Los testimonios publicados en esta sección son responsabilidad de quien los firma. Al publicarlos www.reinadelcielo.org no está emitiendo ninguna opinión sobre la veracidad de los dichos, sino que sólo ha entendido que sus contenidos no contienen nada que atente contra las verdades de la fe y la moral y sí entiende que pueden ser favorables para el crecimiento espiritual de nuestros lectores. El juicio final sobre los hechos publicados corresponde a la Iglesia, a la que nos sometemos.
La redacción de Reina del Cielo
La Virgen me pidió ayuda
Les quiero, humildemente, entregar mi testimonio. Tuve un sueño: soñé que entraba a la iglesia de mi pueblo y a mi izquierda una fila de personas esperaba para hablar con la Virgen. Ella estaba sentada en un sillón, la imagen parecía bajo la advocación de Nuestra Señora de la Consolación. Tenía en un brazo al Niño Jesús, y el cetro en otra mano. Delante mío había un señor mal entrazado. Se conocía por la expresión dulce de su rostro que la estaba escuchando a Ella, que a su vez lo miraba tiernamente. En ese momento pensé “la Virgen no me quiere a mi, ni me mira”. Entonces, no puedo explicar como, oí una voz en mi interior que me dijo “hija Mía es que tu vas a hacerme mi altar”. Yo me sorprendí, le pregunté que me había querido decir. Ella me contestó “busca…y lo sabrás”.
Al instante todo ese cuadro desapareció de mi vista y me encontré con la iglesia vacía, frente al sacerdote de mi parroquia arreglando el altar. Quise preguntarle por el sueño y se escapó por la sacristía; salieron de allí varios sacerdotes y nadie quiso contestarme. Me desperté con la sensación de que el hecho fue una vivencia y no un sueño, y con el empeño de averiguar qué había querido decirme la Virgen. Por ese tiempo yo estaba en busca de Ella. Eran las primeras apariciones de la VIRGEN DEL ROSARIO DE SAN NICOLAS en Argentina. Busqué, pregunté a todos cuanto podía, sacerdotes, laicos, amigos…todos me dieron una interpretación distinta y valedera. Un santo sacerdote ya fallecido me dijo: “a veces a esos sueños hay que esperarlos para saber lo que significan?si fue de Dios, jamás lo vas a olvidar”.
Jamás lo olvidé, hace de esto veinte años y recuerdo detalle por detalle y palabra por palabra. Lo más sorprendente fue que la respuesta la encontré un año después y fue la menos esperada. Me enteré, si se puede decir de una forma casualmente milagrosa, que cerca de mi casa alguien veía a la Virgen. Por supuesto descreí totalmente, aunque la persona que me lo contó parecía católicamente confiable. Decidí conocer al vidente y el lugar, mas por curiosidad que por fe y me dije “si veo el más mínimo fetiche, llámese cintas rojas, imágenes extrañas u otras pavadas inmediatamente me voy”. Entré desconfiada y salí feliz. La Virgen pidió discreción al vidente que vive en oración, penitencia y recogimiento, llevando a cabo la misión expiatoria por la salvación de los pecadores que la Virgen le recomendó.
Ella le pidió además la construcción de un santuario en honor a su advocación, NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE LAFERRERE. Llegué en el momento en que el Santuario se comenzaba a construir, me urgió entonces la necesidad de ayudar, pero estaba muy mal económicamente. Por otro lado, no podía comentarle esto a mi esposo, que no era creyente. Yo no se como fue, pero por esas cosas de la Providencia y por deseo Divino, el dinero fue saliendo, y a escondidas de mi esposo colaboraba con los materiales para el Santuario. Mientras este se construía, permanecía cubierto a la vista de los que íbamos a rezar el Rosario. Un día Jorge, el vidente, me llamó y me dijo “¿quiere ver Margarita, lo que se hizo con su colaboración? Acepté pasar y cual fue mi sorpresa y emoción. ¡SE HABIA CONSTRUIDO EL ALTAR! ¡YO HASTA ESE MOMENTO NO HABIA RELACIONADO ESTO CON MI SUEÑO!!! No puedo explicar lo que sentí…hasta el día de hoy no puedo explicar mis sentimientos. Es que las cosas de Dios sólo se disciernen en el corazón.
Un abrazo a todos en CRISTO Y MARIA
MARGARITA
margaritamanfredini@hotmail.com
5 de abril de 2006
Margarita Manfredini
Buenos aires ? Argentina