Muchos han leído o escuchado hablar del mensaje de Fátima, de los tres secretos o de la importancia del rezo del Rosario. Pero hay un aspecto de las apariciones que es mucho más desconocido: la devoción de los primeros cinco sábados de mes en honor al Inmaculado Corazón de María
Esta petición no se realizó en Fátima sino ya en Pontevedra, donde se encontraba en ese momento sor Lucía. Se produjo en primer lugar el 10 de diciembre de 1925, cuando tuvo la visión del niño Jesús y de la Virgen con su corazón rodeado de espinas.
La Virgen en esa ocasión le especificó en qué consistía los cinco primeros sábados: «Mira, hija mía, mi corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan continuamente con blasfemias e ingratitudes, tú, al menos, procura consolarme y di que todos aquellos que durante cinco meses seguidos, en el primer sábado, se confiesen y reciban la santa comunión, recen el santo rosario y me hagan 15 minutos de compañía meditando en los misterios del rosario, con el fin de desagraviarme, yo prometo asistirlos en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para su salvación».
Unas semanas más tarde, el 10 de febrero de 1926, fue el Niño Jesús quien se apareció a sor Lucía también en el convento de Pontevedra y le preguntó si había «propagado por el mundo aquello que la Madre del Cielo» le pidió, es decir, extender la devoción de los cinco primeros sábados de mes.
Esta devoción consiste en que cada primer sábado de mes, durante cinco meses seguidos, se realicen diversos actos de piedad con la intención de reparar los pecados contra el Inmaculado Corazón de María, concretamente cinco tipos de ofensas y blasfemias:
-Contra su Inmaculada Concepción
-Contra su Virginidad Perpetua
-Contra su Divina Maternidad al rechazar reconocerla como Madre de todos los hombres
-Las ofensas de aquellos que tratan de sembrar públicamente en los corazones de los niños indiferencia o incluso odio a la Virgen
-Las ofensas de quienes la ultrajan en sus santas imágenes
Para cumplir esta petición cada primer sábado de mes hay que confesar. A la pregunta de sor Lucía de si podría ser hasta ocho días más tarde, recibió por respuesta: «y muchos más si se dice que es por esta intención». El resto de requisitos es comulgar en gracia ese mismo día, rezar el Rosario completo y hacer compañía a la Virgen durante al menos quince minutos mientras se meditan los misterios del Rosario.
La Virgen prometió al que así lo cumpliera “asistirle en la hora de su muerte con las gracias necesarias para que pueda salvarse”.
Sin embargo, son muchas las voces en el seno de la Iglesia que aseguran que esta petición de la Virgen no está siendo bien atendida, por lo que no se estaría cumpliendo parte del mensaje de Fátima.
Después de que el Papa Francisco consagrara Rusia al Inmaculado Corazón de María el 25 de marzo, el obispo Joseph Strickland recordó a los católicos esta petición de María en el conjunto de las apariciones de Fátima de realizar los Cinco Primeros Sábados. El obispo de Tyler (Texas), estuvo entre las voces más destacadas que llamaron la atención sobre el llamamiento de los Primeros Sábados por parte de la Virgen, un pedido que, según algunos, aún no ha sido completamente atendido por la Iglesia.
Según David Carollo, director del Apostolado Mundial de Fátima en Estados Unidos, esta devoción sigue siendo la parte incumplida del mensaje de Fátima.
Según recoge el National Catholic Register, Carollo afirma que aunque el interés por la devoción parece ir en aumento, los que se comprometen a comulgar, confesarse, rezar el Rosario y meditar durante 15 minutos uno o más misterios del Rosario durante cinco primeros sábados consecutivos forman una minoría.
Del mismo modo, el número de parroquias que ofrecen esta devoción de los primeros cinco sábados sigue siendo escaso, dejando a los católicos que quieren cumplir con esta petición de María solos buscando la forma para recibir la Comunión y confesarse además de rezar el Rosario y completar la meditación.
Sin embargo, Carollo consideró que una directiva de los obispos e incluso del Papa no garantizaría necesariamente que los católicos respondieran a esta devoción. Responde así a las quejas de la supuesta escasa implicación de los obispos en promoverla.
“Una proclamación de los obispos y del Santo Padre siempre es poderosa, influyente y bienvenida, pero no creo que vaya a ser la varita mágica que haga estas cosas. Tiene que ser algo de base hecho por la gente”, insistió.
“Es maravilloso tener un obispo que apoye”, aseguró Carollo, “pero no es necesario tener un obispo que exprese su apoyo. Esto es una cosa de abajo hacia arriba”.
De hecho, reveló que en muchos lugares donde se ofrece a menudo se ha debido a que un feligrés ha sido el que lo ha solicitado y ha trabajado para conseguirlo.
Carollo dijo que los laicos que estén interesados en promover la devoción del Primer Sábado en sus parroquias pueden obtener un kit y otros recursos del Apostolado Mundial. “Queremos ayudar a la gente tanto como sea posible y ayudarlos a ayudar a los sacerdotes. Es de abajo hacia arriba”. Así, recalcó que un sacerdote no necesariamente puede establecer un programa de Primer Sábado, pero la mayoría está dispuesto a permitirlo si la gente hace el trabajo.
El director del Apostolado Mundial de Fátima en EEUU añadió que recientemente ha habido un aumento en las consultas sobre los Primeros Sábados, algunas de ellas debido a la consagración de Rusia por parte del Papa Francisco. “Una consagración trae gracia”, dijo. “Ahora, ¿qué hacemos con esa gracia? ¿Lo usaremos para avanzar cumpliendo el mensaje de Fátima?”.
Para aquellos que estaban atrapados en la controversia de si la consagración se hizo correctamente, Carollo ofreció este recordatorio: “Nuestra Señora no les preguntó a los niños: ‘¿Están dispuestos a cuestionar al Papa?’ sino ‘¿Estáis dispuestos a consagrar vuestras vidas en reparación por los pecadores?’ No te detengas después de completar los cinco Primeros Sábados. Haz de esto un compromiso para el resto de tu vida”.
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Fuente: Cari Filii