El domingo 16 de abril, la parroquia madrileña de Nuestra Señora de la Paz (C/Valderribas 37) acogió una vigilia de adoración eucarística en la que el Santísimo fue expuesto en una conocida y destacada custodia: Tras su restauración en Madrid, la Gran Custodia de Medjugorje fue uno de los grandes atractivos de la jornada que comenzaró con la Santa Misa a las 13:00 horas y concluyó a las 20:00 con la bendición y reserva del Santísimo.
Diseñada en 2001 bajo la autoría de Ángel García, fue fabricada en el mismo año en el taller de Luis Molina Acedo, tercera generación de orfebres, siendo necesarios dos meses para su elaboración, así como la presencia del mismo García debido a su complejidad técnica.
Otro elemento por el que esta custodia es conocida y apreciada por millones de peregrinos son sus grandes dimensiones. En una entrevista concedida por su diseñador a Centro Medjugorje, destacó la trascendencia que guió todo el proceso de su diseño, marcado en primer lugar por el deseo de que fuese vista incluso por los peregrinos más alejados del altar, «para que quien haya llegado el último o se sienta más indigno y pecador, sienta el amor personal del Señor, tal y como yo me sentía mientras la diseñaba».
La custodia, un hospital para las almas
Si bien es cierto que es mundialmente conocida, no lo es tanto la historia y proceso que materializaron este objeto sacro. Todo comenzó a finales del año 2.000, cuando García, arquitecto especializado en ingeniería de hospitales, visitó Medjugorje poco después de la muerte del padre Slavko, destacado sacerdote franciscano que ha llegado a ser definido como «el alma y corazón del movimiento que nació en Medjugorje».
En ese momento, gracias a la organizadora de la peregrinación de García, la condesa Felicia von Traun, el arquitecto conoció que los franciscanos estaban planteando la elaboración de una nueva custodia en respuesta a una de las últimas voluntades del padre Slavko, la construcción de una custodia que se pudiese ver a gran distancia en las asambleas del Festival de Jóvenes que tiene lugar a principios de agosto.
«Bajando del monte Krizevac me ofrecí a la condesa Traun para ayudar en esa tarea, y así me presentó al padre Svetozar, quien me aceptó con la habitual confianza franciscana en la Providencia. Recuerdo que, tras mostrarme la gran forma consagrada que había dentro del Sagrario de la parroquia para ver su tamaño, me preguntó a qué me dedicaba. Tras un breve silencio me respondió con una sonrisa: `La custodia es un hospital para almas´. Su respuesta me produjo un gran impacto», recuerda.
Realizada desde la oración, la fe y la postración ante el Santísimo
Aquel 1 de enero del año 2001, García comenzó el proyecto de diseño de la custodia, su primer proyecto de arte sacro. Educado y criado en una familia y entornos marcadamente católicos, explica que la fe y la oración fueron el principal hilo conductor del diseño de la custodia, seguido de otros elementos como el estudio histórico de custodias españolas.
Tanto que solo trabajaba en los planos o meditaba en torno al proyecto «cuando estaba en estado de gracia».
«Si tenía conciencia de haber cometido algún pecado, aunque fuera leve, me sentía indigno, dejaba de trabajar en los planos y ni siquiera pensaba en la custodia: iba a confesarme y después continuaba el trabajo», explicó. La oración ante el Santísimo, para quien realmente trabajaba, culminó el proyecto en su último paso, el dibujo del diseño previo a su aprobación, que realizó íntegramente «de rodillas ante el Santísimo«.
«Dar gloria al Único a quien debemos reconocer»
De las múltiples figuraciones que pueden componer las custodias, la Gran Custodia de Medjugorje fue, siguiendo las instrucciones del padre Svetozar, «de tipo sol». Un formato que se remonta al siglo XIII cuyo culto se popularizó y extendió -especialmente en España- a partir del Concilio de Trento (1545-1563), en el que la figura solar simboliza la idea de Cristo como «sol de justicia y luz verdadera».
De este modo, García pretendió continuar esta tradición especialmente enraizada en el Imperio español de difusión de la adoración y devoción eucarística a través de este tipo de custodias, fabricadas a miles por españoles de origen europeo, indígenas y mestizos desde Europa, África y el Pacífico hasta Alaska o la Tierra de Fuego.
«Esta custodia de Medjugorje diseñada y fabricada por españoles, y transportada providencialmente por el ejército español, es una contribución más a una tarea gigante de siglos«, explica.
La custodia es, además, «grandiosa para dar gloria al Único a quien debemos reconocer, clara en su expresión, conectada con la Tradición de la Iglesia, y con un diseño actual», siendo uno de sus principales objetivos expresar las verdades de la fe trascendiendo un formato aparentemente sencillo.
Un compendio sagrado y visible de las verdades de la fe
En palabras de García, la Gran Custodia de Medjugorje es, en primer lugar, «expresión de la fe en la presencia de Jesús resucitado en la Eucaristía, quien –siendo Luz del mundo– la irradia con rayos muy poderosos desde el anillo que rodea la forma consagrada. Se expresa la unión íntima entre el sacrificio de la Cruz y la Eucaristía, porque la pequeña cruz -que es el viril central- está superpuesta en la gran forma consagrada. Todo el diseño expresa la fe en la Iglesia, porque esta custodia se construye con un pilar edificado sobre el cimiento de los doce apóstoles, y el pilar sostiene en su parte superior la Cruz y la Eucaristía, ofreciendo a todo el mundo su tesoro: Jesús resucitado en la Eucaristía», detalla García.
Entre otros aspectos -que desarrolló a lo largo de esta entrevista-, destaca también la imagen de la Reina de la Paz grabada en el centro de esta última columna, emulando la escultura de mármol blanco situada en la entrada de la parroquia, pero evocando también la primera aparición de María sucedida por tradición en España en el Pilar de Zaragoza al apóstol Santiago, patrono de la Parroquia de Medjugorje.
Sin mucho afán de reconocimiento externo por su obra, García reconoce estar agradecido por la invitación para colaborar de este modo con la parroquia de Medjugorje y con ella a la adoración de miles de personas.
«Siento estupor por haber tenido el gran honor de haber contribuido con mi trabajo para apoyar a la Parroquia de Medjugorje en que personas de todo el mundo adoren la Eucaristía. Pero siendo consciente de que no tenía mérito alguno para hacerlo, comprendo que el amor del Señor por cada peregrino que se postra en adoración es inmenso. Deseo que el destello de majestad y belleza que se puede ver y sentir contemplando la Gran Custodia de Medjugorje mientras se adora la Eucaristía, anime en esa misión», concluyó.
Programa completo de la vigilia de adoración:
-13.00 horas: Santa Misa;
-14.00 horas: inicio de la Vigilia de Adoración;
-15.00 horas: rezo de la coronilla de la Divina Misericordia;
-19.00 horas: rezo del Santo Rosario;
-20.00 horas: bendición y reserva del Santísimo.
Durante todo el tiempo de Adoración (de 14.00 a 20.00 horas) habrá sacerdotes confesando.
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Fuente: Religión en Libertad