El anuncio ha sido realizado por el visitante permanente Henryk Hoser y el Nuncio Apostólico. El portavoz de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Gisotti: “Atención dirigida a favorecer y promover los frutos del bien”, pero esto no significa “una autenticación de los eventos conocidos”.
El Papa Francisco autoriza las peregrinaciones a Medjugorje que de ahora en adelante serán organizadas oficialmente por las diócesis y parroquias y ya no se llevarán a cabo de forma “privada” como ha ocurrido hasta ahora. Así lo han anunciado hoy el Nunzio Apostólico en Bosnia y Herzegovina, Luigi Pezzuto, y el arzobispo Henryk Hoser, visitante apostólico especial de la Santa Sede, durante la Misa en el Santuario-parroquial que se ha convertido en un destino para millones de peregrinos.
Las peregrinaciones no autentican los eventos conocidos
El director interino de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, en respuesta a las preguntas de los periodistas sobre el anuncio, especificó que la autorización papal debe ir acompañada de “atención para evitar que estas peregrinaciones se interpreten como autenticación de los acontecimientos conocidos que aún requieren un examen por parte de la Iglesia. Por lo tanto, debe evitarse que tales peregrinaciones creen confusión o ambigüedad bajo el aspecto doctrinal. Esto también concierne a los pastores de todas las órdenes y grados que pretenden ir a Medjugorje y celebrar o concelebrar allí también de manera solemne”.
Atención pastoral
“Dada la considerable afluencia de personas que van a Medjugorje y los abundantes frutos de la gracia que han surgido —continuó Gisotti— esta disposición es parte de la particular atención pastoral que el Santo Padre ha querido brindar a esa realidad, dirigida a favorecer y promover los frutos del bien”.
El visitante apostólico, ha concluido Gisotti, “tendrá así mayor facilidad para establecer – de acuerdo con los ordinarios de los lugares – las relaciones con los sacerdotes encargados de organizar peregrinaciones a Medjugorje, como personas seguras y bien preparadas, ofreciéndoles información e indicaciones para poder realizar fructíferamente estas peregrinaciones”.
La decisión del Pontífice se produce un año después del nombramiento de Hoser, arzobispo emérito de Warszawa-Praga en Polonia, como “visitante apostólico especial para la parroquia de Medjugorje, por un período indefinido y ad nutum Sanctae Sedis”, a disposición de la Santa Sede y que tuvo lugar el 31 de mayo de 2018.
Tanto el nombramiento como el anuncio de hoy, por lo tanto, no entran en las cuestiones doctrinales relacionadas con la autenticidad de la historia de los seis visionarios sobre lo que ocurrió en Medjugorje a partir de junio de 1981, un fenómeno aún no concluido.
Testimoni os de los visionarios
De los seis visionarios, en esa época niños o adolescentes, tres aseguran que todavía tienen la apariencia diaria de la “Reina de la Paz“, siempre a la misma hora de la tarde y donde sea que se encuentren. Ellos son: Vicka (que vive en Medjugorje), Marija (que vive en Monza) e Ivan (que vive en los Estados Unidos pero a menudo regresa a su país). Una cuarta visionaria, Mirjana, dice que recibe una aparición cada mes, el día 2, mientras que para los dos últimos niños de Medjugorje esto sucede una vez al año.
Medjugorje, la fe mariana y la decisión del Pastor
La autorización de las peregrinaciones es un signo de reconocimiento del bien que se realiza en la parroquia-santuario, donde muchas personas se acercan a los sacramentos.
Para comprender las razones y el sentido profundo de la decisión de autorizar las peregrinaciones a Medjugorje por parte de Francisco, es útil releer algunos pasajes de la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, el documento que traza la ruta de su pontificado. En ese texto el Papa recordaba que “en la piedad popular se puede captar la forma en que la fe recibida se ha encarnado en una cultura y sigue siendo transmitida”. También recordaba, citando las palabras del Documento Final de la Conferencia de Obispos Latinoamericanos en Aparecida, que “el caminar juntos hacia los santuarios y participar en otras manifestaciones de piedad popular, llevando consigo también a los hijos o invitar a otras personas, es en sí mismo un acto de evangelización”. “No coaccionemos ni pretendamos controlar esta fuerza misionera”, concluía el Pontífice.
Es un hecho que millones de peregrinos en los últimos años hayan vivido una significativa experiencia de fe visitando Medjugorje: así lo atestiguan las largas filas de los confesonarios y las adoraciones eucarísticas vespertinas en las grandes iglesias parroquiales sin un metro cuadrado libre de fieles arrodillados.
“Creo” que “en Medjugorje hay gracia. No se puede negar. Hay gente que se convierte”, había dicho el Papa dialogando en 2013 con el Padre Alexandre Awi Mello, mariólogo y ahora Secretario del Departamento para los Laicos, la Familia y la Vida. En esa entrevista, transformada en un libro (Es mi madre. Encuentros con María, Ediciones Città Nuova), Francisco ponía en guardia ciertamente contra el protagonismo de los videntes y de la multiplicación de los mensajes y secretos. Pero sin olvidar nunca los frutos positivos de la experiencia de las peregrinaciones. En el prefacio de ese libro, el teólogo argentino Carlos María Galli había escrito: “Para Francisco lo más importante es la fe mariana del ‘pueblo santo y fiel a Dios’, que nos enseña a amar a María más allá de la reflexión teológica. Como hijo y miembro, como cualquier otro, del Pueblo de Dios, Bergoglio –Francisco – participa del sensus fidei fidelium y se identifica con la profunda piedad mariana del pueblo cristiano”.
Es precisamente por esta razón que, se sigue estudiando el fenómeno de Medjugorje y sin pronunciarse sobre la autenticidad de las apariciones, el Papa se propuso cuidar de aquellos que se enfrentan a las dificultades del viaje para ir a orar a ese lugar. Por eso había querido un enviado permanente, un Obispo colaborador de la Santa Sede, encargado justamente del cuidado pastoral de los peregrinos. Y por esta razón decide ahora ir más allá de lo que fue declarado hace más de veinte años por la Congregación para la Doctrina de la Fe, que permitía las peregrinaciones a Medjugorje, pero sólo “de manera privada”. Ahora, en cambio, las diócesis y las parroquias podrán organizar y guiar esas peregrinaciones que son expresión de la piedad mariana del pueblo de Dios.
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Fuente: Vatican News