliación y la penitencia son las armas con las cuales van a combatir en las grandes batallas contra Satanás.
Quiero anunciarles el significado de los colores de mis escarchas
* Las plateadas: en ellas te muestro la magnanimidad de mí corazón. Pídeme lo que quieras.
* Las doradas: en ellas anuncio que me inclino hacia el débil; voy a sanar algo espiritual, físico, psico-lógico o moral.
* Las azules: en ellas te quiero anunciar mi cercanía. Estoy contigo, estoy presente.
* Las verdes: ellas son un canto para que te abras a la esperanza. Yo actuaré en el favor de Dios. Espera en Dios.
* Las rojas: en tiempos de pruebas ofréceme un sacrificio; recuerda que te amo.
* Las transparentes: el camino de la humildad es la senda que lleva a la liberación. Sé humilde y sencillo. En esas actitudes se expresa mi corazón.
* Las aguamarinas o tornasoles: es el camino; por muy tortuoso que sea, quiero anunciarte que en ese camino estaré contigo.
A mis hijos, que han sido agraciados con mis regalos, brotados del amor que les tiene mi Hijo y que son la manifestación amorosísima del Padre, que a todos ama y cobija en su seno, les imparto la bendición en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.