Cuando pensamos en donación dirigida a Dios, la mejor y más valiosa es la vida misma. Esto entendido como la entrega y la dedicación de nuestros actos al Señor. En cada momento, en cada decisión, en cada acción, siempre tenemos la oportunidad de ofrecerlo al amor de Dios. Eduardo Meana, en su música, nos ayuda a caminar hacia el Señor…