Un chico con Sida

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La redacción de Reina del Cielo

 


 

Testimonio de un chico con Sida – Señor mío, Dios mío


Un lector de Reina del Cielo nos envía este testimonio del amor de Dios por todas Sus criaturas, de como El no nos deja nunca. Veamos el suave abrazo de Jesús en este amigo que nos regala su más sincero pensamiento.

 


Ver a DiosTe alabo desde lo más profundo de mi alma, gracias por este virus que me hace sentir la vida y verme pobre y pequeño ante tu presencia Señor.

Señor hace cinco años tengo SIDA, pero creo que hace cinco años recién comencé a vivir. Si Señor antes solo era rutina, creo que desde pequeño solo abría la boca y mis padres me daban todo. Así hasta la juventud. Luego fueron los estudios y querer ser algo en la vida, luego los bailes y mujeres, esta era una vida vacía y sin sentido, creo.

Cuando me dijeron: eres reactivo al virus del SIDA, creo que acabó la vida anterior de ese Marco Antonio. Era yo, el virus y nadie más. Salí Señor a buscar un por qué y luego… como fue esto si siempre estuve con gente de confianza y sana. Ahí me vino el recuerdo de las burlas y el rechazo que yo mismo practiqué contra algunos portadores de HIV de mi zona. Solo caminaba y lloraba ante el inmenso mar.

Lugo de un tiempo vi las manchas en mi cuerpo y sentí una debilidad terrible, solo quería dormir. Ahí mi familia sospechó y tuve que salir a trabajar lejos y vine a Chimbote. Del Callao a Chimbote no era muy distino ya que ambos eran puertos. Aquí conocí de casualidad cuando veía televisión solo y aburrido, a la asociación. Jóvenes con SIDA que vivían alegres y muchos pasaban ya los ocho años con HIV. Así que apunté el teléfono y pase varios días queriendo llamarlos. Pero Dios hizo que yo vaya al muelle y ahí una mujer muy linda me diera una propaganda preventiva que decía:

EL SIDA NO NOS MATA, PORQUE LO HACES TU….AYUDANOS A VIVIR.

Me acerqué muy rápido y le pregunte si era HIV positiva y ella me dijo “sí, lo soy”. Soy Rosario y tengo SIDA. Me sorprendió la naturalidad y me salió decirle: “soy Marcos y tengo SIDA”. Me invitó a la parroquia y desde ahí soy feliz.

Nadie me mira con asco y menos me dice “pobrecito” . Me dan amistad verdadera y me ayudan a conocer a Dios en los hermanos. Vencí mi egoísmo y deje de creerme dueño del mundo y superior a los otros. Soy igual que todos.

Saben que ahora camino y paso hambre igual que todos y me siento muy feliz. Ya le dije a toda mi familia que tengo SIDA y quisieron llevarme a Callao y darme protección, pero eso no es vida, aquí sí vivo ya que ayudo a gente que más necesita y rezo al Señor y a la Virgen del Carmen y sé vivir la Providencia con humanidad.

Bueno, este es mi testimonio y agradezco a todos y rezo por todos los que escriben y no nos ignoran. Tambien ofrezco mi hambre por todos los que ayudan a la obra. Que dios les de cien veces más. Yo estudié medicina hasta el octavo ciclo pero hoy soy un simple portador de HIV.

MARCO ANTONIO, de 26 años de edad

Perú